
"Chávez sabe que los golpes que ha dado el gobierno colombiano a la guerrilla son mortales y decide no hundirse con el Titanic, más aún cuando la mayoría de la población venezolana no apoya a las FARC y por eso huye hacia adelante", declaró a la AFP Luis Vicente León, de la encuestadora Datanálisis.
El pasado domingo, un mes después de defender el estatuto de beligerantes para las FARC, el mandatario pidió a esta guerrilla que liberara "a cambio de nada" a todos sus rehenes y consideró que la lucha armada no tenía cabida en la América Latina de hoy.
"Chávez tiene un gran olfato político y si cambia de rumbo debe tener sus razones (...) El sabe que para retomar su papel de mediador (en el conflicto colombiano), necesita recomponer su imagen internacional que se vio asociada a este grupo rebelde", explicó a la AFP Edmundo González Urrutia, ex diplomático y consultor internacional.
Pero este experto subrayó la importancia "capital" de las elecciones regionales y municipales del 23 de noviembre en el comportamiento de Chávez y recordó que las últimas cifras macroeconómicas, las disensiones en el partido del mandatario y las fracturas en la coalición oficialista "abren perspectivas de una derrota" de la formación del dirigente.
"Chávez subestimó el impacto de los computadores de Raúl Reyes y aunque la mayoría de los venezolanos no cree aún en esa historia, él no puede confiarse y volver a perder, como ocurrió en el referéndum (sobre un proyecto de reforma constitucional) de diciembre. Una nueva derrota sería dramática", corroboró León.
Colombia dio a entender que los computadores supuestamente confiscados en el campamento del ex número dos de las FARC, Raúl Reyes, abatido el 1 de marzo, muestran relaciones comprometedoras entre Chávez y la guerrilla.
Según los analistas, con una popularidad que supera ligeramente el 50% pero que bajó un 20% en los últimos cuatro años, Chávez teme el impacto en las encuestas de este supuesto apoyo a las FARC, usado contra él por sus adversarios políticos.
"La buena noticia para Chávez es que la mitad del país está con él, la mala es que la mitad del país está contra él. Cualquier evento puede inclinar la balanza para un lado u otro", aseguró León.
Desde los círculos cercanos a Chávez se ha dado a entender que el mandatario no ha cambiado de discurso.
"Lo que plantea el presidente a las FARC es dar un paso firme a favor de un proceso de pacificación en Colombia. No contradice nuestra posición sino que la fortalece", explicó Francisco Arias Cárdenas, viceministro de Relaciones Exteriores para América Latina.
Para Alberto Muller Rojas, vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), formación de Chávez, el presidente "pidió beligerancia porque era el único camino que el derecho internacional contempla para que la situación en Colombia se resuelva".
Este cambio de dirección de Chávez se suma a varias "marchas hacia atrás" realizadas recientemente por el mandatario sobre polémicas medidas, la más sonada de ellas, la ley de inteligencia y contrainteligencia, que fue derogada esta semana.
"Ahora, lo que el mundo y Venezuela ven es un Chávez que reconoce sus errores y es antiguerrillero. ¿Cuál es la noticia? ¿El computador de Reyes o que Chávez cambió? El debate internacional se desvía completamente de la atención que suscitó el supuesto apoyo de este gobierno a la guerrilla", concluyó León.