Atando Cabos
El Universal

El PRI anunciaba que 2010 iba a ser el preludio de su triunfal regreso a Los Pinos en 2012, confiados aseguraban apenas hace unas semanas que iban por el carro completo, es decir, por las 12 gubernaturas, no fue así.
Las derrotas del PRI en Puebla y Oaxaca lo convierten en el gran perdedor de esta contienda. Puebla tiene el cuarto mayor electorado del país y Oaxaca ha sido históricamente una fuente inagotable de votos dudosos para ese partido. Pierden además, y quién lo puede lamentar, Ulises Ruiz y Mario Marín, políticos de nefasta reputación y que el PRI sostuvo contra toda lógica democrática.
Les salió bien pero no deja de ser una estrategia de última hora y la única salida que les quedó por lo poco competitivos que eran cada uno por su lado. Este respiro que logran el PAN y el PRD no resuelve la precaria situación en la que está la izquierda desde el histórico resultado de Andrés Manuel López Obrador en el 2006 y el notorio desgaste del después de 10 años en el poder. Oaxaca y Puebla tampoco pueden ocultar las derrotas del PRD en Zacatecas y del PAN en Aguascalientes y Tlaxcala. Los partidos que fueron durante años la oposición al PRI no logran gobernar de forma distinta y convincente para que los votantes los ratificaran.
César Nava interpreta erróneamente los resultados como la prueba de que el PAN está de regreso, ¿en dónde? ¿Con Cué en Oaxaca? ¿Con Moreno Valle en Puebla? Si Jesús Ortega y Nava malinterpretan los resultados de anoche nada bueno les espera en las próximas elecciones. Les salió bien, pero nada más.
APUNTES:
Lo bueno: el crimen organizado no fue noticia el día de ayer. Aunque falta por conocer los datos finales de participación, lo que sabemos es que no hubo un abstencionismo excepcional que pudiera ser atribuido al miedo. Esa es una victoria de todos.
Lo malo: los candidatos y los partidos siguen con la práctica del madruguete. Tanto los dirigentes de la alianza del PAN y del PRD como Beatriz Paredes salieron antes de tiempo y sin datos contundentes para declarase ganadores. Seguimos sin una democracia en donde se reconozcan derrotas y se felicite a los adversarios. Qué pena.
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