noviembre 30, 2008

'Los votivos del lobo' por Paco Calderón

¿Y Marcelo?... haciendo galletas en la tele

Alvaro Cueva
alvarocueva@milenio.com
Ojo por ojo
Milenio

Estamos de acuerdo, no hay manera de conservar la calma cuando Nelson Vargas convoca a una rueda de prensa para denunciar irregularidades en el caso de su hija secuestrada y la autoridad le contesta que ahí no ha habido ninguna irregularidad.

Mucho menos cuando se cumplen los cien días que se suponía que iba a cambiar a nuestro país, y al final, las cosas no cambiaron y los responsables de ese proyecto nos salieron con el viejo truco de que van a extender el plazo.

Aunque uno quiera hacerse el fuerte y jugar al optimismo no puede. No se puede. Ejecutados por aquí, narcotraficantes por allá, que si el dólar, que si las tasas de interés, que si el desempleo, que si la falta de oportunidades.

En resumen, las cosas están mal, muy mal. ¿Y con qué nos sale Marcelo Ebrard? Con que es muy bueno haciendo galletitas en el programa Hoy de Televisa, y no sólo eso, con que también es excelente para comentar las telenovelas de moda.

¿No es como para tirarse por la ventana de la desesperación?

Como usted seguramente vio o se enteró, en la última semana el programa de revista Hoy de Televisa, que es particularmente decadente, dedicó sus emisiones a mostrar los atractivos turísticos de la Ciudad de México como lo ha hecho, en otras ocasiones, con los rincones más pintorescos de Yucatán, Veracruz o Tabasco.

Obviamente hay un jugoso pago del gobierno de por medio, más facilidades técnicas y logísticas para que la emisión luzca bien y sus conductores digan puras cosas hermosas entre chistes, chismes, horóscopos, clases de yoga y sonrisitas.

Casi siempre que un programa como Hoy, Ellas con las estrellas, Venga la alegría o Ventaneando sale de gira, los alcaldes y gobernadores aprovechan para salir a cuadro, saludar al público e invitar a turistas e inversionistas a visitar la localidad.

Marcelo Ebrard, jefe de Gobierno de la Ciudad de México, de ascendencia perredista, no se conformó con aparecer al lado de Andrea Legarreta y felicitar a la producción de Hoy, se puso a hacer tontería y media para llamar la atención del auditorio.

¿Qué tiene de terrible que don Marcelo le siga el juego a los conductores de Hoy si otros gobernantes, de clase mundial, bailan, cantan o tocan el saxofón?

Que la mayoría de las veces, esos políticos realizan esas actividades como parte de una campaña electoral.

Marcelo Ebrard no está en campaña y si a eso le agregamos que mientras él cocinaba, sus gobernados tenían que luchar contra los asaltos, los secuestros, los vendedores de drogas, la falta de agua, el caos vial y una inmensa lista de problemas. Esa estrategia en lugar de beneficiarlo lo perjudicó.

Además, para la mala suerte del señor Ebrard, su aparición en ese show matutino coincidió con un momento en la opinión pública en que la nota de color era el romance entre Enrique Peña Nieto y la actriz Angélica Rivera.

Su actuación se interpretó como una respuesta a esa historia de amor, como una forma de demostrar que él también podía ser muy buena onda, que él también podía estar cerca de las familias y las amas de casa.

Independientemente de que las galletitas no son lo suyo, aquí hay otro elemento que dejó muy mal parado a don Marcelo: él pertenece al PRD, es un hombre de izquierda, y si algo han atacado la izquierda y el PRD ha sido la frivolidad de los políticos de otros partidos y la saturación comercial de televisoras como Televisa.

Que Marcelo Ebrard le haya entrado a la frivolidad y a las dinámicas de ventas de Televisa fue una contradicción, un acto impropio de él y de su partido.

Y qué penoso, porque el jefe de Gobierno de la capital del país se la ha pasado coqueteando con Televisa en las últimas semanas.

Acuérdese de que casi se puso a chambear de corresponsal exclusivo de Carlos Loret de Mola y Adela Micha después del avionazo en el que murió Juan Camilo Mouriño.

Sólo que esta vez se la pasó la mano, se vio demasiado obvio en su intención de disfrazar la promoción personal de promoción turística y de ponerse al servicio de un medio de comunicación del cual depende la percepción que la gente vaya a tener de él en el futuro.

Marcelo Ebrard se equivocó, no era el lugar ni el momento. Hoy las cosas están mal, se batalla mucho para conservar la calma. Uno tiene ganas de todo menos de galletas. ¿O no?

¡Atrévase a opinar!

El mundo al revés

Román Revueltas Retes
revueltas@mac.com
Interludio
Milenio

El mundo funciona (mal) porque los hombres han inventado dos tipos de moral. La primera, que podríamos llamar la moral absoluta, está estrechamente vinculada a los elevados principios de la ética. La segunda, una especie de moral secundaria, sirve para asegurar la viabilidad de una (presunta) civilización que, en los hechos, es esencialmente injusta, violenta y depredadora.

La moral absoluta es preconizada por esos idealistas que, en sus posturas de rebeldía e inconformidad, representan un colosal desafío al sistema —y a las supuestas buenas conciencias—, esos luchadores sociales que, en ocasiones, se acercan peligrosamente al radicalismo (o, por lo menos, su fastidiosa presencia significa tal reto al orden establecido que al resto de los comunes mortales no les queda otro remedio que asignarles la condición de “agitadores”).

La otra, la moral relativa, es el espacio que frecuentan los pragmáticos, los acomodaticios y, en general, la gente que administra los asuntos corrientes del planeta, es decir, los políticos. Concebido originalmente para tener aplicaciones prácticas, tal andamiaje de reglamentos es la consecuencia, por lo tanto, de concesiones, convenios y pactos celebrados, muchas veces, de manera hipócrita y ventajista. ¿Ejemplos? Muchos pero, sobre todo, esas prácticas corrientes en los ámbitos de la diplomacia que, con el pretexto de que la coexistencia pacífica entre las naciones merece el uso de ciertas amabilidades y prudencias, sacrifican el respeto a los principios morales más elementales. Y así, los dictadores y los caudillos autoritarios disfrutan del callado refrendo de una comunidad internacional de naciones cuyos líderes nunca llaman las cosas por su nombre sino que miran hacia el otro lado. En cuanto a los provechos, siempre van por delante de los escrúpulos: el Gobierno de España no comparte en lo absoluto los usos y costumbres, digamos, de un Hugo Chávez pero sus posibles objeciones se esfuman en cuanto se trata de venderle armas al aprendiz de tirano; el Gobierno de México, por su parte, se ha olvidado por completo de que el régimen cubano es dictatorial: más preocupado por guardar las formas y por perpetuar la política exterior de los antiguos priistas que por promover los valores de la democracia, guarda silencio ahí donde los opositores y los perseguidos de la isla esperarían una voz valiente.

Pero éstas son meras menudencias en un mundo marcado, antes que nada, por el infamante sello de la desigualdad y la injusticia, un universo de barbaries y salvajismos, un sistema global donde los niños mueren de hambre mientras la riqueza de las naciones se dilapida en armamentos. Sin embargo, estimados lectores, clamar abiertamente que vivimos una realidad global absolutamente inaceptable es una práctica muy poco frecuente. Mencionar la intrínseca monstruosidad del orden establecido te coloca, de inmediato, en el desprestigiado ámbito de los adolescentes, los alarmistas, los provocadores y, como decía, los radicales. Lanzar encendidas denuncias sobre la miseria no te hace una persona lúcida sino exaltada de la misma manera como acusar a los industriales de las armas o a los mercaderes de las corporaciones energéticas que están devastando el planeta no pasa de ser otra cosa que la molesta manifestación de un individuo “inadaptado”, “rebelde” o “resentido”.

Cómodamente afiliados a la moral secundaria, ignoramos deliberadamente los asuntos más perentorios de la Tierra. En este mismo momento, mujeres y niños de Congo están sufriendo estremecedoras atrocidades. Ayer, fue Ruanda. Mañana serán, de nuevo, Somalia o Darfur o Birmania. ¿A alguien le importa la presencia del horror en el mundo? A casi nadie. Los Gobiernos no se movilizan para rescatar a los inocentes y castigar a los culpables; tampoco parece asustarles demasiado la perspectiva de que el planeta se descomponga irremediablemente. El Hijo de Bush no se dignó a firmar el protocolo de Kioto. El pueblo libre y soberano de Estados Unidos quiere seguir comprando armas de alto poder que sirven, no lo olvidemos, para matar a seres humanos. Contaminamos ríos, destruimos bosques, ensuciamos mares y lanzamos millones de toneladas de sustancias tóxicas a la mismísima atmósfera que respiramos. Y, matamos, matamos y matamos. Todo el tiempo. Todos los días.

El futuro de la especie humana no pasa por el adormecimiento, el egoísmo y la comodidad. ¿O Sí?

Afores: fondo perdido

Pascal Beltrán del Río
Bitácora del director
Excélsior

¿Cuántos negocios pueden presumir de tener una clientela cautiva de tres millones de personas?

En México, aparte del Metro capitalino, sólo ocho de las 18 Administradoras de Fondos para el Retiro (Afores), que juntas concentran 80% de las cuentas registradas ante el SAR.

A diferencia del Metro, las Afores tienen ganancias espectaculares. Mediante el cobro de comisiones por el manejo del dinero de 39 millones de trabajadores —que van desde 1.17 hasta 3.3%— las Afores obtuvieron más de mil millones de pesos en ganancias durante el primer semestre del año, de acuerdo con datos del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados.

Quizá no haya negocio más seguro en el mundo financiero que una Afore, pues cobra sus comisiones sobre saldos, no sobre rendimiento. Cuesta trabajo pensar en otro que ofrezca tal rentabilidad sin riesgo.

En cambio, su desempeño a favor de los ahorradores deja mucho que desear. El total de recursos administrados por las Afores ha sufrido una “minusvalía” de 41 mil millones de pesos —o casi 5% de su valor— desde que estalló la crisis financiera global, de acuerdo con datos de la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar).

Minusvalía, por supuesto, es una bonita palabra. Para los ahorradores el problema no admite adornos: no saben por qué se ha esfumado parte de sus fondos de retiro ni qué dimensión tiene esta pérdida.

Como me dijo el viernes pasado el doctor Mario Luis Cortés Mencías, especialista en pensiones e investigador de la Universidad Panamericana: la Consar no ha sabido explicar si la susodicha minusvalía es una afectación irremediable al capital de los ahorradores o si se trata de una cantidad que pueda recuperarse cuando los papeles en los que se invirtieron los fondos regresen a su nivel anterior.

Hace unos días, la vocera de la Comisión pretendía tranquilizarnos diciendo que “estos mercados son de largo plazo”. Es decir, como los ahorradores son convidados de piedra en este negocio —pues poco o nada se les informa sobre las estrategias de inversión de hasta 15% de su dinero en instrumentos de renta variable—, tendrán que esperar 20 o 30 años para saber cómo les fue en la ruleta.

Si no cambia radicalmente este sistema de retiro, es fácil adivinar lo que sucederá al cabo de ese lapso: o los trabajadores se retirarán con una pensión miserable o tendrá que entrar el Estado para garantizarles un ingreso mínimo, como ya ocurrió en Chile, país donde se gestó y del que se copió el sistema de capitalización individual de retiro.

Y es que así funciona el esquema económico ultraliberal en que está basado. Su filosofía es simple: socializar las pérdidas y privatizar las ganancias.

