julio 29, 2010

La hora de la hora

Germán Dehesa
dehesagerman@gmail.com
Gaceta del Ángel
Reforma

He estudiado minuciosamente el rostro, las facciones, la silueta y el cuerpo de la señora Jan Brewer, gobernadora del Estado de Arizona. Tras estos abundantes y muy detallados estudios, el comité que yo presido, llega a la conclusión de que la señora Brewer está fea como mordida de burro, como si la hubieran manufacturado en alguna de estas fábricas aztecas donde hacen Judas, piñatas de presidentes y otros horrores. Pobrecita, pero Doña Jan no tiene salvación por más que uno quisiera mirarla con buenos ojos. Ahora bien, tampoco es cosa de cebarse con el esperpento caído; ninguna intención tengo yo de andar subrayando la desarmonía y la condición gallinácea de la señora. Yo a lo que voy es a esto: esa mujer y no AMLO es un verdadero peligro para México. Me cuentan que hace algunos años quién sabe qué le hicieron o le dejaron de hacer en su visita a la playa de Caleta; pero desde entonces nos trae en jabón y literalmente no nos puede ver. Éste no es el meollo del problema; el asunto se pone peludo cuando, en estos momentos tan delicados de la relación migratoria México-Estados Unidos, descubrimos que Doña Jan tiene múltiples poderes e influencias que se especializan en la espinosa cuestión de los migrantes. De todo esto se extrae una conclusión muy simple: hay que neutralizar a Doña Jan a como dé lugar y si esto implica el dolor y la sangre de algún mexicano, pues dibodo badito; siempre llega ese momento en el que la Patria nos pide un sacrificio y una pena. Así están las cosas. Lo diré de modo lo más inteligible que pueda: se necesita urgentemente a un mexicano de no malos bigotes y en edad de merecer para que haga por la Patria un sacrificio mayúsculo: para que se aviente a la cazuela con Doña Jan Brewer.

La comunidad nacional entiende que no será una noche fácil; que el afortunado mexicano que nos represente tiene ante sí una tarea hercúlea y que, una vez lanzado al estanque de los patos, no hay vuelta atrás, ni solicitudes de auxilio y/o de tiempo fuera. Será cosa de ver a Doña Jan y ¡papas!... todos esperaremos un feliz y benéfico amanecer; Doña Jan será colocada en su "limo" y enviada C. o D. a Arizona. "Nuestro muchacho" será convertido en diputado suplente y en retadora del Presidente. En la Avenida Altavista del sur de la Capital, todas las porquerías que ahí ha reunido José Luis Cuevas serán enviadas como regalo a Don Hugo Chávez por su notoria simpatía y don de gentes. Ya con Altavista escombrada podremos poner dos que tres imágenes de nuestro muchacho y santo remedio. Fin de la historia.

Ahí dejo las cosas. Les dará su coraje pero estoy invitado a comer con Gaby Vargas y tengo que atravesar media ciudad para presentarle mis respetos, saborear su exquisita cocina y mirarla hasta que mis ojos se conviertan en peces de la belleza.

Vengan, amigas y amigos, vamos al mundo exterior. ¿Se han dado cuenta de que el narco y la estupidez de nuestros políticos nos están aislando y arrinconando cada vez más hasta que toda la gente de bien languidezca. Opongámonos.

¿QUÉ TAL DURMIÓ? MDCCCLIX (1859)

MONTIEL.

Cualquier correspondencia con esta columna que necesita aventarse, favor de dirigirla a dehesagerman@gmail.com (D.R.)

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