Ricardo Alemán
El Universal
Yo no.
Es más, creo que es un mentiroso profesional.
Sí, uno de esos políticos que vive de, por y para la mentira.
Y si tienen alguna duda, basta con ver o escuchar la grabación de la pelea entre Carlos Navarrete y Andrés Manuel López Obrador, el miércoles 23 de abril y que difundió EL UNIVERSAL el jueves 24.
Ahí queda claro, por si había dudas, que AMLO es el pastor de un rebaño de borregos que sin chistar, en una postura vergonzante, de sumisión al más puro estilo del viejo PRI, hacen todo lo que les manda el mesías.
También se ve y se escucha el detalle de cómo engaña a los políticos, pero también a los ciudadanos. A todos nosotros.
¿Es un político confiable, democrático, ese que acabas de escuchar?
Peor aún. Si ven y escuchan con cuidado, el mesías tropical dice: “El movimiento soy yo”. ¿Esa es una postura democrática?
¿Qué no era eso lo que cuestionamos millones de mexicanos durante décadas, de los autoritarios y nada democráticos gobernantes del PRI?
Está bien. ¡Calma… no se enojen!
Tenemos claro que muchos de los participantes en este ejercicio de ideas -antes que analizar el contenido de las grabaciones-, acusarán indignados que la grabación de esas conversaciones son parte de la perversa red de espionaje de la derecha. El “legítimo” fue espiado por órdenes de la derecha.
Quienes piensen de esa manera estarían enviando una primera señal -que se convierte en confirmación-, del poder que ejerce el pastor en su rebaño. Es decir, que el amor por AMLO ciega todo rastro de inteligencia.
Pero no se enojen, la historia es muy simple.
Es más, confirma un viejo principio reporteril; un básico del periodismo: “reportero sin suerte no es reportero”.
Resulta que en los tiempos muertos entre maratónicas reuniones a puerta cerrada del FAP, los ociosos reporteros fueron movidos de sus posiciones de guardia por ineludibles necesidades fisiológicas.
Así, busca de un lugar para orinar, descubrieron que bajo una ventana del bunker del “legítimo” se escuchaba todo lo que dentro se discutía.
¿Y qué creen?
Pues sí, colocaron sus grabadoras y esperaron pacientes. ¡Suerte, no!
¿Quién lo diría? -y ofrecemos una disculpa a ojos y oídos castos para citar al clásico-: “Todo por una miada”.
Pero más allá del lance anecdótico, lo interesante es que luego de esa grabación descubrimos que para AMLO el debate en torno al asunto petrolero no es más que un vacilada.
¿Qué quiere decir eso?
No es más que la confirmación de lo que aquí dijimos en distintos momentos; a AMLO no le importa Pemex y menos los pobres y tampoco las futuras generaciones.
Le importa su candidatura presidencial para 2012. Por eso toda la violencia en las calles, el golpe al Congreso. Al final de cuentas, como ya vimos, los golpistas dejaron libre el Congreso y firmaron un acuerdo para ir al diálogo.
¿Pues no que el diálogo es una vacilada?
Preguntamos al inicio si más allá de fanatismo y amores perros existe alguien sensato que le crea a AMLO, luego de lo que hemos visto.
Y es claro que son muchos los que sí le creen -muchos menos, por cierto, de quienes votaron por su causa en julio de 2006-, como lo muestra la encuesta más reciente de EL UNIVERSAL, pero también es cierto que son más los que ya no le creen.
En todo caso, una muestra del descrédito que movió AMLO incluso dentro de su partido, fue la renuncia de Rosa Albina Garavito al PRD , militante de toda la vida en ese partido, y quien se dice desilusionada por lo que hoy es el PRD.
Si la lectura del
artículo de renuncia de Rosa Albina Garavito al PRD no nos dice nada, entonces podemos confirmar que entre el perredismo la pasión anuló la razón.
Por cierto, sobre el tema le podrían echar una mirada a la entrevista que le hace el periodista catalán Joaquim Ibarz -en la Vanguardia de Barcelona el pasado domingo 27 de abril-, al intelectual mexicano Enrique Krauze.
Al final de cuentas, les guste o no a los enamorados del “legítimo” estamos ante un político mentiroso, autoritario, nada democrático y mesiánico. Y aquí queda la referencia, doble contra sencillo a que concluido el debate sobre Pemex, el “legítimo” ordenará asaltar al Congreso. ¿Por qué? Porque Pemex es su pasaporte al 2012.
¿Y qué tal con las amenazas de muerte a Ruth Zavaleta?