Recordemos que México calcó de Chile el sistema de las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) creado a principios de los 80 por el gobierno militar de Augusto Pinochet. Dictador, asesino y vulgar ladrón —como lo demostró el escándalo de sus depósitos en el banco Riggs—, Pinochet fue uno de los alumnos favoritos de esa gran sacerdotisa de los adoradores del mercado, Margaret Thatcher.

Aunque desde el advenimiento de la democracia en Chile no se ha modificado el sistema de pensiones, los gobiernos de los presidentes Ricardo Lagos y Michelle Bachelet han tenido al menos la sensibilidad de introducir protecciones para los ahorradores.

Por ejemplo, al primero de ellos se debe que los trabajadores chilenos puedan elegir el tipo de riesgo que quieren correr en la inversión de su fondo de retiro. En México, tal libertad no existe, a pesar de que uno de los principios del sistema es el voluntarismo. Aquí el porcentaje del saldo que se invierte en instrumentos de renta variable depende del grupo de edad del ahorrador.

En Chile, las reformas de Lagos y Bachelet han sido apenas un paliativo de un régimen diseñado para la ganancia fácil de las administradoras y no para el ahorro de los trabajadores.

No lo digo yo, sino varias investigaciones que han explorado los mitos de un sistema de pensiones que se ha exportado a varios países, entre ellos el nuestro, sin reparar en sus inconvenientes.

“Desde sus orígenes, las AFP en Chile no fueron creadas en torno de la seguridad social y la garantía de pensiones, sino, más bien, para el lucro de la administración de fondos y alivianar la carga del Estado”, diagnosticaron, en 2006, los especialistas René Fernández Montt y Karina León Leiva, en su estudio La trasnacionalización de la previsión.

En agosto de 2007, los fondos de pensiones chilenos alcanzaron su valor máximo, equivalente a unos 104 mil millones de dólares. Desde entonces, los ahorros comenzaron a sentir los efectos de la crisis hipotecaria en Estados Unidos. Al momento de escribir estas líneas, los fondos habían perdido más de 27 mil millones de dólares. Sólo los ahorros de quienes habían decidido invertir en el “Fondo E” (100% renta fija nacional) habían mantenido su valor.

Hace dos semanas, un grupo de economistas chilenos dirigió una carta a la presidenta Bachelet recomendándole medidas que protegieran los fondos de pensiones, entre ellas “replegarlos ordenadamente a inversiones más seguras en el país mientras dure la crisis” y “proceder, más adelante, a la reforma general al sistema”.

Mientras en el país de origen de la capitalización individual del retiro se vive esa realidad y se hacen esas reflexiones —y en Argentina el fracaso del modelo condujo al traspaso de los fondos de pensión al Estado—, aquí casi nadie levanta las cejas cuando el titular de la Consar, Moisés Schwartz, cantinflea: “La minusvalía no se convierte en una pérdida, sino que el dinero de los trabajadores vale menos”.

Felicidades, Gerardo

Hace 30 años comenzó su carrera periodística, para bien de la profesión y el gremio. Gerardo Galarza es uno de los mejores reporteros que ha dado este país. Me complace ser su amigo, haber trabajado ya muchos años con él, y que ahora seamos compañeros en Excélsior. Eso sí, Gerardo: que hoy mi Máquina le gane a tus Pumas. Un abrazo.

La guerra de las izquierdas

Luciano Pascoe Rippey
La Crónica de Hoy

Hace unos cuantos meses el PRD y el PSD, a través de sus fundaciones y junto con la Fundación Freidriech Ebert (la fundación de la socialdemocracia alemana), acordaron realizar una serie de foros, llamados “Encuentros de la Izquierda”, para empezar a discutir temas y descubrir coincidencias y diferencias. Se realizaron siete foros y cuatro encuentros, participó gente como José Woldenberg, Carlos Elizondo, René Arce, Jorge Díaz Cuervo, Valentina Batres, Fernández Santillán, Alberto Begné, Ifigenia Martínez, Agustín Basave y muchos otros que, desde muy diversas ópticas, aportaron sus ideas sobre diversos temas, que iban desde la reforma energética hasta la disyuntiva entre ser institucional o ir a la insurrección civil.

El resultado de esos espacios de debate y encuentro de las izquierdas llevaron a la firma de un documento de 62 puntos de encuentro en las que el PRD y el Partido Socialdemócrata (PSD) coinciden. Es la primera vez en mucho tiempo que vemos a dos partidos de izquierda empezar una discusión de una posible alianza electoral con las ideas por delante, con la plataforma que impulsarán por delante. Es decir, se juntarían para hacer realidad esos 62 puntos, para empujarlos conjuntamente desde los diversos espacios de representación popular. La idea central es lograr la consolidación de un tipo de políticas públicas que cambien este país.

Mientras, y desde la coyuntura de la ratificación del triunfo de Jesús Ortega en el PRD, el PT y Convergencia anunciaron que van juntos en los 300 distritos electorales y que esperan cachar a los desilusionados del PRD (Fernández Noroña es el más notorio precandidato de esta coalición, pero el alcalde de Chalco no se queda atrás en su “desbandada” hacia Convergencia) y aprovechar el movimiento de López Obrador para crear un espacio electoral para ese movimiento. La esperanza de esta alianza es que mucha gente de ese movimiento se traslade hacia sus siglas y aporte votos, que después se convertirán en presupuesto para su proyecto. Curiosamente, atrás de esta coalición no hay una sola propuesta de país, una sola idea de agenda, un solo esbozo de para qué habría que apoyarlos. No. Sólo la oferta de ser cacha-votos del perredismo, beneficiarios de la derrota de unos, de los dogmas de otros y de todos sus enojos. Sin agenda, sin propuestas y sin contenidos, el PT y Convergencia ofrecen a la ciudadanía ser el vehículo para mantener vivo el movimiento de López Obrador y de paso aprovechar para sobrevivir ellos.

La división anunciada de la izquierda puede estar cerca. División entre los que están convencidos –PSD y PRD– de que la transformación de México se da desde la legalidad, la democracia, las instituciones y los acuerdos. Los que están convencidos de que la mejor forma de hacer avanzar su programa es a través de la fuerza tranquila de las ideas. Ideas radicales con métodos democráticos. Esta izquierda sí plantea una reforma fiscal real, la legalización del aborto en todo el país, la posibilidad de una pensión universal garantizada, el matrimonio entre personas del mismo sexo, una reforma en seguridad que dé posibilidades de tener, por fin, un Estado de derecho efectivo, propone el combate a los monopolios sean privados o públicos, propone muchas cosas radicales, pero desde los espacios de acción política legal, democrática e institucional.

Y luego está la izquierda –hoy nítidamente reflejada en López Obrador, Muñoz Ledo y PT y Convergencia– que no ofrece más que dogmas, consignas, movilizaciones, bloqueos, marchas, protestas, imposiciones de verdades únicas –la versión my way or the highway de la política mexicana– que ofrece una alianza electoral para lograr quién sabe qué país, con quién sabe qué reglas, pero, eso sí, con un líder específico: el legítimo.

La única oferta de esta izquierda es empujar todo aquello que decida el jefe. Nadie sabe bien a bien qué decidirá porque ni leyendo su libro se dibuja un proyecto de país delineado. Lo que sí se delinea son sus enojos, sus negativas, todo lo que no va a permitir. Además, la vasta mayoría de ex priistas están cerca de esta posición, incluidos todos los de Convergencia. Ni hablar, alguien los hace y ellos se juntan.

Esas son hoy las dos izquierdas que se decantan frente a la sociedad. Una que busca cambiar el país desde la democracia y con una agenda propia y otra que busca cambiar el país a como dé lugar para poner a un líder.

Veremos cuál perdura y cuál se vuelve marginal.

¿Sirve la crítica?

Sara Sefchovich
sarasef@prodigy.net.mx
Escritora e investigadora en la UNAM
El Universal

En México no nos gusta la crítica. El presidente Zedillo se enojaba con “los que sólo ven lo negativo y nunca lo positivo”, llamaba “malosos” a los críticos y los sacaba de formar parte del pueblo porque en su opinión “el pueblo se identifica con el gobierno y criticar a éste es oponerse a aquél”. También el presidente Fox odiaba a los críticos, los acusaba de estar motivados por razones aviesas y se enojaba tanto que amenazaba “con hacerlos beber sopa (sic) de su propio chocolate”. En alguna ocasión de plano dijo que no leía los periódicos ni oía lo que se opinaba sobre su quehacer, y además invitó a los ciudadanos a hacer lo mismo, llegando hasta el punto de felicitar a una campesina ¡porque no sabía leer!

En la academia, dice Julio Boltvinik: “La crítica es interpretada como descalificación personal. Quien se atreve a criticar las ideas, análisis y conclusiones de sus colegas es castigado por la comunidad con el aislamiento. Esta manera lleva a (casi) todos los académicos a abstenerse de toda crítica a sus colegas”.

¿Por qué no gusta la crítica? Un gobernador dijo hace algunos años que ella “genera desconfianza e intranquilidad”. Y en efecto lo hace, pero por la razón inversa a la que suponía ese funcionario: porque pone en evidencia los fracasos, errores, insuficiencias, incapacidades y corrupciones de los poderosos.

Hace algunos días recibí un correo electrónico de un lector respecto a la presentación de mi libro País de mentiras, en el que dice: “Existen dos tipos de mexicanos. Los que se la pasan criticando y los que construyen. Usted es de los criticones empedernidos, que desorientan; que su universo cultural sólo da para hecharle (sic) lodo al gobierno y se la pasan critica y critica. Lo mismo Deniss (se refiere a Denise Dresser) que Jorguito Paterson (Jorge Zepeda Patterson) y los demás (Ilan Semo y Sergio Aguayo) que te acompañarán (aquí pasa a tutearme como forma de descalificación) a hacer pública tu recopilación de críticas. Que les haga provecho. Yo pertenezco a la clase de mexicanos anónimos que edificamos, construimos, emprendemos, día a día, en el anonimato”.

Y, sin embargo, me pregunto: ¿de qué otra forma puede el poder (cualquier poder: el político, el militar, el eclesiástico, el económico, el cultural) conocer el parecer de los ciudadanos, lo que se supone es esencial para que se lo ejerza de manera adecuada? “La democracia tiene como premisa fundamental e irrenunciable la exteriorización pacífica de las opiniones de los ciudadanos”, escribió Alain Touraine; el cuestionamiento constante, el “interpelar e interpelar”, afirmó Norbert Lechner. La crítica no se hace porque sí, sino que tiene el objetivo de hacernos ver para hacernos actuar. Y hacerla no es fácil, exige conocimiento, argumentos, datos, echarle cerebro.

Por mi parte, no encuentro otro camino para que los ciudadanos expresemos nuestro descontento. Aunque exista quien deteste tanto este proceder como a quienes lo ejercemos, al punto de que en una ocasión una señora le propuso a Vicente Fox nada menos y nada más ¡que fusilara a sus críticos!

Vida en germen podría llenar el universo

Luis González de Alba
Se descubrió que...
Milenio

Uno de los ladrillos de la vida, el RNA —cuyas tres formas principales trabajan en el núcleo de las células para hacer una plantilla sobre la que se replica el DNA, a su vez conjunto de genes que comandan la formación de un humano o un pino—, ha sido localizado por astrónomos en una región poco apta para buscar vida: en el caliente y compacto núcleo de una región de nuestra galaxia, la Vía Láctea, donde se forman estrellas de gran masa.

