julio 28, 2008

Tarjeta roja

Pedro Ferriz
El búho no ha muerto
Excélsior

Bajo argumentos simplistas, aparentemente válidos, se puede atraer hacia intereses propios, las opiniones de los demás. La base de la demagogia ha operado siempre en el devenir de la política. Un demagogo solo puede prosperar en medio de la ignorancia. Un país de ciudadanos educados, minimiza los riesgos de la manipulación que con sofismas, intenta tomar el poder avasallando la conciencia colectiva.

En México, donde referéndum y plebiscito no son formas de expresión legalmente constituidas, tres agrupaciones políticas se abrogan el “derecho” de utilizar los mecanismos aludidos, bajo el “argumento” de que consultar al ciudadano, siempre será válido… aunque no estrictamente legal. Un partido político (o varios)… constituido, acreditado, sancionado por autoridades electorales, registrado y subsidiado por el erario, no puede actuar fuera de la ley… y si así lo hiciera… entonces, las instituciones formadas para sancionarlos, deberán de intervenir de manera automática, en aras de impedir procedimientos no aceptados por la Constitución. Desde que surgió la “iniciativa” del Frente Amplio Progresista, de llevar a consulta ciudadana, la discusión sobre la reforma energética, el Instituto Federal Electoral debió haber advertido a los partidos convocantes, que esa forma no es permitida y por ende imposible de realizar. Es como si un equipo de futbol que va perdiendo en la cancha, convoca al público asistente en el estadio, para que baje a jugar y así “todos” participando en el terreno de juego, intenten darle la vuelta al marcador, sin que el árbitro dé por terminado el encuentro. No escuché el silbatazo de nadie en el IFE… Es más. No creo que haya siquiera alguien ahí, que considere que era su responsabilidad, el haber amonestado a los convocantes de un ejercicio extralegal.

Lo primero que concluyo —bajo estas premisas— es que no hay autoridad y por lo mismo, la inminencia del peligro que corremos hacia las elecciones intermedias del 2009. Un IFE sesgado, parcial o de plano ignorante de sus funciones, es la base de una receta explosiva que podría llevar al desgobierno electoral y a un punto conflictivo y potencialmente violento de nuestra historia… esa que estaremos por escribir. IFE que ni siquiera amonesta a un PRD que cínicamente “cancela” su proceso electoral “fallido” del pasado 16 de marzo, bajo pretextos, evasivas, justificaciones y auténticos lodazales, me hace sentir que está reteniendo su mano, para sacar de la bolsa, la tarjeta roja que debieron haber mostrado desde el inicio de esa otra ilegalidad. Lo curioso de todo este asunto, no es que el IFE desconozca sus obligaciones. Lo que está “fuera de lugar” es que ni la ciudadanía anota las irregularidades, ni los adversarios políticos constituidos en organizaciones, apuntan y reclaman tantas evidentes tropelías.

Si los mexicanos, vistos como ciudadanos, somos claramente débiles. Veo que las instituciones que nos representan, son —no otra cosa— más que el reflejo de nuestra pretensión. Lo que deja el camino para que la demagogia que nos ahoga, se exprese a galope y desenfreno.

La frágil democracia que hemos podido ir formando, está infectada. La plaga que contamina el deseo de progresar, aprisiona a México. Encuentro que habrá remedio y toma de conciencia… Mientras que todo esto “cuaja”, tendremos que seguir soportando la levedad ciudadana y liderzuelos de pacotilla, para los que no hay amonestación, tarjeta amarilla y ¡ni hablar!... una expulsión.

Hablo en lenguaje futbolero, porque a eso sí… ¡le hacemos todos!

Ciudad de México - XVII Conferencia Internacional Sobre SIDA

XVII Conferencia Internacional Sobre SIDA

AIDS 2008 ofrecerá muchas oportunidades para presentar nuevas e importantes investigaciones científicas y para entablar diálogos productivos y estructurados que giren en torno a los mayores desafíos que enfrenta la respuesta global frente al SIDA. Los organizadores de la conferencia están desarrollando un amplio espectro de sesiones que respondan a las necesidades de diferentes participantes y que apoyen los esfuerzos colectivos para expandir el acceso a la prevención y tratamiento del VIH en comunidades a nivel mundial. Será vital para este tipo de sesiones la transmisión de conocimiento y el compartir las mejores prácticas.

