
agosto 29, 2006
Subcomandante Andrés
Demetrio Sodi de la Tijera
El Estatal de Chihuahua
En los próximos días, el Tribunal Electoral (TEPJF) ratificará el triunfo de Felipe Calderón y le dará la constancia de presidente electo. López Obrador ha dejado claro que no aceptará la resolución del Tribunal y luchará por cualquier vía para impedir la imposición y transformar las instituciones nacionales.
AMLO ha elegido un camino similar al que escogió el subcomandante Marcos en 1994, que nunca creyó en la vía electoral ni en las instituciones nacionales. Su discurso se ha vuelto más radical, llamando a la insurrección civil para cambiar las instituciones, y es parecido al que tuvo Marcos al inicio de 1994. La convocatoria a una convención nacional para definir la estrategia a seguir es similar a la que en su momento llamó el EZLN para echar abajo al régimen y las instituciones nacionales por la vía de la insurrección social. AMLO sabe que por esta vía se cancela cualquier opción electoral en el futuro y que sólo una mayor radicalización le dará el espacio para mantener su presencia política.
Según diversas encuestas, si en este momento se llevasen a cabo nuevas elecciones, AMLO quedaría probablemente en tercer lugar, muy lejos de Felipe Calderón, e incluso abajo del candidato del PRI aun en el caso de que repitiese Madrazo. En unas cuantas semanas, AMLO y el PRD han quemado gran parte del capital político y apoyo electoral que ganaron el 2 de julio; sin embargo, en lugar de rectificar su estrategia parecen decididos a llevar las protestas y manifestaciones a posiciones más extremas.
Una vez que el Tribunal emita su resolución ya no tienen razón de ser los bloqueos en Reforma y las manifestaciones, por lo que la decisión de continuar va a hacerles perder, aún más, el apoyo de la población.
En la convención del próximo 16 de septiembre, AMLO tratará de imponerle al PRD y sus legisladores su estrategia de choque, comprometiéndolos a que mantengan la lucha en las calles y desconozcan el triunfo de Calderón. Él mismo ha señalado que buscará que la convención lo nombre "presidente legítimo", con lo que cancela, para él y el PRD, cualquier posibilidad de diálogo y acuerdo durante el sexenio. En la convención, el PRD se juega su futuro inmediato, si gana la estrategia de AMLO el partido se marginará cada día más de la vida institucional y se aislará en el Congreso.
No es seguro, sin embargo, que pueda imponer su agenda al PRD y sus legisladores, su poder en el interior del partido estaba basado en su posibilidad de triunfo en la elección presidencial y no en alianzas y acuerdos con las principales fuerzas y grupos del PRD, como quedó demostrado en la elección de los coordinadores parlamentarios.
AMLO ya decidió quemar para él la vía electoral y va a optar por radicalizarse y marginarse cada día más de la vida institucional del país para mantener alguna presencia política. Es muy probable que dentro del PRD se vaya quedando sólo con el apoyo de los grupos más extremos y rijosos, que a falta de ideas ven en la movilización y la confrontación la única forma de hacer política. Las corrientes y liderazgos principales del PRD y la izquierda le tienen que apostar, como lo decidieron hace muchos años, a la vía electoral y a la negociación en el Congreso para impulsar los cambios que le urgen al país, y tendrán que deslindarse poco a poco de las posiciones extremas de López Obrador.
A López Obrador le va a pasar lo mismo que al subcomandante Marcos, que dilapidó, en unos cuantos años, su liderazgo y credibilidad, y se volvió sólo un personaje curioso de la historia nacional sin ninguna influencia política y social real. Ojalá que en su aventura López Obrador no se lleve entre las patas al PRD y a la izquierda.
El Estatal de Chihuahua
En los próximos días, el Tribunal Electoral (TEPJF) ratificará el triunfo de Felipe Calderón y le dará la constancia de presidente electo. López Obrador ha dejado claro que no aceptará la resolución del Tribunal y luchará por cualquier vía para impedir la imposición y transformar las instituciones nacionales.
AMLO ha elegido un camino similar al que escogió el subcomandante Marcos en 1994, que nunca creyó en la vía electoral ni en las instituciones nacionales. Su discurso se ha vuelto más radical, llamando a la insurrección civil para cambiar las instituciones, y es parecido al que tuvo Marcos al inicio de 1994. La convocatoria a una convención nacional para definir la estrategia a seguir es similar a la que en su momento llamó el EZLN para echar abajo al régimen y las instituciones nacionales por la vía de la insurrección social. AMLO sabe que por esta vía se cancela cualquier opción electoral en el futuro y que sólo una mayor radicalización le dará el espacio para mantener su presencia política.
Según diversas encuestas, si en este momento se llevasen a cabo nuevas elecciones, AMLO quedaría probablemente en tercer lugar, muy lejos de Felipe Calderón, e incluso abajo del candidato del PRI aun en el caso de que repitiese Madrazo. En unas cuantas semanas, AMLO y el PRD han quemado gran parte del capital político y apoyo electoral que ganaron el 2 de julio; sin embargo, en lugar de rectificar su estrategia parecen decididos a llevar las protestas y manifestaciones a posiciones más extremas.
Una vez que el Tribunal emita su resolución ya no tienen razón de ser los bloqueos en Reforma y las manifestaciones, por lo que la decisión de continuar va a hacerles perder, aún más, el apoyo de la población.
En la convención del próximo 16 de septiembre, AMLO tratará de imponerle al PRD y sus legisladores su estrategia de choque, comprometiéndolos a que mantengan la lucha en las calles y desconozcan el triunfo de Calderón. Él mismo ha señalado que buscará que la convención lo nombre "presidente legítimo", con lo que cancela, para él y el PRD, cualquier posibilidad de diálogo y acuerdo durante el sexenio. En la convención, el PRD se juega su futuro inmediato, si gana la estrategia de AMLO el partido se marginará cada día más de la vida institucional y se aislará en el Congreso.
No es seguro, sin embargo, que pueda imponer su agenda al PRD y sus legisladores, su poder en el interior del partido estaba basado en su posibilidad de triunfo en la elección presidencial y no en alianzas y acuerdos con las principales fuerzas y grupos del PRD, como quedó demostrado en la elección de los coordinadores parlamentarios.
AMLO ya decidió quemar para él la vía electoral y va a optar por radicalizarse y marginarse cada día más de la vida institucional del país para mantener alguna presencia política. Es muy probable que dentro del PRD se vaya quedando sólo con el apoyo de los grupos más extremos y rijosos, que a falta de ideas ven en la movilización y la confrontación la única forma de hacer política. Las corrientes y liderazgos principales del PRD y la izquierda le tienen que apostar, como lo decidieron hace muchos años, a la vía electoral y a la negociación en el Congreso para impulsar los cambios que le urgen al país, y tendrán que deslindarse poco a poco de las posiciones extremas de López Obrador.
A López Obrador le va a pasar lo mismo que al subcomandante Marcos, que dilapidó, en unos cuantos años, su liderazgo y credibilidad, y se volvió sólo un personaje curioso de la historia nacional sin ninguna influencia política y social real. Ojalá que en su aventura López Obrador no se lleve entre las patas al PRD y a la izquierda.
