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Profesor de Humanidades del ITESM-CCM
El Universal

Como lo indica el título, se trata de aclarar siete ideas equivocadas acerca del petróleo. Siete ideas que varios de los visitantes al blog han reiterado una y otra vez. Por eso me pareció de gran importancia extraer aquí algunas partes del documento, pero sobre todo ponerlo a su disposición vía electrónica, para que puedan, en las 20 páginas de él, encontrar razonamientos sólidos que les permitan entender mejor el tema.
Me imagino que, como ocurre frecuentemente en este blog, habrá algunos que opinarán sin leer nada. Ni modo. Pero espero que haya muchos más que sí lean. Vale mucho la pena, es un excelente texto de un gran experto… los insultos de los lunes, déjenlos para mí…
Las ideas equivocadas
Primera idea: para que un país disfrute la renta económica que se genera en la explotación de petróleo y gas, es necesario que sea una empresa del gobierno la que realice directamente la acción física de extraer y vender el hidrocarburo.
En ciertas industrias, particularmente en el caso de los recursos naturales, se crea un valor en exceso de los costos totales y la utilidad esperada por cualquier inversionista; ese es el valor intrínseco a los activos o recursos que, en el caso del petróleo, ya están en el subsuelo. El hecho de que este valor en exceso le corresponde a la nación, por ser la propietaria de los recursos, es un principio ampliamente aceptado en todo el mundo, y constituye la base de los sistemas de derechos y regalías que aplican los países productores, desde Vietnam a Cuba, desde Rusia a México.
Esta renta es muy significativa, pues, dependiendo de la naturaleza geológica del yacimiento, representa en promedio, en la actualidad, 70% del valor total de cada barril producido. Este beneficio es entregado a la nación como pago por la extracción de un recurso no renovable. (…) De acuerdo con Wood Mackenzie, firma especializada en impuestos petroleros, la renta que efectivamente se paga al Estado en los países del mundo que producen petróleo y gas es, actualmente, un promedio de 70%. Es decir, con un precio internacional del barril de petróleo de alrededor de 100 dólares, los operadores petroleros utilizan 30 dólares para cubrir sus costos y su retorno a la inversión, y entregan 70 dólares por cada barril al Estado como renta económica.
Segunda idea: si un operador privado participa en la extracción de hidrocarburos, se queda con la renta económica.
(…) la renta económica y el costo de oportunidad no necesariamente se contraponen, ya que aún cuando el costo de oportunidad de un operador petrolero puede ser muy alto, su capacidad para contribuir a crear un monto mayor de renta hace que el valor producido sea lo suficientemente grande como para compensar dicho costo. Esto es particularmente cierto en un ambiente de precios altos de crudo como el que vivimos hoy en día.
Regresando al ejemplo de la renta económica de un yacimiento, donde el Estado recibe 70 dólares y el operador se queda con 30 dólares por barril, se puede decir que, de esta última cantidad, 15 dólares son para cubrir los costos y 15 dólares es el retorno a la inversión. En este ejemplo, el margen para el inversionista es alto, pero es mucho más alta la renta, sobre todo si el yacimiento en cuestión es explotado eficientemente.
Tercera idea: los recursos de Pemex o incluso los recursos del Estado son suficientes para maximizar el potencial de renta económica.
(…) Podemos empezar por decir que Pemex, o más bien el Estado como representante de los accionistas de Pemex, no tiene todos los recursos que se requieren en términos de cantidad y calidad para invertir en el sector. Pero este no es un caso aislado, en realidad nadie en el mundo cuenta con todos los recursos necesarios.
(…) De acuerdo con la Agencia Internacional de Energía, en el año 2005 se perforaron 12 mil 339 pozos en Estados Unidos y 5 mil 482 en Canadá, mientras que en México solamente se perforaron 373 pozos. De no existir la restricción artificial a la inversión de la que hablamos, habría un flujo masivo de equipos y plataformas de perforación hacia nuestro país, así como una industria de grandes dimensiones para la fabricación de plataformas y equipos petroleros.
Cuarta idea: con inversión suficiente se soluciona el problema de la caída en reservas y producción.
