El búho no ha muerto
Excélsior

Sostiene: “El hecho de que desaparezca Estados Unidos como tal, no es el mejor escenario para nosotros. Si bien Rusia se reposicionaría en el panorama mundial, debemos de aceptar que nuestra economía descansa fuertemente en el dólar y el intercambio de bienes con los norteamericanos”. “Su posible desmembramiento vendrá por la decadencia moral de su sociedad, la actual crisis financiera y la avasalladora inmigración que desenfoca los intereses comunes del pueblo americano”. “Para el año 2010 se partirá en seis pedazos. Alaska volverá a ser controlada por Rusia”. “California será un ente independiente que retendrá su bienestar para no compartirlo con estados más pobres o dilapidadores”. “Texas sucumbirá a la tremenda influencia de México y su idiosincrasia”. “La costa este-norte se ligará al bloque europeo”. “Los estados del norte centro querrán una alianza con Canadá” “Hawai buscaría una anexión con Japón o China”. Obviamente Panarin no tiene altas probabilidades de ser un nuevo Nostradamus, pero lo que sí es cierto es que estamos ante un reacomodo social global que llama a otros pueblos a buscar un lugar en el podio de ganadores y obviamente no faltarán los que aspiren al primer sitio del bienestar y desarrollo.
Tengo mis dudas si en este tramo de la historia se marcará el final de Estados Unidos como unidad hegemónica. Pienso que quien tiene y propone la tecnología de punta, el avance del conocimiento científico y la educación superior, es el que en “su época” conserva la punta… y todo esto lo mantiene Estados Unidos. Pero lo que si es verdad es que la decadencia de un imperio, va siempre ligada a los excesos de su sociedad. Y ahí sí, presenciamos las consecuencias del “epicurianismo norteamericano”. La riqueza llevada fuera de los límites marcados por la historia. Emmanuel Todd analista político francés pronosticó el final de la URSS en 1976. Nadie podría haber pensado entonces que Monsieur Todd tuviera la más mínima oportunidad de llegar siquiera cerca de su predicción. De hecho yo siempre pensé que moriría antes de ver el desvanecimiento de la hoz y el martillo. La caída del Muro de Berlín en el 89 marcó otro camino tal vez insospechado.
¿Estamos cerca de un desenlace como el que propone Igor Panarin? En caso de de que así fuera, no pasaremos exentos el estertor más violento de todos los tiempos. Estaríamos por experimentar el cambio más dramático de la forma de vivir del hombre moderno.
Como en toda teoría así de aventurada, aceptemos parcialidades… no todo el tramo de su hipótesis. Claro que vendrán metamorfosis. ¡Estamos en medio de ellas! Pienso que a Rusia le urge subirse al movimiento de un país de bríos renovados. Este tipo de brincos, sólo se pueden dar en base al militarismo. No dudo que a empujones quieran reeditar la guerra fría. Lo veremos. Putin… un guerrero irredento. Barack… un pacifista en apariencia. Vladimir empujará hasta el límite. ¿Hasta dónde aguantará Obama, sin ceder sus posturas antibélicas? Las hegemonías se sostienen con armas, no con flores. Veremos pronto a dos gigantes en este eterno juego de las vencidas. El hombre ha sido así… ¡y no tengo información que me haga augurar un cambio!
Todo mundo voltea a ver a China como la nueva posibilidad planetaria, sepultando a Rusia como si fuera un muerto. Yo todavía mantengo la duda de si Rusia ya se hizo a un lado en sus pretensiones de supremacía. Igor Panarin puede ser un falso profeta, pero representa el antiamericanismo de un pueblo que hasta hace poco, era el fiel de la balanza.