Se resiste a robo; lo matan ante su hijo
(Y el gobierno del DF protegiendo al Peje y sus plantones...)
La víctima ha sido identificada como Francisco Oviel Villarreal, quien quedó muerto a dos metros de su vehículo
Rafael González
Ciudad de México(29 agosto 2006).-Francisco Oviel Villarreal se dirigía a la escuela de sus hijos cuando fue sorprendido por dos desconocidos, que tras negarles la entrega de su camioneta Ford Escape, lo asesinaron a balazos en la Colonia Hacienda Coyoacán, Delegación Coyoacán, frente a uno de sus hijos.
La Policía informó que el padre de familia, quien presuntamente es director de la empresa Integradora de Servicios Operativos S.A., que le da servicios a la Secretaría de Hacienda en asuntos aduanales, salió acompañado de sus dos hijos de 7 y 11 años de edad de su casa.
Aunque a uno de ellos ya lo había dejado en el colegio y se dirigía a dejar al otro cuando fue víctima del atentado.
Testigos informaron a las autoridades que los delincuentes atacaron a su víctima cuando ayudaba a uno de los niños, a bajar del auto. Al no conseguir el robo del vehículo, los homicidas escaparon a bordo de una motocicleta deportiva, color rojo, en el sentido contrario de la Calzada del Hueso.
Oviel Villarreal recibió un balazo en la cabeza y murió antes de recibir atención médica.
La víctima ha sido identificada como Francisco Oviel Villarreal, quien quedó muerto a dos metros de su vehículo
Rafael González
Ciudad de México(29 agosto 2006).-Francisco Oviel Villarreal se dirigía a la escuela de sus hijos cuando fue sorprendido por dos desconocidos, que tras negarles la entrega de su camioneta Ford Escape, lo asesinaron a balazos en la Colonia Hacienda Coyoacán, Delegación Coyoacán, frente a uno de sus hijos.
La Policía informó que el padre de familia, quien presuntamente es director de la empresa Integradora de Servicios Operativos S.A., que le da servicios a la Secretaría de Hacienda en asuntos aduanales, salió acompañado de sus dos hijos de 7 y 11 años de edad de su casa.
Aunque a uno de ellos ya lo había dejado en el colegio y se dirigía a dejar al otro cuando fue víctima del atentado.
Testigos informaron a las autoridades que los delincuentes atacaron a su víctima cuando ayudaba a uno de los niños, a bajar del auto. Al no conseguir el robo del vehículo, los homicidas escaparon a bordo de una motocicleta deportiva, color rojo, en el sentido contrario de la Calzada del Hueso.
Oviel Villarreal recibió un balazo en la cabeza y murió antes de recibir atención médica.
¿Y el fraude?
Ricardo Alemán
Itinerario Político
El Universal
29 de agosto de 2006
Lo difícil era asumirse como un demócrata y reconocer los errores; acaso por eso no transitaron ese camino
A l resolver los 375 juicios de impugnación que presentaron la coalición de AMLO y el PAN sobre la elección presidencial, el TEPJF prácticamente confirmó la inexistencia del presunto fraude electoral, por lo menos en sus etapas de emisión y recuento de los sufragios y, sobre todo, en la participación ciudadana para hacer posible la jornada electoral. Restan la valoración de las causales abstractas, la validación o no del conjunto de la elección y la declaratoria de ganador.
A estas alturas, según los resolutivos del TEPJF, ni en el recuento parcial de votos ni en la revisión de los 375 juicios de impugnación aparece el supuesto fraude. Eso sí, están presentes fallas, irregularidades normales y hasta vacíos legales de toda elección Y si a juicio de la máxima autoridad electoral no fue posible que la coalición impugnadora demostrara la existencia de tal fraude, lo que veremos en los próximos días será la declaración de Calderón como presidente electo. Además se confirmará que AMLO y su coalición recurrieron a un grosero montaje mediático, de altísimos costos políticos, que habrá minado la esencia de la democracia electoral: credibilidad y confianza en las instituciones.
Quedará claro que el camino más fácil y de mayor rentabilidad mediática fue el seguido por López Obrador y sus fieles, el de sembrar la duda sobre la validez de la elección presidencial y responsabilizar del presunto fraude a las instituciones electorales. Así, a la lista de supuestos "perversos" que se habrían confabulado para arrebatarle a AMLO el "triunfo legítimo", se sumará el Tribunal Electoral, a cuyos magistrados se endilgará toda clase de adjetivos porque se habrían prestado al fraude. Y sólo faltaba el TEPJF, porque AMLO y sus creyentes han acusado de la gran perversión a todos o casi todos.
En sentido contrario, el camino más difícil era haber aceptado que -más allá de notorios errores, severas deficiencias y vacíos legales- en realidad no consiguieron el voto mayoritario debido a evidentes fallas estratégicas, a una grotesca confianza excesiva y, sobre todo, a que la mexicana es una sociedad conservadora en la que permearon, por un lado, la campaña del miedo y, por el otro, la agresividad discursiva mostrada por AMLO. Lo difícil era asumirse como un demócrata y reconocer los errores. Acaso por eso no transitaron ese camino.
Pero lo cierto es que a pesar de la ruidosa y por momentos exitosa estrategia seguida por AMLO y sus fieles -que se podría traducir en una peligrosa espiral de ingobernabilidad-, el supuesto fraude no aparece por ningún lado y al resolver las 375 impugnaciones a la elección presidencial, el Tribunal Electoral desechó las presunciones de que se produjo un fraude generalizado, canceló toda posibilidad de anular la elección, confirmó que la coalición de AMLO no sustentó jurídicamente sus dichos mediáticos, y en la práctica adelantó la validez de la elección presidencial.
¿Qué dirán ahora? La pregunta es ociosa, porque todo lo que tenían que decir del conflicto postelectoral ya lo dijeron. Para AMLO y sus escuderos -y para buena parte de sus seguidores y simpatizantes- nada de lo que resuelva el TEPJF, que no sea el ya imposible triunfo de AMLO, tendrá la menor validez. Así, la reacción que antes, durante y después de la actuación del Tribunal mostraron y mostrarán los jefes de la coalición impugnadora, no es más que la confirmación de que la estrategia no era por la limpieza de la elección, por el voto por voto, sino a favor del descarrilamiento del proceso electoral y la destrucción de las instituciones electorales.
Desde el momento en que AMLO y sus mariscales echaron a caminar la irresponsable versión del supuesto fraude -sin contar con las evidencias mínimas y a partir de una campaña mediática de medias verdades y mentiras completas-, quedó claro que ante su derrota -porque en el cuartel de AMLO se sabía perfectamente que era imposible demostrar el fraude que gritaban a todo el mundo-, López Obrador le apostó a la creación de una crisis que derivara en la anulación de la elección, como camino para no aceptar que fue derrotado por la "perversa derecha". Pero la realidad e instituciones como el Tribunal Electoral han demostrado que el fraude no existió, que AMLO no es un demócrata y el tamaño de la perversión del aún candidato presidencial.
