noviembre 28, 2008

'La mitad...' por Paco Calderón

Incompetente, la mitad de policías

Jorge Ramos y Andrea Merlos
politica@eluniversal.com.mx
El Universal

Se examina sólo a 3% de altos jefes de Seguridad

El presidente Felipe Calderón informó a senadores que 49.4% de 56 mil policías municipales, estatales y de nuevo ingreso a la Policía Federal Preventiva (PFP) resultaron “no recomendables”, luego de que fueron evaluados por la Secretaría de Seguridad Pública.

El mayor índice de elementos “no recomendables” se presentó en los municipios, donde llegó a 61%, dio a conocer el mandatario al Senado de la República, al responder a una pregunta parlamentaria, esquema adoptado a partir de este año como parte del Informe de Gobierno.

A los diputados, el jefe del Ejecutivo explica que el Programa de Control de Confianza sólo se aplica a 3% de altos mandos en las instituciones de procuración de justicia. Reconoce que en esa y otras pruebas las cabezas de las dependencias son las menos evaluadas, en la estructura jerárquica de funcionarios públicos.

Datos del mandatario refieren que sólo se evalúa entre 3% y 11% de los altos mandos, y a la mayoría de personal operativo.

A senadores, Calderón también menciona que en 2008 se ejerció acción penal contra 27 agentes del Ministerio Público federal, 29 agentes de la Agencia Federal de Investigación (AFI) y 10 mandos medios y superiores.

Respecto a las averiguaciones previas de 2007 y 2008, indicó que han consignado ante un juez a 48 encargados de la procuración de justicia.

Intolerancia religiosa

Leo Zuckermann
Juegos de Poder
Excélsior

En 2001, en el poblado de San Nicolás, Hidalgo, la mayoría de religión católica le exigió a toda la población que pagaran las cuotas o realizaran los trabajos comunitarios para las fiestas religiosas. La minoría de religión evangelista, que no cree en este tipo de festividades, se negó a hacerlo. Ante esta negativa, y bajo el argumento de que todos deben obedecer los usos y costumbres de la comunidad, los católicos le cortaron el servicio de agua potable a los evangelistas. También amenazaron con expulsarlos del pueblo. Al final, las autoridades gubernamentales tuvieron que intervenir para calmar los ánimos y evitar un enfrentamiento mayor entre los dos grupos. Se negoció un acuerdo donde los evangélicos colaborarían “en las labores comunitarias, a fin de garantizar la paz en el pueblo”.

Siete años después, otra vez en San Nicolás, una asamblea de católicos ha prohibido la sepultura de evangélicos en el panteón del pueblo. De acuerdo con Noé Gerardo Nicolás Guerrero, uno de los líderes católicos, los evangélicos presuntamente violaron el acuerdo que habían establecido con la comunidad: son un “ejemplo negativo en la localidad, pues refugiándose en sus creencias se niegan a colaborar en las tareas comunitarias como la organización de la fiesta patronal”. Además, el líder informó que la construcción de un templo evangélico está condicionada a la aprobación de la asamblea comunal dominada por los católicos. La obra, mientras tanto, está detenida.

Los católicos impedirán las inhumaciones de los evangélicos en la medida en que éstos no cooperen para las fiestas. Aunque no deberían estar obligados a cooperar con una festividad en la que no creen, Roberto Barquera Joaquín, dirigente evangélico en la zona, rechaza “que su grupo religioso se niegue a colaborar en los trabajos de la comunidad”. El líder dice que existe una persecución en contra de la minoría que sólo quiere hacer valer “lo que por Constitución tenemos derecho, a profesar la religión que queramos”.

Tienen razón los evangélicos. Para empezar ellos no tendrían por qué colaborar en fiestas de santos en los que no creen. Ni con trabajos físicos ni con pagos en efectivo. Además, los católicos tienen la obligación de respetar sus creencias y la libertad de religión consagrada en la Constitución. De ninguna forma puede justificarse que un mexicano que profesa una religión minoritaria no pueda ser enterrado en un panteón que, de acuerdo con el artículo 115 constitucional, está a cargo de autoridades civiles municipales.

En San Nicolás, Hidalgo, geográficamente muy cerca de la Ciudad de México, capital de la República, hay un vergonzoso caso de intolerancia religiosa propia de la Edad Media no del siglo XXI. Desde hace ya mucho tiempo, una mayoría tiránica no respeta los derechos de la minoría bajo un argumento absurdo de usos y costumbres.

El asunto merece una condena de todos aquellos que creen en la libertad religiosa y en los valores del pluralismo y la tolerancia. Y más allá de la condena, exige acciones concretas, contundentes y sin ambigüedades. Los gobiernos estatal y federal deben intervenir para hacer cumplir los derechos de las minorías consagrados en la Constitución y así evitar su discriminación. Los partidos deben destituir a todos aquellos líderes que estén involucrados en estas actitudes de intolerancia. La Iglesia católica debe intervenir para atemperar los ánimos de sus feligreses y hacer realidad los mensajes de conciliación y tolerancia de Juan Pablo II. Como dijo este Papa tan querido en México: “Sólo en la mutua aceptación del otro, en el consiguiente respeto mutuo, hecho más profundo por el amor, reside el secreto de una humanidad finalmente reconciliada”. Ojalá los católicos de San Nicolás así lo entiendan y finalmente se reconcilien con sus vecinos evangelistas.

La ciencia mexicana en el exterior

José Sarukhán
jose.sarukhan@hotmail.com
Investigador del Instituto de Ecología de la UNAM
El Universal

Hace unos 10 días tuve ocasión de constatar, una vez más, el bajo grado de presencia de nuestra ciencia, la mexicana, en el escenario internacional. No me refiero a la proporción de la producción científica global que se realiza en nuestro país, sino de la presencia de la ciencia y en general de la academia mexicana en la representación oficial que nuestro país tiene ante muchos organismos internacionales de diferente índole y tamaño.

La ocasión a la que me refiero fue la Asamblea General de la Academia del Mundo en Desarrollo (TWAS, por sus siglas en inglés) que se llevó a cabo en la ciudad de México y que celebraba el primer cuarto de siglo de vida de la institución.

