julio 07, 2010

Nada escrito para 2012

Jorge Fernández Menéndez
Razones
Excélsior

El PAN y el PRD ya trabajan en encontrar un candidato común con miras al año próximo en el Estado de México.

Los resultados del domingo confirmaron algo que se dice mucho y se asume poco: que falta demasiado tiempo para las elecciones de 2012. En 98 no había, a estas alturas del sexenio, ni siquiera claridad de quién sería el candidato del PRI, y Cuauhtémoc Cárdenas, que acababa de ganar el Distrito Federal, parecía tener muchas más posibilidades desde la oposición que Vicente Fox, quien ni siquiera tenía garantizada su candidatura en el PAN. Seis años después, para estas fechas, Felipe Calderón tenía unos bajísimos índices de conocimiento en la ciudadanía y pocos eran los que dudaban que la candidatura panista, si no era para Marta Sahagún, que aún estaba en la pelea, sería para Santiago Creel. Pero todo el mundo estaba atento a los videoescándalos y al desafuero de López Obrador que parecía como una fuerza política imparable. En el PRI, aún estaban juntos Roberto Madrazo y Elba Esther Gordillo. Todos sabemos cuál fue el desenlace de ambas elecciones.

Hoy el escenario sigue estando igual de incierto. Es verdad que lo ocurrido el domingo rompe dos principios que muchos creían inamovibles. Primero, que el PRI era ya imposible de detener (¿como López Obrador hace seis años?) y, segundo, que Enrique Peña Nieto ya tenía asegurada la candidatura priista para esa elección federal. Los dos principios terminan por ser relativos. El PRI sigue siendo la principal fuerza política del país, gobierna a la mitad de los mexicanos y a dos terceras partes de las entidades federativas, y tiene mayoría en la Cámara de Diputados. Pero no tiene asegurada ninguna elección ni ahora ni en 2012. El PAN y el PRD ya están trabajando para encontrar un candidato común con miras al año próximo en el Estado de México. Saben que allí se jugarán, en buena medida, los comicios presidenciales.

No será tan fácil encontrar un candidato o candidata tipo Gabino Cué, y allí difícilmente se podrá optar por un desafecto del priismo, tipo Malova o Rosas Aispuru. La intención es clara, mas la forma de concretarla parece mucho más compleja. El PRI deberá aprender la lección de estos comicios y colocar a un candidato competitivo y que no sólo le garantice continuidad al gobernador Peña Nieto sino también la unidad de las fuerzas internas. El PRI puede ganar esas elecciones: en 2009 venció en todo el Edomex, pero tampoco es eso una garantía. En 2005, Peña Nieto ganó la entidad con más de 50% de los votos. Al año siguiente la candidatura de Madrazo fue un desastre, que dejó al PRI en la tercera posición en la Federación y en el Estado de México.

Peña Nieto sigue siendo el candidato más fuerte del PRI. Pero los comicios del domingo fueron su primer golpe en esa carrera. Enrique fue a darle todo el apoyo a los candidatos en Oaxaca, en Puebla, en Sinaloa y en todos los comicios importantes. Las derrotas priistas serán percibidas como suyas, mientras que las victorias, que no ha sabido mostrar como tales en el tricolor, tienen muchas paternidades, como siempre. Pero la alianza PAN-PRD puede serle muy costosa si le arrebata el estado. Puede sacarlo, o ponerle mucho más difícil la búsqueda de la candidatura presidencial.

Beatriz Paredes tampoco sale bien parada de estos comicios. Hubo fallas en la elección de algunos candidatos, hubo soberbia en el priismo después de los resultados de la elección federal y, finalmente, la insistencia en que se llevarían el carro completo remarcó todavía más las tres derrotas que sufrieron. Lo que se ganó no fue valorado y lo que se perdió resultó costosísimo.

¿Alguien ganó en el PRI? Sí, hubo vencedores y no sólo los nuevos gobernadores, por ejemplo, Manlio Fabio Beltrones y Emilio Gamboa, porque no tuvieron el protagonismo de Beatriz e, incluso en los casos más delicados, como la muerte de Rodolfo Torre, Manlio mantuvo un perfil más abierto que Beatriz. Estuvo en las campañas pero no fue tan notorio como Peña y en el periodo que se abre ahora tendrá, por su papel en el Senado, un rol fundamental. Habrá que ver si lo sabe aprovechar. Por lo pronto, si se cayera la candidatura de Peña, puede haber otros aspirantes, pero Manlio sigue siendo el de mayor peso. De acuerdo a las circunstancias, parece definitivo que Manlio o Gamboa serán quienes sucedan a Beatriz en la dirigencia del PRI. Ulises Ruiz, que aspiraba a esa posición, ya no podrá buscarla.

Todo está abierto para 2012. Y los resultados del domingo, la decisión ciudadana de buscar la alternancia en seis de los 12 estados en disputa, demuestra que nada está escrito.

No hay comentarios.: