junio 14, 2008

Chávez marcó sus distancias con las FARC con la vista puesta en las urnas

CARACAS (AFP) - El cambio "abrupto" de Hugo Chávez hacia la guerrilla de las FARC se inscribe en una serie de rectificaciones recientes del mandatario venezolano, consciente de la necesidad de no dar ningún paso en falso que podría provocar una nueva derrota en las urnas en noviembre.

Según analistas venezolanos hay dos puntos claros en este cambio de actitud hacia las FARC: Chávez está realizando un "repliegue táctico" sin renunciar a sus objetivos estratégicos, porque el impacto de sus supuestas relaciones con el grupo insurgente creaba un gran malestar dentro del país y enturbiaba su imagen fuera de Venezuela.

"Chávez sabe que los golpes que ha dado el gobierno colombiano a la guerrilla son mortales y decide no hundirse con el Titanic, más aún cuando la mayoría de la población venezolana no apoya a las FARC y por eso huye hacia adelante", declaró a la AFP Luis Vicente León, de la encuestadora Datanálisis.

El pasado domingo, un mes después de defender el estatuto de beligerantes para las FARC, el mandatario pidió a esta guerrilla que liberara "a cambio de nada" a todos sus rehenes y consideró que la lucha armada no tenía cabida en la América Latina de hoy.

"Chávez tiene un gran olfato político y si cambia de rumbo debe tener sus razones (...) El sabe que para retomar su papel de mediador (en el conflicto colombiano), necesita recomponer su imagen internacional que se vio asociada a este grupo rebelde", explicó a la AFP Edmundo González Urrutia, ex diplomático y consultor internacional.

Pero este experto subrayó la importancia "capital" de las elecciones regionales y municipales del 23 de noviembre en el comportamiento de Chávez y recordó que las últimas cifras macroeconómicas, las disensiones en el partido del mandatario y las fracturas en la coalición oficialista "abren perspectivas de una derrota" de la formación del dirigente.

"Chávez subestimó el impacto de los computadores de Raúl Reyes y aunque la mayoría de los venezolanos no cree aún en esa historia, él no puede confiarse y volver a perder, como ocurrió en el referéndum (sobre un proyecto de reforma constitucional) de diciembre. Una nueva derrota sería dramática", corroboró León.

Colombia dio a entender que los computadores supuestamente confiscados en el campamento del ex número dos de las FARC, Raúl Reyes, abatido el 1 de marzo, muestran relaciones comprometedoras entre Chávez y la guerrilla.

Según los analistas, con una popularidad que supera ligeramente el 50% pero que bajó un 20% en los últimos cuatro años, Chávez teme el impacto en las encuestas de este supuesto apoyo a las FARC, usado contra él por sus adversarios políticos.

"La buena noticia para Chávez es que la mitad del país está con él, la mala es que la mitad del país está contra él. Cualquier evento puede inclinar la balanza para un lado u otro", aseguró León.

Desde los círculos cercanos a Chávez se ha dado a entender que el mandatario no ha cambiado de discurso.

"Lo que plantea el presidente a las FARC es dar un paso firme a favor de un proceso de pacificación en Colombia. No contradice nuestra posición sino que la fortalece", explicó Francisco Arias Cárdenas, viceministro de Relaciones Exteriores para América Latina.

Para Alberto Muller Rojas, vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), formación de Chávez, el presidente "pidió beligerancia porque era el único camino que el derecho internacional contempla para que la situación en Colombia se resuelva".

Este cambio de dirección de Chávez se suma a varias "marchas hacia atrás" realizadas recientemente por el mandatario sobre polémicas medidas, la más sonada de ellas, la ley de inteligencia y contrainteligencia, que fue derogada esta semana.

"Ahora, lo que el mundo y Venezuela ven es un Chávez que reconoce sus errores y es antiguerrillero. ¿Cuál es la noticia? ¿El computador de Reyes o que Chávez cambió? El debate internacional se desvía completamente de la atención que suscitó el supuesto apoyo de este gobierno a la guerrilla", concluyó León.

España y México, más que guiños

Ivonne Melgar
Retrovisor
Excélsior

MADRID.- José Luis Rodríguez Zapatero, el presidente socialista, hacía “los ojos chiribías”, expresión que en el español coloquial significa mirada de feliz e interesada atención, cuando su invitado mexicano contó que la reforma a Pemex abriría la puerta a la contratación de empresas privadas para “multiplicar” su capacidad operativa.