La anfitriona de la reunión fue la Academia Mexicana de Ciencias, que hizo un espléndido papel en la organización del evento. El comentario surge porque meditaba, mientras asistía a la reunión, acerca del esfuerzo de representación científica internacional que países como India, China, Brasil, Sudáfrica y otros sostienen intensa y profesionalmente. Nosotros lo hacemos muy mal en este rubro.

A lo largo de décadas, la representación oficial mexicana, ya sea por medio de la SRE o de otras secretarías de Estado, dependiendo del tema, no le ha dado importancia alguna a contar con la gente experta y de alta calidad en cada uno de los temas, que ejerza esa representación de manera continuada y profesional.

He estado en varias reuniones (v.g. la OCDE) en temas de biodiversidad y ecología agrícola, en las que nunca la persona que llevaba la representación “oficial” del país era la misma dos reuniones seguidas. Quien esto escribe y otros colegas teníamos en cada nueva reunión que “instruir” al representante oficial de qué trataba el tema, lo que se había discutido en la reunión previa, etcétera. Una muy importante excepción a esto ha sido en los temas ambientales, en los que la continuidad de la representación oficial, mantenida por dependencias del sector (INE, Conabio, Conanp), ha tenido una presencia consistente, respetada y buscada en el liderazgo de las discusiones.

México tuvo, hasta el inicio de la década de los 80, agregados científicos en algunas de sus embajadas más relevantes. Han dejado de existir desde entonces, quizá con la idea, optimista y equivocada, de que los agregados culturales cubren el papel de un agregado científico. Un agregado científico debe tener la función de “otear” el ambiente científico del país o región a su cargo para descubrir oportunidades de colaboración e interacción con comunidades científicas con las cuales nos interesa crear y mantener programas que ayuden al desarrollo de la ciencia mexicana.

No son puestos de premio o consolación. Deberían ser individuos activos y conocedores del ambiente científico mexicano y del regional, incluso conocidos por su producción en alguna de las áreas de la ciencia, con buena capacidad gestora y organizativa.

No se requeriría de uno de tales agregados en cada embajada. Sería un gasto inútil en muchos casos. Bastaría tener menos de media docena de ellos, ubicados estratégicamente en regiones relevantes: Norteamérica, Sudamérica, Europa, Asia y Asia-Pacífico.

Sé que sugerir lo anterior a estas alturas de la crisis económica internacional podría considerarse como utópico. Pero me pregunto si el costo de sostener media docena o menos de tales individuos interrumpiría algún proyecto prioritario o vital del país o de Conacyt.

Sí, Nelson, los hay que no tienen

Joaquín López-Dóriga
lopezdoriga@milenio.com
En privado
Milenio

Los hay que se ocupan más de defender su cargo que de ejercerlo. Florestán

Cuando hoy a las 11 de la mañana se reúna el pleno del Consejo Nacional de Seguridad Pública, en el salón Tesorería de Palacio Nacional, aún rebotarán entre esos muros las palabras que les dejó hace 99 días Alejandro Martí: “Si no pueden, renuncien”, sentencia que marcó aquel encuentro y que luego sería coreado por miles en la marcha contra la violencia.

Pero no será lo único que hará eco entre algunos de los responsables de la descuidada seguridad pública. Los habrá que no puedan olvidar la síntesis crítica de Nelson Vargas al cumplirse catorce meses y medio del secuestro de su hija Silvia: “¡No tienen madre!”.

Y, efectivamente, los hay que no la tienen.

El corte de caja de hoy sobre los compromisos asumidos y los incumplidos, hará que se musite la condicionante de Martí y el análisis de Vargas.

A partir de ese eje, incapacidad y orfandad, comenzaremos a saber quiénes son los que ante la inseguridad han mirado hacia otro lado, cómplices, endosando a otros su incapacidad ante ese problema que hizo crisis en el sexenio de Fox, que ni le entendía ni se entendía del problema. Fueron contadas las reuniones del gabinete de seguridad pública que encabezó en su sexenio, y los que asistían aún recuerdan su mal talante y sus prisas.

Así, con un panorama alarmante por su desatención en materia de seguridad pública y el descontrol del narcotráfico, comenzó Felipe Calderón con una prioridad de gobierno: el combate a la inseguridad que se enfocó, más que al pequeño delito que a todos alcanza, a la macrodelincuencia organizada, que a todos pone en riesgo, el Estado mexicano incluido.

Por la magnitud del crimen organizado, no se alcanzó a diferenciar entre los asuntos de seguridad nacional, narcotráfico, tráfico de armas y personas, lavado de dinero, y los del orden común: secuestro, robo, asalto, lesiones, homicidios.

Y al no haber quedado claramente diferenciados los asuntos de competencia federal (el crimen organizado), de los de competencia local (delitos del orden común), se generó la percepción de que el combate a todo tipo de delincuencia era responsabilidad más que del Ejecutivo federal, del Presidente de la República, como se confirma ahora en la discusión de las reformas judiciales y de seguridad, en la que la oposición quiere colocar a la cabeza al mismo presidente Calderón a fin de mantenerlo en esa mira, no con fines de eficacia, sino políticos: jalar la marca en los temas de inseguridad y escalarlos a Los Pinos, a lo que la oposición le ha dado tal peso, que tiene atrapadas las reformas de seguridad en el Congreso a pesar del reclamo de la sociedad, el compromiso existente y la urgencia del caso.

Y que cada quien niegue o confirme irresponsables y orfandad.

Nos vemos el martes, pero en privado.

