Pablo HiriartVida Nacional
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El petróleo es una mercancía y la tarea de los especialistas, y de los legisladores, es velar porque el país obtenga un mayor beneficio de ella.
El director general de Pemex Exploración y Producción, Carlos Morales Gil, puso tres o cuatro datos duros sobre la mesa de debates en el Senado que no pueden ser sustituidos por demagogia ni chistoretes al estilo Muñoz Ledo.
Dijo que “si consideramos que el área prospectiva de aguas profundas es de aproximadamente 575 mil kilómetros cuadrados, la cual está asociada a 29.5 miles de millones de barriles de petróleo crudo equivalente de recursos prospectivos, la oportunidad de convertir recursos prospectivos a reservas de hidrocarburos es inmejorable”.
En otras palabras, el director de Pemex Exploración y Producción nos informa que posiblemente hay, en aguas profundas, cerca de 30 mil millones de barriles de petróleo.
Pero ese petróleo no se da en barriles ni sube a la superficie por una instrucción superior.
Tal como está ese petróleo, en el subsuelo marino, no puede transformarse en programas educativos ni en infraestructura carretera para las comunidades de productores.
Hay que explorar, perforar, encontrar y extraer.
¿Cuánto cuesta hacer eso en aguas profundas?
Carlos Morales lo planteó así:
“Una estimación acerca del tamaño promedio de campos por descubrir es de alrededor de 100 millones de barriles. Esto implica que para descubrir la totalidad del recurso se requerirían 300 pozos descubridores y un total de mil 500 pozos exploratorios. Estos números contrastan con el pingüe esfuerzo realizado hasta hoy al sólo perforar dos por año, y aun al que tendríamos hacia el 2011 cuando dispongamos de cinco equipos de perforación, cuando sólo perforaríamos diez pozos”.
Bueno, lo que el director de Pemex Exploración y Producción nos está diciendo es que, para extraer esos 30 mil millones de barriles de crudo que hay bajo las profundidades marinas, hay que perforar mil 500 pozos, de los cuales 300 serán exitosos.
Hay que repetir el dato: habría que perforar mil 500 pozos.
¿A cuánto asciende nuestra capacidad ahora?
Nuestra capacidad actual es de perforar dos pozos al año.
Y en 2011, cuando dispongamos de cinco equipos de perforación, se van a hacer diez pozos.
Diez al año, contra mil 500 que es necesario perforar para sacar y explotar la riqueza petrolera que tenemos en aguas profundas.
¿Qué hacemos?
¿Le metemos todo el dinero que tengamos, más el que nos puedan prestar (por cierto, los préstamos se hacen contra la factura petrolera) organismos internacionales y otras naciones, para comprar tecnología, maquinaria y multiplicar por diez la capacidad de exploración de Pemex?
¿Le metemos todo y esperamos diez años a que empiecen a producir los pozos?
¿Y el gasto en educación?
¿Y el gasto que debe ir al campo para que ahora ganen los que siempre han perdido?
¿Y el subsidio a los sectores pobres de las ciudades, ahora que se ha disparado el precio de los alimentos?
¿Metemos todo a la canasta del petróleo, igual que en 1981?
En dinero, no es difícil de cuantificar lo expuesto por el ingeniero Morales Gil.
Hay que extraer 30 mil millones de barriles de crudo.
El costo de extracción de un barril de petróleo en esas circunstancias es de 20 dólares.
Por tanto, la inversión a realizar en la explotación del recurso sería de 600 mil millones de dólares.
Estamos hablando de una cantidad cercana a 90% del producto interno bruto de México.
¿Qué hacer ante esa realidad? Esa es la pregunta a resolver.
No se puede jugar con un referéndum demagógico, cuando hay una decisión técnica trascendental que tomar.
La iniciativa presidencial se quedó corta al sólo proponer que se autorice a Pemex realizar contratos de desempeño con empresas privadas.
Debió haberse ido a la asociación con otras empresas, para compartir riesgos y beneficios.
Si Petrobras, junto con otras compañías, acaba de descubrir un rico yacimiento en aguas profundas del Golfo de México... del lado de Estados Unidos, ¿por qué no asociarnos con ella para explorar del lado mexicano?
La reforma que se presentó no es la deseable, pero al parecer es la única posible.
Los datos duros nos dicen que urge.