El RNA, como el DNA, es una molécula extraordinariamente larga y compleja que se pudo formar con la materia de los planetas, lo cual “sugiere que muchos otros mundos estén sembrados con algunos ingredientes de la vida justo desde su nacimiento”, dice la nota de Phil Berardelli en ScienceNOW del pasado 26 de noviembre.

Ya se han encontrado moléculas orgánicas en meteoritos provenientes de remotas regiones del espacio. La diferencia ahora estriba en que no se localizó cualquier molécula orgánica, algún compuesto de carbono, sino glycol (o glucol) aldehído: “Un azúcar simple que hace ribosa, uno de los constituyentes del RNA”, el material genético de los retrovirus, como el VIH, y uno de los pasos para replicar un organismo que no sea un retrovirus. Y se encontró en las nubes de polvo y gas en torno de estrellas nuevas que pueden estar formando planetas.

Este hallazgo, publicado en el journal Astro-ph de la semana que acaba de terminar, se debe a un equipo de astrónomos de la Unión Europea que emplearon el conjunto de radiotelescopios IRAM, en Francia. A unos 26 mil años-luz se encuentra una región donde se forman estrellas, y allí se descubrió esa molécula de azúcar, componente de la columna vertebral del RNA, que, “al parecer, se forma de una simple reacción entre monóxido de carbono y polvo”.

El descubrimiento cobra importancia por dos razones: una es que esa región se encuentra lejos del centro de la Vía Láctea, lleno de radiación dañina para estructuras tan complejas y largas, así que si algunos procesos biológicos comienzan allá, habrá oportunidad de que persistan. Segunda, que la abundancia de glycolaldehído en esa nube de gas y polvo sugiere que la molécula es “común a muchas regiones donde se forman estrellas”, apunta Serena Viti del University College London. “La implicación es que dondequiera que haya formación de estrellas y planetas, también se pueden estar ensamblando bloques de construcción orgánicos”.

Podría ser, pero el radioastrónomo Karl Menten, del Instituto Max Planck para Radio Astronomía en Bonn, Alemania, hace notar que “no está claro en qué medida sobrevivieron moléculas interestelares complejas a las violentas fuerzas que acompañaron la formación de la Tierra”.

En efecto, es posible que se hayan perdido estos bloques orgánicos más primitivos, pero, como indica el astrobiólogo Michael Mumma del Goddard Space Center de la NASA, también “es posible que los bloques de construcción de la vida lleguen a planetas después de que ha terminado ese período violento”. Cuando la Tierra tuvo condiciones más propicias para la vida quizá ya había perdido esas complejas moléculas orgánicas entre vulcanismo y corteza ardiente, pero otras pudieron arribar con el bombardeo de cometas y meteoritos provenientes de regiones similares a la observada por el equipo de la Unión Europea. “Mumma dice que algunos de tales cometas podrían en algún momento llevar azúcar a planetas jóvenes”.

Indeseables mensajeros de destrucción cuando la vida ya florece, los cometas y meteoritos podrían ser los vehículos que llevan las semillas de vida a planetas recién formados.

Science sugiere fuentes relacionadas con el tema en sitios de la misma revista:

Life Cooked Up in Outer Space?

Phil Berardelli (16 de junio 2008). ScienceNOW 2008 (616), 1.

Un equipo de la Unión Europea y los Estados Unidos reporta que un meteorito formado hace miles de millones de años y que alguna vez se estrelló con nuestro planeta, aloja dos importantes componentes del RNA y el DNA, las moléculas fundamentales de la vida. Tales hallazgos podrían ayudar a explicar cómo se inició la vida sobre la Tierra, y sugieren que los ingredientes para la vida han sido liberalmente rociados por todo el sistema solar, si es que no por toda la galaxia.

Organics in the Mist

Phil Berardelli (28 de marzo 2008). ScienceNOW 2008 (328), 2.

La primera evidencia de una molécula semejante a un aminoácido [bloques de las proteínas] flotando en una nube de polvo a 25 mil años-luz, ha sido encontrada por radioastrónomos empleando antenas en España, Francia y Australia. Una nube de gas y polvo cerca del centro de la Vía Láctea, en la dirección de Sagitario, recibe energía de una joven estrella caliente. Un equipo del Instituto Max Planck para Radio Astronomía encontró allí una verdadera sopa de letras molecular: ácido acético (vinagre), un ingrediente de nuestros anticongelantes y una azúcar básica.

Los textos completos puede abrirlos desde ScienceNOW.

Innecesario desalojo…

Enrique Aranda
De naturaleza política
Excélsior

Al anochecer del miércoles, mientras esperaba un avión que le trasladaría a la capital, el anterior jefe nacional del PAN, Manuel Espino, recibió la llamada del líder formal de la bancada senatorial blanquiazul, Gustavo Madero quien —en el muy poco edificante papel de “mensajero del virrey”, a decir de algunos legisladores— le urgió a desalojar la casona de Reforma 505, esquina con Monte Altai, sede de la Organización Demócrata Cristiana de América (ODCA) que el primero encabeza.

Apenas recuperado de la sorpresa y luego, obviamente, de ofrecer a Madero que la casona propiedad de la Fundación Humanismo Político A. C. —y que, merced a la firma de un comodato signado en enero de 2007 ocupa la ODCA— sería devuelta a la brevedad, Espino Barrientos giró instrucciones para ubicar, de inmediato, un inmueble que pudiera albergar las oficinas de la organización de corte internacional que preside. Hoy, la consigna ha sido cumplida y, salvo imprevistos de última hora, la mudanza se realizará en 15 días más. ¡El “desalojo” de que está siendo objeto la organización que encabeza un ex dirigente panista, de la que forma parte el PAN y que lucha por principios que, en México, defiende ese mismo partido, será un hecho..!

Lo será, sin duda, en medio de un escándalo innecesario porque, al margen de que la ODCA en cuanto tal haya destinado poco más de dos millones de pesos a “poner en forma” la elegante residencia y que, tras casi dos años de ocuparla, la misma esté más que acreditada como su sede, lo único cierto es que de acuerdo con el contrato referido, el retorno de la residencia a control de la fundación propietaria era cosa de días… ¡y sin necesidad de convocatorias “a ahuecar”, como dirían en mi tierra!

Y esto por la simple y sencilla razón de que, conforme con lo establecido en el Contrato de Comodato signado el 15 de enero de 2007 entre el —hoy incómodo— entonces coordinador de la fracción panista en el Senado Santiago Creel y el —también hoy incómodo— entonces presidente de Acción Nacional Manuel Espino, la vigencia del mismo ¡no va más allá del 31 de diciembre próximo!, lo que supone la devolución del inmueble sin necesidad de que mediara requerimiento alguno.

¿Sabía esto el senador que aspira a competir, en 2010, por la gubernatura de Chihuahua cuando decidió, por sí o en atención a consignas de terceros, avanzar en la dirección que se menciona? Si lo sabía malo, pero si lo ignoraba peor… porque el hecho, que a los ojos del más ignorante y “bien pensado” de los observadores evidencia un cierto “antiespinismo”, tendrá consecuencias, y no buenas para el PAN.

Pero qué necesidad…

Asteriscos

* De camino al templo de la Esperanza de María, en el Pedregal, donde cientos de políticos, líderes sindicales y amigos de Carlos Abascal Carranza se dieron cita para pedir por su salud, en una misa celebrada por el obispo Jonás Guerrero, el presidente Felipe Calderón y su esposa modificaron el destino de su recorrido para visitar al ex secretario de Gobernación en su domicilio, del que aquel no pudo salir al recrudecerse sus dolencias. Bien…

* Mal, en contraste, la elección de quien el miércoles, con la representación presidencial, concurrió a la ceremonia en que la Universidad Anáhuac México Sur otorgó al también ex presidente de la Coparmex y ex titular de Trabajo y Previsión Social, su doctorado Honoris Causa. En verdad: qué falta de información y de sensibilidad política… ¿a quién se le ocurrió?

* Salvo mejor opinión, la disputa por la candidatura panista al gobierno de San Luis Potosí quedó definida el jueves cuando, de manera explícita, el alcalde Jorge Lozano decidió sumar su capital político y esfuerzo al de la dupla integrada por Alejandro Zapata Perogordo y Francisco Javier Salazar Sáenz, cuyo acuerdo previo prácticamente había cancelado ya las posibilidades de Eugenio Govea, el otro, millonario aspirante…

* Todo un éxito, habría que destacar, la Muestra Iberoamericana de Televisión Educativa que, bajo los auspicios de la DGTVE que lidera Juan María Naveja de Anda, se realizó en el Centro Nacional de las Artes y tuvo en el español Fernando Savater a la figura central del evento.

Veámonos el miércoles, con otro tema De naturaleza política.

Rompiendo el mito: pilas y medio ambiente

Luis Manuel Guerra
quimicoguerra@quimicoguerra.com
La Crónica de Hoy

Uno de los íconos del ambientalismo actual es el efecto dañino de las pilas en el medio ambiente. Una de las acciones imprescindibles que debe tomar cualquier persona respetuosa del medio ambiente es separar las pilas y llevarlas posteriormente a un sitio de reciclaje.

Yo mismo impulsé acciones hace más de 15 años para que mis radioescuchas del programa Ecocidio de Radio Red llevaran sus pilas usadas a la estación para enviarlas a un sitio de reciclaje.

Se acopiaron más de dos toneladas de pilas que se guardaron en tambores de 200 litros en el estacionamiento de la estación, y al buscar empresas que reciclaran las pilas en México me llevé una gran sorpresa: no había en mi país nadie que reciclara verdaderamente pilas usadas. Las que se ofertaban como recicladoras de pilas usadas en realidad disponían de ellas en tiraderos municipales.

Me dediqué a buscar entonces quién en el mundo reciclaba pilas usadas (no baterías plomo ácido, como las de los autos, para las cuales sí existían varias empresas en México que lo hacían, y exitosamente). Grande fue mi sorpresa cuando descubrí que existían en el planeta únicamente dos instalaciones industriales que efectivamente reciclaban (no sólo destruían) pilas usadas, una en Estocolmo, Suecia, y la otra en Tokio, Japón.

Ambas eran empresas altamente deficitarias y sobrevivían con fuertes subsidios gubernamentales. Inicié en ese entonces una investigación sobre lo que realmente pasaba con estos demonios del desarrollo consumista del hombre blanco que estaban acabando con los ecosistemas del planeta, porque me sentía defraudado en mi ímpetu ambientalista y realmente no sabía lo que estaba pasando con las pilas domésticas usadas.

Organicé en 1993 el “Primer Seminario sobre la Pila Doméstica” en El Colegio de México, con la participación de las autoridades ambientales federales del recién creado Instituto Nacional de Ecología (todavía no existía el ministerio el medio ambiente, la Semarnap, así con “P”), con investigadores de la UNAM y la UAM y los fabricantes y distribuidores de pilas domésticas.

Fueron reveladores los resultados de este seminario, sobre todo en cuanto a la falta de información validada y actualizada prevalente entre los participantes. Tengo que conceder que precisamente en esos años se estaba llevando a cabo la transformación tecnológica más importante de los últimos 50 años en cuanto a la fabricación de pilas domésticas, y por lo tanto los fabricantes no tenían todavía definida una estrategia de comunicación adecuada, y por el otro lado el colectivo del público en los países industrializados estaba todavía muy influenciado por los eventos de contaminación por mercurio ocurridos en Japón en los años 50, precisamente relacionados con las pilas domésticas.