Silvia Vargas y todo lo que no funciona

Jorge Fernández Menéndez
Razones
Excélsior

Difícilmente algo de lo que se diga hoy en el Consejo Nacional de Seguridad Pública podrá opacar la contundencia de las declaraciones de Nelson Vargas, el miércoles, cuando se cumplían un año, dos meses y 16 días del secuestro de su hija Silvia. Habrá quienes festejarán, lo han hecho, la contundencia de sus afirmaciones; habrá, también lo han hecho, quienes dirán que en todo el proceso de investigación hubo muchos errores de todas partes y que resulta muy complejo resolver el caso porque ha transcurrido mucho tiempo. Pero no nos engañemos: Nelson tiene todo el derecho de exigirle a las autoridades mucho más. Silvia no sufrió un accidente: fue secuestrada y la información que proporciona Nelson no deja demasiados espacios a la especulación. Si su ex chofer es hermano de dos personas que encabezan una banda de secuestradores que utiliza el mismo modo de operación que quienes se llevaron a Silvia; si uno de esos secuestradores logró fugarse con complicidad de quienes lo estaban supuestamente custodiando; si apenas en la primera semana de noviembre, el ex chofer de Nelson fue arraigado y todavía no se logra establecer una conexión con el crimen, tiene todo el derecho Nelson Vargas de indignarse ante las autoridades.

Pero el caso de Silvia Vargas, como muchos otros, puede ser un ejemplo de por qué no funcionan las cosas. Los Vargas hicieron la denuncia en tiempo y forma sobre el secuestro; hubo elementos que se hubieran podido investigar a profundidad (el automóvil de Silvia abandonado en el centro de la ciudad, los mensajes de los secuestradores); hubo, me imagino porque ocurre una y otra vez, confusión con respecto a quién se encargaba de qué, aunado a la presión de quienes pudieran asesorar a la familia; si bien se entregó la lista de todos quienes habían trabajado para la familia Vargas en los últimos años y allí figuraba el nombre del ex chofer, nadie cruzó ese nombre con los de sus dos hermanos, desde entonces acusados de secuestro y de encabezar la banda de Los Rojos.

Quizá no se cruzó ese nombre por negligencia o hasta por complicidad, pero muy probablemente porque no tenemos todavía un sistema lo suficientemente eficaz para contar con toda la información de cada delincuente independientemente de la jurisdicción donde haya cometido el crimen. No lo tenemos porque, a pesar de que el Sistema Nacional de Seguridad Pública se creó desde hace dos sexenios, no termina de ser obligatorio para los tres niveles de gobierno colocar en el mismo toda la información sobre delincuentes, policías, huellas, vehículos y, aún hoy, la mayoría de los estados se niega a que las decisiones del SNSP sean obligatorias para todos y cada uno de ellos.

El tema de la información es clave: no existe una institución, un espacio, un sistema que la concentre, y la cantidad de información que se pierde o que, como en este caso aparece un año después de los hechos, pudiendo haber sido fundamental para resolver la investigación en tiempo y forma, termina perdiendo parte de su utilidad.

No hubo un seguimiento del caso porque el de Silvia se acabó tratando como los tres o cuatro secuestros que se denuncian en el país cada día, y porque, además de los errores o insuficiencias que se pudieran haber cometido en el ámbito federal (sea en la SSP o en la PGR, es indistinto y, sobre todo, lo es, con toda razón, para Nelson), los estados, o por lo menos muchos de ellos, no cuentan con unidades antisecuestros eficientes, y las que existen en el ámbito federal, además de los casos de corrupción que se han detectado, son a todas luces insuficientes. Si además se trabaja con información escasa e incompleta, la situación termina siendo mucho más compleja aún. Muchos estados y muchos políticos insisten en que se debe federalizar el delito de secuestro, pero no se federalizan atribuciones ni recursos humanos y materiales. Hoy la Policía Federal, por ejemplo, tiene apenas 4% de todas las policías del país. ¿En lugar de pedir la federalización de los delitos no se tendría que exigir que se cumpliera plenamente en los estados y el DF con sus obligaciones?, ¿si se plantea la federalización, lo lógico no sería aceptar que también deben centralizarse en el ámbito federal recursos, responsabilidades y atribuciones? Si no es así se terminará construyendo, como ocurre con el crimen organizado, una coartada, desde los estados y los municipios, para no intervenir o hacerlo muy parcialmente en ese combate.

El presunto secuestrador se escapó dos veces, una en Guerrero, otra desde el hospital de Xoco. Obviamente, para hacerlo, tuvo que tener la complicidad de quienes lo custodiaban. Si no fue complicidad es peor, porque resulta inverosímil que un personaje de esa calaña, acusado de esos delitos, termine siendo custodiado por unos inútiles. Pero algo más está muy mal con nosotros mismos como sociedad: cuando se dio esa fuga, uno de los auxiliares médicos fue retenido e interrogado por su presunta participación en esos hechos. Y en vez de reclamar que se respetaran sus derechos pero también que quedara en claro si había cometido o no un delito, los médicos del hospital se movilizaron e hicieron bloqueos para exigir la libertad inmediata del detenido cuando no podían saber si había sido o no cómplice o si su testimonio podía aportar algo. No podemos convertirnos en parte de las policías ni hacer su labor, pero si no se comprende que se debe colaborar en la denuncia y la investigación, el crimen siempre tendrá un margen de operación mucho mayor. Hay que tomar, como sociedad, los ejemplos de denuncia y participación de Nelson Vargas, de Alejandro Martí, de María Elena Morera, y muchos, muchos otros, que han tomado ese camino. Todo esto debería estar presente hoy en la mesa del Consejo de Seguridad. Y en el interés de quienes de una u otra forma tienen la responsabilidad de la seguridad en el país, desde funcionarios hasta legisladores o jueces.

Obama y México, temas a meditar

Juan María Alponte
México y el mundo
El Universal

El gobierno elegido por Obama es la historia natural: elige a los más experimentados del sistema y, en consecuencia, el centro.

El “cambio” que Obama mismo ha ofrecido al mundo, no sólo a Estados Unidos, posee una racionalidad esencial: George W. Bush arruinaba el sistema, pero el sistema —biológicamente modificado con Lincoln, ideológicamente transformado por Roosevelt, y elevado a los altares de las nuevas generaciones por Kennedy— gravita sobre el centro. Se olvida que Roosevelt, enfrentado con la Gran Depresión y con 25% de la población en la miseria, optó por un Estado regulador, no por la revolución.