Esa expresión de entusiasmo del mandatario anfitrión fue registrada por la prensa local, en referencia a un asunto que mucho importa al reelegido gobernante de esta nación, ahora en serios problemas para sostener el ritmo de crecimiento económico registrado en el último decenio.

El desempleo toca a la puerta y las transnacionales del sector automotriz amenazan con bajar la cortina, a consecuencia de los altos precios del petróleo.

Pero aquí el amago de descontrol, azuzado por el descontento social, naufraga frente a la política del gobernante del PSOE, dispuesto a un “cero tolerancia”, aplicado ya a los transportistas en huelga.

El argumento es sencillo y de alcances económicos: si bien los inconformes tienen el derecho a levantar las banderas rojinegras, antes está el derecho al libre tránsito de todos los españoles y la responsabilidad del Estado de cerrarle el paso al caos.

Esta es la política interna, doméstica. En la exterior, Rodríguez Zapatero quiere y necesita conseguir la expansión de los negocios ibéricos en América Latina. Y hacerlo en México resulta prioritario por las garantías que el gobierno de Felipe Calderón ofrece, en contraste con los afanes expropiatorios y las animadversiones a los monopolios y a las transnacionales del eje bolivariano que en Sudamérica conforman Hugo Chávez, Evo Morales y Rafael Correa, en Venezuela, Bolivia y Ecuador, respectivamente.

Por eso nada ha sido gratuito en la gira del Presidente mexicano en su visita de Estado en este país. Nada. Y menos la declaración de Rodríguez Zapatero en el Palacio de La Moncloa a favor de las intenciones del gobierno calderonista para sumar dinero privado a las tareas de la empresa paraestatal.

“Yo creo que intentar ese valor que representa y ese bien que representa y esa empresa que representa Pemex en México, en la colaboración con otras, en el ámbito de la iniciativa privada, puede ser una apuesta interesante”, comentó el anfitrión en la conferencia de prensa ofrecida con Calderón luego de su encuentro.

Sabedor de las impugnaciones que la llamada izquierda mexicana hace a la propuesta petrolera gubernamental, Rodríguez Zapatero aseguró que la experiencia española en este plano ha sido de buenos resultados, tanto, que se ha convertido en una ventaja comparativa frente al resto de naciones de la Unión Europea.

Quizá desde una perspectiva mexicana y perredista, este no es un planteamiento de izquierda. Pero resulta fundamental entender que así piensa y así actúa la izquierda española, que ahora gobierna a un país con legítimas ambiciones económicas globales, tanto en su élite política como en la económica.

El interés de los ojos chiribías del mandatario español en las posibilidades de inversión en México en el sector energético, es un interés de Estado y, por lo tanto, una ocupación colectiva que rebasa las diferencias partidistas e ideológicas, colocando en el mismo tren a la monarquía, al empresariado, al gobierno, a su siempre fuerte oposición, el Partido Popular, y a su equipo de futbol, el Real Madrid.

Ese es el trasfondo de tanta alfombra roja, elogio y cenas reales para Calderón y sus invitados. No es el querer romántico del conquistador histórico ni el fervor cultural del coloniaje. Es la mira puesta en México como escenario económico y como interlocutor latinoamericano político confiable.

Por eso los abrazos del rey Juan Carlos, la exaltación de Rodríguez Zapatero a “la gallardía” del mexicano en la estrategia contra el narcotráfico. Por eso la condecoración del Congreso con la medalla Isabel La Católica, en sesión solemne. Y por eso también el nombramiento de socio honorario del bicampeón equipo.

Calderón aprovecha el momento, porque sabe que, de concretarse algo de su reforma petrolera, los primeros en apuntarse en la lista de las refinerías y las excavaciones de pozos marinos serán los capitales ibéricos. Y que, como lo miden las encuestas, los mexicanos sí aceptan la participación de la iniciativa privada externa, pero prefieren que no sea estadunidense.

La coincidencia de intereses entre los gobiernos y las economías no podría ser mayor. España y México se necesitan y el signo ideológico al igual que las doctrinas y las formaciones políticas de sus presidentes salen sobrando.

El socialista y el de derecha se unen en provecho de sus estrategias de gobernabilidad. Pesa, eso sí, la pertenencia de Calderón y Rodríguez Zapatero a una misma generación. De 45 años de edad, ambos representan el tiempo del pragmatismo y de la inevitable dependencia del éxito gubernamental con el éxito de economías dependientes del éxito de los negocios privados.