Por supuesto que aún resta que el Tribunal valore las causales de nulidad abstracta, que califique la validez de la elección y que declare presidente electo. En el primer caso, el TEPJF encontrará que, en efecto, la intromisión del presidente Fox en el proceso fue un acto reprobable, que en su momento sancionó el propio Tribunal, pero que no fue determinante en el resultado. Un caso similar ocurrirá con la cuestionable intromisión de grupos empresariales mediante la difusión de spots dirigidos a restar credibilidad a López Obrador. No se trató de una ilegalidad, sino de una intervención carente de ética. Y sobre la llamada "guerra sucia", sobre los spots para desprestigiar a AMLO, sobre la presunta inequidad en radio y tv, el saldo será adverso a la coalición de AMLO. En suma, el fraude no apareció, porque no existió. Lo que existe son graves vacíos en la legislación electoral y la deliberada perversión de quienes no digieren la democracia. Al tiempo.
aleman2@prodigy.net.mx
Itinerario Político
El Universal
29 de agosto de 2006
Lo difícil era asumirse como un demócrata y reconocer los errores; acaso por eso no transitaron ese camino
A l resolver los 375 juicios de impugnación que presentaron la coalición de AMLO y el PAN sobre la elección presidencial, el TEPJF prácticamente confirmó la inexistencia del presunto fraude electoral, por lo menos en sus etapas de emisión y recuento de los sufragios y, sobre todo, en la participación ciudadana para hacer posible la jornada electoral. Restan la valoración de las causales abstractas, la validación o no del conjunto de la elección y la declaratoria de ganador.
A estas alturas, según los resolutivos del TEPJF, ni en el recuento parcial de votos ni en la revisión de los 375 juicios de impugnación aparece el supuesto fraude. Eso sí, están presentes fallas, irregularidades normales y hasta vacíos legales de toda elección Y si a juicio de la máxima autoridad electoral no fue posible que la coalición impugnadora demostrara la existencia de tal fraude, lo que veremos en los próximos días será la declaración de Calderón como presidente electo. Además se confirmará que AMLO y su coalición recurrieron a un grosero montaje mediático, de altísimos costos políticos, que habrá minado la esencia de la democracia electoral: credibilidad y confianza en las instituciones.
Quedará claro que el camino más fácil y de mayor rentabilidad mediática fue el seguido por López Obrador y sus fieles, el de sembrar la duda sobre la validez de la elección presidencial y responsabilizar del presunto fraude a las instituciones electorales. Así, a la lista de supuestos "perversos" que se habrían confabulado para arrebatarle a AMLO el "triunfo legítimo", se sumará el Tribunal Electoral, a cuyos magistrados se endilgará toda clase de adjetivos porque se habrían prestado al fraude. Y sólo faltaba el TEPJF, porque AMLO y sus creyentes han acusado de la gran perversión a todos o casi todos.
En sentido contrario, el camino más difícil era haber aceptado que -más allá de notorios errores, severas deficiencias y vacíos legales- en realidad no consiguieron el voto mayoritario debido a evidentes fallas estratégicas, a una grotesca confianza excesiva y, sobre todo, a que la mexicana es una sociedad conservadora en la que permearon, por un lado, la campaña del miedo y, por el otro, la agresividad discursiva mostrada por AMLO. Lo difícil era asumirse como un demócrata y reconocer los errores. Acaso por eso no transitaron ese camino.
Pero lo cierto es que a pesar de la ruidosa y por momentos exitosa estrategia seguida por AMLO y sus fieles -que se podría traducir en una peligrosa espiral de ingobernabilidad-, el supuesto fraude no aparece por ningún lado y al resolver las 375 impugnaciones a la elección presidencial, el Tribunal Electoral desechó las presunciones de que se produjo un fraude generalizado, canceló toda posibilidad de anular la elección, confirmó que la coalición de AMLO no sustentó jurídicamente sus dichos mediáticos, y en la práctica adelantó la validez de la elección presidencial.
¿Qué dirán ahora? La pregunta es ociosa, porque todo lo que tenían que decir del conflicto postelectoral ya lo dijeron. Para AMLO y sus escuderos -y para buena parte de sus seguidores y simpatizantes- nada de lo que resuelva el TEPJF, que no sea el ya imposible triunfo de AMLO, tendrá la menor validez. Así, la reacción que antes, durante y después de la actuación del Tribunal mostraron y mostrarán los jefes de la coalición impugnadora, no es más que la confirmación de que la estrategia no era por la limpieza de la elección, por el voto por voto, sino a favor del descarrilamiento del proceso electoral y la destrucción de las instituciones electorales.
Desde el momento en que AMLO y sus mariscales echaron a caminar la irresponsable versión del supuesto fraude -sin contar con las evidencias mínimas y a partir de una campaña mediática de medias verdades y mentiras completas-, quedó claro que ante su derrota -porque en el cuartel de AMLO se sabía perfectamente que era imposible demostrar el fraude que gritaban a todo el mundo-, López Obrador le apostó a la creación de una crisis que derivara en la anulación de la elección, como camino para no aceptar que fue derrotado por la "perversa derecha". Pero la realidad e instituciones como el Tribunal Electoral han demostrado que el fraude no existió, que AMLO no es un demócrata y el tamaño de la perversión del aún candidato presidencial.
Por supuesto que aún resta que el Tribunal valore las causales de nulidad abstracta, que califique la validez de la elección y que declare presidente electo. En el primer caso, el TEPJF encontrará que, en efecto, la intromisión del presidente Fox en el proceso fue un acto reprobable, que en su momento sancionó el propio Tribunal, pero que no fue determinante en el resultado. Un caso similar ocurrirá con la cuestionable intromisión de grupos empresariales mediante la difusión de spots dirigidos a restar credibilidad a López Obrador. No se trató de una ilegalidad, sino de una intervención carente de ética. Y sobre la llamada "guerra sucia", sobre los spots para desprestigiar a AMLO, sobre la presunta inequidad en radio y tv, el saldo será adverso a la coalición de AMLO. En suma, el fraude no apareció, porque no existió. Lo que existe son graves vacíos en la legislación electoral y la deliberada perversión de quienes no digieren la democracia. Al tiempo.
aleman2@prodigy.net.mx
Mientras más asombroso, más creíble
Román Revueltas Retes
Interludio
Milenio
29 de agosto de 2006
O sea, que las cosas no son lo que son. Nada es lo que parece sino que todo es pura simulación, puro engaño, pura mentira. No se puede creer en nada ni en nadie. Miren, para mayores señas, el episodio de los pescadores: su terrible odisea no pudo ocurrir. Digo, se veían muy fresquitos y rozagantes tras nueves meses enteros a la deriva en una barcaza. No es creíble. Es decir, no es posible Los cubanos, por contra, ésos sí que son gente sincera: se mueren de verdad y de manera irreversible a las 72 de horas de haberse hecho a la mar en busca del paraíso capitalista. Tampoco los subsaharianos resisten más de un par de semanas hacinados en una de esas pateras que acarrean almas desesperadas a las costas del democrático Reino de España. Los individuos de la especie tienen sus debilidades, sí señor, y no hablo de las tentaciones de la carne ni de otros apetitos sino de lo biológico, de la consustancial fragilidad del organismo humano. La carne es débil, insisto.