En las elecciones de 1932, claves por el derrumbe de Wall Street en 1929, el presidente saliente, Hoover, responsable de la crisis, todavía obtuvo 15.7 millones de votos frente a los 22.8 millones de Roosevelt. En esas elecciones, con millones de obreros en paro, el candidato socialista, Thomas, un hombre honorable, contó 884 mil 640 votos. En las elecciones de 1936, sin resolverse aún los problemas, Roosevelt, reelegido, contó 27.7 millones de votos y Thomas, sin más, regresó al pasado: 187 mil 833.

En suma, el “cambio” de Roosevelt, es decir, el New Deal o Nuevo Trato se basó en el poder regulador del Estado… porque había Estado. No pasó de esa raya, pero recordó a los banqueros su responsabilidad, como gobernante, ante la economía real. Al presentar su programa dijo: “Yo prometo a ustedes, yo me prometo a mí mismo un nuevo trato for the American people, esto es, para el pueblo norteamericano”. Todos lo comprendieron cuando firmó, en 1933, la Ley de Emergencia Bancaria: Emergency Banking Relief Act. Ratificó: “Todo el mundo lo comprenderá, even the bankers, inclusive los banqueros”. En las elecciones de 1940, año en que por vez primera desde 1929, se recuperaba el PIB per cápita de entonces, Thomas tuvo 116 mil 410 votos. Finis terrae.

El gobierno de Obama implica un cambio mucho mayor en el imaginario colectivo mundial. Mayor porque el fracaso de Bush ha sido universal. Aun así el gobierno de Obama, el de hombres con larga experiencia en el sistema y con proposiciones claras, en orden a la restauración de la economía real que, finalmente, es “consumo y seguridad”.

En ese punto no hay dudas, pero el mundo ha cambiado. Ya no es Bretton Woods (1944), cuando EU era unilateralmente imbatible; ahora las decisiones son multilaterales y, algunas voces universitarias denuncian la “recuperación” de los irresponsables enriquecidos con la hecatombe de la economía real. Baste decir, sin Thomas, que David Yermack, profesor de Finanzas en la Universidad de Nueva York, en las páginas de The Wall Street Journal ha llegado al límite: “Decir No a Detroit”. Considerando el abismal fracaso de los tres grandes del automóvil, el profesor ha dicho algo impensable antes: “Sería mejor (que salvarlos) enviar un cheque a cada empleado”. No se hará, pero Obama sabe que el escándalo ético es inmenso.

En México el gobernador del Banco de México ha tenido el valor de decir, entre los sacristanes del “nada ocurre”, que “el nivel de vida del mexicano está estancado”. En esta crisis hay que recordar, ante lo que viene, que están en juego las pequeñas y medianas empresas de México. Las “microfirmas” mexicanas emplean alrededor de 8 millones de personas (38.3% del empleo total, dice el estudio de la OCDE SMes in Mexico. Issues and policies. En las circunstancias presentes van a sufrir la reducción de los créditos y de la demanda. Es un tema capital, con la competitividad. Ésta sigue siendo el talón de Aquiles. El World Economic Forum (The Global Competitiveness Report 2008-2009) advierte, entre 134 países, que la competitividad coloca a México, en 2008, en el lugar 62; estábamos en el 2007 en el 52. Pymes y competitividad al aire libre.

Cuentas

Héctor Aguilar Camín
acamin@milenio.com
Día con día
Milenio

Hoy es día de rendir cuentas en materia de seguridad. Ojalá y cada mes hubiera en México una jornada de rendición de cuentas como la de hoy, con plazo fijo de entrega y compromisos previos comparables. Nuestro gobierno mejoraría.

Mejorarían también nuestros medios, si cada vez que el gobierno rinde cuentas, atendieran sus cifras y sus dichos con ánimo de medir lo que dice contra lo que prometió, más que de someterlo a exigencias desmesuradas.

Siento que se ha instalado ya un veredicto en los medios respecto de las cuentas de seguridad que se rendirán este día. El veredicto es que no se ha hecho nada, o muy poco, y que nada, o muy poco, hemos avanzado en cien días hacia ninguna parte, salvo hacia la multiplicación justificada de nuestra queja.

La verdad es que parece difícil no haber avanzado nada a partir de la triste enumeración de compromisos obvios de seguridad incluidos en el acuerdo que hoy se contabiliza. Pero todo avance parecerá insustancial a las expectativas desmesuradas, desmesuradamente potenciadas, de los medios y de la opinión pública.

Algo hay que hacer para romper el círculo vicioso de no creer sino en soluciones finales que no hay. Lo primero es mejorar la información. Cada día el gobierno tiene la posibilidad de refundar su pacto de credibilidad con la ciudadanía. No tiene sino que poner en la mesa toda la información que tiene.

Hace poco, con motivo del trágico accidente en que perdió la vida el secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, el secretario de Comunicaciones Luis Téllez dio una demostración en tiempo real de cómo poner a disposición de la sociedad toda la información clave que se tiene.

Nadie puede competir con el gobierno es esto, porque nadie tiene tanta información dura y sistemática sobre la inseguridad y el crimen.

Una rendición de cuentas abierta en materia de seguridad, sin analgésicos ni consideraciones de imagen, puede ser el inicio de una relación de credibilidad entre las autoridades y los ciudadanos.

Si el gobierno pone todas sus fichas de información sobre la mesa, convencerá a la enorme mayoría de los mexicanos, como lo hizo con su manejo informativo del accidente aéreo.

Si se guarda barajas bajo la manga por razones políticas, el veredicto previo de inutilidad ganará terreno y amaneceremos, simplemente, quejándonos más.

***

Cota: Todo hijo verdadero ha de volverse padre de su padre. Un abrazo, Pepe Bastón.

Los dos años y los 100 días

José Rubinstein
jrubi80@hotmail.com
Excélsior

Finaliza el primer tercio del gobierno de Felipe Calderón. Considerando las circunstancias en que se llevó a cabo su ascensión al poder, creemos que el principal mérito de Calderón en esta etapa ha sido haberse consolidado como Presidente único de los mexicanos.