Además de las sesiones de la conferencia, habrá un número de actividades como las reuniones satélites, las exposiciones, la Aldea Global y el programa cultural; que será parte integral la experiencia de la conferencia.

La Sociedad Internacional de SIDA se enorgullece en anunciar que el programa de AIDS 2008 está acreditado con 28 créditos por la Unión Europea de Médicos Especialistas-Concejo Europeo para la Acreditación de la Formación Médica Continua (UEMS-EACCME). La UEMS-EACCME, a través de un acuerdo con la Asociación de Médicos de Estados Unidos (AMA), garantiza la transferencia de créditos de FMC para participantes que trabajen y ejerzan en los Estados Unidos.

De acuerdo con sus estatutos, la UEMS-EACCME garantizará que todas las actividades acreditadas para FMC en AIDS 2008 sean de alto nivel educativo y que estén libres de rasgos tendenciosos ya sean comerciales o individuales. Los profesionales deberán solicitar créditos solamente por las sesiones a las que hayan asistido. Habrá un stand de FMC en la sede de la conferencia donde se expenderán los certificados de crédito de FMC a los profesionales médicos que los soliciten.

Precio único: entre lo moral y lo legal (Primera de dos partes)

Arturo Damm Arnal
arturodamm@prodigy.net.mx
La Crónica de Hoy

Con el precio único la ley me obliga a vender mis libros al precio que establezca el editor, lo cual viola mi libertad para comerciar, no por impedirme vender lo que es mío, pero sí por obligarme a venderlo a un solo precio, determinado no por mí, sino por otro, como si vender al precio que uno considera el adecuado para maximizar el ingreso fuera un delito que, por serlo, debe de ser prohibido por la ley y castigado por la autoridad. Ofrecer libros, al precio que el oferente considera el más adecuado, ¿es una acción delictiva por su propia naturaleza? No, de ninguna manera, y sin embargo en México ya es un delito porque así lo define la Ley de Fomento a la Lectura, en cuyo artículo 22 leemos que “el editor o importador fijará libremente el precio de venta al público que regirá como precio único”, al tiempo que en el 23 se afirma que “los vendedores de libros al menudeo deben aplicar el precio único de venta al público sin ninguna variación” para concluir señalando, en el 27, que “las acciones para detener y reparar las violaciones al precio único (…) pueden ser emprendidas por cualquier competidor, por profesionales de la edición y difusión del libro, así como por autores o por cualquier organización de defensa de autores”, siendo que “dicha defensa se llevará a cabo por vía jurisdiccional y en su caso por medio de arbitraje para lo cual el consejo (el Consejo Nacional de Fomento para el Libro y la Lectura) podrá actuar como perito”. ¿De qué se trata? De una ley injusta, que viola la libertad del vendedor de libros para ofrecerlos al precio que considere más adecuado, razón por la cual se elimina el precio como factor de competitividad, en contra de los intereses de los lectores. ¿Qué tenemos? A los legisladores inventando delitos (en este caso ofrecer un libro a un precio distinto al precio único), siendo que no hay acción más amenazante de la libertad individual y la propiedad privada que la invención de delitos de parte de los legisladores. ¿Qué hacer? Cito a Federico Bastiat quien, en su libro La Ley, señala lo siguiente: “Cuando la ley y la moral se contradicen, el ciudadano se encuentra ante la cruel alternativa de perder la noción de moral o perder el respeto a la ley. Dos desgracias igualmente grandes entre las cuales es difícil elegir”, elección ante la cual, en mi calidad de vendedor de libros, me encuentro. La ley me prohíbe vender mis libros al precio que considere más adecuado para maximizar el ingreso por la venta de los mismos, al tiempo que la moral me indica, ¡categóricamente!, que dicha oferta no tiene nada de malo, razón por la cual la mentada ley resulta injusta, lo cual me lleva a la pregunta central de todo este asunto: ¿qué hacer ante una ley injusta? ¿Cumplirla? ¿Violarla?