Y, sin embargo, la distancia pesa. No esta del Océano Atlántico que nos divide. Ni la de los ingresos, aún amplia. La distancia todavía insalvable es la de la institucionalidad de las decisiones. Mientras aquí todos juegan en la misma cancha, cuando se trata de jugadas de Estado, incluyendo a los expertos en la patada futbolera, en México aún no hay acuerdo siquiera en las reglas del juego.

Pero acaso la mayor distancia, abismal, dolorosa para el ego nacional, es la del discurso político. Aquí, no hay disfraz en las palabras ni eufemismos. Aquí Rodríguez Zapatero llama por su nombre a la participación privada y la defiende como elemento clave de su proyecto económico. Desde aquí, Calderón recurre a la palabra “maquila” para referirse a la posibilidad de las inversiones empresariales en refinerías. Y, desde aquí, lamenta que los aspectos “técnicos” de su propuesta petrolera no se hayan analizado.

Aquí, la lección española es inequívoca para México, urge como producto de exportación: al toro por los cuernos, sin subterfugios, con los ojos chiribías o con la neta, pues, si de modismos coloquiales se trata.

Para la consulta

Yuriria Sierra
Nudo Gordiano
Excélsior

Para el próximo 27 de julio está prevista la consulta pública a la que Marcelo Ebrard ha convocado con la finalidad de discutir —como (su) Dios manda— la reforma energética. Y es que, para el titular del gobierno capitalino, esa es la mejor manera de poner las cosas en claro y escuchar lo que la gente opina al respecto; aunque sabemos que en el idilio populista, la finalidad sería acatar esas posturas.

Pero la encuesta está más anunciada que armada. Las primeras declaraciones al respecto hablan de dos preguntas en principio, que no se han dado a conocer; sin embargo, Ebrard ha dicho que la cantidad de cuestionamientos podrían aumentar según las especificaciones que el Instituto Electoral del Distrito Federal determine.

Para facilitarle un poco el trabajo y lograr que esta encuesta y, sobre todo, el debate se agilicen lo más posible, aquí le presentamos algunas propuestas de cuestionamientos para llenar esta encuesta:

1. ¿Está usted de acuerdo en que Pemex es de los mexicanos? (más que sugerencia, esta pregunta es una premonición, segurito la incluirán).

2. ¿Cree que esta encuesta es un acto populista? (en caso de contestar que sí, se entregarían despensas; en caso de un no, se otorgaría una suscripción a El Sendero del Peje y se pediría pensar la respuesta nuevamente).

3. ¿Reconoce que el debate sobre la reforma energética resultaría más entretenido si fuera producido por la gente de Laura en América?

4. ¿Está de acuerdo en que se realicen este tipo de encuestas antes de aprobar el incremento en los precios de cualquier producto? (en caso de contestar que sí, sepa que su opinión será tomada en cuenta, pero el incremento no podrá impedirlo).

5. ¿Hubiera preferido contestar esta encuesta vía aplicación de Facebook y que se pusiera en marcha otra llamada Oil for sale?

6. ¿Las playas y la pista de hielo le parecieron las grandes ideas del estadista del nuevo milenio? (en caso de contestar afirmativo, pase por su llanta inflable y su pasamontañas —amarillos y negros disponibles, hasta agotar existencias—).

7. ¿Le gustaría que la Zona Rosa se convierta en la nueva Venecia mexicana? (sin góndolas, con trajineras, para conservar vivas nuestras tradiciones).

8. ¿Estaría de acuerdo en que la inversión original sea una trajinera de dos pisos, con zoológico y mall incluidos, y cuyo nombre sea Mariagna?

9. ¿Cree que Salma Hayek bailó quebradita con Sergio Villarreal, el narco, en alguna de las fiestas que se hicieron en su finca?

10. ¿Usted es de los que piensan que Cristian Castro sí golpeó a su mamá?

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Aunque las últimas dos preguntas no tienen nada que ver con la reforma energética, la gente agradecería, y mucho, que un político de alta envergadura esté al tanto y se preocupe por los sucesos que de verdad atrapan la atención de la mayoría de los ciudadanos.

Seguramente, en la víspera de esta encuesta, conoceremos las preguntas con las que Ebrard espera ayudar en el proceso de esta ya muy cantada reforma, pero no dudemos que, a manera de mensaje subliminal, se perciba la pregunta: ¿considera oportuno decir que a Marcelo Ebrard se le vería mejor la banda presidencial que a AMLO?