Muy bien, supongamos en consecuencia que se trata de un montaje, como algunos creen. Pero ¿por qué? ¿Para qué? Y, sobre todo ¿con qué? A mí, de simplemente imaginar las inauditas complicaciones de armar parecido numerito, se me traban las neuronas de mi cabecita, lectores. Imaginen ustedes, para empezar, el simple asunto de encontrar a cinco personas dispuestas a desaparecer de la circulación durante nueve meses, dos de ellas con una vocación suicida, además. Luego, trasladarlas hasta allá de cualquier manera, hasta el lejanísimo punto del océano Pacífico donde fueron encontradas… ¡con todo y la chalupa! Una operación de película, señoras y señores, digna de los más sofisticados servicios especiales, realizada por una veintena de agentes cuya complicidad y discreción deben ser aseguradas. Bueno, a pesar de lo absurdo y fantasioso de todo ello, mucha gente se lo cree, en vez de digerir tranquilamente la otra historia. Esto sí que es digno de no creerse.
Interludio
Milenio
29 de agosto de 2006
O sea, que las cosas no son lo que son. Nada es lo que parece sino que todo es pura simulación, puro engaño, pura mentira. No se puede creer en nada ni en nadie. Miren, para mayores señas, el episodio de los pescadores: su terrible odisea no pudo ocurrir. Digo, se veían muy fresquitos y rozagantes tras nueves meses enteros a la deriva en una barcaza. No es creíble. Es decir, no es posible Los cubanos, por contra, ésos sí que son gente sincera: se mueren de verdad y de manera irreversible a las 72 de horas de haberse hecho a la mar en busca del paraíso capitalista. Tampoco los subsaharianos resisten más de un par de semanas hacinados en una de esas pateras que acarrean almas desesperadas a las costas del democrático Reino de España. Los individuos de la especie tienen sus debilidades, sí señor, y no hablo de las tentaciones de la carne ni de otros apetitos sino de lo biológico, de la consustancial fragilidad del organismo humano. La carne es débil, insisto.
Muy bien, supongamos en consecuencia que se trata de un montaje, como algunos creen. Pero ¿por qué? ¿Para qué? Y, sobre todo ¿con qué? A mí, de simplemente imaginar las inauditas complicaciones de armar parecido numerito, se me traban las neuronas de mi cabecita, lectores. Imaginen ustedes, para empezar, el simple asunto de encontrar a cinco personas dispuestas a desaparecer de la circulación durante nueve meses, dos de ellas con una vocación suicida, además. Luego, trasladarlas hasta allá de cualquier manera, hasta el lejanísimo punto del océano Pacífico donde fueron encontradas… ¡con todo y la chalupa! Una operación de película, señoras y señores, digna de los más sofisticados servicios especiales, realizada por una veintena de agentes cuya complicidad y discreción deben ser aseguradas. Bueno, a pesar de lo absurdo y fantasioso de todo ello, mucha gente se lo cree, en vez de digerir tranquilamente la otra historia. Esto sí que es digno de no creerse.
Calderón, "cuasi presidente"
Luis Soto
Agenda confidencial
El financiero
Martes, 29 de agosto de 2006
Finalmente, los magistrados del Tribual Electoral del Poder Judicial de la Federación no encontraron elementos suficientes y menos contundentes para anular la elección presidencial del 2 de julio, como quería Andrés Manuel López Obrador. Tampoco anularon aquellas casillas en donde a juicio del PRD había votos "aparecidos", "desaparecidos" y espurios, lo que según ellos hubiera "dado la vuelta" al resultado de los comicios. Por tanto, lo más seguro es que antes del 6 de septiembre el mismo Tribunal declare presidente electo a Felipe Calderón Hinojosa.
Ante la decisión de los magistrados, el tabasqueño que quiere ser presidente "aunque sea de mentiritas", obviamente rechazó el nuevo cómputo del Tribunal y sacó a relucir nuevamente su repertorio de calificativos que dirigió a todos los que no lo quieren, empezando por el presidente Vicente Fox, siguiendo con Calderón, Salinas, Mariano Azuela y su camarilla, los magistrados del Tribunal Electoral a quienes alguna vez les dijo que respetaría cualquier decisión; los medios de comunicación que no le dan espacio... Nada que no estuviera previsto, pues.
A sus seguidores les repitió el discurso del domingo pasado en donde les preguntó: ¿Qué haremos si el Tribunal convalida el fraude y respalda a los delincuentes que nos quieren robar la elección? Y les recordó que todo eso y más, mucho más, lo van a plantear en la convención nacional democrática que se realizará el 16 de septiembre. "Vamos a decidir, si reconoceremos o ratificamos a un presidente legítimo de los Estados Unidos Mexicanos o si elegimos un jefe de Gobierno en resistencia; a un encargado del Poder Ejecutivo o a un coordinador nacional de resistencia civil pacífica mientras dura la usurpación (de Calderón)." Déjenme decirles, lectores, que el domingo los seguidores de López no entendieron la propuesta de López por lo que éste la explicó varias veces. Pero aquéllos siguieron sin entender "ni papa" por lo que les tuvo que decir: "Todo esto se irá aclarando." En el discurso de ayer replanteó la misma propuesta, con las mismas enredadas palabras, y tampoco le entendieron, hasta que los "paleros" que estaban atrás de él empezaron a gritar ¡Presidente! ¡Presidente! ¡Presidente! Lógicamente en la persona del señor López.
Ante esta situación, es casi seguro que después del 16 de septiembre México tenga tres presidentes: uno en funciones, otro electo y uno ilegítimo. Pero lo peor del caso es que "de los tres no se hace uno". ¡Pero querían democracia, no!
Por cierto, que en su homilía, perdón en su arenga del domingo, López Obrador casi les rogó a los diputados y senadores del PRD que no lo dejen solo en la lucha por la democracia, la justicia y la libertad. Carlos Navarrete y Javier González Garza -quienes van a dirigir las bancadas en el Senado y en la Cámara de Diputados, respectivamente- respondieron de inmediato: No te preocupes, Andrés, "el presidente Vicente Fox va a saber el próximo 1 de septiembre de qué están hechos los legisladores perredistas". De qué, de qué, preguntaban los curiosos que quieren un adelantito. ¿De terracota, de acero, de piedra, de buena madera? De nada de eso, responden los malosos, están hechos de ese material con el que se elaboran los adobes, agregan; aunque hay excepciones, aclaran.
Ya nada más como anécdota, todavía el fin de semana, uno de los integrantes del "equipazo" del tabasqueño, aquel que le "lava el coco" en materia económica y financiera, le había sugerido a Andrés Manuel que ante el "cerco informativo" en su contra -que según ellos habían establecido los medios de comunicación- publicaran un desplegado en los principales periódicos el país para denunciar las irregularidades y pedir de paso que se anularan unas 12 mil casillas, amparados en lo que señala el artículo 75 de la Ley General del Sistema de Medios de Impugnación sobre Nulidades; artículo que establece 11 causales bajo las que puede surtir efecto la nulidad. De esas 11, las que más coincidían con lo que demandaban los perredistas eran dos; una dice: "Haber mediado dolo o error en la computación de los votos y siempre que ello sea determinante para el resultado de la votación". La otra señala: "Existir irregularidades graves, plenamente acreditadas y no reparables durante la jornada electoral o en las actas de escrutinio y cómputo que, en forma evidente, pongan en duda la certeza de la votación y sean determinantes para el resultado de la misma". ¡Pues qué bueno que no nos gastamos el billete en una causa perdida! Exclamaron algunos perredistas. Y tienen razón, pues de todos modos el Tribunal "les iba a dar palo".