Cumplir una ley injusta implica, o cometer una injusticia, o permitirla, siendo que cualquiera de las dos opciones atenta contra la ley moral. Violar una ley injusta significa, o no cometer, o no permitir, una injusticia, siendo que cualquiera de las dos alternativas respeta la ley moral. Ante la ley injusta, ¿qué hay que hacer? ¿Respetarla? ¿Violarla? Cito, para terminar, de nueva cuenta a Bastiat: “Lo más seguro para que las leyes sean respetadas es que sean respetables”. La ley del precio único, ¿es respetable?

Continuará.

Petróleo: el nacionalismo, coartada conservadora

Jorge Fernández Menéndez
Razones
Excélsior

Salir de México y estar unos días en España permite redescubrir el país desde otros ángulos, comprender lo lejos que estamos de un proyecto de nación común y, sobre todo, de una clase política que sepa, incluso ante la más profunda de las diferencias, tener claro cuáles son las variables entre las que se puede mover la nación. Es la oportunidad de ver a José Luis Rodríguez Zapatero aceptando que enfrenta una crisis económica y reuniéndose con su rival Mariano Rajoy para buscar acuerdos; es comprobar que en términos de seguridad se detiene a un comando de la ETA y la representante de las FARC en España y que todas las fuerzas políticas asuman que la política de la violencia no es legal ni aceptable; es escuchar al alcalde de Madrid (y uno de los políticos más populares de España), Alberto Ruiz Gallardón, un hombre del PP, reconociendo que la renovación de esa ciudad se dio gracias a la labor del socialista Tierno Galván, al inicio de la transición española.

Es la oportunidad para ver también, con un espectáculo avasallador, a Lila Downs, confirmada como la mejor y más original cantante mexicana del momento. Pero de la misma forma que Lila demuestra cada día que la música y la cultura mexicanas van mucho más allá de algunas estrellitas creadas en los medios, que el cambio constante es la única norma que permite consolidar la evolución, se puede comprobar también que, según dice otra extraordinaria cantante, ésta, alemana pero con lazos sutiles y artísticos que la enlazan con la Downs, Utte Lemper, “el nacionalismo es tan sólo un movimiento de las élites conservadoras”. Y esos nuevos (viejos en realidad) bríos que por aquí nuestros políticos denominan “reivindicaciones nacionalistas” no son sino una reafirmación de la suma de convicciones conservadoras y restauradoras de una élite política que no alcanza a comprender siquiera lo que sucede allá afuera.

Ejemplos hay muchos: los términos de la propuesta priista sobre la reforma petrolera, digna de los tiempos de Ruiz Cortines, incapaz de asumir siquiera sus respectivas posiciones públicas sobre el tema; las pugnas internas y las ambiciones de poder del perredismo (el partido se está derrumbando electoralmente, pero ya están peleando la candidatura de 2012) en busca de algo parecido a una identidad partidaria; la ridiculez de un panismo que “lanza” a Fox a la campaña de 2009, sin comprender que la apuesta del calderonismo se basó precisamente en ser una oferta diferente de la del foxismo. En fin, en pocas ocasiones, como en este julio, hemos podido constatar que nuestra clase política no ha aprendido de la transición (porque en realidad no la ha vivido) y que, para casi toda ella, la bandera del supuesto nacionalismo del que tanto se ha abusado en torno a la reforma petrolera sirve sólo como una coartada para ocultar su conservadurismo.