(…) Las naciones productoras que piensan en la renta económica, diversifican su riesgo entre diferentes formaciones geológicas, entre distintos campos terrestres, marinos y de aguas profundas, y en áreas diferenciadas de su territorio; y también se protegen asignando la exploración y la subsecuente explotación de las áreas prospectivas a varios operadores o consorcios de operadores. Por su parte, los operadores, particularmente en el caso de aguas profundas, diversifican su riesgo creando consorcios en donde cada participante toma solamente un porcentaje de la inversión.
(…)Los ejemplos abundan. Arabia Saudita, una de las naciones que hasta muy recientemente mantenía el monopolio de operación para su empresa petrolera, ha establecido, desde 2003, cuatro coinversiones con operadores privados como Shell y Total, con la participación de su empresa Saudi ARAMCO. En Venezuela, aún después de la nueva Ley de Hidrocarburos del Presidente Chávez, empresas como British Petroleum, Chevron, Total y Statoil, participan como accionistas de los consorcios operadores de campos petroleros, en donde PDVSA es ahora el inversionista mayoritario.
El gigantesco proyecto Kashagan, en la República de Kazajstán, tiene como socios a la estatal Kazmunaigas, así como los operadores Eni, Exxon Mobil, Royal Dutch Shelly Total. Las empresas estatales Gazprom de Rusia, Petronas de Malasia, ONGC de la India, PetroChina y Sinopec de China, son sólo algunas de las empresas que trabajan en asociación con otras empresas públicas y privadas para desarrollar reservas, tanto localmente como en el resto del mundo.
(…) Un último ejemplo. Los grandes descubrimientos en las aguas profundas de Brasil han sido realizados por consorcios encabezados por Petrobras. En el caso de Tupi, que tiene reservas estimadas superiores a todas las reservas probadas de México, Petrobras y la empresa británica BG son los principales accionistas. Las acciones de BG han ganado 32% desde el anuncio del descubrimiento en noviembre de 2007.
Quinta idea: Pemex es muy rentable aún bajo el actual marco regulatorio
(…) La mayoría de las empresas nacionales de petróleo son ahora de participación estatal mayoritaria. En el listado de las seis empresas petroleras que cotizan en las bolsas mundiales, cuatro de ellas son empresas nacionales: Petrochina, Gazprom, Sinopec y Petrobrás. Estas empresas, como las demás petroleras que cotizan en bolsa, fondean parte de sus requerimientos de inversión con capital fresco de los mercados financieros. En virtud de su colocación inicial en 2007, Petrochina se convirtió en la petrolera con mayor valor en el mundo, por arriba de Exxon Mobil.
La racionalidad detrás de la bursatilización no solamente está en la diversificación de fuentes de financiamiento, sino también se da en el proceso de toma de decisiones de una empresa con una asamblea de accionistas, lo que conlleva al concepto conocido como gobierno corporativo.
(…) Si a cambio de las aportaciones en especie realizadas en 1938 para nacionalizar la industria el gobierno hubiera entregado acciones a cada mexicano, tendríamos una gran asamblea de accionistas, y un consejo de administración con el mandato de optimizar el uso de los recursos invertidos.
La existencia de la empresa pública como institución, se ha justificado con el argumento de que, a diferencia de la empresa privada, la primera tiene como objetivo maximizar la función de bienestar social. El problema es que no existe una metodología exacta para determinar dicha función, por lo que la definición es subjetiva, altamente politizada y de hecho refleja las preferencias de un grupo específico en el gobierno.
Existen, en todos los países productores de petróleo, historias de una clase política que se apropia de la renta económica y la utiliza para perpetuarse en el poder. México no ha sido una excepción, y nada nos asegura que lo será en el futuro.
La mayoría de los gobiernos de países productores ha decidido asumir la responsabilidad de maximizar la función de bienestar social mediante el uso de la renta económica, y dejar que la empresa o empresas operadoras actúen de acuerdo a la racionalidad de los mercados. Esto no quiere decir que el Estado pueda desvincularse por completo de las decisiones de exploración y explotación del yacimiento, pues, sin duda, el Estado es la parte más interesada en que la explotación resulte en el mayor excedente posible.
(…) La conclusión a la que quiero llegar, es que las mejores decisiones se toman cuando el resultado final afecta en forma inmediata y directa a la empresa o a los administradores que deciden, pues es su propio patrimonio el que está en juego. Aunque este también es el caso de Pemex, en el actual esquema jurídico, no existen los mecanismos de gobierno corporativo que aseguren la eficiencia en el proceso de toma de decisiones.