Dos han sido las constantes que han permanecido en la gestión de FC:

La primera, la presencia como estampilla del derrotado candidato opositor Andrés Manuel López Obrador, quien se ungió con la inexistente investidura de presidente legítimo y que con marcaje personal se ha encargado de invalidar cuanto Calderón dice o no dice, hace o no hace, en confrontante actitud y denostante lenguaje. Con el precio de su propio capital político, AMLO optó por conducirse como bola de plomo encadenada al tobillo de Calderón.

La segunda, la directa participación del Ejército en la lucha frontal contra el narcotráfico. La tibia posición asumida por los antecesores inmediatos de Calderón con respecto al consumo de estupefacientes y al crimen organizado propició el desbordamiento de los mismos por todo el territorio nacional. A FC no le quedó otra alternativa, sino rescatar a México de los tentáculos de la droga y el crimen o resignarse de antemano al fracaso de su gestión, con el agravante de que el dejar hacer, dejar pasar, a estas alturas, significaría otorgar a los distintos cárteles y grupos criminales el poder de facto en nuestro país.

De inicio, Calderón restituyó a la institución presidencial seriedad y sobriedad. Habíamos llegado al colmo de pagarle sueldo a un vocero para que nos explicara lo que el presidente Fox intentaba decir. En cuanto a la primera dama, la inteligencia y excepcional discreción de Margarita Zavala encaja perfecto en el perfil requerido para tal puesto.

En cuanto a las relaciones de México con Latinoamérica, basadas en la postura de no guardar rencores pero sin la disposición a aceptar humillaciones ni ofensas, el gobierno de Calderón ha ido limando asperezas principalmente con Cuba, Venezuela y Bolivia, en la mira de cumplir con una agenda mesoamericana que, bajo un liderazgo compartido, alcance la representatividad de la región.

Con respecto a EU, Calderón comprende que allí la tienda se reabre hasta el 20 de enero próximo y será entonces cuando se retome la reforma migratoria. Desde luego, FC no aceptaría la renegociación del TLCAN.

El talón de Aquiles del sistema sigue siendo la educación y, mientras persista la figura de una perpetuada líder sindical confrontada con extraños y propios, manejando incalculables e inexplicables recursos económicos, desprestigiada y conflictiva, entonces seguiremos negados a un mejor porvenir. Qué onerosa es para México la lealtad del Presidente hacia una ambiciosa líder que le ayudó a llegar a Los Pinos.

Ahondando en el tema sindical, el conflicto interno en el sindicato minero, en el que el fugado líder Napoleón Gómez Urrutia mantiene en jaque al gremio, es insostenible. Aquí todos pierden. Se espera que la Secretaría del Trabajo coadyuve a solucionar esta costosa situación.

Probablemente de lo más destacable del bienio de Calderón es haber roto el estigma de las reformas estructurales. Es así como se aprobaron las reformas a la Ley del ISSSTE, la electoral y la energética. Modificaciones perfectibles, lo meritorio es haber abatido la inercia al respecto.

El precio del petróleo se ha prácticamente desmoronado, el actual de nuestro barril de exportación está apenas a la mitad del conservador cálculo de 70 dólares para 2009. Aun existiendo coberturas parciales con miras a dicho periodo, las consecuencias serán mayúsculas. Ilógico, en México la gasolina sigue subiendo. Gran error haber incorporado un impuesto extra a tan popular combustible.

Cómo estarán las cosas que, por encima de la economía, la inseguridad pública constituye la principal preocupación de la sociedad. El tema del día está reservado para asesinatos, secuestros y corrupción.

Coincide el segundo aniversario de Calderón como Presidente con el vencimiento del plazo de 100 días para que las autoridades firmantes del pacto por la legalidad y la justicia cumplieran los compromisos contraídos. Pacto incumplible e incumplido. Destacan mayormente los organismos civiles creados en rebeldía, por la airada sociedad, que las acciones contundentes de la autoridad.

Qué escenario. Guerra —fuerte palabra— declarada contra el crimen y devastador escenario económico global. Faltan dos tercios del camino por recorrer. Calderón no tendrá tregua.

El fracaso de los 100 días

Ricardo Alemán
aleman2@prodigy.net.mx
Itinerario Político
El Universal

¿Y ahora qué van a decir? Que la inseguridad es por el cambio climático
El problema no es de hombres o voluntarismo, sino de diseño institucional


Ante el dato duro de violencia e inseguridad, y la contundencia del cinismo y la negligencia, ninguno de los tres poderes u órdenes de gobierno puede decir que cumplió con el pacto “anticrimen”.

En horas se habrán cumplido 100 días de lo que aquí motejamos como “la llamada a misa” —Itinerario Político, 25/08/08— que reunió a la República el 21 de agosto, y en donde poderes, gobiernos e instituciones pactaron 75 acciones para combatir inseguridad, criminalidad, violencia e impunidad, y con ello recuperar para el ciudadano la libertad y la vida.

¿Y qué pasó en esos 100 días? Los titulares del Ejecutivo, Judicial y Legislativo nos podrán decir lo que quieran, misa si así lo desean, pero la terca realidad convertirá en verborrea, demagogia, alharaca sus respectivos discursos, sin contar con espectáculos de pena ajena —como el que prepara el presidente de la Corte, Guillermo Ortiz Mayagoitia— quien saldrá en defensa de la pulcra imagen de sus muchachos, luego de que el presidente Calderón sugirió que la Operación Limpieza también pase la escoba por el Poder Judicial.

Y en las próximas horas veremos a la República reunida en un nuevo acto de contrición, todos ellos compungidos, alcanzados por los efectos mediáticos de los nuevos reclamos, pero firmes, valientes, con los bríos recuperados para volver pronto al campo de batalla. El Congreso podrá sacar una reforma al vapor, la Corte defenderá a ultranza la limpieza en la práctica de la justicia, y el Ejecutivo nos hablará de cambio de rumbos, de nuevas estrategias, de relevos en el mando…

Pero todo eso se vendrá abajo cuando la terca realidad nos muestre que no han resuelto el caso Martí, que les valió el descontón del “si no pueden, renuncien”, tampoco el caso Vargas, que casi los derriba con el “no tiene madre”, como tampoco han resuelto decenas de casos de secuestro, asalto, robo, asesinatos… Y no hablamos de los periodistas, porque ese es un asunto que menos les importa.