No estamos ni siquiera a nivel de Hugo Chávez. Este fin de semana el presidente venezolano visitó Madrid: después del derrumbe del proyecto bolivariano en torno a las FARC se ha apresurado a deslindarse de ésta para reunirse con el mandatario colombiano Álvaro Uribe y ha volado a Europa a tratar de recomponer una relación rota en la cumbre de Santiago de Chile, cuando el rey Juan Carlos estalló con aquel: “¿Por qué no te callas?” Y la diplomacia de Chávez, que no quiere quedarse solo, para bien o para mal, es petrolera. Y para hacer productivo el petróleo se requieren inversiones. En este recorrido ha puesto de manifiesto la apertura de su país para recibir todo tipo de inversiones en la Franja del Orinoco, que le ayuden a aumentar su plataforma petrolera: inversiones privadas y sin limitaciones. En España, además de recibir de regalo, del rey (al que fue a visitar a Mallorca), una camiseta con la leyenda “¿Por qué no te callas?”, dejó atrás el discurso nacionalista y llegó a acuerdos estratégicos con la empresa Repsol-YPF, para explotar, junto con la venezolana PDVSA, el campo Junín 7 con el fin de extraer, en principio, unos 200 mil barriles diarios de crudo que, como dijo Chávez, “podrían venir directamente a España, que tendría garantizado el petróleo para siempre... siempre que haya petróleo”. Acordó, además, iniciar la exploración conjunta de otros yacimientos y garantizó la venta de diez mil barriles diarios a 100 dólares a España. No fue un gesto gratuito: fue en contraposición a la inversión de la empresa Repsol-YPF en el sector, porque, como dijo Chávez, para explotar esos yacimientos se necesitan inversiones de “miles de millones” que esa empresa está realizando y Venezuela no puede hacer.

Hace poco más de un mes estuve también en España, cubriendo otra visita presidencial, la de Felipe Calderón. Nunca un Presidente mexicano (salvo López Portillo, con motivo de la reanudación de las relaciones diplomáticas bilaterales) había sido recibido con tantos gestos y ofertas de acuerdos políticos y económicos de fondo. En los encuentros políticos y empresariales en los que me tocó estar, el tema de las inversiones en México era central y todo ello iba de la mano con el interés diplomático de convertir a las dos naciones en los extremos de un puente que permitiera profundizar relaciones en América y Europa, respectivamente. La única pregunta que se hacían los españoles era qué nos pasaba, por qué no aprovechábamos la oportunidad que tenía México, sobre todo en el ámbito energético. Este fin de semana deben haberse sorprendido aún más porque el presidente que menos quieren en España, Chávez, llegó a los acuerdos que aún no se pueden alcanzar con Calderón. Porque mientras con Chávez firmaban acuerdos de inversión, de “miles de millones”, en México el discurso nacionalista, conservador, de una élite, lo impedía, porque la misma tiene un solo objetivo en mente: adueñarse de espacios de poder, aunque el país fracase. Ya se presentarán en el futuro como los salvadores de lo que ellos mismos propiciaron.

Falsa consulta

Macario Schettino
schettino@eluniversal.com.mx
Profesor de Humanidades del ITESM-CCM
El Universal

En breve: un partido político que tuvo que anular su elección interna, después de cuatro meses de conflicto, debido a la cantidad de irregularidades que en ella se presentaron, organiza ahora una consulta “ciudadana” a matacaballo, en la que ni siquiera hay tinta indeleble en 10 de las 11 entidades en que se realiza. Cinco de ellas, por cierto, gobernadas por el partido que las organiza. Han hecho uso de recursos públicos, del IEDF, en un evento público que la ley no autoriza, con la complicidad del presidente de ese instituto, sin duda agradecido con quienes le salvaron la chamba.

En esa consulta se pone a consideración del votante un par de preguntas, ambas muy generales, y la primera con una premisa falsa. No se tiene padrón de votantes, ni hay observadores interesados en las dos respuestas posibles.

Es interesante notar que una consulta con estas características tiene menor validez que una encuesta que se aplicase en esas mismas entidades. Y mucho menos que una encuesta nacional, evidentemente.

Al momento de escribir estas líneas, la consulta avanza sin mayores complicaciones. Hoy usted sabrá ya cuántos asistieron a votar, y cuál fue la opinión mayoritaria de estas personas. No podrá saber si los datos que se le ofrecen son ciertos, porque el ejercicio no cuenta con las condiciones mínimas de certeza: no hay contrincantes involucrados, no hay independencia del gobierno, no hay un organismo ciudadano vigilante. Dicho de otra manera, será igual que las elecciones que vivíamos en México hasta mediados de los 90.

