abril 15, 2009

Gana el PRI, ¿ a cambio de qué? El burgerconflicto

Katia D´Artigues
katia.katinka@gmail.com
Campos Elíseos
El Universal

Después de hacerla de emoción resultó que siempre sí: la refinería se va a Tula, Hidalgo. Ojo: un estado gobernado por el priísta Miguel Ángel Osorio Chong, en buenas relaciones con toda la élite de su partido... y hasta con Romero Deschamps.

Que no era una decisión política, sino técnica y financiera, sí… pero acabó siendo política o al menos salomónica.

Porque junto con Tula está la decisión de reestructurar Salamanca… que está en estado panista, Guanajuato.

Eso sí, sorpresa: Osorio Chong tiene 100 días para presentar todos los requerimientos necesarios para la construcción de la nueva refinería, entre ellos, los terrenos de 700 hectáreas que se necesitarán.

Si no es así, como en concurso de belleza, todo pasará a la segunda opción.

Enfurecido y bravo, igual que el gobernador de Tabasco, Andrés Granier, al saber que su estado no fue favorecido con la construcción de la refinería, ayer me habló un amigo comunicador fronterizo.

Su furia y bravía no tienen que ver con Pemex sino con el anuncio de la Texican Whooper que Burger King lanzó en España (detalle de la redacción: el programa me cambia el texican por toxican… por algo será).

Si no sabe a qué comercial me refiero, se lo describo rápidamente. Dos personajes presentan la hamburguesa (con salsa cajún, queso cheddar y taco de carne con frijoles): un alto y guapo vaquero en actitud cool junto a un chaparrísimo, gordo, malencarado y, si me apura, feo luchador con máscara, botas y un jorongo con la bandera mexicana… sí, con el escudo nacional completo.

El anuncio provocó que nuestro embajador en España, Jorge Zermeño, se quejara ante Burger King… y con justa razón, como el uso de la bandera nacional y el evidente estereotipo discriminador.

Pero además tengo quejas ante los publicistas.

Una, además de la esgrimida por el embajador: la falta de tacto. Este comercial no podría pasar ya no digan en México… en Texas. Los latinos somos ya la primera minoría. Lo digo porque ya hubo otro personaje (ése hasta más simpático) que anunciaba también comida chatarra. Se llamaba Frito Bandito, un mexicano de caricatura que robaba fritos. Lo sacaron del aire en ¡1971! Por considerarlo racista.

Otra es que de plano los publicistas adolecen de geografía gastronómica: ¡la salsa cajún es originaria de Nueva Orleáns y no de Texas!

La primera comida de Fernando Gómez Mont regresando de vacaciones fue con… Josefina Vázquez Mota. Comieron cordiales en The Palm. Seguramente ya tejiendo relaciones Gobernación-PAN-cámara. Coincidieron ahí con Emilio Gamboa y todos se saludaron. Vázquez Mota no pierde tiempo. Que también ya le habló a Beatriz Paredes.

Será el 28 de abril cuando la Comisión de Derecho Penal de la Barra Mexicana-Colegio de Abogados analice el delicado tema de qué podría pasar con Florence Cassez, mientras la comisión binacional deshoja la margarita. Tome aire para el nombre del debate-comida que organizaron: “El derecho penal mexicano ante el derecho internacional público en materia de traslado de reos condenados, atendiendo al caso Florence Cassez y sus implicaciones jurídicas y diplomáticas en la relación México-Francia”. La cita es a las 2:30 de la tarde, con su respectiva cuota, en el University Club.

Ni reintegro político pidió… Miguel Ángel Jiménez, director con licencia de la Lotería Nacional. Le hago un resumen ejecutivo del caso: el grupo Megamedia, editor de El Diario de Yucatán, denunció que el funcionario intentó venderles un paquetazo publicitario, a cambio de que apoyaran a los candidatos del PAN, principalmente al de gobernador… cercanísimo a la familia Mouriño. Mientras todo se investiga también renunció a sus derechos como abeja obrera del Panal, partido del que fue el primer presidente. Nada nuevo: su relación con Elba Esther Gordillo —quien manda en ese partido— está rota. Y otra señal: ¿a ella no le gustó eso de andar apoyando a ciertos candidatos azules?