Sexta idea: los operadores internacionales son tan poderosos que, de una forma o de otra, se quedarán con la renta económica si se les permite participar en el desarrollo de campos mexicanos.
Ya se mencionó que nadie disputa el derecho de las naciones petroleras a la renta económica. No obstante, la historia de la industria ha sido testigo de que los países exportadores de petróleo, las compañías que lo extraen, lo transportan, lo refinan y lo venden, así como los países importadores que gravan los productos derivados de éste, tratan de apropiarse de la renta en el sentido de que persiguen transferencias de riqueza a través de posiciones privilegiadas y de una competencia imperfecta. Abundan los ejemplos donde potencias y empresas inician guerras, cambian gobiernos, corrompen conciencias y buscan, de una manera o de otra, capturar la renta.
No obstante, es necesario recordar que la mayoría de las reservas probadas del mundo están ahora en manos de las empresas nacionales de petróleo (NOCs), lo que, con los precios actuales del crudo, ha resultado en el fortalecimiento del nacionalismo de los recursos naturales en los países productores. Del total de las reservas mundiales, solamente 4% está en manos de las cinco mayores empresas privadas (IOCs). Estas empresas son: BP, Chevron, ExxonMobil, Total y Royal Dutch Sell; otro 22% de las reservas está en manos de otras empresas privadas (IOCs), mientras que el 75% de las reservas mundiales están en manos de empresas nacionales (NOCs).
Séptima idea: la soberanía se defiende manteniendo el monopolio constitucional sobre la operación física de la extracción.
La Constitución Mexicana de 1917 fue quizás la primera en establecer con claridad, en su artículo 27, que la propiedad del subsuelo correspondía al Estado, lo que tiene como consecuencia que quienes tengan la propiedad de la superficie de un terreno, no tienen derechos de propiedad sobre los recursos del subsuelo. Los Constituyentes aplicaron un principio del Derecho Napoleónico que, a excepción de los Estados Unidos, se aplica en todo el mundo. (…) la soberanía reside, más que en los yacimientos descubiertos y por descubrir, en dos aspectos relevantes: 1) La generación y apropiación de la renta y, sobre todo, 2) La forma de utilizar dicha renta para crear riqueza adicional.
Conclusión
El debate entre privatizar y nacionalizar es maniqueo y estéril. Cualquier planteamiento debe buscar maximizar la función de bienestar social de los mexicanos en el largo plazo. El concepto de soberanía debe ser dinámico y su defensa no puede ser pasiva sino proactiva. La renta no es el final, sino el inicio del proceso de creación de valor y de fortalecimiento de la soberanía.
Es muy útil observar el caso de Brasil, en donde, a partir de 1997, se están aplicando todas las opciones posibles para la creación de renta. Petrobrás es una empresa que cotiza en bolsa, donde el Estado mantiene la mayoría de votos. Una autoridad nacional de hidrocarburos representa la soberanía del Estado respecto a los recursos en el subsuelo. Dicha autoridad subasta públicamente los bloques prospectivos. Significativamente, Petrobrás tiene la participación mayoritaria en aquellos proyectos de mayor potencial.
El avance de Brasil en el descubrimiento de reservas probadas es un indicador del éxito en la aplicación de la reforma energética brasileña. En 1995, las reservas probadas de Brasil eran de 6.2 mil millones de barriles, mientras que las de México eran de 48.8 mil millones de barriles. En 2007, las reservas probadas de petróleo crudo de Brasil fueron de 12.6 mil millones de barriles frente a 10.4 mil millones de barriles de México. De confirmarse algunos de los descubrimientos anunciados en 2007, como en el caso de Tupi, Brasil podría duplicar en poco tiempo las reservas probadas de nuestro país.
*** Hasta aquí los extractos… ¿así está bien o más claro? La renta petrolera es de México, no importa quien saque el petróleo. ¿Por qué no la incrementamos dejando que muchos saquen, y nosotros cobramos? ¿Hay alguna razón?
Les recuerdo, lean el texto de Luis Miguel Labardini, vale mucho la pena…