En esto, como en tantas otras cosas, el partido no puede dejar atrás su origen. En defensa de uno de los bastiones del nacional-corporativismo, la consulta se organiza como siempre se hicieron las elecciones en ese régimen autoritario. Pero, también como entonces, le dirán que lo hacen pensando en usted, que el Estado lo cuida, que están defendiendo sus intereses. Lo están engañando exactamente igual que el régimen de la Revolución lo engañó por décadas, diciendo que la justicia social era su objetivo, que la soberanía los guiaba, que todo lo que hacían era un sacrificio por el bienestar de los mexicanos.

Ya usted sabe bien cuánta falsedad contenían esos discursos. Ya usted sabe que México fue un fracaso durante el siglo XX por sostener ese tipo de tonterías que hoy defienden con ejercicios tramposos y con movilizaciones agresivas. Quieren una restauración autoritaria. Pero la verdadera consulta es en 2009. Y en ella dejaremos atrás el oscurantismo patriotero. No se deje engañar.

Yo sí me quejo

Pablo Hiriart
Vida Nacional
Excélsior

Estimado Pablo:

Mi nombre es María Cristina Padrón Hernández, soy mexicana y vivo en la Ciudad de México, y en esta ocasión me refiero al insultante anuncio del Gobierno del DF en relación con la “consulta” sobre la reforma petrolera.

El anuncio sentencia: “Si no participas, no te quejes”, o “si no opinas, no te quejes”, lo que me parece inaudito, desde varias ópticas:

1. Yo sí me quejo porque nadie tiene el derecho de amenazar velada o abiertamente a los ciudadanos que pagamos los impuestos, de atenernos a las consecuencias por no participar en una “consulta”, que se supone de antemano es de participación voluntaria.

2. Yo sí me quejo porque resulta preocupante la amenaza de que no tenemos derecho a quejarnos, ya que lleva implícita la premisa de que, dependiendo del resultado, habrá consecuencias a las que habremos de atenernos los ciudadanos, hayamos o no participado. Pareciera que el Gobierno del DF se está curando en salud de antemano, en caso de que haya marchas, plantones, caos vial, altos índices de contaminación, etcétera, lo que llevaría a la parálisis de la ciudad y, posiblemente, del país.

3. Yo sí me quejo de que el Gobierno del DF pretenda que las personas informadas y que de manera consciente e inteligente no decidamos participar, a la larga nos tengamos que callar, por no ser partícipes de una farsa que solamente atiende los intereses personales del Sr. Ebrard y del Sr. López.

4. Yo sí me quejo, porque la consulta no y, repito, no es una figura constitucional que sustituya las funciones del Congreso de la Unión, en donde todos estamos representados y cuyos integrantes fueron elegidos democráticamente y están facultados para la toma de decisiones en relación a todas las leyes federales. Pareciera que estos dos señores pretenden que nuestros senadores y diputados no puedan llevar a cabo sus funciones y cancelar de facto al Poder Legislativo.

5. Yo sí me quejo porque nadie tiene derecho a violentar o, al menos, pretenderlo, las facultades que les otorga la Constitución a nuestros representantes.

6. Yo sí me quejo porque el Sr. Ebrard y sus compañeros del PRD pretenden que creamos en el resultado de la mentada “consulta”, después de que en todo el país fuimos testigos del cochinero que llevaron a cabo en su elección interna como partido y que, cuatro meses después, vergonzosamente tuvieron que declararla anulada. Parece que no se han dado cuenta de que la credibilidad de la ciudadanía en relación con este partido está en cero, además de tener cero calidad moral y ética no sólo hacia los ciudadanos, sino entre ellos mismos. Tan lo saben que tratan de vendernos la idea de que no habrá manipulación de los resultados, cuando ya vimos que la hay desde las preguntas, presentándonos a los ciudadanos un “Consejo de Notables” o algo parecido a través del cual pretenden darle veracidad al ejercicio de “consulta”.

7. Yo sí me quejo, porque el señor Ebrard fue el responsable directo del programa Unipol, que con bombo y platillos nos trató de vender a la ciudadanía del Distrito Federal y que ya sabemos como terminó: con la muerte terrible de 12 personas. Y no sólo por ello, sino además de todas las acciones subsecuentes, de mentiras y engaños, encubrimientos, amenazas, etcétera, que siguieron profiriendo los integrantes de la PGJDF y de la SSP del DF, por lo cual hasta ahora nosotros como ciudadanos no tenemos respuestas claras y precisas, por ejemplo:

¿Por qué llegaron 200 o más integrantes de las policías fuertemente armados a un lugar de diversión de niños y jóvenes a las 17:00 hrs?

