julio 21, 2010

El nuevo mensaje presidencial

Yuriria Sierra
Nudo Gordiano
Excélsior

Alejandra Sota, actual coordinadora de Comunicación Social de Presidencia, tuvo ayer una oportunidad para empezar a reorientar el tono de la figura del mandatario.

Con los recientes cambios en Presidencia, vemos las primeras señales de un cambio en el discurso de Felipe Calderón. Si algo se había observado en estos casi cuatro años de gobierno había sido la falta de sensibilidad de parte del gobierno federal para los temas cuyo punto de acuerdo es la población civil como blanco y víctima.

En lo que va del sexenio, acontecimientos como las muertes de los jóvenes en Ciudad Juárez y que de inmediato fueron categorizados por Calderón como un "ajuste entre pandillas", la muerte de los hermanitos Martín y Bryan, lo acontecido el pasado fin de semana en Torreón, el fallecimiento de los estudiantes del Tecnológico de Monterrey y otros casos más de violencia ejercida sobre civiles atrapados en un ambiente de pánico, se convirtieron en símbolo de un Estado insensible. Hubo llanto, reclamos, súplicas, para un gobierno evasor y que sólo se atrevió a un encuentro que rayaba en la crónica negra de la tragedia nacional. aquel con los representantes de lo que es la peor tragedia de los últimos años en nuestro país, al menos, una cuya responsabilidad cae directamente sobre los hombres en el poder, aquel encuentro con los padres de los niños que murieron en la guardería ABC, en Hermosillo, Sonora.

Y justo sobre este tema, Alejandra Sota, nueva coordinadora de Comunicación Social de Presidencia, tuvo ayer una oportunidad para empezar a reorientar el tono de la figura del mandatario ante los temas que más requieren la sensibilidad, y no sólo demandan la estrategia. La visita de Calderón a la capital de aquel estado y su nuevo encuentro con los padres de los 49 pequeños fallecidos, muestran ya a un Presidente que, aunque en este caso particular muy a destiempo, es capaz de hacer lo propio. Y que aunque la esperada "justicia" no se otorga tan sólo con la compensación que otorga pensión y cuidados médicos vitalicios a los pequeños que sobrevivieron o a los deudos de los que murieron, es ya un primer paso importante para que, con el acercamiento del Ejecutivo a los temas y causas de la sociedad, sean éstos atendidos y cobren la importancia que merecen.

La inmediata reacción del gobierno ante el multihomicidio en la fiesta del Italia Inn también es una muestra del deseable cambio de perspectiva con el que parece empezar el nuevo mensaje presidencial.

Con la llegada de Alejandra Sota como la nueva voz de la Presidencia, otrora labor de Max Cortázar, que es ya la coordinadora de Comunicación Social, vemos señales prematuras de un cambio en el discurso de Felipe Calderón. Sota tiene hoy en sus manos la oportunidad de ejecutar ese giro necesario, urgente, para que el sexenio no se quede en una sonrisa fingida y logre comunicarse con una población que le ha visto al Presidente un temple que, más que firme, se ha mostrado parco y poco cercano a los hechos y a la gente, poco sensible ante el dolor de las tragedias provocadas por el crimen y con civiles como víctimas.


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