enero 05, 2006

Izquierda otra vez

Enrique Canales

La izquierda mexicana pretende ser una novedad en la política, sin embargo en los últimos 90 años de gobierno, hemos sufrido cientos de medidas de izquierda que han aumentado la pobreza. La izquierda miente al decir que llevamos 20 años de gobiernos neoliberales, porque lo más espeso de la izquierda nos ha gobernando sin interrupción y quiere gobernar ootra vez. Nunca hemos tenido leyes de una franca economía liberal, para dedicarnos por fin a crecer sin ataduras.

La izquierda nos ha impuesto sus grilletes colectivos y la pobreza que sufrimos se debe a esas medidas. Por ejemplo, reafirmando su izquierda Lázaro Cárdenas condenó a los campesinos a no poseer sus tierras en propiedad personal. Esa medida de izquierda ha descapitalizado el campo de modo que nuestras tierras no han producido el capital, la tecnología, ni la riqueza que se suponía íbamos a lograr con las expropiaciones de haciendas y latifundios para acabar con la pobreza.

La izquierda mexicana expropió el petróleo y todo lo que olía a chapopote, quitándonos a los mexicanos el derecho de trabajar en esos oficios, que siempre han sido la columna vertebral de la industrialización y del desarrollo tecnológico. Esa expropiación nos ha quitado miles y miles de industrias químicas, metalmecánicas y muchas empresas de progreso que crean empleos y fomentan ingenierías de alto valor.

La gremialización tanto del trabajo como de la mayor parte de la economía es una receta de los gobiernos de izquierda que a granel hemos tenido. ¿Cómo que nunca ha gobernado la izquierda? La Fundidora de Monterrey fue arrasada por los voraces gremios fomentados por gobiernos de izquierda. Los ferrocarriles también fueron arrasados por los émulos de Valentín Campa que tan sólo veían los bienes nacionales como botines a pepenar. ¿Quieren ootra vez más izquierda?

López Mateos para disfrazar la voracidad de la izquierda dentro de su gobierno nos ensartó una "izquierda atinada". Expropió la producción y distribución de la energía eléctrica y nos prohibió a todos los mexicanos generar, producir y dedicarnos libremente a surtir a los demás de energía eléctrica. Observen los equipos eléctricos y notarán que raramente existen generadores o turbinas de marcas mexicanas; porque los mexicanos hemos estado maniatados y con grilletes por los gobiernos de izquierda.

Después de 90 años de izquierda resentida, todo se ve con recelo, nos tenemos una extrema desconfianza dentro de la misma casa. Desde entonces, el Ejército mexicano como apéndice de un gobierno de izquierda no invita a los mejores ingenieros, ni ha querido desarrollar equipos para sus armamentos auspiciando proyectos de investigación y desarrollo en conjunto con la iniciativa privada, como lo hacen gobiernos que no tienen el complejo de la izquierda. Ni las botas del Ejército se hacen por los industriales y operarios de León, Guanajuato. ¿Por qué? Por el recelo siniestro.

Esta izquierda que nos ha gobernado desde hace 90 años pone a los industriales mexicanos en una gran desventaja frente a industriales gringos, japoneses, franceses o alemanes. ¿Nosotros hemos tenido una política industrial neoliberal? Para nada, al contrario: vivimos la paranoia acomplejada de la izquierda.

Todavía me acuerdo de aquella campaña "Marcha al Mar", procurando sacarle provecho a la riqueza de nuestras costas mexicanas tan extensas. ¿Qué logramos? Pues que el espíritu nacionalista de la izquierda pronto canceló cualquier iniciativa de los mexicanos libres y formó gremios y concesionarios, impidió la construcción independiente de barcos pesqueros, trató de planificar y controlar todo y detuvo el progreso por decenas de años. Toda la industria naviera y marítima fue carcomida por los celos de la izquierda frente a la iniciativa privada.

Mientras en otros países las cooperativas se organizan de forma natural y decenas de miles de compañías son cooperativas y operan como cualquier empresa con muchos socios y sin subsidios, la izquierda mexicana ha querido "protegerlas" porque considera que una cooperativa es más moral que una empresa con un solo dueño. Pero lo que ha logrado la izquierda con esa protección es convertirlas en un botín político, parasitarias de apoyos y concesiones y, además, generadoras de líderes políticos insaciables.

Hace unos 70 años, Alfonso Reyes se quejaba del espíritu nacionalista de la izquierda mexicana que procuraba a través de la educación nacional convertir a cada niño en un hijo de la patria, sumiso y dependiente. Decía Alfonso Reyes que nuestra educación en vez de convertir a cada mexicano en un hombre libre, convertía a los hombres libres en mexicanos obedientes para sacrificarse por la patria. Jorge Cuesta también combatió a la izquierda dominante de los años treinta. Entonces, ¿ya la izquierda nos ha gobernado? ¡Hasta el cogote!