Cuando los datos duros nos aplasten con cifras de que precisamente los más recientes 100 días —los primeros del pacto “anticrimen”— han sido los más violentos, de más ejecutados, secuestrados… y el trimestre en donde con mayor claridad se exhibe a los ojos de todos que la primera de las 32 entidades del país ya cayó en manos del crimen organizado y el narcotráfico. Nos referimos a Chihuahua, entidad que ya puede ser declarada independiente, y gobernada por el crimen organizado, que pronto acuñará su propia moneda, que ya impuso su ley, que recolecta impuestos para dar protección de sus propios criminales…

Ese 25 de agosto pasado dijimos aquí: “Ahora resulta que pedir cuentas a los servidores públicos, reclamar que cumplan, es una suerte de agravio social hacia esos siempre trabajadores, infalibles, incansables, acertados y geniales servidores públicos. Y eso que el llamado Pacto por la Seguridad no fue más que un insuficiente y poco eficaz llamado a misa. ¿Por qué un llamado a misa? Porque van los que quieren, se confiesan los que quieren, cumplen la penitencia los que quieren… y los que no quieren, no van, no se confiesan, ni cumplen la penitencia. Y claro, no pasa nada”.

En los 100 días, ¿cuántos jueces, fiscales, ministerios públicos, alcaldes, gobernadores, legisladores fueron investigados y, en su caso, sancionados? ¿Cuántas nuevas leyes aprobaron, cuántos nuevos penales se proyectaron, cuántas políticas de readaptación social se cambiaron… Sí, cacarean la Operación Limpieza. Pero no dicen que es sólo “la puntita” de un continente de corrupción, impunidad, ilegalidad y negligencia sobre la que se mueven prevención y persecución del delito.

Nadie parece dispuesto a ver que el problema no es de hombres, tampoco de voluntarismo, y menos de “fontanería”; el problema, según los especialistas, es de un edificio institucional construido no para los huéspedes que reclaman democracia, alternancia, pluralidad, ejercicio de libertades básicas… sino que el Estado mexicano, el presidencialismo, su sistema de partidos, de justicia… están en una casa construida para el autoritarismo, la antidemocracia, la simulación política y de justicia.

Y en ese edificio se mueve a sus anchas el poder fáctico del crimen organizado y el narcotráfico. El problema no está en echarlos del edificio, sino en construir uno nuevo, claro, en donde no haya lugar para ellos.

EN EL CAMINO

Los sabuesos que revisan el ejercicio presupuestal del moribundo 2008, encontraron una perla que, debe decirse, no es común. El Seguro Popular ejerció 100% de su presupuesto. En seguridad, muchos gobiernos no gastaron ni 10%.

Sociedad y delito

Carlos Marín
cmarin@milenio.com
El asalto a la razón
Milenio

Hace casi tres meses en San Lázaro, ante los diputados de la Comisión de Seguridad Pública, el secretario federal del ramo, Genaro García Luna, dijo lo que ningún político hasta la fecha se atreve a decir:

“Para que pueda haber una operación criminal de narcotráfico se requiere de una base social, y por eso la importancia de combatir la narcocultura…”

¿Base social?

La osadía de aromatizar el delito con una expresión que huele a pueblo hizo que el secretario sufriera una embestida semejante a la que padeció el director del Cisen, Guillermo Valdés, cuando expresó la obviedad de que las campañas políticas corren el riesgo de ser penetradas (financiadas) por el narcotráfico.

Hoy, el estudio del Gabinete Estratégico indica que más de 26 por ciento de 16 mil encuestados conoce a gente que comercia droga, y que más de 80 por ciento de los mismos lo sabe desde hace más de dos años…

Si se toma en cuenta la población del país, la base social es ¡de millones!

Se va el “porro” del PRD

Ubaldo Díaz
ubaldodiazmartin@hotmail .com
La Crónica de Hoy

El PRD robó un diputado a Convergencia, luego de que el legislador Alberto Esteva Salinas renunció a su curul para irse a trabajar con Marcelo, el lugar lo debería ocupar el suplente, sin embargo, éste ganó una diputación local y entonces como esa diputación era de fórmula, el PRD reclamó el lugar y en un debate entre diputados de los dos partidos, el PRD recibió el apoyo del PRI y el PAN, y así, el sol azteca se quedó con esa diputación, enojándose los de Convergencia y encabezados por Alejandro Chanona abandonaron la sesión. Con ello queda más claro el término de la alianza en el FAP.

Fernando Gómez Mont, regresó al recinto de San Lázaro, después de varios años en que no ponía un pie en la casa de los diputados y fue bien recibido por César Duarte, Emilio Gamboa, Héctor Larios y hasta por el perredista Javier González, por lo mismo, el secretario de Gobernación ofreció a los legisladores colaboración, seriedad, discreción y generosidad para enfrentar los retos que tiene el país. En el marco de una reunión con los integrantes de la Conferencia para los Trabajos Legislativos de la Cámara de Diputados, refrendó su disposición al diálogo y recordó su paso por el palacio legislativo cuando fue diputado federal. Durante el encuentro en San Lázaro, Gómez Mont agradeció la hospitalidad de los legisladores y dijo que es momento de reconocer deficiencias, pero también avances. Y al salir de San Lázaro, las bancadas aceptaron que el martes próximo se dictamine la miscelánea sobre justicia.

Emilio Gamboa Patrón, calificó como un acto de civilidad política, el encuentro que tuvieron la Mesa Directiva y los coordinadores parlamentarios con Fernando Gómez Mont, secretario de Gobernación, señalando que si bien el PRI es oposición, tiene con el gobierno un fin común: el compromiso con todo México.

