enero 02, 2009

Medio siglo de infamia

Francisco Martín Moreno
fmartinmoreno@yahoo.com
Excélsior

Cincuenta años de balseros que prefieren ser devorados por los tiburones caribeños a subsistir en el paraíso castrista con el que se pretende engañar a la opinión pública internacional.

Desgraciadamente ya se cumplieron 50 años de infamia, medio siglo de autoritarismo, de represión, de crímenes cometidos en nombre de la libertad dentro de la fronteras marinas de la isla más grande de Las Antillas. Castro persiguió, asesinó, desapareció a opositores; mutiló, torturó, espió, fusiló después de juicios sumarísimos sin posibilidades de defensa a quien se negara a aceptar la adopción de una nueva dictadura, esta vez de izquierda, en la Cuba que algún día deberá ser libre. Aplastó furioso contra el piso, con su odiosa bota militar, la menor simiente democrática en Cuba y todavía intentó exportar el sistema represivo e intolerante a América y a África. Castro creó una policía secreta para purgar al sistema de “agentes nocivos que pensaran peligroso…” El tirano caribeño violó y desconoció cualquier principio en materia de derechos humanos, impartió “justicia” según sus estados de ánimo, ignoró la autonomía universitaria, asfixió la libertad de expresión en las cárceles clandestinas o extinguió la de cátedra en los paredones, canceló el derecho de imprenta, el de libre tránsito, el de empleo, el de asociación, así como sofocó y suprimió, con las armas o las sogas en las manos, las más elementales garantías individuales.

Cincuenta años sin legitimidad electoral, sin respetar la voluntad popular, sin progreso económico y social; medio siglo de manipulaciones, de farsa democrática, de mentiras con respecto a la realidad cubana escondida perversamente tras el discurso demagógico de una revolución que, como la mayoría, sirvió más para concentrar el poder o no sirvió para nada… Cincuenta años de balseros que prefieren ser devorados por los tiburones caribeños a subsistir en el paraíso castrista con el que se pretende engañar también a la opinión pública internacional; medio siglo de continuar siendo el país de un solo hombre, un primate disfrazado de militar que aparece en el estrado intentando representar una ópera bufa en pleno siglo XXI, cuando sólo produce lástima y pena por el cálido pueblo cubano. Fidel es el Poder Judicial. Fidel es el Poder Ejecutivo. Fidel es el Poder Legislativo. Fidel es la prensa “libre”. Fidel es la autonomía universitaria. Fidel es la policía secreta. Fidel son los soplones y las cárceles clandestinas y la persecución. Fidel es la única fuerza política. Fidel es la encarnación del embuste y del atraso.

“La Historia me absolverá”, sentenció Castro durante el juicio del Moncada… ¿Realmente lo absolverá después de haberse eternizado como un dictador sanguinario por más de medio siglo y de haber creado el mercado racionado (libreta de abastecimiento), una muestra inequívoca de las carencias alimenticias y nutricionales de Cuba, que a pesar de la revolución no ha podido satisfacer sus necesidades materiales ni las espirituales. ¿Cuántos cubanos isleños quisieran vivir como sus compatriotas exiliados en Miami? ¿Castro será absuelto por haber alterado recurrentemente los datos relativos a la creación bruta de capital, a las transferencias brutas externas, a la deuda externa y a los precios al consumidor? ¿Será absuelto por mentiroso y estafador? Creer en las estadísticas cubanas es tanto como aceptar la validez de su sistema electoral. ¿Castro conocerá el significado de la transparencia? Sólo los burócratas, analistas domésticos, “confían” en los indicadores macroeconómicos o en ciertos datos sociales como las tasas de desempleo, parecidas a las publicadas por el PRI en sus años de apogeo autoritario. Se ha desplomado 91% de la inversión extranjera, deprimido la producción de azúcar, de cemento, de acero, de textiles, de fertilizantes, de calzado, de jabón, de cítricos, de arroz (no se aportan datos actuales para su medición, se proyecta la tendencia), la de hojas de tabaco y ganadería, así como la pesca, además de ser insuficiente energéticamente al tener que importar Cuba petróleo de Venezuela, muy a pesar de las inversiones de compañías canadienses, brasileñas, indias y noruegas.