Agenda previa
El Grupo Iusacell anunció que en el marco de su concurso mercantil concretó la firma con un grupo de acreedores que representan cerca del 90 por ciento del total de la deuda de la empresa, y que en su oportunidad, junto con la anuencia del conciliador, lo presentará ante el juez para su aprobación y con ello concluir el proceso de reestructura de la sociedad. El acuerdo se concretó bajo los términos anunciados que consisten en el intercambio de los bonos 2006 por un nuevo bono con un monto principal de 175 millones de dólares que devengarán intereses del 10 por ciento anual, con pagos semestrales que incluyen la opción para Iusacell de capitalizar hasta el 40 por ciento de cada pago de intereses. El acuerdo incluye también la condonación de los intereses devengados y no pagados.
Agenda confidencial
El financiero
Martes, 29 de agosto de 2006
Finalmente, los magistrados del Tribual Electoral del Poder Judicial de la Federación no encontraron elementos suficientes y menos contundentes para anular la elección presidencial del 2 de julio, como quería Andrés Manuel López Obrador. Tampoco anularon aquellas casillas en donde a juicio del PRD había votos "aparecidos", "desaparecidos" y espurios, lo que según ellos hubiera "dado la vuelta" al resultado de los comicios. Por tanto, lo más seguro es que antes del 6 de septiembre el mismo Tribunal declare presidente electo a Felipe Calderón Hinojosa.
Ante la decisión de los magistrados, el tabasqueño que quiere ser presidente "aunque sea de mentiritas", obviamente rechazó el nuevo cómputo del Tribunal y sacó a relucir nuevamente su repertorio de calificativos que dirigió a todos los que no lo quieren, empezando por el presidente Vicente Fox, siguiendo con Calderón, Salinas, Mariano Azuela y su camarilla, los magistrados del Tribunal Electoral a quienes alguna vez les dijo que respetaría cualquier decisión; los medios de comunicación que no le dan espacio... Nada que no estuviera previsto, pues.
A sus seguidores les repitió el discurso del domingo pasado en donde les preguntó: ¿Qué haremos si el Tribunal convalida el fraude y respalda a los delincuentes que nos quieren robar la elección? Y les recordó que todo eso y más, mucho más, lo van a plantear en la convención nacional democrática que se realizará el 16 de septiembre. "Vamos a decidir, si reconoceremos o ratificamos a un presidente legítimo de los Estados Unidos Mexicanos o si elegimos un jefe de Gobierno en resistencia; a un encargado del Poder Ejecutivo o a un coordinador nacional de resistencia civil pacífica mientras dura la usurpación (de Calderón)." Déjenme decirles, lectores, que el domingo los seguidores de López no entendieron la propuesta de López por lo que éste la explicó varias veces. Pero aquéllos siguieron sin entender "ni papa" por lo que les tuvo que decir: "Todo esto se irá aclarando." En el discurso de ayer replanteó la misma propuesta, con las mismas enredadas palabras, y tampoco le entendieron, hasta que los "paleros" que estaban atrás de él empezaron a gritar ¡Presidente! ¡Presidente! ¡Presidente! Lógicamente en la persona del señor López.
Ante esta situación, es casi seguro que después del 16 de septiembre México tenga tres presidentes: uno en funciones, otro electo y uno ilegítimo. Pero lo peor del caso es que "de los tres no se hace uno". ¡Pero querían democracia, no!
Por cierto, que en su homilía, perdón en su arenga del domingo, López Obrador casi les rogó a los diputados y senadores del PRD que no lo dejen solo en la lucha por la democracia, la justicia y la libertad. Carlos Navarrete y Javier González Garza -quienes van a dirigir las bancadas en el Senado y en la Cámara de Diputados, respectivamente- respondieron de inmediato: No te preocupes, Andrés, "el presidente Vicente Fox va a saber el próximo 1 de septiembre de qué están hechos los legisladores perredistas". De qué, de qué, preguntaban los curiosos que quieren un adelantito. ¿De terracota, de acero, de piedra, de buena madera? De nada de eso, responden los malosos, están hechos de ese material con el que se elaboran los adobes, agregan; aunque hay excepciones, aclaran.
Ya nada más como anécdota, todavía el fin de semana, uno de los integrantes del "equipazo" del tabasqueño, aquel que le "lava el coco" en materia económica y financiera, le había sugerido a Andrés Manuel que ante el "cerco informativo" en su contra -que según ellos habían establecido los medios de comunicación- publicaran un desplegado en los principales periódicos el país para denunciar las irregularidades y pedir de paso que se anularan unas 12 mil casillas, amparados en lo que señala el artículo 75 de la Ley General del Sistema de Medios de Impugnación sobre Nulidades; artículo que establece 11 causales bajo las que puede surtir efecto la nulidad. De esas 11, las que más coincidían con lo que demandaban los perredistas eran dos; una dice: "Haber mediado dolo o error en la computación de los votos y siempre que ello sea determinante para el resultado de la votación". La otra señala: "Existir irregularidades graves, plenamente acreditadas y no reparables durante la jornada electoral o en las actas de escrutinio y cómputo que, en forma evidente, pongan en duda la certeza de la votación y sean determinantes para el resultado de la misma". ¡Pues qué bueno que no nos gastamos el billete en una causa perdida! Exclamaron algunos perredistas. Y tienen razón, pues de todos modos el Tribunal "les iba a dar palo".
Agenda previa
El Grupo Iusacell anunció que en el marco de su concurso mercantil concretó la firma con un grupo de acreedores que representan cerca del 90 por ciento del total de la deuda de la empresa, y que en su oportunidad, junto con la anuencia del conciliador, lo presentará ante el juez para su aprobación y con ello concluir el proceso de reestructura de la sociedad. El acuerdo se concretó bajo los términos anunciados que consisten en el intercambio de los bonos 2006 por un nuevo bono con un monto principal de 175 millones de dólares que devengarán intereses del 10 por ciento anual, con pagos semestrales que incluyen la opción para Iusacell de capitalizar hasta el 40 por ciento de cada pago de intereses. El acuerdo incluye también la condonación de los intereses devengados y no pagados.
Cerco, sí, pero de generalizaciones
Carlos Marín
Asalto a la razón
Milenio
29 de agosto de 2006
cmarin@milenio.com
Ciro Gómez Leyva preguntó a Gerardo Fernández Noroña qué con eso del “cerco informativo”.
“Hay una campaña muy dura en contra nuestra”, respondió el vocero de la coalición, y ejemplificó con el intercambio de opiniones entre periodistas en Tercer Grado:
“En las últimas semanas ha sido un apretar durísimo”, dijo, y diagnosticó: “Hay una subordinación frente al poder… con todo respeto lo digo”.