En las próximas breves líneas trataré de sintetizar cómo se formó en la mente colectiva de la ciudadanía esta imagen negativa de las pilas domésticas: resulta que al finalizar la Segunda Guerra Mundial, Japón experimentó un nuevo desarrollo industrial espectacular para levantar al imperio que estaba en ruinas.

Uno de los motores de este desarrollo fue el advenimiento de la comunicación electrónica, principalmente el desarrollo de los transistores, que dieron origen a los primeros radiorreceptores de bolsillo, los “radios de transistores made in Japan”, que usaban baterías domésticas pequeñas. Para darles estabilidad eléctrica (impedir que explotaran espontáneamente o se “chorrearan”) se les agregaba mercurio como estabilizante.

Resulta que el mercurio es un metal pesado neurotóxico, que al llegar a cuerpos de agua como ríos, lagos o lagunas, o incluso al mar, produce una contaminación de alto impacto en la salud de los seres vivos. Una de las fábricas más importantes de pilas domésticas se localizaba en la bahía de Minamata. Las descargas de las primeras fábricas de pilas llegaban directamente al mar, causando la bioacumulación de mercurio en la fauna marina de la bahía.

Siendo Minamata originalmente un pueblo de pescadores, las principales fuentes de alimentación de la población eran los peces de la bahía, originándose así una intoxicación importante por mercurio de la población. Se generó así un problema de salud pública llamado la “Enfermedad de Minamata” que causa, entre otros problemas graves, la deformación de las articulaciones, principalmente en niños.

El problema explotó a nivel nacional en Japón, cuando el Asahi Shimbum, uno de los periódicos de mayor circulación en Tokio, publicó en primera plana la fotografía de una madre bañando con una esponja y con suma delicadeza a su hija en una tina de baño. La pequeña estaba totalmente deformada por la Enfermedad de Minamata y sufría dolores extremos.

Esto provocó una reacción enérgica en la sociedad nipona, desembocando en los años 80 en la prohibición de usar mercurio en las pilas domésticas. Diez años después, todos los fabricantes serios a nivel mundial eliminaron el mercurio en la fabricación de las pilas domésticas, desarrollando válvulas de escape de los gases que podrían hacerlas explotar.

Las envolturas metálicas de las pilas cilíndricas ostentan la leyenda Hg 0% (cero contenido de mercurio) y son seguras para su disposición junto con los desechos metálicos (latas, corcholatas, papel aluminio) o con los inorgánicos o secos del hogar. Más aún, el guardar juntas todas las pilas usadas puede provocar pequeños cortocircuitos por las cargas eléctricas residuales, por lo que no es seguro guardarlas juntas en un mismo recipiente.

Ahora bien, las pilas “pirata” que se venden en las salidas del metro o en los tianguis no aseguran su ausencia de mercurio, por lo que no garantizan su inocuidad ecológica y no las debemos consumir. Precisamente por su dudoso origen, tampoco garantizan su capacitancia (duración eléctrica), y finalmente terminamos los consumidores pagando más caro el servicio de estas pilas porque se agotan mucho más rápido que las que tienen garantía.

El desarrollo tecnológico que tienen las pilas AAA, AA, C, D y las rectangulares de nueve voltios las hacen perfectamente seguras para su disposición final con los otros desechos del hogar. Sus componentes actuales, óxidos de fierro y de manganeso, se incorporan perfectamente a los elementos existentes en la corteza terrestre.

Hay muchas marcas serias en el mercado, como Varta, Duracell, Energizer, Sony, Rayovac, Eveready, que nos garantizan a los consumidores hoy en día que no estamos dañando el medio ambiente al disponer de ellas junto con nuestros desechos inorgánicos o “secos”.

Debemos tener cuidado de no consumir pilas “pirata”, porque eso sí es un crimen ecológico. Ahora existe un desarrollo tecnológico todavía más avanzado, que son las pilas recargables: una pila recargable sustituye a mil pilas de las primarias (las que se tiran después de que se descargan una vez), con lo que se reduce importantemente el volumen de las pilas desechadas. Los mexicanos consumimos actualmente 10 baterías desechables por cabeza cada año (¡alrededor de mil millones de baterías en total cada año!). Usando baterías recargables tendríamos un consumo de un millón de baterías solamente, con lo que contribuiríamos efectivamente a proteger nuestra naturaleza. Es cuestión de tomar conciencia.

Consulta www.amexpilas.org.

Te invito a ver el programa Vida verde hoy a las 11:30 a.m. por el canal 412 de Cablevisión.

Memoriales sobre Madero y Limantour

Juan María Alponte
México y el mundo
El Universal

El modelo de la descalificación y el escándalo —las clases dominantes han ejercido ese modelo y no el racional de la crítica frente al dogmatismo— ha impedido asumir, con las contradicciones históricas, el entendimiento colectivo de los grandes problemas nacionales. Lo cierto es que el “interregno” del general González, entre la primera y segunda presidencia de Porfirio Díaz, supuso más de despilfarro y corrupción. Entre 1876 y 1894 la crisis económica y la depreciación del precio de la plata —asúmase, ahora, la depreciación del petróleo— representó, para México, el caos económico.

Limantour nació en 1854 en el seno de una familia francesa. En México, abogado desde 1875, reemplazaría al extraordinario Manuel Payno (a quien debemos un inapreciable documento: México y sus cuestiones financieras) en la Cátedra de Economía Política y fue, también, catedrático de Derecho Internacional. Ingresó en el Ministerio de Hacienda en 1892 —oficial mayor— por intercesión de Romero Rubio, un prócer, padre de la segunda esposa de Porfirio Díaz. Fue titular del Ministerio el 9 de mayo de 1893. El Presupuesto Público del año fiscal 1894-1895 fue el primero, en la historia de México, con superávit fiscal. La modernización de la banca también se le debe en gran medida. La familia Madero tenía contactos con Limantour, sobre todo su padre y su abuelo.

La explosión social, que planteó la decisión de Porfirio Díaz de “presentarse” a su séptimo mandato invitó a Francisco I. Madero a dirigirse a Limantour —antes, inútilmente, habló con el presidente— líder de Los Científicos: “Muy estimado señor mío y amigo: Aunque las relaciones que llevan algunos de mi familia con usted son relativamente estrechas, las que yo llevo son tan escasas que casi no me autorizan a escribirle. A pesar de ello, razones de interés general me mueven a dirigirme a usted. Demasiado conocidos son los móviles del Partido Antirreeleccionista. Creemos sinceramente que al país no conviene la próxima reelección del general Díaz y, sobre todo, sería una amenaza terrible para las instituciones republicanas la próxima reelección del señor Corral”. (Como vicepresidente)

Sigue: “…Creemos que nuestro país necesita que funcionen con regularidad las instituciones democráticas y que volvamos al régimen constitucional. La historia, con elocuencia irresistible, demuestra cuán funesto ha sido para los pueblos el absolutismo… Si el señor Corral llega a ser reelecto y sucede al general Díaz (el tema central consistía en que el 15 de septiembre de 1910 Porfirio Díaz cumplía 80 años) está en la conciencia de todos los mexicanos que por ningún motivo lo dejará y hará lo posible para ocupar la Presidencia mientras viva… Estamos amenazados, pues, de una revolución a la muerte del general Díaz o que se establezca prácticamente en nuestra patria una dinastía autocrática. Quién sabe cuál más temible…”.

El 25 de noviembre (al menos contestaba) Limantour escribía a Madero: “Dice usted muy bien en su carta que, desde hace muchos años llevo relaciones estrechas con varios miembros de su familia, y aunque no hubiese tales antecedentes, está usted autorizado para dirigirse a mí cuantas veces lo estime oportuno. Permítame que no entre a discutir las consideraciones políticas que toca su carta, porque si bien perseguimos uno y otro ideales democráticos, diferimos totalmente respecto al camino que para su realización conviene seguir… A pesar de mi firme propósito de alejarme de las cuestiones de mera política, procuraré yo hablar con quien corresponda en el sentido de los deseos de usted…”.

Infortunadamente ese diálogo fue destruido por la realidad.

noviembre 29, 2008

La paradoja calderonista

Ivonne Melgar
Retrovisor
Excélsior

Como en los niños, un gobierno que llega a sus primeros dos años, ya sabe caminar solo.

Y el de Felipe Calderón lo hace sobre un terreno difícil, sí, pero no minado por sus adversarios políticos, como alguna vez se pensó que sería su sexenio.

Había razones, en el arranque de la gestión, para pronosticar que el suyo sería un escenario sin espacios de soluble gobernabilidad.

Todavía hace un año, aun cuando se le reconocía capacidad para sortear a un siempre activo Andrés Manuel López Obrador, los pronósticos no eran halagüeños en torno al Presidente que llegó a Los Pinos con una ventaja de sólo 0.6% de votación.

Para finales de 2007 ya se había dado el pacto de descabezamiento del IFE, permitiendo una especie de borrón y cuenta nueva en lo correspondiente a las reglas de la competencia política, y la suerte de Calderón se imaginaba entonces siempre sujeta a una oposición que le había tomado pronto la medida.

Ya fuera por un PRI con fuerza en el Senado para determinar el avance en materia de seguridad y en la reforma petrolera o por la capacidad de López Obrador para frenar las iniciativas gubernamentales en dos pistas simultáneas: desde el Congreso y con movilizaciones ciudadanas.

Los hechos relevantes en el estira y afloja de la clase política durante este 2008 podrían documentar con creces esa visión de un Presidente acotado por la sagacidad del priismo gobernante y la audacia política de quien se hace llamar presidente legítimo.

Mencionemos sólo dos: la herida política de muerte que desde su llegada a la Secretaría de Gobernación padeció Juan Camilo Muoriño con la denuncia de López Obrador en torno al presunto conflicto de intereses entre su cargo y los negocios familiares. En ese caso, el PRI no sólo dejó solo al calderonismo, sino que en su momento acuñó sobre el ejemplo del ahora desaparecido funcionario que este era un gobierno “de cuotas y de cuates”.

Un segundo expediente que ilustraría los escasos márgenes de Los Pinos para avanzar en sus propósitos es la negociación de la reforma petrolera en su primera parte.

El movimiento del ex candidato presidencial del PRD resurgió con el talento del tabasqueño para azuzar a sus bases de que la privatización estaba en puerta. Y el priismo parlamentario aprovechó el momento difícil de Calderón para elevar el costo de su operación política. En ambas coyunturas, muchas, decenas de veces, escuché a gente, conocedora del poder y de sus complejas jugadas, augurar el descarrilamiento del gobierno.

“Ahora sí se les acabó la buena suerte”, susurraban.

Como reportera con la oportunidad de cubrir diariamente las actividades presidenciales, otras tantas ocasiones recibí la misma pregunta: “¿Cómo ves? ¿Verdad que en esta ocasión ya se le puso difícil todo a Calderón?”

Y siempre he dado la muy impopular e incorrecta respuesta, políticamente hablando, de que no, de que las crisis se han convertido para el segundo presidente del PAN en momentos de impulso.

Hay en el estilo calderonista de gobernar una capacidad de avance, justo en medio de aparentes situaciones de caos, presión y cerco.

Y así ocurrió en el peor momento de la reforma petrolera y en los días de duelo por la muerte de Mouriño y sus acompañantes en el avionazo del 4 de noviembre.

Lo hemos platicado ya: Calderón optó por aplicar los ajustes energéticos perredistas y priistas, a cambio de un plan presupuestal anticrisis, lo cual la convierte en la administración con más dinero para todo tipo de programas sociales, asistenciales y obras, en un año de disputa electoral.