Haciendo un llamado a ese espíritu popular, que los ubica como voz y oídos para el pueblo, esperemos que nuestras sugerencias sean tomadas en cuenta.

Gobernadores

Francisco Garfias
Arsenal
Excélsior

Las diarias apariciones en las pantallas de televisión de Enrique Peña Nieto y de Marcelo Ebrard empiezan a rendirles frutos. El gobernador mexiquense (68.4%) y el jefe de Gobierno del Distrito Federal (63.5%) son los más conocidos de los 32 mandatarios de las entidades federativas, según la encuesta sobre los gobernadores que Consulta Mitofsky, que dirige Roy Campos, dará a conocer la próxima semana.

El tercer lugar, sorpréndase, lo ocupa el veracruzano Fidel Herrera (30.9%); el góber precioso, Mario Marín, es cuarto (27.5%); quinto el michoacano Leonel Godoy, empatado con el oaxaqueño Ulises Ruiz (24.4%). La más conocida de las dos gobernadoras es la yucateca Ivonne Ortega (16.3%), apenas por encima de la zacatecana Amalia García (16.0%).

Las megalimosnas y las leperadas del góber piadoso, Emilio González Márquez, lo colocaron en el undécimo lugar (12.4%), precedido por el guerrerense Zeferino Torreblanca, décimo lugar (14.6%), y el bailarín coahuilense, Humberto Moreira, noveno (15.8%).

Los cinco gobernadores a los que les urge algo de publicidad son el bajacaliforniano del sur, Narciso Agúndez (3.3%); el guanajuatense Juan Manuel Oliva (4.2%); el nayarita Ney González (5.0%); el duranguense Ismael Hernández (5.5%), y el colimense Silverio Cavazos (5.8%).

El potosino Marcelo de los Santos, quien a sus 68 años es el de más edad, está exactamente a media tabla (9.9%), detrás del tamaulipeco Eugenio Hernández (10.1%); el neoleonés Natividad González Parás (11.0%); el chihuahuense José Reyes Baeza (12.0%), y el sonorense Eduardo Bours (12.0%).

De media tabla para abajo están el hidalguense Miguel Osorio Chong (9.7%); el sinaloense Jesús Aguilar Padilla (9.5%); el bajacaliforniano José Guadalupe Osuna (9.2%); el quintanarroense Félix González (8.9%); el tabasqueño Andrés Granier (8.5 %); el chiapaneco Juan Sabines (8.2%).

Donde comienza la zona gris, del lugar 22 al 27, se ubican el morelense Marco Adame (7.2%), el tlaxcalteca Héctor Ortiz (7.4%); el campechano Jorge Carlos Hurtado (6.6 %); el hidrocálido Luis Armando Reynoso (6.4%), y el queretano Francisco Garrido (5.9%).

Hay 18 mandatarios del PRI que gobiernan 57% de la población (censo 2000); ocho del PAN, 21%; y seis del PRD, 22 por ciento. Por partido, el tricolor posee en promedio los gobernadores más jóvenes (48.6 años) y el azul los más viejos (53.2 años). La edad promedio de los perredistas es de 51.3 años.

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Los problemas en el Partido Alternativa Socialdemócrata. La corriente fundadora, que apoya a la ex candidata presidencial Patricia Mercado, distribuyó ayer un comunicado en el que acusa a su presidente, Alberto Begné, de tomar una decisión contraria a la sentencia del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación para que, en un plazo de 15 días, se convoque a la Asamblea del partido en el DF. “Sin embargo, el grupo de Begné ha convocado a una asamblea dentro de dos días. Con esto muestran una vez más que su objetivo es restringir los derechos políticos de la militancia”, se quejan los llamados patricios.

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El apoyo de tres mil millones de pesos solicitado a la Cámara de Diputados por Jesús Galván Muñoz, director de Liconsa, con el fin de evitar que la paraestatal se vea obligada a incrementar el precio de la leche en 2009, puso a los legisladores a hacer números. La solicitud la hizo durante su comparecencia ante la Comisión de Desarrollo Social, en la que se comprometió a mantener en cuatro pesos el precio de este alimento fundamental en lo que resta de 2008.

A propósito del tema. Andrés Manuel López Obrador pidió hacer a un lado la “satanización” de la política de subsidios, en una carta abierta que aparece en su página de internet. “Se debe poner por delante el garantizar la alimentación a todos los mexicanos”, dice la misiva.

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Moraleja de la semana: También hay autoritarismo azul.