¿Por qué los llevaron presos sin órdenes de aprehensión?

¿Por qué los golpearon?

¿Por qué desnudaron y fotografiaron a niñas y jovencitas?

¿Por qué alteraron la escena de la tragedia?

¿Por qué estaba en funcionamiento el lugar?

¿Por qué expropiaron el predio, si los jóvenes de la zona solamente querían contar con un sitio en donde divertirse?

¿Por qué cuando al Sr. Ebrard se le llama a dar cuentas pone como condición la participación de los secretarios de Estado, del Ejército, la Marina y Seguridad Pública, cuando debería asumir sus responsabilidades sin ambages ni salidas falsas?

Y siguen muchas más preguntas.

8. Yo sí me quejo, porque se está haciendo un uso indebido de los recursos públicos de la Ciudad de México, de manera facciosa y unilateral.

9. Yo sí me quejo y me seguiré quejando.

El agua

Leonardo Curzio
Analista político
El Universal

ZARAGOZA.— El agua es el tema central de la expo que se celebra en esta calurosa capital de Aragón. Como problema global el hidráulico es una preocupación planetaria, pero, parafraseando a Chabat, el que un problema sea global no significa lo mismo para todos los países.
En España, por ejemplo, el tema del agua tiene una relevancia similar a la que en México puede tener el petróleo.

En México el agua no es una prioridad y no lo es por muchas razones, pero las dos más importantes son la ausencia de una racionalidad pública y una mezcla de complejo de culpa y victimismo.

La ausencia de racionalidad pública es el síntoma más obvio del subdesarrollo. En la capital, por citar un caso, 40% de los hogares no paga el agua y, como ha señalado el titular del órgano regulador, si éstos perciben que su falta de pago no tendrá consecuencias, es racional que no la paguen.

Pero esa racionalidad individual daña el interés colectivo y deja al descubierto la ausencia de un actor racional unificado que haga valer el interés de todos.

El agua es una moneda de cambio para garantizar clientelas. En muchas delegaciones del Distrito Federal el partido que gobierna sigue sellando boletas de agua a quien se acerque a su clientelar protección.

La paradoja es descomunal. El argumento electorero se esconde detrás de una supuesta protección de los que menos tienen, pero bajo esa solapada palabrería se esconde la perversa tradición de repartir los bienes colectivos como si fuesen inagotables.

Si la preocupación son los pobres, lo lógico no es desperdiciar el agua, sino que les den una transferencia en efectivo y que con ella paguen su boleta de agua.

La muerte del caudillo 1. El día señalado

Héctor Aguilar Camín
acamin@milenio.com
Día con día
Milenio

Hace ochenta años y once días, mataron al general invicto de la revolución mexicana, el caudillo de la hora, Álvaro Obregón. He ido a la hemeroteca por el diario correspondiente a ese día, un martes 17 de julio de 1928. Ofrezco aquí, en columnas sucesivas, la crónica resultante, un ejercicio de periodismo retrospectivo.

Lo mataron a las dos y veinte de la tarde, de cinco disparos por la espalda. Era Presidente electo y estaba sentado en el lugar de honor de un banquete. La mesa del banquete había sido desplegada en un cenador que dominaba el jardín del restaurante La Bombilla, en el sur de la Ciudad de México, al final de la calzada de los Insurgentes, en la municipalidad de San Ángel.

La Bombilla era propiedad de Ramón Casado, español oriundo de Bilbao, y atendían el banquete cuatro meseros asturianos. En la mesa cada invitado tenía su lugar indicado por una cartulina conmemorativa que en la primera página decía: Recuerdo del homenaje que la presunta diputación guanajuatense en la XXXIII Legislatura del Congreso de la Unión, ofrece al C. Alvaro Obregón, Presidente electo de la república.

Debajo de estas líneas estaba escrito a mano el nombre de cada invitado. A espaldas del Presidente electo había un arco de madera forrado de musgo donde podía leerse una leyenda tejida en margaritas: Homenaje de honor a los guanajuatenses al C. Alvaro Obregón.