Mientras que, en medio de la tragedia, el Presidente asumió la conducción de los días posteriores con un éxito mediático y político, aun cuando sabemos que en las calles y en las conversaciones familiares la duda del accidente persiste. Pero, en la balanza, la imagen presidencial flota y —si bien habrá que atenernos a próximas evaluaciones— acaso repunta en cuanto a la calificación del manejo de situaciones complicadas.

Lo paradójico es que, a estas alturas de 2008, aquellas tensiones políticas por la impugnación a sus colaboradores o por la intención de canalizar dinero privado a Pemex, no tendrían los primeros lugares en la lista de los días más negros y difíciles del año para el gobierno.

Las horas tristes corren afectando a miles por la violencia sin antecedentes en varios puntos de la República y porque los pasos de la escasez, las deudas y el desempleo comienzan a ser caminados de manera generalizada. Y, sin embargo, paradójicamente, la factura social no llega aún al gobierno.

Aunque el pejismo buscará encabezar la capitalización política de esta situación económica, como legítimamente lo hacen las oposiciones en el mundo, paradójicamente ahora que sí existen motivos de recordar las promesas pendientes del “presidente del empleo” —tal cual fue uno de los principales lemas de campaña—, López Obrador se acerca a una complicada correlación de fuerzas en el interior de su partido.

Porque mañana, cuando Calderón celebre su primer bienio, simultáneamente, en el PRD, el lópezobradorismo estará enfrentando uno de sus más duros golpes: la llegada a la dirigencia de un Jesús Ortega que ya ha dado demasiadas muestras de que su futuro no es más del lado del tabasqueño.

Lo paradójico es que el balance presidencial incluirá como hazaña la existencia de un plan anticrisis para amortiguar los efectos de la mala racha financiera internacional. Lo paradójico es que, a pesar de este pésimo tiempo económico, la cosa política va y mejor de lo imaginado.

Y lo más paradójico es que ese gobierno que ya sabe caminar, cuando se cae, lo hace porque se mete zancadillas, a causa de sus disputas internas.

Por eso, en Palacio Nacional, el priista César Duarte, con la jiribilla de quien ha escuchado decenas de veces el llamado presidencial a la unidad, ayer balconeó abiertamente a los dos más importantes hombres del gabinete de seguridad, dirigiéndose a Genaro García Luna y a Eduardo Medina Mora, para solicitar madurez y que eviten “actitudes sectarias”.

Ironías de la paradoja calderonista. Delicadas piezas sueltas de un estilo de gobernar cuyos ajustes más importantes son íntimos, internos, y apenas habrán de acomodarse.

Porque este gobierno que ha sabido torear al indestructible, a los experimentados priistas, al colapso financiero, a los cárteles del narco, no puede ocultar las rencillas de su gabinete, la división entre los cercanos y los no cercanos.

noviembre 28, 2008

'La mitad...' por Paco Calderón

Incompetente, la mitad de policías

Jorge Ramos y Andrea Merlos
politica@eluniversal.com.mx
El Universal

Se examina sólo a 3% de altos jefes de Seguridad

El presidente Felipe Calderón informó a senadores que 49.4% de 56 mil policías municipales, estatales y de nuevo ingreso a la Policía Federal Preventiva (PFP) resultaron “no recomendables”, luego de que fueron evaluados por la Secretaría de Seguridad Pública.

El mayor índice de elementos “no recomendables” se presentó en los municipios, donde llegó a 61%, dio a conocer el mandatario al Senado de la República, al responder a una pregunta parlamentaria, esquema adoptado a partir de este año como parte del Informe de Gobierno.

A los diputados, el jefe del Ejecutivo explica que el Programa de Control de Confianza sólo se aplica a 3% de altos mandos en las instituciones de procuración de justicia. Reconoce que en esa y otras pruebas las cabezas de las dependencias son las menos evaluadas, en la estructura jerárquica de funcionarios públicos.

Datos del mandatario refieren que sólo se evalúa entre 3% y 11% de los altos mandos, y a la mayoría de personal operativo.

A senadores, Calderón también menciona que en 2008 se ejerció acción penal contra 27 agentes del Ministerio Público federal, 29 agentes de la Agencia Federal de Investigación (AFI) y 10 mandos medios y superiores.

Respecto a las averiguaciones previas de 2007 y 2008, indicó que han consignado ante un juez a 48 encargados de la procuración de justicia.

Intolerancia religiosa

Leo Zuckermann
Juegos de Poder
Excélsior

En 2001, en el poblado de San Nicolás, Hidalgo, la mayoría de religión católica le exigió a toda la población que pagaran las cuotas o realizaran los trabajos comunitarios para las fiestas religiosas. La minoría de religión evangelista, que no cree en este tipo de festividades, se negó a hacerlo. Ante esta negativa, y bajo el argumento de que todos deben obedecer los usos y costumbres de la comunidad, los católicos le cortaron el servicio de agua potable a los evangelistas. También amenazaron con expulsarlos del pueblo. Al final, las autoridades gubernamentales tuvieron que intervenir para calmar los ánimos y evitar un enfrentamiento mayor entre los dos grupos. Se negoció un acuerdo donde los evangélicos colaborarían “en las labores comunitarias, a fin de garantizar la paz en el pueblo”.

Siete años después, otra vez en San Nicolás, una asamblea de católicos ha prohibido la sepultura de evangélicos en el panteón del pueblo. De acuerdo con Noé Gerardo Nicolás Guerrero, uno de los líderes católicos, los evangélicos presuntamente violaron el acuerdo que habían establecido con la comunidad: son un “ejemplo negativo en la localidad, pues refugiándose en sus creencias se niegan a colaborar en las tareas comunitarias como la organización de la fiesta patronal”. Además, el líder informó que la construcción de un templo evangélico está condicionada a la aprobación de la asamblea comunal dominada por los católicos. La obra, mientras tanto, está detenida.

Los católicos impedirán las inhumaciones de los evangélicos en la medida en que éstos no cooperen para las fiestas. Aunque no deberían estar obligados a cooperar con una festividad en la que no creen, Roberto Barquera Joaquín, dirigente evangélico en la zona, rechaza “que su grupo religioso se niegue a colaborar en los trabajos de la comunidad”. El líder dice que existe una persecución en contra de la minoría que sólo quiere hacer valer “lo que por Constitución tenemos derecho, a profesar la religión que queramos”.

Tienen razón los evangélicos. Para empezar ellos no tendrían por qué colaborar en fiestas de santos en los que no creen. Ni con trabajos físicos ni con pagos en efectivo. Además, los católicos tienen la obligación de respetar sus creencias y la libertad de religión consagrada en la Constitución. De ninguna forma puede justificarse que un mexicano que profesa una religión minoritaria no pueda ser enterrado en un panteón que, de acuerdo con el artículo 115 constitucional, está a cargo de autoridades civiles municipales.

En San Nicolás, Hidalgo, geográficamente muy cerca de la Ciudad de México, capital de la República, hay un vergonzoso caso de intolerancia religiosa propia de la Edad Media no del siglo XXI. Desde hace ya mucho tiempo, una mayoría tiránica no respeta los derechos de la minoría bajo un argumento absurdo de usos y costumbres.

El asunto merece una condena de todos aquellos que creen en la libertad religiosa y en los valores del pluralismo y la tolerancia. Y más allá de la condena, exige acciones concretas, contundentes y sin ambigüedades. Los gobiernos estatal y federal deben intervenir para hacer cumplir los derechos de las minorías consagrados en la Constitución y así evitar su discriminación. Los partidos deben destituir a todos aquellos líderes que estén involucrados en estas actitudes de intolerancia. La Iglesia católica debe intervenir para atemperar los ánimos de sus feligreses y hacer realidad los mensajes de conciliación y tolerancia de Juan Pablo II. Como dijo este Papa tan querido en México: “Sólo en la mutua aceptación del otro, en el consiguiente respeto mutuo, hecho más profundo por el amor, reside el secreto de una humanidad finalmente reconciliada”. Ojalá los católicos de San Nicolás así lo entiendan y finalmente se reconcilien con sus vecinos evangelistas.

La ciencia mexicana en el exterior

José Sarukhán
jose.sarukhan@hotmail.com
Investigador del Instituto de Ecología de la UNAM
El Universal

Hace unos 10 días tuve ocasión de constatar, una vez más, el bajo grado de presencia de nuestra ciencia, la mexicana, en el escenario internacional. No me refiero a la proporción de la producción científica global que se realiza en nuestro país, sino de la presencia de la ciencia y en general de la academia mexicana en la representación oficial que nuestro país tiene ante muchos organismos internacionales de diferente índole y tamaño.

La ocasión a la que me refiero fue la Asamblea General de la Academia del Mundo en Desarrollo (TWAS, por sus siglas en inglés) que se llevó a cabo en la ciudad de México y que celebraba el primer cuarto de siglo de vida de la institución.

La anfitriona de la reunión fue la Academia Mexicana de Ciencias, que hizo un espléndido papel en la organización del evento. El comentario surge porque meditaba, mientras asistía a la reunión, acerca del esfuerzo de representación científica internacional que países como India, China, Brasil, Sudáfrica y otros sostienen intensa y profesionalmente. Nosotros lo hacemos muy mal en este rubro.

A lo largo de décadas, la representación oficial mexicana, ya sea por medio de la SRE o de otras secretarías de Estado, dependiendo del tema, no le ha dado importancia alguna a contar con la gente experta y de alta calidad en cada uno de los temas, que ejerza esa representación de manera continuada y profesional.

He estado en varias reuniones (v.g. la OCDE) en temas de biodiversidad y ecología agrícola, en las que nunca la persona que llevaba la representación “oficial” del país era la misma dos reuniones seguidas. Quien esto escribe y otros colegas teníamos en cada nueva reunión que “instruir” al representante oficial de qué trataba el tema, lo que se había discutido en la reunión previa, etcétera. Una muy importante excepción a esto ha sido en los temas ambientales, en los que la continuidad de la representación oficial, mantenida por dependencias del sector (INE, Conabio, Conanp), ha tenido una presencia consistente, respetada y buscada en el liderazgo de las discusiones.

México tuvo, hasta el inicio de la década de los 80, agregados científicos en algunas de sus embajadas más relevantes. Han dejado de existir desde entonces, quizá con la idea, optimista y equivocada, de que los agregados culturales cubren el papel de un agregado científico. Un agregado científico debe tener la función de “otear” el ambiente científico del país o región a su cargo para descubrir oportunidades de colaboración e interacción con comunidades científicas con las cuales nos interesa crear y mantener programas que ayuden al desarrollo de la ciencia mexicana.

No son puestos de premio o consolación. Deberían ser individuos activos y conocedores del ambiente científico mexicano y del regional, incluso conocidos por su producción en alguna de las áreas de la ciencia, con buena capacidad gestora y organizativa.

No se requeriría de uno de tales agregados en cada embajada. Sería un gasto inútil en muchos casos. Bastaría tener menos de media docena de ellos, ubicados estratégicamente en regiones relevantes: Norteamérica, Sudamérica, Europa, Asia y Asia-Pacífico.

Sé que sugerir lo anterior a estas alturas de la crisis económica internacional podría considerarse como utópico. Pero me pregunto si el costo de sostener media docena o menos de tales individuos interrumpiría algún proyecto prioritario o vital del país o de Conacyt.

Sí, Nelson, los hay que no tienen

Joaquín López-Dóriga
lopezdoriga@milenio.com
En privado
Milenio

Los hay que se ocupan más de defender su cargo que de ejercerlo. Florestán

Cuando hoy a las 11 de la mañana se reúna el pleno del Consejo Nacional de Seguridad Pública, en el salón Tesorería de Palacio Nacional, aún rebotarán entre esos muros las palabras que les dejó hace 99 días Alejandro Martí: “Si no pueden, renuncien”, sentencia que marcó aquel encuentro y que luego sería coreado por miles en la marcha contra la violencia.