Felicidades a Jacobo Zabludovsky. La Asamblea Legislativa del DF le entregará, en sesión solemne, la Medalla al Mérito Ciudadano. El reconocimiento se le hace al considerar que su labor periodística ha sido en beneficio de los capitalinos. Imposible no recordar sus crónicas durante los sismos de 1985.

'Unidos por el desatino' por Paco Calderón

Cae una joven de 20 años con ametralladora antiaérea

Daniel Blancas Madrigal
Nacional
La Crónica de Hoy

Foto: Nicolás Tavira

Elementos de la Policía Federal Preventiva decomisaron en Sonora un arsenal relacionado con el cártel de los Beltrán Leyva.

Entre las armas había una ametralladora Browning antiaérea calibre .50 con capacidad para realizar 800 disparos por minuto y penetrar cualquier grado de blindaje a una distancia de más de mil 500 metros, la cual estaba montada en un tubo metálico con aditamento protector empotrado sobre una camioneta. También se encontró un tripié especial.

El aseguramiento se dio en una casa de seguridad del municipio de Santa Ana, vigilada por una joven de 20 años de edad, Anahí Beltrán Cabrera, de quien se afirmó que no obstante su primer apellido carece de parentesco alguno con los Beltrán Leyva.

“La muchacha sólo cuidaba la casa, es gente que las organizaciones contratan para labores domésticas o para otra clase de servicios, los que se quedan cuidando el changarro”, describió el general Rodolfo Cruz López, coordinador de fuerzas federales de apoyo.

Pese a las características de la mujer y a su rol dentro del grupo, la corporación la presentó en su centro de mando de Iztapalapa, como ha ocurrido con otros supuestos grandes capos.

Con este decomiso, la PFP confirmó que los Beltrán Leyva operan en el estado de Sonora.

“Los datos que tenemos es que el armamento es de un arma de los Beltrán que controla este sector, que tiene su despliegue en la entidad... Está vinculada con lo ocurrido hace un par de años: el paso de una caravana de camionetas que de repente se diluyó y donde hubo un enfrentamiento muy severo con policías federales y estatales”, dijo Cruz.

Los Beltrán Leyva operan principalmente en las ciudades de Nogales, Santa Ana, Caborca y Puerto Peñasco.

Se aseguró, además, otra ametralladora Browning calibre .30, seis fusiles de asalto, un cañón, un lanzagranadas, una granada de mano, un rompeflamas de AK-47, 267 cargadores, nueve mil 629 cartuchos, uniformes policiacos, un paquete con 750 gramos de cocaína y tres camionetas con placas de Sonora.

Abuso de menores y de poder

Carlos Marín
cmarin@milenio.com
El asalto a la razón
Milenio

De no ser un delincuente confeso en la Presidencia de Paraguay, el del falsario ex obispo Fernando Lugo sería un caso más (en EU nada más 12 mil) de abuso sexual de menores cometido por ministros de la Iglesia Católica Apostólica Romana.

Los mayores escándalos corrieron a cargo del pederasta (y papá vergonzante) Marcial Maciel, fundador de la orden Legionarios de Cristo (1997 y 2009), y las denuncias en cascada que obligaron al Episcopado estadunidense (2001 y 2002) a indemnizar con dos mil millones de dólares a las víctimas de unos cinco mil curas.

Estupro se llama el crimen que cometió el cínico mandatario paraguayo: coito con persona mayor de 12 años y menor de 18, prevaliéndose de superioridad. Acceso carnal con persona mayor de 12 años y menor de 16, conseguido con engaño.

Su abusada cuenta que todo empezó “cuando le llevé las ropas de cama y, al preguntarle si necesitaba algo más, él me dijo que sí, que a mí…”.

En vez de cacarear que “ante mi pueblo asumo todas las responsabilidades…”, el poderoso violador debió entregarse a la policía.

El “no voto”: ¿esfuerzo inútil?