Detrás del arco fueron colocadas sillas para los músicos de la Orquesta Típica de la Presidencia. Obregón llegó dos minutos antes de la una con el coronel y diputado Carlos Robinson. Bajó del coche en el interior de La Bombilla. Paseó unos minutos por los jardines, platicando, con su habitual buen humor.

Debía tener hambre. Cuando le dijeron que sólo esperaban la llegada de los músicos para servir el banquete, jugueteó: “Creo que los que estamos aquí sabemos comer sin música”.

Finalmente llegaron los músicos, miembros de la Orquesta Típica. Obregón platicó otro rato con el compositor Manuel Esparza Oteo, que la dirigía. Empezó la comida en un ambiente de cordialidad, brindis y risas. La Orquesta Típica arrancó su repertorio de canciones mexicanas que fueron muy aplaudidas por la concurrencia.

Todo esto sucedía en las afueras campestres de la ciudad, un día cualquiera del héroe. Para justificar su negativa a usar escoltas, Obregón había dicho alguna vez: “Moriré en el momento en que alguien quiera cambiar su vida por la mía”. Los minutos que siguieron del banquete iban a darle la razón.

Las drogas, tus hij@s

Lydia Cacho
Plan B
El Universal

En la radio una voz masculina, emotiva y entusiasta nos asegura que la guerra contra el narco va estupendamente bien

Mantener satanizado el debate sobre legalizar las drogas impide evidenciar quiénes se enriquecen en realidad con ellas
En la radio una voz masculina, emotiva y entusiasta nos asegura que la guerra contra el narco va estupendamente bien.
Anuncia que nuestros hijos ya han dejado de consumirlas, porque las autoridades consignaron cargamentos de drogas. El cómo llegó el gobierno a la poco científica conclusión de que consignar unas toneladas de droga significa que nuestros hijos ya no consumen es un misterio digno del nuevo Batman.

La guerra tiene sus dificultades, no es preventiva sino simplemente útil para medir fuerzas y mantener un equilibrio entre el crimen organizado y el Estado. Hoy la droga está en todas partes, es cien veces más fácil toparte con un dealer de coca o metanfetaminas que con una biblioteca, un centro de prevención de adicciones o con una secundaria pública. La mayoría de las personas que han probada cocaína y tachas piensa que son tan buenas como un trago de alcohol. Afuera de las escuelas, en los tendajones, con telepizza, un gramo de cocaína cuesta 300 pesos, y de él salen 10 o 15 líneas (una noche completa disfrutando el estado de alerta). Las metanfetaminas son otra historia; sus vendedores son jóvenes; no las perciben como drogas, sino como “alivianes”. Alexa y sus amigas de 19 y 20 años me llevaron a un rave en Cancún. Argumentan que los raves son pacíficos espacios de convivencia. No beben alcohol, sino agua, se divierten y bailan a ritmo tecno. Las tachas les permiten “sentir la música en el alma”. La gente joven que consume drogas tiene argumentos que hay que escuchar, no silenciar, estemos o no de acuerdo, porque en ellos sustentan su persistencia en trivializar el consumo.

La madre de Alexa toma Tafil antes de dormir y Prozac al levantarse. Su padre, por dolores crónicos de espalda, diario toma dos pastillas de Dolac. Todos los adultos en el entorno de Alexa beben al menos tres veces a la semana. Ella critica los estragos del alcohol y no comprende porqué no se legalizan las drogas. Quitarles a muchos la fascinación de lo prohibido cambiaría las cosas, aseguran las jóvenes.

El problema no es el alcohol en sí mismo, sino la manera en que se maneja. Lo mismo aplica para las drogas, aseguran. Tomar una metanfetamina no se diferencia en nada a tomarme dos caballitos de tequila, pero a mí, asegura otra joven, no me gusta sentirme fuera de control por el tequila. “Mi padre, los viernes se va en su yate a beber güisqui con sus cuates y llega súper jarra. Yo nunca he quedado tan mal como él por fumar un poco de mota, no hago daño, sólo me río con mis amigos”. El problema, dicen mis interlocutoras, es la hipocresía del sistema. Las drogas están en todas partes y más baratas que nunca. Algo están haciendo mal, dicen: esta guerra sólo ha arrojado muertos.