Para entender la supervivencia política de Castro es menester no olvidar los 38 mil millones de dólares proporcionados por la extinta URSS de 1961 a 1984, así como los cinco mil millones anuales de la misma “ayuda” hasta el escandaloso derrumbe de la Cortina de Hierro que exhibió al marxismo leninismo como la peor mentira del siglo XX.

Sólo los cubanos exiliados en Miami generan tres veces el producto interno de toda la isla. Castro pretende defenderse del fracaso de su política económica culpando de la debacle al “bloqueo” comercial impuesto por Estados Unidos, cuando en Europa, Asia y en la mayor parte de América se encuentran artículos cubanos. ¿El mundo entero es Estados Unidos? ¿De qué servirá al abatimiento de analfabetos en Cuba cuando existe una censura feroz como en los años de la Santa Inquisición católica? ¿Sabrá Fidel que si abre las puertas de la isla para que la abandone quien lo desee, Raúl, su hermano, podría ser el primero en pedir un buen lugar en cualquier balsa? ¿Qué festejará el tirano..?

fmartinmoreno@yahoo.com

El tirano violó y desconoció cualquier principio en materia de derechos humanos, suprimió, con las armas o las sogas en las manos, las más elementales garantías individuales.

Año del buey austero

Ana María Salazar
salazaropina@aol.com
Analista política
El Universal

Como en años anteriores, en este espacio nos abocamos a la tarea de “predecir” o anticipar eventos y tendencias que marcarán el año que inicia. Y generalmente recibo muchos e-mails de lectores de mis artículos de fin de año, quejándose de que soy demasiado pesimista y de que hay que ver con optimismo el nuevo año.

Pero a diferencia de años pasados, la mayoría de mis colegas analistas y comentaristas parecerían coincidir con lo que les he plasmado en este espacio desde hace varios meses: probablemente 2009 será uno de los años más difíciles que enfrentará México en mucho tiempo. Algunos hablan que desde la Revolución Mexicana.

Teniendo como entretelones que terminamos 2008 con más de 5 mil ejecuciones, decenas de decapitados y un récord número de secuestros, recordarán que les comenté que en 2009 tendremos la tormenta perfecta, en la que no sólo se conjuntan la crisis de seguridad y económica mundial, sino también las elecciones intermedias. A la luz de los resultados electorales, que se anticipa que serán catastróficos para el PAN en 2009, el “sexenio” de Calderón se convertirá en un “trienio” en el que ahora el Presidente y algunas partes del que será un PRI embravuconado gobernarán con tensiones en incremento debido a los diversos intereses políticos ante el 2012.

Asumiendo que mis escenarios pesimistas se traduzcan en realidades, entonces ¿cómo enfrentar 2009? Con austeridad. Mucha austeridad. Y siendo este el año del buey en el calendario chino, hay que enfrentarlo como un “buey austero”.

Según el calendario chino, en este año del buey debemos dejar de improvisar y tener planes sólidos para enfrentar los retos buscando los objetivos de manera organizada y esquemática. Pero en este país se recompensa la improvisación y se desdeña la cultura de la prevención (ver la “Fábula de la cigarra a la mexicana”, en www.anamariasalazar.com), por esto es difícil imaginarse un cambio gradual en México; tendrán que suceder eventos catastróficos para que la clase política y la misma sociedad se sacuda y entienda que una democracia no nace, se hace. Y se hace por todos…

Debido a la crisis financiera y de seguridad, y el sufrimiento que estos dos fenómenos traerán a tantas familias mexicanas, 2009 será un año en el que todos —repito: todos— debemos aspirar a ser austeros. Políticos, comentaristas, funcionarios públicos, y los ciudadanos en general debemos de promoverlo en todos los ámbitos de nuestra vida.

Cualquier demostración exagerada de riquezas y ostentación no sólo se verá de mal gusto, sino que será una forma certera de volverse la siguiente víctima de la delincuencia. No podemos obviar el hecho de que sí existe una correlación entre la crisis económica y la inseguridad. Para la clase política este concepto de austeridad también aplica. Derroches detestables en las campañas se castigarán en las urnas.

De hecho yo diría que cualquier demostración exagerada de derroche de dinero en este año de vacas flacas inmediatamente se cuestionará si proviene de fondos del crimen organizado o es una provocación para darle una cachetada al resto de la población.

Con esto les deseo a todos un buen año nuevo del buey austero.