José A. Crespo
Horizonte político
Excélsior

En el número de abril de la revista Nexos se hace una reflexión plural sobre si conviene votar o no en las actuales circunstancias. Una de esas reflexiones la hace José Woldenberg (Gesto inútil), a quien mucho aprecio y respeto. En lo que hace a la discusión sobre las razones de votar o no votar en estas elecciones o, más aún, como él mismo lo pone, si tiene sentido abstenerse, mi postura es que, a partir del comportamiento de todos los partidos en los últimos años, se puede concluir que no hay diferencia sustancial entre ellos. Y que los ciudadanos que así lo sientan (no sabemos cuántos son) pueden expresar ese rechazo y ejercer una presión sobre los partidos anulando el voto (aunque muchos, al parecer, no quieren ni siquiera concurrir a la urna). La postura de Woldenberg es que esa estrategia no tiene mayor sentido. Recuerda el ex presidente del IFE que en los últimos años pasamos “de un partido hegemónico a otro pluripartidista“, y de una política “monocolor a otra donde el pluralismo se reproduce en las instituciones de Estado”. Es cierto, pero algunos pensamos que los partidos se repartieron el poder que antes detentaba el PRI, sin compartirlo a su vez con sus respectivos representados, para lo cual no se les ven muchas ganas (ahí está todavía esperando, por ejemplo, la reelección consecutiva de legisladores y munícipes, como mecanismo esencial de la democracia representativa).

Afirma también Woldenberg que “la abstención tiene sentido cuando alguna fuerza política fundamental en un país es excluida de la contienda”, lo cual quedó superado ya. Cierto, pero ahora la exclusión se hace con los presuntos representados de los partidos o al menos muchos así lo sentimos. Por lo cual, la pregunta sería si el “no voto” de esos ciudadanos que no nos sentimos debidamente representados ni partícipes de las decisiones (así sea indirectamente), más allá del voto, puede contribuir estratégicamente a superar en medida importante dicha marginación. Woldenberg recuerda que el voto nos llevó a un mayor pluralismo político. Cierto, pero, paradójicamente, en las actuales circunstancias, el voto podría fortalecer el arreglo partidocrático y oligárquico que muchos percibimos y del cual nos quejamos. En cambio, el “no voto”, si es suficientemente amplio, podría llamar la atención partidocrática para que se dé el siguiente paso a la apertura y la inclusión política, en este caso, no de la oposición, sino justamente de los ciudadanos.

Finalmente, Woldenberg advierte que un fuerte abstencionismo, más que ser un instrumento adecuado para avanzar en la democratización (en la relación entre partidos y ciudadanos), puede provocar un retroceso, echar abajo lo que hemos logrado en muchos años: “¿Queremos desfondar lo poco o mucho que hemos construido hasta ahora?”. Ante esa advertencia, que es perfectamente atendible, haría yo dos apuntes: a) Es cierto que un abstencionismo total, por definición, provocaría un colapso de la democracia en vigor. Simplemente no podría instalarse la Cámara baja y se crearía una crisis política y constitucional. No es eso lo que se busca (aunque no podría asegurar que algunos no pretendan eso). El cálculo es que hay un buen número de ciudadanos que sí tienen una preferencia partidista o están dispuestos todavía a votar por el “mal menor” (las encuestas calculan entre 30 y 40 %), por lo cual, aun con una elevada abstención, no habría colapso. b) Me parece menos riesgoso institucionalmente, en lugar de abstenerse, presentarse a la urna y anular el voto, con el fin de reproducir en lo posible lo que en muchas democracias se conoce como “voto en blanco”, para lo cual existe ahí un recuadro específico en la boleta. Se estaría emitiendo un “voto de castigo” a todos los partidos, sin rechazar de plano a todas las instituciones. Es cierto que, de alcanzar la anulación y la abstención juntas, igualmente ciento por ciento, la temida crisis ocurriría (como lo pinta José Saramago en su Ensayo sobre la lucidez). Pero el cálculo es, como se dijo, que muchos ciudadanos votarán por algún partido, para evitar así el colapso. Si la abstención, junto con el voto nulo, son excepcionales, pero no totales, no habrá colapso, mas los partidos recibirán el mensaje del amplio malestar (en el lenguaje que sólo parecen entender) y, quizá, actúen en consecuencia (haciendo reformas que permitan compartir en medida suficiente su poder con los ciudadanos, reduciendo también sus insultantes privilegios, llamando a cuentas a sus infractores, etcétera). No se trata tampoco de prescindir de los partidos (“que se vayan todos”), sino de mejorar la representación. En todo caso, la probabilidad de que eso ocurra es mayor con un amplio “no voto” que con una abundante votación, que no generaría en sí misma ningún incentivo para la corrección o la reforma. Probablemente al contrario, sería un elemento de inercia, al considerarse como apoyo y aval a su camino y comportamiento actuales. Infortunadamente, los cambios (al menos en México) suelen darse, no antes, sino en medio o después de una crisis (y a veces ni así), que en este caso sería una de representación política.