El gobernador de Sinaloa, Jesús Aguilar Padilla, al reunirse con diputados del PRI en San Lázaro, que encabeza Emilio Gamboa, para agradecerles su apoyo en la aprobación del presupuesto para el año entrante, dijo que con ello el Poder Legislativo ya hizo su trabajo, y ahora confía en que el Poder Ejecutivo haga el suyo, con reglas de operación ágiles, claras, con sentido federalista, tomando en cuenta las regiones, municipios y estados, a efecto de que no se desvirtúe el espíritu que los legisladores tuvieron al aprobar el PEF, y no se quede en cuestiones burocráticas, con un sentido centralista que demore el ejercicio del gasto, para que ayude a reactivar el campo y la economía, y para que los recursos se apliquen a partir del primer semestre.

Fidel Herrera Beltrán nos asegura que ha reasignado recursos del Fondo de Seguridad para equipamiento y tecnología, por lo que utilizamos al cien por ciento los recursos del Foseg. El gobernador de Veracruz puntualizó que él si cumple con el Acuerdo de Seguridad, Legalidad y Justicia. Manifestó que este es un momento de la mayor importancia que reconoce el esfuerzo de los que se profesionalizan con entrega y especialización a su tarea, que reconoce también la urgencia que tiene el país de ir más allá de sólo registrar el cumplimiento de acuerdos firmados de una manera seria y responsable

En el grupo de los chuchos recibieron con beneplácito la renuncia de Gerardo Fernández Noroña a su militancia perredista, podrán descansar de sus actos de provocación, esa actitud irracional que asumía constantemente contra todo. Y nos dicen que seguramente se incorporará a Convergencia o al Partido del Trabajo en donde recogen todos los desechos. Fernández Noroña, quien renunció este mediodía a su militancia en el Partido de la Revolución Democrática, aseguró que piensa que el partido va a desaparecer ante la llegada de Jesús Ortega a la dirigencia nacional del sol azteca.

Leonardo Valdés Zurita dice que es innecesario lanzar un llamado a los partidos políticos para que apliquen practicas de austeridad en las precampañas que arrancarán el próximo 31 de enero. Y es que en entrevista, luego de inaugurar el seminario denominado “Partidos Políticos y Calidad de la Democracia”, indicó que con la nueva ley electoral los gastos de los partidos ya están acotados. Es de mencionar que los consejeros electorales aprobarán hoy en su sesión ordinaria los topes de gastos de precampañas de los partidos políticos. De acuerdo al proyecto, cada aspirante a diputado federal, no deberá rebasar el monto de 214 mil 628 pesos.

Historia contemporánea del escepticismo nacional

Francisco Martín Moreno
fmartinmoreno@yahoo.com
Excélsior

El escepticismo es una corriente filosófica basada en la duda y en la imposibilidad de alcanzar la verdad, ya que se parte de la ausencia de pasiones, de deseos y de emociones, entre las que se encuentra la apatía como elemento depredador para alcanzar el conocimiento. Los escépticos no creen en una verdad objetiva, para ellos todo es subjetivo. Al no creer en nada, no entran en conflictos con nadie y no se ven obligados a defender sus opiniones. Todo es falso, nada es verdadero.

No es mi objetivo estudiar las tesis de Pirrón, el creador del escepticismo ni de Sexto Empírico y sus teorías del “Nunca llegarás a conocer la verdad” ni las del “No digas Así es, sino Me parece que es…”, en todo caso, trataré de explicar las razones por las cuales, en el México contemporáneo, estamos sepultados en el escepticismo popular.

Nos mintieron y nos volvieron a mentir como si la nación estuviera integrada por menores de edad incapaces de administrar la verdad, de ahí que la ciudadanía desconfíe de la autoridad y de todo lo que representa. ¿Ejemplos? Ahí van algunos que superficialmente se refieren tan sólo a la última parte del siglo XX, sin tener que hurgar en otros capítulos mendaces de nuestra historia: ¿Por qué nos mintieron cuando se publicaron los datos relativos al saldo de muertos y desaparecidos durante la noche negra de Tlaltelolco en 1968? Hasta la fecha se ha negado la información. ¿Fueron 1,000, 3,000 o 5,000..? ¿Cuántos? El gobierno engañó, tal vez por alguna dosis de escasísima vergüenza, a la nación, de la misma manera en que lo hizo al “contar” el número de caídos durante el Jueves de Corpus. ¿Así se construye la confianza y el respeto a las instituciones? ¿Acaso la autoridad no está cosechando lo que sembró a lo largo del tiempo?

Más preguntas: ¿Cuántas fueron las víctimas reales en el terremoto del 85? ¿Por qué engañar? ¿Por qué faltar nuevamente a la verdad como cuando “se cayó el sistema” en la elección de Salinas? Por supuesto que Manuel Bartlett acuñó la frase del siglo, similar a la de Porfirio Díaz cuando sentenció que “México ya está listo para la democracia”, enunciado que procedió a traicionar sólo para que estallara la Revolución Mexicana. ¿Por qué sorprenderse entonces cuando subsistieron tantas dudas y se despertaron tantas suspicacias después de la elección de Calderón a pesar de que el tribunal declaró la legalidad? Resulta evidente que cuando la autoridad tiene que conducirse permanentemente dentro de un contexto de buena fe y procede, por el contrario, a alterar el recuento de los sufragios contenidos en las urnas federales, estatales y municipales, cometiendo los más aberrantes fraudes electorales durante el siglo XX, como fueron el caso de Díaz, de Obregón, de Calles, de Ortiz Rubio, de Andrew Almazán, de Henríquez Guzmán, entre otras elecciones de legisladores y presidentes municipales, el desconcierto, la frustración, la apatía y la indolencia irrumpen con la debida energía en el seno de la sociedad mexicana. ¿Quién va a creer en la autoridad?

¿Quién va a creer en el gobierno cuando los funcionarios cometen todo género de desfalcos y de peculados sin que escasamente hubieran sido sancionados? La mayoría de los políticos entendieron históricamente el tesoro público como botín para lucrar con él a título personal y ¿todavía piensan que ese el mejor ejemplo para hacerse de la confianza y el respeto del país? ¿No está justificado y mucho más que justificado el escepticismo nacional como cuando se descubren las identidades de cientos de periodistas asesinados anteriormente o cuando el ciudadano medio tiene contacto con las fuerzas policiacas que esquilman, secuestran, matan y se venden por un puñado o más de pesos o de dólares? ¿Una policía corrupta en estado avanzado de putrefacción es la mejor estrategia para rescatar a la sociedad del escepticismo en relación con el gobierno? ¿A quién le creen los mexicanos? ¿Al político, al cura, al maestro, al periodista que recibe embutes? ¿Confían en la policía o en quien sostiene que defenderá el peso como un perro?

