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Códice
La Crónica de Hoy

La crisis internacional afecta a todos los países, pero con México se ensaña, nos tiene en shock. El riesgo de acciones disolventes se incrementa. No hay dinero. Para 2010 habrá muy poco qué repartir. Los legisladores que comenzarán a trabajar el primero de septiembre llegarán a San Lázaro armados con filosas tijeras para recortar por aquí y por allá, hasta que las cuentas cuadren, con el objetivo de no castigar demasiado los programas sociales y proteger aquellas actividades que generan empleos, como el turismo y la construcción, que en estos momentos resultan vitales. Mandar a la gente a las calles a buscar un trabajo que no encontrará, o ponerla a competir por un empleo en la informalidad, deteriora el tejido social y pavimenta el camino para aventureros de la política. Los focos amarillos tintinean. Nadie puede desatenderlos, mucho menos los políticos.
Realeza burocrática
Se impone, por principio de cuentas, un severo programa de austeridad en el gobierno. Los poderes de la Unión, comenzando por el Ejecutivo, deben poner el ejemplo. La idea es achicar el gasto corriente cancelando de inmediato gastos no necesarios o superfluos. Cabe incluso un ajuste a la baja de los ingresos de la burocracia, de mandos medios para arriba. En las actuales circunstancias resulta ofensivo y peligroso el sueldo y las prestaciones de que gozan los magistrados de la SCJN y del TEPJF, que conforman una verdadera realeza del servicio público. Y qué decir del patrocinio público a los partidos políticos, organismos que actúan como se estuviéramos en Jauja, cuando en realidad la mitad de la población del país se debate en la pobreza y en ciertas dependencias públicas se obliga a la gente a renunciar para recontratarla pero con menos sueldo.
El riesgo de la inestabilidad social, de ingobernabilidad en áreas rurales por problemas de sustento vital, y en las urbanas por el colapso de los servicios públicos, aumenta por el hecho de que la crisis económica se agudizó en un entorno de violencia, lo que dificulta su manejo. Desde el inicio del sexenio miles de soldados dejaron los cuarteles y se encuentran en las calles, en la primera línea de combate contra las bandas del crimen organizado e incluso haciendo, con resultados disparejos, labores policiacas que no les competen. A pesar de esto la sensación de inseguridad, en lugar de atenuarse, se acentúa y la cifra de bajas mortales se incrementa sin cesar. Violencia y pobreza conforman un coctel letal.
¿Que sucederá si un grupo de narcos lee correctamente la situación y resuelve presentarse como benefactor en comunidades donde impera el desempleo? ¿Si un municipio se declara en quiebra recurrirá al financiamiento de los narcos? ¿Es verdad, por citar un ejemplo, que Cananea y localidades sonorenses aledañas se convirtieron en semillero del crimen organizado como consecuencia de la inactividad económica por la prolongada huelga en la mina de cobre?
Queda planteado el desafío. La cancelación de las expectativas como consecuencia de la crisis económica abre las puertas de la ingobernabilidad, en particular en una nación donde los tiroteos son cotidianos y las muertes violentas se cuentan por miles. La nueva legislatura tiene sobre sus hombros una responsabilidad monumental. De las decisiones que tomen los partidos políticos ahí representados dependerá en buena medida que salgamos de la barranca y retomemos el camino, o que nos precipitemos hasta el fondo. Cuidado.
Casitas
Si se hubiera tomado la molestia de leer con atención las notas que publicó La Crónica de Hoy sobre Casitas del Sur, como parte de una red internacional de tráfico de menores, el procurador capitalino, Miguel Mancera, se hubiera ahorrado muchos problemas. Ni cómo ayudarlo.