La Crónica de Hoy

El asunto fue complicado, lo recuerdo porque me tocó participar como activista de tal suceso memorable. ¿Quiénes estaban en el poder? Si usted me responde que Manuel Camacho y su escudero Marcelo Ebrard, ha atinado. La pataleta de ambos personajes fue memorable. El exitoso acto para lograr independizar al DF se hacía contra la voluntad del regente capitalino Manuel Camacho, quien llegó a ese alto cargo merced a la designación de Carlos Salinas. Es obvio que aparecieron los actos de corrupción y autoritarismo del equipo que gobernaba el DF. No imaginé que, luego de tanto tiempo, el odio de Ebrard permaneciera vigente. Pareciera que Camacho y su leal escudero Marcelo hubiesen perdido la Presidencia de México a causa de aquella acción ciudadana que encabezó Demetrio y que fue apoyada por miles y miles de capitalinos. A ese grupo se le escapó la candidatura presidencial por su voracidad desmedida: Camacho jugaba en todos los frentes, era excesivamente visible en sus intenciones políticas, en todo estaba presente y nada le salía bien. Eran mayores sus ambiciones que su talento político. En tanto, Colosio trabajaba con discreción, como eran las reglas de aquellos tiempos. El resto es una trágica historia. Nadie debería dejar de lado la reacción brutal de este grupo que ahora presume su pluralidad, sus posturas “izquierdistas” y su amor por la democracia. No sugiero que haya asesinado a Luis Donaldo, pero la brutal rabieta de Camacho y su equipo contribuyó a enrarecer el ambiente político al grado de empujar a un demente a disparar contra el candidato presidencial del PRI.
Mucho después, vino la salida de Sodi de un partido que heredaba los peores vicios del PRI, ninguna de sus virtudes, que se corrompía ante los ojos de la ciudadanía y su paso a la candidatura ciudadana contra el invencible PRD capitalino que ganó Marcelo Ebrard. En estos tres años han sucedido muchas cosas. El jefe de gobierno necesita urgentemente mostrarle a López Obrador, a Juanito y a muchos más que él es el mejor aspirante presidencial del PRD y anexas. Por lo tanto, requiere un control absoluto de la capital, su principal y casi única fuerza real. Por ello la desesperación por quitarle al PAN Cuajimalpa y Miguel Hidalgo. De lograrlo, con un dócil IEDF, en verdad lacayuno, Marcelo tendría posibilidades de liderar al menos a una buena porción de lo que resta del PRD.
Del lado del PAN, imagino su preocupación, aunque Demetrio Sodi no sea panista, Los Pinos, la casa donde habita Felipe Calderón, quedará como una isla en medio de amarillos. Miguel Hidalgo es la joya de la corona. De hecho, Fox y especialmente Calderón han estado “presos” en un islote que los perredistas consideran como de su propiedad: la capital. En realidad, la lucha comenzó contra Gabriela Cuevas y continuó ferozmente contra Sodi. Pensaron que Ana Gabriela Guevara y su equipo de “expertos” sería útil para ganar la delegación, pero se equivocaron. Ahora los perredistas al servicio no de la militancia sino de los intereses personales de Marcelo, van con todo su poder contra Carlos Orvañanos y principalmente contra Demetrio Sodi. Sin escrúpulos mienten, utilizan al lamentable y patético IEDF como punta de lanza. Si el PAN fuera más aguerrido, tendría que hacer lo mismo en Coyoacán, donde los perredistas no sólo rebasaron los gastos de campaña, sino que a duras penas lograron retener la delegación y por muy modesto margen. Por muchos más votos ganó Sodi en Miguel Hidalgo.
Pero, pregunto, ¿y todos los votos que obtuvo Demetrio Sodi? ¿No serán considerados?, ¿nada valen?, ¿son ciudadanos que no merecen respeto? ¿En verdad el PRD está seguro de que sus gastos en esa zona no rebasaron los topes de campaña al invertir en programas televisivos donde mostraban a la corredora ahora como política? No cabe duda que Sodi es víctima de una guerra sucia por una sola razón, no tanto por el odio que le despierte a Ebrard y a Manuel Camacho, sino porque necesitan un control férreo de la capital. De lo contrario, ya podrían despedirse de las ambiciones presidenciales. O, en todo caso, dejárselas al célebre Juanito, quien ahora merced a los medios de comunicación ya es una figura de primer nivel, superior al Peje, inventor del monstruo.