El búho no ha muerto
Excélsior
Cuando les narro el acontecer cotidiano de México, reflexiono que todo lo que pasa viene de la consecuencia de hacer mal las cosas.

Aunque no debemos ignorar que también se ponen de frente las posibles salidas. Puertas abatibles al deseo de los que se pueden permitir el sueño de desear un mejor mundo... Y más que eso, un futuro. Porque, ¿saben?, lo que nos estamos jugando es el futuro. Debemos hacer conciencia que el presente que nos agobia e incluso enoja, es la luz ámbar que nos debiera marcar la emergencia sobre un tiempo desconocido. Aloja al mañana. Cuando les narro el acontecer cotidiano de México, reflexiono que todo lo que pasa, viene de la consecuencia de hacer mal las cosas.
Hacemos todo de manera improvisada, corta, miope, negligente y corrupta. ¿Por qué se rompen nuestras carreteras? Porque están MAL hechas. ¿Por qué resulta insuficiente e ineficiente nuestra infraestructura? Porque no se planea. Se ejecuta en un marco de corrupción. ¿Por qué se ha envilecido nuestra sociedad? Porque no hubo esmero al educarla. Pero tampoco rigidez en la aplicación de principios. ¿De qué entonces nos quejamos? De lo que afanosamente cosechamos por dos siglos... Para no irnos más allá en el tiempo.
Ya entendí y quiero darle un sentido a las Fiestas del Bicentenario. No llegaron para festejar lo que tenemos. Sino para marcar deseos por lo que queremos. Así y sólo así cobrarán un sentido. Personalmente me aterra que llegue el 15 de Septiembre y nos sorprenda con las manos vacías. Ni los festejos hemos sabido organizar. 2010 me deja el sentimiento de que ni nuestro calendario cívico sabemos resaltar.
No importa lo que me digan debe representar para mí esta fecha. Sé a lo que nos aproximamos. Debemos ver a la inminente Noche del Grito, como la velada de un aullido de dolor. Un Presidente consciente, debería evidenciar nuestras carencias. La sociedad necesita una reprimenda, para hacer acopio de fortaleza. Estamos atónitos. No entendemos tanta mala noticia. No capta que la maldad no nos rodea. Nos permeó. Y ahí está la diferencia. Si pudiéramos seguir viviendo en la práctica de nuestras pequeñas ilegalidades, lo seguiríamos haciendo. Pero el tiempo ha llegado para marcar el cambio. No es un mero maquillaje el necesario. Es cirugía mayor. México acaba de ingresar a Terapia Intensiva. El mal es: Disfunción Orgánica Generalizada. Vale la pena saberlo... El daño está detectado. Falta la medicina.
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