acamin@milenio.com
Día con día
Milenio

Enumero sus componentes en el orden de importancia que tienen según yo:
1. Segunda vuelta en la elección presidencial con elecciones concurrentes del Congreso. 2. Elección consecutiva en el Congreso. 3. Leyes de obligatoria resolución por el Congreso. 4. Facultades de veto parcial a la Presidencia. 5. Candidaturas independientes. 6. Aumento a 4 por ciento de los votos requeridos para obtener un registro de partido político. 7. Posibilitar la elección consecutiva de alcaldes y legisladores locales si así lo deciden los gobiernos estatales. 8. Facultades a la Suprema Corte para formular iniciativas de leyes respecto del Poder Judicial. 9. Facultar a los ciudadanos para que puedan presentar iniciativas de ley. 10. Reducción del número de miembros en el Congreso y fin a los senadores plurinominales.
Mucho tendrán que mejorar sus respuestas a esta iniciativa los partidos y dirigentes políticos. Se trata de una propuesta seria y no puede contestarse con descalificaciones improvisadas sobre la importancia o la oportunidad de la reforma.
La iniciativa de Calderón sólo puede responderse seriamente con otras propuestas de reforma: las propuestas alternativas que están en la cabeza, si están, de las demás fuerzas políticas.
Pocas cosas pueden enriquecer tanto el debate y levantar más el nivel de la conversación pública que tener sobre la mesa, en blanco y negro, lo que piensan los partidos y sus líderes sobre lo que no funciona de la máquina política de México, lo que hay que cambiar y cómo.
Si eso sólo lograra la iniciativa de Calderón ya sería una gran ganancia: un primer trazo del campo de definiciones y futuros deseables en que debería convertirse la sucesión presidencial de 2012.
Es posible que la ambición de la propuesta de Calderón nazca de la certidumbre de que no será aprobada por el resto de los partidos.
El Presidente ha ganado sin embargo la iniciativa marcando el rumbo ante el cual han de definirse la clase política y la opinión pública.
Mi impresión es que la iniciativa tomó por sorpresa a la clase política y tuvo una recepción favorable en la opinión pública.
Lo primero porque no habían hecho la tarea y no tuvieron tiempo de pensar. Lo segundo porque es una iniciativa de verdad.