Las personalidades adictivas buscarán de todo, prohibido o no. Educar a la gente para manejar ese tipo de personalidad es fundamental. Mantener oculto y satanizado el debate sobre legalización de las drogas impide también evidenciar quiénes se enriquecen en realidad con su venta y qué motivos ulteriores tiene esta sangrienta guerra, en términos de control social. El discurso moral y del miedo a las drogas no impacta a la juventud. Hay quienes beben alcohol para divertirse y quienes sin él no soportan la vida. El uso de las drogas legales e ilegales responde a los mismos paradigmas. Un debate abierto podría evidenciar porqué y para qué cada vez más jóvenes consumen drogas.

Cantar de Isaac

Carlos Marín
cmarin@milenio.com
El asalto a la razón
Milenio

Quienes lo trataron desde joven (murió de 84) cuentan que Isaac Saba era tan, pero tan bravo para el dinero, que hasta sus “víctimas” le celebraban sus imaginativos recursos para ganarlo, para no gastar y para conseguir descuentos.

Hace unos meses, al director de la CFE, Alfredo Elías Ayub, le pidió que mandara construir una “casita” para cubrir una subestación eléctrica junto al Marriott Resort de Cancún.

“Hazla, hombre, y si vienes a mi hotel te doy gratis la tercera noche...”, provocó.

Su nombre queda ligado a la exitosa distribución de medicamentos (Casa Autrey); a los textiles y fibras sintéticas (Celanese); a productos de salud y belleza; publicaciones y mercaderías administradas por oficinas en 22 ciudades y transportadas en más de 900 vehículos.

De ascendencia sirio-judía, este hombre de negocios fallecido ayer comenzó a formar su capital mercando telas y telones para carpas, teatros y cines en La Lagunilla. Fue su primavera, y en su invierno se ufanaba de figurar ya entre los 600 más ricos del mundo y los diez (o menos) de México.

Estaba en el Consejo de Administración y fue consejero propietario de Ixe Grupo Financiero. Con su familia, fue accionista decisivo en Casa Magna Marriott Resort Cancún y Puerto Vallarta; JW Marriott y el Gran Hotel Ciudad de México, en la capital.

Hermano de Alberto y tío de Moisés Saba (ex socios de Ricardo Salinas Pliego en TV Azteca y Unefón que con la mayor oferta estuvieron a punto de hacerse de Aeroméxico), Isaac era dueño del Grupo Xtra, que produce harinas, pastas y alimentos para animales.

Admirado por su empuje, temido en los negocios pero más bien querido en su medio, fue la cabeza de un emporio donde trabajan más de 35 mil personas.

Con indudable interés económico pero audaz, se asoció con Javier Moreno Valle y fue rudamente atacado (“encarecedor de medicinas”) por TV Azteca y Televisa cuando participó en el proyecto que permitiría a General Electric no sólo invertir en CNI-Canal 40 sino entrar a nuevos canales.

Pero en su biografía “no autorizada”, sus cuates dicen que cuando no era tan rico, si llegaba a un estacionamiento público con un coche ya golpeado, al recogerlo reclamaba… “¡y le pagaban!”.

Cuando compró el Gran Hotel de la Ciudad de México publicó avisos para decoradores, peló el vestíbulo, se sentó esperar, y a cuanto contratista llegó le dio la llave de una habitación para que le hiciera “la muestra”. Amigos que lo adoraron bromean con la idea de que todos los cuartos son distintos y que Isaac “se ahorró” el costo de la remodelación.

Uno de sus parientes más cercanos disfrutaba exagerar: “Dicen que los empresarios, con tal de hacer negocio, somos capaces de vender a nuestras madres, pero Isaac es el único que la entrega…”.

Andrés Manuel López Obrador lo invitó a la inauguración de los segundos pisos del Periférico, donde un impertinente lo tiró y terminó en el hospital, de donde salió a una larga y dolorosa convalecencia.

Ahora le llegó la muerte y se reaviva su anecdotario.