Pero no será lo único que hará eco entre algunos de los responsables de la descuidada seguridad pública. Los habrá que no puedan olvidar la síntesis crítica de Nelson Vargas al cumplirse catorce meses y medio del secuestro de su hija Silvia: “¡No tienen madre!”.

Y, efectivamente, los hay que no la tienen.

El corte de caja de hoy sobre los compromisos asumidos y los incumplidos, hará que se musite la condicionante de Martí y el análisis de Vargas.

A partir de ese eje, incapacidad y orfandad, comenzaremos a saber quiénes son los que ante la inseguridad han mirado hacia otro lado, cómplices, endosando a otros su incapacidad ante ese problema que hizo crisis en el sexenio de Fox, que ni le entendía ni se entendía del problema. Fueron contadas las reuniones del gabinete de seguridad pública que encabezó en su sexenio, y los que asistían aún recuerdan su mal talante y sus prisas.

Así, con un panorama alarmante por su desatención en materia de seguridad pública y el descontrol del narcotráfico, comenzó Felipe Calderón con una prioridad de gobierno: el combate a la inseguridad que se enfocó, más que al pequeño delito que a todos alcanza, a la macrodelincuencia organizada, que a todos pone en riesgo, el Estado mexicano incluido.

Por la magnitud del crimen organizado, no se alcanzó a diferenciar entre los asuntos de seguridad nacional, narcotráfico, tráfico de armas y personas, lavado de dinero, y los del orden común: secuestro, robo, asalto, lesiones, homicidios.

Y al no haber quedado claramente diferenciados los asuntos de competencia federal (el crimen organizado), de los de competencia local (delitos del orden común), se generó la percepción de que el combate a todo tipo de delincuencia era responsabilidad más que del Ejecutivo federal, del Presidente de la República, como se confirma ahora en la discusión de las reformas judiciales y de seguridad, en la que la oposición quiere colocar a la cabeza al mismo presidente Calderón a fin de mantenerlo en esa mira, no con fines de eficacia, sino políticos: jalar la marca en los temas de inseguridad y escalarlos a Los Pinos, a lo que la oposición le ha dado tal peso, que tiene atrapadas las reformas de seguridad en el Congreso a pesar del reclamo de la sociedad, el compromiso existente y la urgencia del caso.

Y que cada quien niegue o confirme irresponsables y orfandad.

Nos vemos el martes, pero en privado.

Silvia Vargas y todo lo que no funciona

Jorge Fernández Menéndez
Razones
Excélsior

Difícilmente algo de lo que se diga hoy en el Consejo Nacional de Seguridad Pública podrá opacar la contundencia de las declaraciones de Nelson Vargas, el miércoles, cuando se cumplían un año, dos meses y 16 días del secuestro de su hija Silvia. Habrá quienes festejarán, lo han hecho, la contundencia de sus afirmaciones; habrá, también lo han hecho, quienes dirán que en todo el proceso de investigación hubo muchos errores de todas partes y que resulta muy complejo resolver el caso porque ha transcurrido mucho tiempo. Pero no nos engañemos: Nelson tiene todo el derecho de exigirle a las autoridades mucho más. Silvia no sufrió un accidente: fue secuestrada y la información que proporciona Nelson no deja demasiados espacios a la especulación. Si su ex chofer es hermano de dos personas que encabezan una banda de secuestradores que utiliza el mismo modo de operación que quienes se llevaron a Silvia; si uno de esos secuestradores logró fugarse con complicidad de quienes lo estaban supuestamente custodiando; si apenas en la primera semana de noviembre, el ex chofer de Nelson fue arraigado y todavía no se logra establecer una conexión con el crimen, tiene todo el derecho Nelson Vargas de indignarse ante las autoridades.

Pero el caso de Silvia Vargas, como muchos otros, puede ser un ejemplo de por qué no funcionan las cosas. Los Vargas hicieron la denuncia en tiempo y forma sobre el secuestro; hubo elementos que se hubieran podido investigar a profundidad (el automóvil de Silvia abandonado en el centro de la ciudad, los mensajes de los secuestradores); hubo, me imagino porque ocurre una y otra vez, confusión con respecto a quién se encargaba de qué, aunado a la presión de quienes pudieran asesorar a la familia; si bien se entregó la lista de todos quienes habían trabajado para la familia Vargas en los últimos años y allí figuraba el nombre del ex chofer, nadie cruzó ese nombre con los de sus dos hermanos, desde entonces acusados de secuestro y de encabezar la banda de Los Rojos.

Quizá no se cruzó ese nombre por negligencia o hasta por complicidad, pero muy probablemente porque no tenemos todavía un sistema lo suficientemente eficaz para contar con toda la información de cada delincuente independientemente de la jurisdicción donde haya cometido el crimen. No lo tenemos porque, a pesar de que el Sistema Nacional de Seguridad Pública se creó desde hace dos sexenios, no termina de ser obligatorio para los tres niveles de gobierno colocar en el mismo toda la información sobre delincuentes, policías, huellas, vehículos y, aún hoy, la mayoría de los estados se niega a que las decisiones del SNSP sean obligatorias para todos y cada uno de ellos.

El tema de la información es clave: no existe una institución, un espacio, un sistema que la concentre, y la cantidad de información que se pierde o que, como en este caso aparece un año después de los hechos, pudiendo haber sido fundamental para resolver la investigación en tiempo y forma, termina perdiendo parte de su utilidad.

No hubo un seguimiento del caso porque el de Silvia se acabó tratando como los tres o cuatro secuestros que se denuncian en el país cada día, y porque, además de los errores o insuficiencias que se pudieran haber cometido en el ámbito federal (sea en la SSP o en la PGR, es indistinto y, sobre todo, lo es, con toda razón, para Nelson), los estados, o por lo menos muchos de ellos, no cuentan con unidades antisecuestros eficientes, y las que existen en el ámbito federal, además de los casos de corrupción que se han detectado, son a todas luces insuficientes. Si además se trabaja con información escasa e incompleta, la situación termina siendo mucho más compleja aún. Muchos estados y muchos políticos insisten en que se debe federalizar el delito de secuestro, pero no se federalizan atribuciones ni recursos humanos y materiales. Hoy la Policía Federal, por ejemplo, tiene apenas 4% de todas las policías del país. ¿En lugar de pedir la federalización de los delitos no se tendría que exigir que se cumpliera plenamente en los estados y el DF con sus obligaciones?, ¿si se plantea la federalización, lo lógico no sería aceptar que también deben centralizarse en el ámbito federal recursos, responsabilidades y atribuciones? Si no es así se terminará construyendo, como ocurre con el crimen organizado, una coartada, desde los estados y los municipios, para no intervenir o hacerlo muy parcialmente en ese combate.

El presunto secuestrador se escapó dos veces, una en Guerrero, otra desde el hospital de Xoco. Obviamente, para hacerlo, tuvo que tener la complicidad de quienes lo custodiaban. Si no fue complicidad es peor, porque resulta inverosímil que un personaje de esa calaña, acusado de esos delitos, termine siendo custodiado por unos inútiles. Pero algo más está muy mal con nosotros mismos como sociedad: cuando se dio esa fuga, uno de los auxiliares médicos fue retenido e interrogado por su presunta participación en esos hechos. Y en vez de reclamar que se respetaran sus derechos pero también que quedara en claro si había cometido o no un delito, los médicos del hospital se movilizaron e hicieron bloqueos para exigir la libertad inmediata del detenido cuando no podían saber si había sido o no cómplice o si su testimonio podía aportar algo. No podemos convertirnos en parte de las policías ni hacer su labor, pero si no se comprende que se debe colaborar en la denuncia y la investigación, el crimen siempre tendrá un margen de operación mucho mayor. Hay que tomar, como sociedad, los ejemplos de denuncia y participación de Nelson Vargas, de Alejandro Martí, de María Elena Morera, y muchos, muchos otros, que han tomado ese camino. Todo esto debería estar presente hoy en la mesa del Consejo de Seguridad. Y en el interés de quienes de una u otra forma tienen la responsabilidad de la seguridad en el país, desde funcionarios hasta legisladores o jueces.

Obama y México, temas a meditar

Juan María Alponte
México y el mundo
El Universal

El gobierno elegido por Obama es la historia natural: elige a los más experimentados del sistema y, en consecuencia, el centro.

El “cambio” que Obama mismo ha ofrecido al mundo, no sólo a Estados Unidos, posee una racionalidad esencial: George W. Bush arruinaba el sistema, pero el sistema —biológicamente modificado con Lincoln, ideológicamente transformado por Roosevelt, y elevado a los altares de las nuevas generaciones por Kennedy— gravita sobre el centro. Se olvida que Roosevelt, enfrentado con la Gran Depresión y con 25% de la población en la miseria, optó por un Estado regulador, no por la revolución.

En las elecciones de 1932, claves por el derrumbe de Wall Street en 1929, el presidente saliente, Hoover, responsable de la crisis, todavía obtuvo 15.7 millones de votos frente a los 22.8 millones de Roosevelt. En esas elecciones, con millones de obreros en paro, el candidato socialista, Thomas, un hombre honorable, contó 884 mil 640 votos. En las elecciones de 1936, sin resolverse aún los problemas, Roosevelt, reelegido, contó 27.7 millones de votos y Thomas, sin más, regresó al pasado: 187 mil 833.

En suma, el “cambio” de Roosevelt, es decir, el New Deal o Nuevo Trato se basó en el poder regulador del Estado… porque había Estado. No pasó de esa raya, pero recordó a los banqueros su responsabilidad, como gobernante, ante la economía real. Al presentar su programa dijo: “Yo prometo a ustedes, yo me prometo a mí mismo un nuevo trato for the American people, esto es, para el pueblo norteamericano”. Todos lo comprendieron cuando firmó, en 1933, la Ley de Emergencia Bancaria: Emergency Banking Relief Act. Ratificó: “Todo el mundo lo comprenderá, even the bankers, inclusive los banqueros”. En las elecciones de 1940, año en que por vez primera desde 1929, se recuperaba el PIB per cápita de entonces, Thomas tuvo 116 mil 410 votos. Finis terrae.

El gobierno de Obama implica un cambio mucho mayor en el imaginario colectivo mundial. Mayor porque el fracaso de Bush ha sido universal. Aun así el gobierno de Obama, el de hombres con larga experiencia en el sistema y con proposiciones claras, en orden a la restauración de la economía real que, finalmente, es “consumo y seguridad”.

En ese punto no hay dudas, pero el mundo ha cambiado. Ya no es Bretton Woods (1944), cuando EU era unilateralmente imbatible; ahora las decisiones son multilaterales y, algunas voces universitarias denuncian la “recuperación” de los irresponsables enriquecidos con la hecatombe de la economía real. Baste decir, sin Thomas, que David Yermack, profesor de Finanzas en la Universidad de Nueva York, en las páginas de The Wall Street Journal ha llegado al límite: “Decir No a Detroit”. Considerando el abismal fracaso de los tres grandes del automóvil, el profesor ha dicho algo impensable antes: “Sería mejor (que salvarlos) enviar un cheque a cada empleado”. No se hará, pero Obama sabe que el escándalo ético es inmenso.

