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Itinerario Político
El Universal
Carlos Navarrete dialogará con Calderón
En Oaxaca, lista alianza de AMLO con AN

Y es que ahora resulta que Felipe Calderón ya no es “espurio” y que López Obrador ya no es “legítimo”. ¿Qué tal? Bueno, para entender el galimatías en el que se han metido tanto azules como amarillos, vale recordar otro clásico de la cultura popular. A Rubén Blades y su éxito “Pedro Navajas”. Se acuerdan del estribillo que se hizo famoso en todo el mundo. “¡la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida!”.
Viene a cuento el tema porque ayer lunes se confirmó que Carlos Navarrete fue electo presidente del Senado —lo que por cierto adelantamos aquí el 17 de agosto pasado—, con lo que el guanajuatense ya está en la historia política mexicana al ser el primer senador surgido de un partido de izquierda que llega a tal cargo.
De larga trayectoria en la izquierda mexicana, Navarrete se dedicó a la política desde sus mocedades estudiantiles, en el extinto PST —partido que junto con otros era motejado como paraestatal—, y que fue pilar del nacimiento del PRD y de la corriente de Los Chuchos. Guste o no a sus detractores, Navarrete es uno de los políticos mas serios, congruentes y de los pocos autocríticos de la izquierda amarilla.
Y como la vida da sorpresas, al hablar de su nueva responsabilidad legislativa, Carlos Navarrete dijo sin tapujos que reconoce a Felipe Calderón como presidente constitucional, que en tanto presidente del Senado acudirá a los actos protocolarios de rigor y que impulsará el diálogo entre la representación del pacto federal en el Congreso y el jefe del Ejecutivo. Es decir, que Felipe Calderón ya no es espurio.
Pero la actitud de Navarrete no es novedosa y tampoco única. Su activismo político fue determinante para que el 1 de diciembre de 2006 se abortara la intención delirante de no pocos fanáticos de AMLO que intentaron meter bombas molotov al recinto de San Lázaro, lo que de no haber sido por el hoy jefe del Senado, pudo terminar en una verdadera tragedia.
Más allá del discurso bélico que todos o casi todos los amarillos exhibieron en la plaza pública contra el gobierno de Calderón —luego de julio de 2006—, no pocos legisladores del PRD entendieron que no podían romper el diálogo con el gobierno, y por lo bajo mantuvieron un diálogo permanente y fluido. Uno de ellos fue Navarrete. Está claro que los fanáticos de AMLO dirán que Los Chuchos y otros brebajes son traidores “al movimiento” de AMLO.
Pero seguro cerrarán “el pico” cuando sepan que por iniciativa de AMLO, está lista una alianza entre PRD y PAN —junto con otras empresas familiares como PT y Convergencia—, para impulsar la candidatura de Gabino Cue como gobernador de Oaxaca. El objetivo es impedir que Ulises Ruiz imponga sucesor. ¿No que el PAN era el diablo y los panistas lo más cercano a Satán? ¿O acaso ya no es el partido que se robó la elección? ¿O será “Juanito” el nuevo espurio?
En Oaxaca, AMLO no ve incongruencia, tampoco deshonestidad. Lo único que le importa es ganar. ¿Para qué? Porque en Iztapalapa se le pude caer la fuente de recursos públicos para su “movimiento”. Quiere asegurar otro “cochinito”, a costa de lo que sea, incluso aliado con el PAN, por sobre principios y doctrina. Pero tampoco esa deshonestidad es nueva. Ya AMLO intentó lo mismo, cuando ordenó que el PRD se aliara a la panista yucateca Ana Rosa Payán. La alianza estaba pactada, pero se fue a la basura cuando aquí advertimos la incongruencia de AMLO de aliarse a la ultraderecha azul. Hoy pretende hacer lo mismo en Oaxaca.
AMLO ya no es el legítimo, porque sus otrora mecenas no sólo le han retirado el financiamiento, sino que denunciado que desde la 60 Legislatura se le financió con millones de pesos. En el Itinerario Político de ayer dimos el dato, y los fanáticos soltaron el insulto fácil.
Ayer mismo, la ex diputada Ruth Zavaleta confirmó que desde la bancada del PRD se aportaban recursos públicos al “gobierno legítimo” de AMLO, como lo denunciaron legisladores amarillos que calcularon la desviación de dinero en cien millones de pesos. Otros legisladores de la saliente 60 legislatura pidieron transparencia en lo relativo a ese dinero. ¿Y saben cuándo se transparentará el cochinito de AMLO en San Lázaro? Nunca, porque la honestidad valiente fue demagogia. Por lo pronto muchos de los perredistas ya no lo ven como el presidente “legítimo”.