Luis SotoAgenda Confidencial
El FinancieroSe ha dicho mucho, tal vez demasiado, a favor y en contra del voto nulo, que se expresará masivamente en las urnas el próximo domingo 5 de julio, y que deberá ser contado y registrado, tanto en las actas de las casillas electorales como en las actas de los consejos distritales, en donde se realizará el último acto de revisión y cómputo final de los votos emitidos: los llamados efectivos, los nulos y las abstenciones.
La pertinencia o impertinencia de la anulación de boletas provocó un debate al que entró, como era de esperar, quien quiso hacerlo y utilizó para ello todos los medios a su alcance: diarios, revistas, radio, televisión, Internet, y los más eficaces: los comentarios persona a persona. No hay nada que agregar respecto de la utilidad o inutilidad de la decisión ciudadana de votar por nadie. Sólo aguardar a que las cifras electorales comprueben que el renglón de votos nulos superará todas las expectativas.
Con buenos, medianos y malos argumentos -y hasta sin ellos-, la polémica ha mostrado los mejores y los peores rostros de políticos, funcionarios, politólogos, analistas, comentaristas y toda clase de "expertos" a favor y en contra, que convirtieron el asunto en un fantasma que hará su aparición el 5 de julio. Todos expresaron su opinión de acuerdo con su ideología, militancia política, experiencia, convicción, reflexión personal y, naturalmente, de acuerdo con sus intereses y conveniencia. Todo se vale.
Llaman la atención los dos últimos argumentos sobre el "vota por nadie" externados ayer; uno del presidente Felipe Calderón y otro de los cupuleros. El primer mandatario pidió a los mexicanos una reflexión responsable y serena sobre México; "necesitamos una ciudadanía más participativa y política y políticos más cercanos a la ciudadanía", recordó. Lo que quiso decir es que no vayan a votar por nadie, apuntan los intérpretes.
Los dueños del billete, agrupados en el Consejo Coordinador Empresarial, mejor conocidos como los cupuleros, los mismos que patrocinaron guerra sucia en 2006 en contra de López Obrador, anunciaron el lanzamiento de una "intensa campaña de promoción del voto" por Internet, ya que el Cofipe no les permitió hacer sus "cochinadas" como hace tres años. ¡Nos aplicaron la ley mordaza! Se quejan. Su dirigente, Armando Paredes, presentó los lineamientos de la estrategia de comunicación, no sin antes pretender "asustar con el petate del muerto" a aquellos que están pensando en "votar por nadie". Dijo: "en otros países que promovieron en su momento el voto nulo o que simplemente han optado por el abstencionismo, la dirigencia empresarial del país recordó que los regímenes más autoritarios en el mundo se han hecho fuertes ante los ojos de una sociedad civil ausente". Sin embargo, prácticamente le dio la razón a los millones de ciudadanos y ciudadanas que están decepcionados, desencantados, frustrados y hasta la m... de los políticos que prometen, prometen y nunca cumplen, al señalar: "Entendemos y compartimos el reclamo de una sociedad harta del vacío de resultados, de compromisos y de propuestas de la clase política. Somos muchos los que nos sentimos ajenos a quienes deberían ser nuestros representantes, pero que cumplen agendas personales y partidistas", dijo el dirigente de los cupuleros. Contradictoriamente, después apuntó que "dejar de votar o votar en blanco equivale a que otros decidan por ti, es decir, es renunciar a tu derecho de elegir, dado que el futuro de México lo van a decidir aquellos que voten por un candidato y un partido". ¡Eso es una vil mentira! Exclaman quienes piensan "votar por nadie".
El lema de la campaña de los cupuleros es: "No le demos la espalda a la democracia; Infórmate, piensa y vota. Tu opinión sí cuenta. Vota este 5 de julio". Según Paredes, "El voto efectivo otorga al ciudadano el poder de castigar a quienes no están verdaderamente comprometidos con nuestro país. Ya sean gobiernos, legisladores o partidos...". ¡Pamplinas, Armando, pamplinas! Dime cuántos legisladores, gobernadores, alcaldes, presidentes, han sido castigados por los electores que votaron por ellos, por no cumplir lo que prometieron. Ninguno, ¿verdad? Basta con que pidan perdón y lloren porque "le fallaron a México y a los jodidos".
El primer episodio de "vota por nadie" concluirá este domingo con un éxito rotundo. Sin embargo, nada se ha dicho sobre la segunda etapa: la que protagonizarán a partir del lunes 6 de julio los pescadores a río revuelto; los usufructuarios de las acciones de la sociedad civil; los que esperan agazapados el resultado de las votaciones para saltar impulsados por el resorte de la ambición; los que tratarán de encabezar lo que comienzan a llamar "el movimiento"; los "líderes" que intentarán decomisar la voluntad de millones de mexicanos y convertirla en moneda de cambio, para colocarse como integrantes de un nuevo sector libre de los vicios de los políticos vigentes, una corriente a salvo de las malas costumbres de los partidos tradicionales, una emergente clase política pura y virginal.
Esos nuevos salvadores de la patria tienen listo su discurso. Dirán en todos los tonos a quien quiera escucharlos: "El voto nulo ya se expresó, ahora es tiempo de darle objetivos concretos. Los ciudadanos que anulamos el voto necesitamos organizarnos en un gran movimiento para hacer sentir nuestra presencia y nuestra fuerza. Sólo así nos harán caso."
"¡Aguas!", alertan los observadores imparciales y objetivos. "Eso ya no se vale. El voto nulo surgió de la decisión personal, individual, libre, no organizada y no patrocinada por nadie. Así deberá seguir. El mensaje del voto nulo llegará a la clase política, a quien va dirigido, y los integrantes de esa casta divina tendrán que escucharlo y actuar en consecuencia, quieran o no. Lo contrario, la organización de un movimiento del voto nulo, sería entregar a los vivales de siempre, a los gandallas de la política nacional, una formidable arma política que utilizarán de la única manera que saben hacerlo: con los métodos de la corrupción.