En México el gobernador del Banco de México ha tenido el valor de decir, entre los sacristanes del “nada ocurre”, que “el nivel de vida del mexicano está estancado”. En esta crisis hay que recordar, ante lo que viene, que están en juego las pequeñas y medianas empresas de México. Las “microfirmas” mexicanas emplean alrededor de 8 millones de personas (38.3% del empleo total, dice el estudio de la OCDE SMes in Mexico. Issues and policies. En las circunstancias presentes van a sufrir la reducción de los créditos y de la demanda. Es un tema capital, con la competitividad. Ésta sigue siendo el talón de Aquiles. El World Economic Forum (The Global Competitiveness Report 2008-2009) advierte, entre 134 países, que la competitividad coloca a México, en 2008, en el lugar 62; estábamos en el 2007 en el 52. Pymes y competitividad al aire libre.

Cuentas

Héctor Aguilar Camín
acamin@milenio.com
Día con día
Milenio

Hoy es día de rendir cuentas en materia de seguridad. Ojalá y cada mes hubiera en México una jornada de rendición de cuentas como la de hoy, con plazo fijo de entrega y compromisos previos comparables. Nuestro gobierno mejoraría.

Mejorarían también nuestros medios, si cada vez que el gobierno rinde cuentas, atendieran sus cifras y sus dichos con ánimo de medir lo que dice contra lo que prometió, más que de someterlo a exigencias desmesuradas.

Siento que se ha instalado ya un veredicto en los medios respecto de las cuentas de seguridad que se rendirán este día. El veredicto es que no se ha hecho nada, o muy poco, y que nada, o muy poco, hemos avanzado en cien días hacia ninguna parte, salvo hacia la multiplicación justificada de nuestra queja.

La verdad es que parece difícil no haber avanzado nada a partir de la triste enumeración de compromisos obvios de seguridad incluidos en el acuerdo que hoy se contabiliza. Pero todo avance parecerá insustancial a las expectativas desmesuradas, desmesuradamente potenciadas, de los medios y de la opinión pública.

Algo hay que hacer para romper el círculo vicioso de no creer sino en soluciones finales que no hay. Lo primero es mejorar la información. Cada día el gobierno tiene la posibilidad de refundar su pacto de credibilidad con la ciudadanía. No tiene sino que poner en la mesa toda la información que tiene.

Hace poco, con motivo del trágico accidente en que perdió la vida el secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, el secretario de Comunicaciones Luis Téllez dio una demostración en tiempo real de cómo poner a disposición de la sociedad toda la información clave que se tiene.

Nadie puede competir con el gobierno es esto, porque nadie tiene tanta información dura y sistemática sobre la inseguridad y el crimen.

Una rendición de cuentas abierta en materia de seguridad, sin analgésicos ni consideraciones de imagen, puede ser el inicio de una relación de credibilidad entre las autoridades y los ciudadanos.

Si el gobierno pone todas sus fichas de información sobre la mesa, convencerá a la enorme mayoría de los mexicanos, como lo hizo con su manejo informativo del accidente aéreo.

Si se guarda barajas bajo la manga por razones políticas, el veredicto previo de inutilidad ganará terreno y amaneceremos, simplemente, quejándonos más.

***

Cota: Todo hijo verdadero ha de volverse padre de su padre. Un abrazo, Pepe Bastón.

Los dos años y los 100 días

José Rubinstein
jrubi80@hotmail.com
Excélsior

Finaliza el primer tercio del gobierno de Felipe Calderón. Considerando las circunstancias en que se llevó a cabo su ascensión al poder, creemos que el principal mérito de Calderón en esta etapa ha sido haberse consolidado como Presidente único de los mexicanos.

Dos han sido las constantes que han permanecido en la gestión de FC:

La primera, la presencia como estampilla del derrotado candidato opositor Andrés Manuel López Obrador, quien se ungió con la inexistente investidura de presidente legítimo y que con marcaje personal se ha encargado de invalidar cuanto Calderón dice o no dice, hace o no hace, en confrontante actitud y denostante lenguaje. Con el precio de su propio capital político, AMLO optó por conducirse como bola de plomo encadenada al tobillo de Calderón.

La segunda, la directa participación del Ejército en la lucha frontal contra el narcotráfico. La tibia posición asumida por los antecesores inmediatos de Calderón con respecto al consumo de estupefacientes y al crimen organizado propició el desbordamiento de los mismos por todo el territorio nacional. A FC no le quedó otra alternativa, sino rescatar a México de los tentáculos de la droga y el crimen o resignarse de antemano al fracaso de su gestión, con el agravante de que el dejar hacer, dejar pasar, a estas alturas, significaría otorgar a los distintos cárteles y grupos criminales el poder de facto en nuestro país.

De inicio, Calderón restituyó a la institución presidencial seriedad y sobriedad. Habíamos llegado al colmo de pagarle sueldo a un vocero para que nos explicara lo que el presidente Fox intentaba decir. En cuanto a la primera dama, la inteligencia y excepcional discreción de Margarita Zavala encaja perfecto en el perfil requerido para tal puesto.

En cuanto a las relaciones de México con Latinoamérica, basadas en la postura de no guardar rencores pero sin la disposición a aceptar humillaciones ni ofensas, el gobierno de Calderón ha ido limando asperezas principalmente con Cuba, Venezuela y Bolivia, en la mira de cumplir con una agenda mesoamericana que, bajo un liderazgo compartido, alcance la representatividad de la región.

Con respecto a EU, Calderón comprende que allí la tienda se reabre hasta el 20 de enero próximo y será entonces cuando se retome la reforma migratoria. Desde luego, FC no aceptaría la renegociación del TLCAN.

El talón de Aquiles del sistema sigue siendo la educación y, mientras persista la figura de una perpetuada líder sindical confrontada con extraños y propios, manejando incalculables e inexplicables recursos económicos, desprestigiada y conflictiva, entonces seguiremos negados a un mejor porvenir. Qué onerosa es para México la lealtad del Presidente hacia una ambiciosa líder que le ayudó a llegar a Los Pinos.

Ahondando en el tema sindical, el conflicto interno en el sindicato minero, en el que el fugado líder Napoleón Gómez Urrutia mantiene en jaque al gremio, es insostenible. Aquí todos pierden. Se espera que la Secretaría del Trabajo coadyuve a solucionar esta costosa situación.

Probablemente de lo más destacable del bienio de Calderón es haber roto el estigma de las reformas estructurales. Es así como se aprobaron las reformas a la Ley del ISSSTE, la electoral y la energética. Modificaciones perfectibles, lo meritorio es haber abatido la inercia al respecto.

El precio del petróleo se ha prácticamente desmoronado, el actual de nuestro barril de exportación está apenas a la mitad del conservador cálculo de 70 dólares para 2009. Aun existiendo coberturas parciales con miras a dicho periodo, las consecuencias serán mayúsculas. Ilógico, en México la gasolina sigue subiendo. Gran error haber incorporado un impuesto extra a tan popular combustible.

Cómo estarán las cosas que, por encima de la economía, la inseguridad pública constituye la principal preocupación de la sociedad. El tema del día está reservado para asesinatos, secuestros y corrupción.

Coincide el segundo aniversario de Calderón como Presidente con el vencimiento del plazo de 100 días para que las autoridades firmantes del pacto por la legalidad y la justicia cumplieran los compromisos contraídos. Pacto incumplible e incumplido. Destacan mayormente los organismos civiles creados en rebeldía, por la airada sociedad, que las acciones contundentes de la autoridad.

Qué escenario. Guerra —fuerte palabra— declarada contra el crimen y devastador escenario económico global. Faltan dos tercios del camino por recorrer. Calderón no tendrá tregua.

El fracaso de los 100 días

Ricardo Alemán
aleman2@prodigy.net.mx
Itinerario Político
El Universal

¿Y ahora qué van a decir? Que la inseguridad es por el cambio climático
El problema no es de hombres o voluntarismo, sino de diseño institucional


Ante el dato duro de violencia e inseguridad, y la contundencia del cinismo y la negligencia, ninguno de los tres poderes u órdenes de gobierno puede decir que cumplió con el pacto “anticrimen”.

En horas se habrán cumplido 100 días de lo que aquí motejamos como “la llamada a misa” —Itinerario Político, 25/08/08— que reunió a la República el 21 de agosto, y en donde poderes, gobiernos e instituciones pactaron 75 acciones para combatir inseguridad, criminalidad, violencia e impunidad, y con ello recuperar para el ciudadano la libertad y la vida.

¿Y qué pasó en esos 100 días? Los titulares del Ejecutivo, Judicial y Legislativo nos podrán decir lo que quieran, misa si así lo desean, pero la terca realidad convertirá en verborrea, demagogia, alharaca sus respectivos discursos, sin contar con espectáculos de pena ajena —como el que prepara el presidente de la Corte, Guillermo Ortiz Mayagoitia— quien saldrá en defensa de la pulcra imagen de sus muchachos, luego de que el presidente Calderón sugirió que la Operación Limpieza también pase la escoba por el Poder Judicial.

Y en las próximas horas veremos a la República reunida en un nuevo acto de contrición, todos ellos compungidos, alcanzados por los efectos mediáticos de los nuevos reclamos, pero firmes, valientes, con los bríos recuperados para volver pronto al campo de batalla. El Congreso podrá sacar una reforma al vapor, la Corte defenderá a ultranza la limpieza en la práctica de la justicia, y el Ejecutivo nos hablará de cambio de rumbos, de nuevas estrategias, de relevos en el mando…

Pero todo eso se vendrá abajo cuando la terca realidad nos muestre que no han resuelto el caso Martí, que les valió el descontón del “si no pueden, renuncien”, tampoco el caso Vargas, que casi los derriba con el “no tiene madre”, como tampoco han resuelto decenas de casos de secuestro, asalto, robo, asesinatos… Y no hablamos de los periodistas, porque ese es un asunto que menos les importa.

Cuando los datos duros nos aplasten con cifras de que precisamente los más recientes 100 días —los primeros del pacto “anticrimen”— han sido los más violentos, de más ejecutados, secuestrados… y el trimestre en donde con mayor claridad se exhibe a los ojos de todos que la primera de las 32 entidades del país ya cayó en manos del crimen organizado y el narcotráfico. Nos referimos a Chihuahua, entidad que ya puede ser declarada independiente, y gobernada por el crimen organizado, que pronto acuñará su propia moneda, que ya impuso su ley, que recolecta impuestos para dar protección de sus propios criminales…

Ese 25 de agosto pasado dijimos aquí: “Ahora resulta que pedir cuentas a los servidores públicos, reclamar que cumplan, es una suerte de agravio social hacia esos siempre trabajadores, infalibles, incansables, acertados y geniales servidores públicos. Y eso que el llamado Pacto por la Seguridad no fue más que un insuficiente y poco eficaz llamado a misa. ¿Por qué un llamado a misa? Porque van los que quieren, se confiesan los que quieren, cumplen la penitencia los que quieren… y los que no quieren, no van, no se confiesan, ni cumplen la penitencia. Y claro, no pasa nada”.

En los 100 días, ¿cuántos jueces, fiscales, ministerios públicos, alcaldes, gobernadores, legisladores fueron investigados y, en su caso, sancionados? ¿Cuántas nuevas leyes aprobaron, cuántos nuevos penales se proyectaron, cuántas políticas de readaptación social se cambiaron… Sí, cacarean la Operación Limpieza. Pero no dicen que es sólo “la puntita” de un continente de corrupción, impunidad, ilegalidad y negligencia sobre la que se mueven prevención y persecución del delito.

