María Elena Álvarez de Vicenciomalvarezb@diputadospan.org.mxLa Crónica de Hoy

Vivimos en el siglo de las migraciones y la globalización las ha hecho casi obligadas. Cada día más personas abandonan sus países en busca de oportunidades que mejoren su calidad de vida. Cada país, de acuerdo a sus circunstancias, establece sus políticas migratorias con el objeto de satisfacer sus necesidades y minimizar los riesgos.
Desgraciadamente, la migración en la actualidad no sólo se da para buscar lícitamente mejores oportunidades de vida; hay migrantes cuyos propósitos pueden ser el tráfico de drogas, de armas, o el contrabando en general, incluso pueden tener propósitos terroristas. Es por todo esto que la atención a los procesos migratorios se considera un asunto de seguridad nacional.
México reúne todas las características de los flujos migratorios: la internación, la salida, el regreso y la estancia; pero también es territorio de origen, tránsito y destino de migrantes. De enero a agosto de 2008 se documentó la entrada al país de más de 16 millones 930 mil personas; la mayoría vino en calidad de turistas y poco más de 285 mil extranjeros entraron al país como visitantes de negocios, cifra mayor al mismo periodo del año anterior. Más del 58 por ciento ingresó por aeropuertos, siendo el de la ciudad de México el de mayor flujo; además, 32 por ciento lo hicieron por puertos marítimos, Cozumel fue el de mayor recepción, y 9.7 por ciento entraron por puntos fronterizos terrestres.
El Instituto Nacional de Migración es una entidad que facilita los flujos migratorios de manera eficiente y honesta, con apego a las leyes y con pleno respeto a los derechos y a la dignidad humana, para favorecer el desarrollo y la seguridad nacional. Tiene además la función de repatriar a los indocumentados que ingresan a nuestro país, por los puntos de cruce informal que existen a lo largo de más de mil kilómetros de la frontera sur, en los estados de Chiapas, Tabasco, Campeche y Quintana Roo, así como la repatriación, desde la frontera norte a sus estados de origen, a los mexicanos indocumentados que intentan, sin lograrlo, ingresar a los Estados Unidos.
Entre los indocumentados hay un número considerable de niños que viajan solos, razón por la cual la institución tiene una red de albergues, no sólo para adultos, en las fronteras norte y sur.
En 2007 se repatriaron 120 mil personas y en 2008 se han registrado 406 mil 394 eventos de repatriación de mexicanos de Estados Unidos, y es en la delegación de Baja California donde se concentra el 47 por ciento de los mexicanos repatriados. De enero a agosto de 2008 se han rechazado a 1,145 extranjeros, 30 mil 646 fueron asegurados y 26,808 se expulsaron del territorio nacional.
El avance de la globalización, la ampliación de los aeropuertos, la incorporación de líneas para pasajeros frecuentes, los ingresos de viajeros en los nuevos puertos y los filtros en la frontera sur, además de la presencia de agentes migratorios en todos los filtros instalados en los aeropuertos del país, durante las 24 horas del día, así como la atención a los extranjeros en los trámites que deben realizar durante su estancia en nuestro país, obligan al instituto a agilizar los procedimientos para autorizar las solicitudes de internación. Todo esto da como resultado un aumento exponencial en la demanda de servicios al instituto.
Los trámites y servicios que presta este órgano, deberán realizarse con una gran responsabilidad ética. Con relación a este aspecto, en 2007 fueron cesados 120 elementos por actos deshonestos. Es un área de atención muy vulnerable que se puede prestar a la discrecionalidad y al soborno, por lo que se requiere una vigilancia estricta del personal y de todos los procesos.
El Instituto Nacional de Migración creó en 1990 el Grupo Beta de Protección al Migrante, cuyo objetivo es la protección y defensa de los derechos humanos de los migrantes, así como su integridad física y patrimonial, sin importar la nacionalidad ni la condición de documentados o indocumentados.
El desempeño de este organismo puede ser impulso para el crecimiento, pero también obstáculo para la seguridad y el desarrollo de la nación. Es muy importante que desde el primer momento de su llegada a nuestro país, se dé una buena imagen a los turistas y a los visitantes que vienen con fines empresariales. Es un reto acortar el tiempo en los trámites migratorios y ofrecer servicios de calidad y calidez.
La dependencia requiere además tener comunicación eficaz con la red consular en el mundo, a través de herramientas tecnológicas modernas, así como la integración de bases de datos con otras dependencias para facilitar consultas y optimizar las infraestructuras.
El Instituto Nacional de Migración necesita aumentar sus recursos humanos y materiales, de acuerdo al incremento de las demandas, para que la presencia de la autoridad migratoria atienda, controle y supervise la entrada de extranjeros a nuestro territorio cualquiera que sea el motivo o la forma de ingreso.
En la asignación del próximo Presupuesto Federal se deberán tomar en cuenta estos requerimientos del Instituto Nacional de Migración sin olvidar que parte de la Seguridad Nacional y de la buena marcha de áreas estratégicas, dependen de su eficiente desempeño.