¿En tan sólo 100 días la policía iba a ser purgada de maleantes y se iba a poder abatir la delincuencia cuando esta siniestra institución ha sido el brazo armado criminal de los presidentes mexicanos durante todo el siglo XX?

La confianza es el cemento indispensable con el que se construye una relación ya sea que se trate de un vínculo amoroso, comercial, mercantil, académico y político, entre otros tantos más. ¿Quién puede soportar la presencia de una pareja infiel, de un socio deshonesto, de una empresa que enajena productos perjudiciales para la salud, de un historiador mercenario o de un político que miente y engaña a aquellos que lo eligieron? La sociedad mexicana carece del principal elemento para construir un mejor país: la confianza en sus gobernantes, quienes han hecho su mejor esfuerzo por sepultar en el escepticismo a la nación…

fmartinmoreno@yahoo.com

La mayoría de los políticos entendieron históricamente el tesoro público como botín para lucrar con él a título personal y ¿todavía piensan que ese el mejor ejemplo para hacerse de la confianza y el respeto del país?

¿Cambios en México Unido…?

Katia D´Artigues
katia.katinka@gmail.com
Campos Elíseos
El Universal

Gran pérdida en el PRD

Sé que lo de hoy —los famosos 100 días— es sólo un primer corte, una primera evaluación. Pero aun así aventuro una pequeña conclusión preliminar basada en las declaraciones de dos de los más conspicuos protagonistas personales de este drama de la inseguridad: Alejandro Martí y, ahora, Nelson Vargas.

Va: ni pudieron ni renunciaron ni tienen madre.

Por no hacer caso a septiembre… De todos los funcionarios que volaban en el avión de Gobernación, sólo uno tenía su testamento. ¿Era Juan Camilo Mouriño? No. Sólo José Luis Santiago Vasconcelos.

Cifras de miedo. Las que dio ayer Felipe Calderón en sus respuestas enviadas al Senado (recuerde que le mandaron un cuestionario de 50 preguntas). Casi 50% de los cuerpos policiacos evaluados, a nivel nacional, resultó “no recomendable”.

No sólo hacia el gobierno hay indignación de cómo se ha manejado la lucha contra la inseguridad a raíz del acuerdo firmado hace 100 días.

Me cuentan que dentro de poco habrá un relevo en la presidencia de México Unido contra la Delincuencia (MUCD) por exactamente lo mismo.

A integrantes de la organización no les han gustado varias cosas de María Elena Morera: su posición demasiado “conciliadora” en medio de una guerra y que diga que es “optimista”; tampoco su protagonismo y que siempre hable en términos personales sobre lo que —a ella— le han prometido los funcionarios.

Y otra cosa que sí ha calado: la información documentada por Anabel Hernández en Reporte Índigo el pasado 5 de septiembre: su hijo, Juan Pablo Galindo Morera, trabaja en la coordinación de asesores del propio secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna.

Que no se puede estar con Dios y con el diablo, nos dicen.

Réquiem por un prócer. Desde aquí, mi más sentido pésame al PRD por la pérdida de uno de sus más visibles militantes.

Ayer, Gerardo Fernández Noroña dijo adiós a ese partido político. No está de acuerdo con que su presidente sea Jesús Ortega, y babai.

Es una tragedia. Es como quitarle al PRD su bilis… pero también su creatividad. Es como quitarle lo azteca al sol azteca. En resumen: una tragedia.

Confío en que él encuentre pronto salida a sus talentos. Sugiero que le den un programa de crítica política, algo como un espacio cómico-mágico-musical-político… Tendría gran éxito.

Toda esta semana, al navegar por la delegación Benito Juárez, me llamó la atención la muy cara y costosa publicidad de un sujeto —hasta entonces para mí desconocido— que se llama “Vinalay” que está mirando, superposado, al cielo. Sí, al cielo… Bajo él, una sola palabra: “Honestidad”.

¿Qué estará pensando este sujeto —que quiere ser jefe delegacional y aprovecha el momento de su esperadísimo “segundo informe”— para lanzar tal promoción?

a) Espera que caiga otro avión.

b) Está recibiendo línea directa de la Virgen que le habla.

c) Está en un casting para ser el próximo interprete de Clark Kent-Supermán.

d) Está gozando de la impunidad cuasidivina que le trae ser compañero en la UP de César Nava y hasta compartir un departamento con él en esos tiempos.

Que ahora sí se casan. Lo anunciaron en la revista ¡Hola! (a nivel nacional, aclaro). Marta Sahagún y Vicente Fox ya planean su enlace ante la Iglesia.

En nueve lindas páginas se documenta el amor que se tiene este par de tórtolos. Le pongo una cita:

—¿Qué sería de Vicente Fox sin ella (Marta)?

—La mitad, por aquello de la equidad de género… con una compañera como Marta puedes hacer el doble… es un espejo para mí, ¡rebotamos tan claro cuando nos vemos a la cara!

El vestido ya lo compraron en San Sebastián. Y que sólo esperan a que coincidan “las estrellas y los astros” para poner fecha.

Pregunta para encontrarle respuesta el fin de semana. ¿Quién fue el secretario de Estado que en plena crisis económica y por lo tanto laboral, en pleno estira y afloja del aumento al salario mínimo, fue a la boda de la hija del ex líder de la CROC —también asesora de este secretario—? ¿Cuál subsecretaria laboral, que también asistió, se formó para tratar de alcanzar el ramo de novia?

En medio de presentaciones y firmas de libros, de frustradas —ash— grabaciones de entrevistas, Quino, el creador de Mafalda (mi filósofa preferida), se dio tiempo ayer por la mañana para reunirse con… Carlos Slim, que está en todo.