Nadie parece dispuesto a ver que el problema no es de hombres, tampoco de voluntarismo, y menos de “fontanería”; el problema, según los especialistas, es de un edificio institucional construido no para los huéspedes que reclaman democracia, alternancia, pluralidad, ejercicio de libertades básicas… sino que el Estado mexicano, el presidencialismo, su sistema de partidos, de justicia… están en una casa construida para el autoritarismo, la antidemocracia, la simulación política y de justicia.

Y en ese edificio se mueve a sus anchas el poder fáctico del crimen organizado y el narcotráfico. El problema no está en echarlos del edificio, sino en construir uno nuevo, claro, en donde no haya lugar para ellos.

EN EL CAMINO

Los sabuesos que revisan el ejercicio presupuestal del moribundo 2008, encontraron una perla que, debe decirse, no es común. El Seguro Popular ejerció 100% de su presupuesto. En seguridad, muchos gobiernos no gastaron ni 10%.

Sociedad y delito

Carlos Marín
cmarin@milenio.com
El asalto a la razón
Milenio

Hace casi tres meses en San Lázaro, ante los diputados de la Comisión de Seguridad Pública, el secretario federal del ramo, Genaro García Luna, dijo lo que ningún político hasta la fecha se atreve a decir:

“Para que pueda haber una operación criminal de narcotráfico se requiere de una base social, y por eso la importancia de combatir la narcocultura…”

¿Base social?

La osadía de aromatizar el delito con una expresión que huele a pueblo hizo que el secretario sufriera una embestida semejante a la que padeció el director del Cisen, Guillermo Valdés, cuando expresó la obviedad de que las campañas políticas corren el riesgo de ser penetradas (financiadas) por el narcotráfico.

Hoy, el estudio del Gabinete Estratégico indica que más de 26 por ciento de 16 mil encuestados conoce a gente que comercia droga, y que más de 80 por ciento de los mismos lo sabe desde hace más de dos años…

Si se toma en cuenta la población del país, la base social es ¡de millones!

Se va el “porro” del PRD

Ubaldo Díaz
ubaldodiazmartin@hotmail .com
La Crónica de Hoy

El PRD robó un diputado a Convergencia, luego de que el legislador Alberto Esteva Salinas renunció a su curul para irse a trabajar con Marcelo, el lugar lo debería ocupar el suplente, sin embargo, éste ganó una diputación local y entonces como esa diputación era de fórmula, el PRD reclamó el lugar y en un debate entre diputados de los dos partidos, el PRD recibió el apoyo del PRI y el PAN, y así, el sol azteca se quedó con esa diputación, enojándose los de Convergencia y encabezados por Alejandro Chanona abandonaron la sesión. Con ello queda más claro el término de la alianza en el FAP.

Fernando Gómez Mont, regresó al recinto de San Lázaro, después de varios años en que no ponía un pie en la casa de los diputados y fue bien recibido por César Duarte, Emilio Gamboa, Héctor Larios y hasta por el perredista Javier González, por lo mismo, el secretario de Gobernación ofreció a los legisladores colaboración, seriedad, discreción y generosidad para enfrentar los retos que tiene el país. En el marco de una reunión con los integrantes de la Conferencia para los Trabajos Legislativos de la Cámara de Diputados, refrendó su disposición al diálogo y recordó su paso por el palacio legislativo cuando fue diputado federal. Durante el encuentro en San Lázaro, Gómez Mont agradeció la hospitalidad de los legisladores y dijo que es momento de reconocer deficiencias, pero también avances. Y al salir de San Lázaro, las bancadas aceptaron que el martes próximo se dictamine la miscelánea sobre justicia.

Emilio Gamboa Patrón, calificó como un acto de civilidad política, el encuentro que tuvieron la Mesa Directiva y los coordinadores parlamentarios con Fernando Gómez Mont, secretario de Gobernación, señalando que si bien el PRI es oposición, tiene con el gobierno un fin común: el compromiso con todo México.

El gobernador de Sinaloa, Jesús Aguilar Padilla, al reunirse con diputados del PRI en San Lázaro, que encabeza Emilio Gamboa, para agradecerles su apoyo en la aprobación del presupuesto para el año entrante, dijo que con ello el Poder Legislativo ya hizo su trabajo, y ahora confía en que el Poder Ejecutivo haga el suyo, con reglas de operación ágiles, claras, con sentido federalista, tomando en cuenta las regiones, municipios y estados, a efecto de que no se desvirtúe el espíritu que los legisladores tuvieron al aprobar el PEF, y no se quede en cuestiones burocráticas, con un sentido centralista que demore el ejercicio del gasto, para que ayude a reactivar el campo y la economía, y para que los recursos se apliquen a partir del primer semestre.

Fidel Herrera Beltrán nos asegura que ha reasignado recursos del Fondo de Seguridad para equipamiento y tecnología, por lo que utilizamos al cien por ciento los recursos del Foseg. El gobernador de Veracruz puntualizó que él si cumple con el Acuerdo de Seguridad, Legalidad y Justicia. Manifestó que este es un momento de la mayor importancia que reconoce el esfuerzo de los que se profesionalizan con entrega y especialización a su tarea, que reconoce también la urgencia que tiene el país de ir más allá de sólo registrar el cumplimiento de acuerdos firmados de una manera seria y responsable

En el grupo de los chuchos recibieron con beneplácito la renuncia de Gerardo Fernández Noroña a su militancia perredista, podrán descansar de sus actos de provocación, esa actitud irracional que asumía constantemente contra todo. Y nos dicen que seguramente se incorporará a Convergencia o al Partido del Trabajo en donde recogen todos los desechos. Fernández Noroña, quien renunció este mediodía a su militancia en el Partido de la Revolución Democrática, aseguró que piensa que el partido va a desaparecer ante la llegada de Jesús Ortega a la dirigencia nacional del sol azteca.

Leonardo Valdés Zurita dice que es innecesario lanzar un llamado a los partidos políticos para que apliquen practicas de austeridad en las precampañas que arrancarán el próximo 31 de enero. Y es que en entrevista, luego de inaugurar el seminario denominado “Partidos Políticos y Calidad de la Democracia”, indicó que con la nueva ley electoral los gastos de los partidos ya están acotados. Es de mencionar que los consejeros electorales aprobarán hoy en su sesión ordinaria los topes de gastos de precampañas de los partidos políticos. De acuerdo al proyecto, cada aspirante a diputado federal, no deberá rebasar el monto de 214 mil 628 pesos.

Historia contemporánea del escepticismo nacional

Francisco Martín Moreno
fmartinmoreno@yahoo.com
Excélsior

El escepticismo es una corriente filosófica basada en la duda y en la imposibilidad de alcanzar la verdad, ya que se parte de la ausencia de pasiones, de deseos y de emociones, entre las que se encuentra la apatía como elemento depredador para alcanzar el conocimiento. Los escépticos no creen en una verdad objetiva, para ellos todo es subjetivo. Al no creer en nada, no entran en conflictos con nadie y no se ven obligados a defender sus opiniones. Todo es falso, nada es verdadero.

No es mi objetivo estudiar las tesis de Pirrón, el creador del escepticismo ni de Sexto Empírico y sus teorías del “Nunca llegarás a conocer la verdad” ni las del “No digas Así es, sino Me parece que es…”, en todo caso, trataré de explicar las razones por las cuales, en el México contemporáneo, estamos sepultados en el escepticismo popular.

Nos mintieron y nos volvieron a mentir como si la nación estuviera integrada por menores de edad incapaces de administrar la verdad, de ahí que la ciudadanía desconfíe de la autoridad y de todo lo que representa. ¿Ejemplos? Ahí van algunos que superficialmente se refieren tan sólo a la última parte del siglo XX, sin tener que hurgar en otros capítulos mendaces de nuestra historia: ¿Por qué nos mintieron cuando se publicaron los datos relativos al saldo de muertos y desaparecidos durante la noche negra de Tlaltelolco en 1968? Hasta la fecha se ha negado la información. ¿Fueron 1,000, 3,000 o 5,000..? ¿Cuántos? El gobierno engañó, tal vez por alguna dosis de escasísima vergüenza, a la nación, de la misma manera en que lo hizo al “contar” el número de caídos durante el Jueves de Corpus. ¿Así se construye la confianza y el respeto a las instituciones? ¿Acaso la autoridad no está cosechando lo que sembró a lo largo del tiempo?

Más preguntas: ¿Cuántas fueron las víctimas reales en el terremoto del 85? ¿Por qué engañar? ¿Por qué faltar nuevamente a la verdad como cuando “se cayó el sistema” en la elección de Salinas? Por supuesto que Manuel Bartlett acuñó la frase del siglo, similar a la de Porfirio Díaz cuando sentenció que “México ya está listo para la democracia”, enunciado que procedió a traicionar sólo para que estallara la Revolución Mexicana. ¿Por qué sorprenderse entonces cuando subsistieron tantas dudas y se despertaron tantas suspicacias después de la elección de Calderón a pesar de que el tribunal declaró la legalidad? Resulta evidente que cuando la autoridad tiene que conducirse permanentemente dentro de un contexto de buena fe y procede, por el contrario, a alterar el recuento de los sufragios contenidos en las urnas federales, estatales y municipales, cometiendo los más aberrantes fraudes electorales durante el siglo XX, como fueron el caso de Díaz, de Obregón, de Calles, de Ortiz Rubio, de Andrew Almazán, de Henríquez Guzmán, entre otras elecciones de legisladores y presidentes municipales, el desconcierto, la frustración, la apatía y la indolencia irrumpen con la debida energía en el seno de la sociedad mexicana. ¿Quién va a creer en la autoridad?

¿Quién va a creer en el gobierno cuando los funcionarios cometen todo género de desfalcos y de peculados sin que escasamente hubieran sido sancionados? La mayoría de los políticos entendieron históricamente el tesoro público como botín para lucrar con él a título personal y ¿todavía piensan que ese el mejor ejemplo para hacerse de la confianza y el respeto del país? ¿No está justificado y mucho más que justificado el escepticismo nacional como cuando se descubren las identidades de cientos de periodistas asesinados anteriormente o cuando el ciudadano medio tiene contacto con las fuerzas policiacas que esquilman, secuestran, matan y se venden por un puñado o más de pesos o de dólares? ¿Una policía corrupta en estado avanzado de putrefacción es la mejor estrategia para rescatar a la sociedad del escepticismo en relación con el gobierno? ¿A quién le creen los mexicanos? ¿Al político, al cura, al maestro, al periodista que recibe embutes? ¿Confían en la policía o en quien sostiene que defenderá el peso como un perro?

¿En tan sólo 100 días la policía iba a ser purgada de maleantes y se iba a poder abatir la delincuencia cuando esta siniestra institución ha sido el brazo armado criminal de los presidentes mexicanos durante todo el siglo XX?

La confianza es el cemento indispensable con el que se construye una relación ya sea que se trate de un vínculo amoroso, comercial, mercantil, académico y político, entre otros tantos más. ¿Quién puede soportar la presencia de una pareja infiel, de un socio deshonesto, de una empresa que enajena productos perjudiciales para la salud, de un historiador mercenario o de un político que miente y engaña a aquellos que lo eligieron? La sociedad mexicana carece del principal elemento para construir un mejor país: la confianza en sus gobernantes, quienes han hecho su mejor esfuerzo por sepultar en el escepticismo a la nación…

fmartinmoreno@yahoo.com

La mayoría de los políticos entendieron históricamente el tesoro público como botín para lucrar con él a título personal y ¿todavía piensan que ese el mejor ejemplo para hacerse de la confianza y el respeto del país?