Muestrario. Una encuesta telefónica publicada la semana pasada por Reforma (4/IV/09), reporta que, a propósito de la campaña negativa del PAN contra el PRI, 29% le cree al primero y 40% al segundo. De lo cual podría inferirse que dicha campaña no afectaría al PRI, lo cual se podrá aclarar en futuras encuestas. El sondeo sugiere también que sólo 12% considera interesantes las campañas, 46% no les presta atención y 37% ya se está hartando de ellas. Igualmente, 62% percibe más ataques que propuestas en la publicidad política. Y 56% considera que el proceso no está siendo democrático, frente a 32% que sí lo ve como tal.

Algunos pensamos que los partidos se repartieron el poder que antes detentaba el PRI, sin compartirlo a su vez con sus respectivos representados.

Un ganador, nueve perdedores

Salvador García Soto
Serpientes y Escaleras
El Universal

Tras varias semanas de suspenso, el gobierno del presidente Felipe Calderón decidió instalar la nueva refinería en Tula, Hidalgo; fue la misma opción que ya había sido elegida por los técnicos de Pemex como la más viable desde el pasado mes de febrero, y a la que sólo se revistió de un halo de “transparencia” y “democracia”, mediante un proceso de consultas que no contuvo al final los apetitos y presiones políticas de los gobernadores que terminan —unos civilizadamente y otros enojados— con la etiqueta de “perdedores”.

La única estrellita de “ganador” disponible se la llevó el mandatario de Hidalgo, Miguel Osorio Chong, quien capoteó hábilmente los jaloneos políticos y evitó las estridencias y burdos cabildeos de otros gobernadores. Y el premio de consolación, ideado por las presiones políticas que se le desataron a Calderón en el PAN, donde querían que un estado gobernado por uno de los suyos se llevara la millonaria obra, fue para Guanajuato y su ultracatólico gobernador Juan Manuel Oliva, con la inversión anunciada para reconfigurar la refinería de Salamanca.

Desde el lunes a mediodía, Jesús Reyes Heroles comenzó a llamar a los gobernadores que participaron en la pasarela pública de presentación de propuestas, para informarles de la decisión final. Unos le respondieron tranquilos y aceptando la decisión; otros, como el tabasqueño Andrés Granier, advirtieron que su estado quería una “explicación detallada” de los criterios para decidir y hasta exigieron que se les diera otro “premio de consolación”.

A partir de esa llamada y durante toda la tarde del lunes se desataron fuertes presiones. Desde el PAN pedían al Presidente invertir el orden de la decisión: la nueva refinería para Guanajuato y la reconfiguración para Tula, algo que según los análisis técnicos y financieros era menos rentable. Los jaloneos fueron fuertes y los panistas cuestionaban la decisión de Reyes Heroles y sus técnicos.

Al final, la mejor opción fue la que habían detectado desde el año pasado, y el publicitado proceso de “consulta” sirvió para que el Presidente sorteara las fuertes presiones de su partido que pedía “empanizar” la refinería; para negociar algunos acuerdos con mandatarios priístas y, eso sí, para dejar al final a un gobernador con su estrellita de “ganador” y a otros nueve que vuelven a sus estados, en plena época de elecciones, con una espantosa “L” en la frente.