De poco sirvió que Ciro le hablara de lo libres que son (en prensa, radio y televisión) él y sus colegas con quienes discute.
“No debemos personalizarlo porque (seríamos) injustos, o podemos hacer una generalización que no aplica. Estamos hablando de un fenómeno general…”, eludió el galimático entrevistado y (como si alguien lo hubiera siquiera insinuado) trató de justificar:
“No nos pueden pedir que traicionemos a la gente…”.
“¿Su 33 por ciento?”, preguntó Ciro.
“El país completo. Hasta los que no piensan como nosotros...”, ¡respondió..!
Asalto a la razón
Milenio
29 de agosto de 2006
cmarin@milenio.com
Ciro Gómez Leyva preguntó a Gerardo Fernández Noroña qué con eso del “cerco informativo”.
“Hay una campaña muy dura en contra nuestra”, respondió el vocero de la coalición, y ejemplificó con el intercambio de opiniones entre periodistas en Tercer Grado:
“En las últimas semanas ha sido un apretar durísimo”, dijo, y diagnosticó: “Hay una subordinación frente al poder… con todo respeto lo digo”.
De poco sirvió que Ciro le hablara de lo libres que son (en prensa, radio y televisión) él y sus colegas con quienes discute.
“No debemos personalizarlo porque (seríamos) injustos, o podemos hacer una generalización que no aplica. Estamos hablando de un fenómeno general…”, eludió el galimático entrevistado y (como si alguien lo hubiera siquiera insinuado) trató de justificar:
“No nos pueden pedir que traicionemos a la gente…”.
“¿Su 33 por ciento?”, preguntó Ciro.
“El país completo. Hasta los que no piensan como nosotros...”, ¡respondió..!
La herencia
Federico Reyes Heroles
Reforma
29 de agosto de 2006
Las campañas son un desfile de irresponsabilidades. De allí su mala fama. Los candidatos, sin excepción, prometen lo que con frecuencia saben impracticable. Las mentiras se convierten en moneda de cambio cotidiano. Ni hablar. Así es la política. Muchos lances discursivos apuntan al corazón del elector, no a la mente. De allí la incorregible demagogia. Por ese camino en las campañas se desnudan emociones populares, creencias que son usadas como carne de cañón de la guerra entre los políticos. Las emociones se convierten en mercancía. El 2006 AMLO exacerbó a un México dividido, de odios ancestrales, añorante de un caudillo y brutalmente premoderno.
De entrada lo más notable fue el simplismo. Con 8 años de escolaridad promedio, el simplismo sigue siendo una amenaza. Los planteamientos elaborados están en desventaja. Ese país de simplismos no irá muy lejos. A pesar de que más del 80 por ciento de la población se autodefine como clase media, la tajante división discursiva entre "pobres y ricos" prendió en muchos. En una fuga hacia un pasado discursivo ya remoto, medio siglo, en cuestión de meses "los ricos" se convirtieron en la explicación central de la pobreza. En el fondo del discurso de AMLO acabar con "los ricos" era la solución. En un acto de auténtica persecución llegamos a tener las listas de los "ricos" culpables de nuestras desgracias. Fue muy selectivo. Lo mismo ocurrió con el concepto de "la derecha" para señalar a un ogro capaz de las peores trapacerías. En un país de verdaderas libertades que alguien se defina como de derecha no sería afrenta, ni pecado, es una forma más de interpretar al mundo a la cual cualquiera tiene derecho y ya. Estigmatizar la expresión es un acto tan cavernario como perseguir "comunistas" o curas.
Pero López Obrador no sólo logró convencer a mexicanos de escasa instrucción, también apoyaron sus mociones personas que uno supondría informadas. ¿Cómo fue que cayeron en el simplismo provocador? El discurso llegó a sus corazones sin pasar por la cabeza. Las medidas justicieras de AMLO no tenían sustento. La "eliminación" de los ricos no genera más bienestar para los desamparados. Por el contrario, espantar a los capitales sí empobrece a los más pobres. Cualquier cabeza medianamente informada sabe que arribar a la justicia social supone un largo camino que atraviesa forzosamente por varios requisitos insalvables. Nada hay súbito, salvo la idea de revolución. Así nos fue.
No puede haber justicia social en un país carente de un sistema fiscal generalizado y progresivo. ¿Qué se propuso al respecto? Peor aun, la justicia social es imposible cuando la mitad de la economía es informal, informalidad que fue defendida a capa y espada como un hecho social resultado de la injusticia y no provocador de ella. El mundo al revés. El empleo y la educación son las otras grandes herramientas para lograr mayor igualdad. Pero para generar empleos en un mundo global se necesita flexibilidad laboral, no rigidez. Modificar la Ley Federal del Trabajo para lograr mayor flexibilidad hubiera sido, ésa sí, una medida de avanzada a favor de los más pobres. La simple mención del asunto era vista como anatema. Un país sin un sistema de pensiones generalizado y sólido nunca alcanzará buenos niveles de justicia. Sin un andamiaje de pensiones amplio y fuerte, es imposible incrementar el ahorro interno. Sin ahorro interno es imposible prosperar. Nada se propuso al respecto. Todo ese lenguaje suena a "tecnocracia" y la tecnocracia es la que "vendió" al país. Todo se soluciona entonces con llevar al paredón a cuatro o cinco ricos. Ésa fue la fórmula mágica de justicia súbita.
Una de las posturas más retrógradas del discurso de la izquierda es la que sigue poniendo a la propiedad de los recursos naturales como la gran fuente de progreso y justicia. Si así fuera México debiera ser un paraíso terrenal. Pero no es así. ¿Cómo explicarlo? En energía hemos seguido el recetario estatista al pie de la letra y la desigualdad sigue galopando. ¿No estaremos haciendo algo mal? Cómo explicar que naciones con menos recursos naturales -a veces en manos del Estado, en otras privatizados- han logrado niveles de bienestar e igualdad muy superiores a los nuestros. No tendrá algo que ver la eficiencia de las empresas. ¿Qué se dijo al respecto? Nada. Predominó el dogma del nacionalismo trasnochado.
La justicia social hoy cruza por muchas pistas. Por ejemplo, en la sociedad del conocimiento la educación básica es el gran condicionante, más de 13 años es el reto. Si queremos mayor justicia social tenemos que retomar a la educación como eje. Cobertura, deserción, exámenes estandarizados, calidad, becas, son temas de justicia social. México no podrá ser más justo mañana cuando alrededor de 30 por ciento de los jóvenes de 15 años ya no asisten a la escuela. ¿Cuál fue la propuesta "progresista" al respecto? Una más, sin acceso generalizado a la red -de Sonora a Yucatán, como rezaba el viejo anuncio- las desigualdades entre los mexicanos no sólo se perpetuarán sino que incluso podrían agravarse. Extender la red es un asunto de justicia social.
Finalmente la palabra prohibida en el discurso de cierta izquierda mexicana: productividad. El término suena burgués, es muy utilizado por los "tecnócratas", luego debe de encerrar algo malo. Es cierto, la productividad es un requisito de éxito impuesto por el mundo global sin demasiadas amabilidades. Pero la productividad también es la única fórmula para hacer que el "pastel" crezca. Más justicia social sólo se logra con mayor productividad.
Simplismos, desinformación, dogmas y mercadeo de los odios, ésa es la herencia.
Reforma
29 de agosto de 2006
Las campañas son un desfile de irresponsabilidades. De allí su mala fama. Los candidatos, sin excepción, prometen lo que con frecuencia saben impracticable. Las mentiras se convierten en moneda de cambio cotidiano. Ni hablar. Así es la política. Muchos lances discursivos apuntan al corazón del elector, no a la mente. De allí la incorregible demagogia. Por ese camino en las campañas se desnudan emociones populares, creencias que son usadas como carne de cañón de la guerra entre los políticos. Las emociones se convierten en mercancía. El 2006 AMLO exacerbó a un México dividido, de odios ancestrales, añorante de un caudillo y brutalmente premoderno.
De entrada lo más notable fue el simplismo. Con 8 años de escolaridad promedio, el simplismo sigue siendo una amenaza. Los planteamientos elaborados están en desventaja. Ese país de simplismos no irá muy lejos. A pesar de que más del 80 por ciento de la población se autodefine como clase media, la tajante división discursiva entre "pobres y ricos" prendió en muchos. En una fuga hacia un pasado discursivo ya remoto, medio siglo, en cuestión de meses "los ricos" se convirtieron en la explicación central de la pobreza. En el fondo del discurso de AMLO acabar con "los ricos" era la solución. En un acto de auténtica persecución llegamos a tener las listas de los "ricos" culpables de nuestras desgracias. Fue muy selectivo. Lo mismo ocurrió con el concepto de "la derecha" para señalar a un ogro capaz de las peores trapacerías. En un país de verdaderas libertades que alguien se defina como de derecha no sería afrenta, ni pecado, es una forma más de interpretar al mundo a la cual cualquiera tiene derecho y ya. Estigmatizar la expresión es un acto tan cavernario como perseguir "comunistas" o curas.
Pero López Obrador no sólo logró convencer a mexicanos de escasa instrucción, también apoyaron sus mociones personas que uno supondría informadas. ¿Cómo fue que cayeron en el simplismo provocador? El discurso llegó a sus corazones sin pasar por la cabeza. Las medidas justicieras de AMLO no tenían sustento. La "eliminación" de los ricos no genera más bienestar para los desamparados. Por el contrario, espantar a los capitales sí empobrece a los más pobres. Cualquier cabeza medianamente informada sabe que arribar a la justicia social supone un largo camino que atraviesa forzosamente por varios requisitos insalvables. Nada hay súbito, salvo la idea de revolución. Así nos fue.
No puede haber justicia social en un país carente de un sistema fiscal generalizado y progresivo. ¿Qué se propuso al respecto? Peor aun, la justicia social es imposible cuando la mitad de la economía es informal, informalidad que fue defendida a capa y espada como un hecho social resultado de la injusticia y no provocador de ella. El mundo al revés. El empleo y la educación son las otras grandes herramientas para lograr mayor igualdad. Pero para generar empleos en un mundo global se necesita flexibilidad laboral, no rigidez. Modificar la Ley Federal del Trabajo para lograr mayor flexibilidad hubiera sido, ésa sí, una medida de avanzada a favor de los más pobres. La simple mención del asunto era vista como anatema. Un país sin un sistema de pensiones generalizado y sólido nunca alcanzará buenos niveles de justicia. Sin un andamiaje de pensiones amplio y fuerte, es imposible incrementar el ahorro interno. Sin ahorro interno es imposible prosperar. Nada se propuso al respecto. Todo ese lenguaje suena a "tecnocracia" y la tecnocracia es la que "vendió" al país. Todo se soluciona entonces con llevar al paredón a cuatro o cinco ricos. Ésa fue la fórmula mágica de justicia súbita.
Una de las posturas más retrógradas del discurso de la izquierda es la que sigue poniendo a la propiedad de los recursos naturales como la gran fuente de progreso y justicia. Si así fuera México debiera ser un paraíso terrenal. Pero no es así. ¿Cómo explicarlo? En energía hemos seguido el recetario estatista al pie de la letra y la desigualdad sigue galopando. ¿No estaremos haciendo algo mal? Cómo explicar que naciones con menos recursos naturales -a veces en manos del Estado, en otras privatizados- han logrado niveles de bienestar e igualdad muy superiores a los nuestros. No tendrá algo que ver la eficiencia de las empresas. ¿Qué se dijo al respecto? Nada. Predominó el dogma del nacionalismo trasnochado.
La justicia social hoy cruza por muchas pistas. Por ejemplo, en la sociedad del conocimiento la educación básica es el gran condicionante, más de 13 años es el reto. Si queremos mayor justicia social tenemos que retomar a la educación como eje. Cobertura, deserción, exámenes estandarizados, calidad, becas, son temas de justicia social. México no podrá ser más justo mañana cuando alrededor de 30 por ciento de los jóvenes de 15 años ya no asisten a la escuela. ¿Cuál fue la propuesta "progresista" al respecto? Una más, sin acceso generalizado a la red -de Sonora a Yucatán, como rezaba el viejo anuncio- las desigualdades entre los mexicanos no sólo se perpetuarán sino que incluso podrían agravarse. Extender la red es un asunto de justicia social.
Finalmente la palabra prohibida en el discurso de cierta izquierda mexicana: productividad. El término suena burgués, es muy utilizado por los "tecnócratas", luego debe de encerrar algo malo. Es cierto, la productividad es un requisito de éxito impuesto por el mundo global sin demasiadas amabilidades. Pero la productividad también es la única fórmula para hacer que el "pastel" crezca. Más justicia social sólo se logra con mayor productividad.
Simplismos, desinformación, dogmas y mercadeo de los odios, ésa es la herencia.
Pide The New York Times a AMLO respetar decisión judicial
La Crónica
Notimex en Nueva York
Martes 29 de Agosto de 2006
El diario The New York Times instó hoy al ex candidato de la coalición Por el Bien de Todos, Andrés Manuel López Obrador, a poner fin a sus protestas y respetar la decisión final del tribunal electoral en su fallo de este lunes.
La víspera el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TRIFE) "no encontró evidencias de fraude generalizado y pocos errores para alterar los resultados" de los comicios del 2 de julio último, después de revisar 9.0 por ciento de las casillas.
Según el matutino, el fallo del tribunal desarticuló las quejas y exigencias de López Obrador, que le han servido de base durante ocho semanas para mantener sus protestas en la capital de México.
El diario recordó que el tribunal tiene de plazo hasta el 6 de septiembre para declarar un vencedor definitivo en las elecciones presidenciales.
"Nadie debería pedir a López Obrador que reconozca su derrota hasta ese fallo, pero es hora de que ponga fin a las protestas y prometa que respetará la decisión final del tribunal electoral", puntualizó The New York Times.
El periódico estadunidense comentó que "en un país donde el fraude solía ser rutina, un recuento total podría en verdad haber sido lo mejor".
"Pero esta votación fue aparentemente bien conducida y hay establecido un proceso claro para lidiar con estos desafíos. El tribunal electoral es respetado e independiente", subrayó el diario.
Sobre la actitud que debe adoptar el Partido de la Revolución Democrática (PRD) si su líder sigue adelante con las protestas, indicó que "debería decidir que es más grande que él y que su papel es como oposición dentro, no fuera, del proceso democrático".
El periódico señaló asimismo que el candidato del Partido Acción Nacional (PAN), Felipe Calderón, se equivocó al oponerse a un recuento total y que sus asesores también se equivocan al afirmar que no necesitan al PRD para gobernar.
Consideró que esto es más importante teniendo en cuenta la división del país, donde el norte apoya mayoritariamente al candidato del PAN y el sur a López Obrador.
"Incluso si pudiera gobernar solo, Calderón haría política para la elite de México", subrayó el diario, que añadió que pese de la aparente derrota de AMLO, "eso no significa que los millones de mexicanos que se sienten representados por él no tengan voz".
Notimex en Nueva York
Martes 29 de Agosto de 2006
El diario The New York Times instó hoy al ex candidato de la coalición Por el Bien de Todos, Andrés Manuel López Obrador, a poner fin a sus protestas y respetar la decisión final del tribunal electoral en su fallo de este lunes.
La víspera el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TRIFE) "no encontró evidencias de fraude generalizado y pocos errores para alterar los resultados" de los comicios del 2 de julio último, después de revisar 9.0 por ciento de las casillas.
Según el matutino, el fallo del tribunal desarticuló las quejas y exigencias de López Obrador, que le han servido de base durante ocho semanas para mantener sus protestas en la capital de México.
El diario recordó que el tribunal tiene de plazo hasta el 6 de septiembre para declarar un vencedor definitivo en las elecciones presidenciales.
"Nadie debería pedir a López Obrador que reconozca su derrota hasta ese fallo, pero es hora de que ponga fin a las protestas y prometa que respetará la decisión final del tribunal electoral", puntualizó The New York Times.
El periódico estadunidense comentó que "en un país donde el fraude solía ser rutina, un recuento total podría en verdad haber sido lo mejor".
"Pero esta votación fue aparentemente bien conducida y hay establecido un proceso claro para lidiar con estos desafíos. El tribunal electoral es respetado e independiente", subrayó el diario.
Sobre la actitud que debe adoptar el Partido de la Revolución Democrática (PRD) si su líder sigue adelante con las protestas, indicó que "debería decidir que es más grande que él y que su papel es como oposición dentro, no fuera, del proceso democrático".
El periódico señaló asimismo que el candidato del Partido Acción Nacional (PAN), Felipe Calderón, se equivocó al oponerse a un recuento total y que sus asesores también se equivocan al afirmar que no necesitan al PRD para gobernar.
Consideró que esto es más importante teniendo en cuenta la división del país, donde el norte apoya mayoritariamente al candidato del PAN y el sur a López Obrador.
"Incluso si pudiera gobernar solo, Calderón haría política para la elite de México", subrayó el diario, que añadió que pese de la aparente derrota de AMLO, "eso no significa que los millones de mexicanos que se sienten representados por él no tengan voz".
Mexico’s Recount
The New York Times
Editorial
August 29, 2006
For eight weeks, Andrés Manuel López Obrador has made his claim of electoral fraud the basis for what threatens to become a permanent protest of Mexico’s presidential election. Yesterday, Mexico’s electoral tribunal kicked away the foundations of his claim. In a recount of 9 percent of polling places, the judges found no evidence of widespread fraud and too few errors to change the results.
The electoral tribunal has not yet declared that Felipe Calderón, of the ruling National Action Party, is Mexico’s next president. It has until Sept. 6 to rule on whether President Vicente Fox and business groups interfered illegally in the election. No one should ask Mr. López Obrador to concede before this ruling. But it is time for him to end the protests and pledge to respect the tribunal’s final decision.
Mr. López Obrador, who trails Mr. Calderón by less than 0.6 percent of the vote, claims he really won and vows to make the country ungovernable until his claim is recognized. His supporters have set up squatter camps that have paralyzed parts of Mexico City. Mr. López Obrador argues that only a full recount would have settled the question. In a country where electoral fraud used to be routine, a full recount would indeed have been best.
But this vote was apparently well run, and there is a clear and thorough process in place to deal with challenges. The electoral tribunal is respected and independent. Mr. López Obrador’s continued insistence that he was robbed now sounds like whining. If he does not desist, his party, now the country’s second-largest, should decide that it is bigger than him and that its role is as opposition within, not outside, democratic processes.
Mr. Calderón, however, also needs to reach out. He erred in opposing a recount. And while his advisers insist that they do not need the Party of the Democratic Revolution to govern effectively, they are wrong. Mr. Calderón has less than 36 percent of the vote, and his own party fell short of a majority in both the Chamber of Deputies and the Senate. The country is split by class and geography, with the wealthy northern states supporting Mr. Calderón and the poorer south supporting Mr. López Obrador.
Even if he could govern alone, Mr. Calderón would be making policy in an echo chamber of Mexico’s elite. Mr. López Obrador has flaws that have apparently kept him from the presidency. But that does not mean that the millions of Mexicans who feel represented by him should have no voice.
Editorial
August 29, 2006
For eight weeks, Andrés Manuel López Obrador has made his claim of electoral fraud the basis for what threatens to become a permanent protest of Mexico’s presidential election. Yesterday, Mexico’s electoral tribunal kicked away the foundations of his claim. In a recount of 9 percent of polling places, the judges found no evidence of widespread fraud and too few errors to change the results.
The electoral tribunal has not yet declared that Felipe Calderón, of the ruling National Action Party, is Mexico’s next president. It has until Sept. 6 to rule on whether President Vicente Fox and business groups interfered illegally in the election. No one should ask Mr. López Obrador to concede before this ruling. But it is time for him to end the protests and pledge to respect the tribunal’s final decision.
Mr. López Obrador, who trails Mr. Calderón by less than 0.6 percent of the vote, claims he really won and vows to make the country ungovernable until his claim is recognized. His supporters have set up squatter camps that have paralyzed parts of Mexico City. Mr. López Obrador argues that only a full recount would have settled the question. In a country where electoral fraud used to be routine, a full recount would indeed have been best.
But this vote was apparently well run, and there is a clear and thorough process in place to deal with challenges. The electoral tribunal is respected and independent. Mr. López Obrador’s continued insistence that he was robbed now sounds like whining. If he does not desist, his party, now the country’s second-largest, should decide that it is bigger than him and that its role is as opposition within, not outside, democratic processes.
Mr. Calderón, however, also needs to reach out. He erred in opposing a recount. And while his advisers insist that they do not need the Party of the Democratic Revolution to govern effectively, they are wrong. Mr. Calderón has less than 36 percent of the vote, and his own party fell short of a majority in both the Chamber of Deputies and the Senate. The country is split by class and geography, with the wealthy northern states supporting Mr. Calderón and the poorer south supporting Mr. López Obrador.
Even if he could govern alone, Mr. Calderón would be making policy in an echo chamber of Mexico’s elite. Mr. López Obrador has flaws that have apparently kept him from the presidency. But that does not mean that the millions of Mexicans who feel represented by him should have no voice.
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