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Reforma

Si yo organizo a 20 mil talentosos ingenieros y me pongo en huelga de hambre si no son contratados por Telmex, ¿si me muero es culpa de Carlos Slim o mía? Únicamente mía. Slim no tendría responsabilidad alguna. En su empresa y, como en cualquier otra del mundo privado, se contrata sólo a la gente que se necesita. ¿Alguien está en contra de esta premisa?
¿Por qué si el patrón es el gobierno esto es distinto? Los defensores del SME no argumentan que sean necesarios esos trabajadores. Simplemente por haber laborado en una empresa del gobierno tienen derecho a hacerlo de por vida. No importa si sobraban tres cuartas partes de ellos y LyFC perdía al año el equivalente a dos veces el presupuesto de la UNAM.
Esas pérdidas las pagábamos nosotros. Si a un empresario le da por contratar gente de más, es su problema; hace con su capital lo que quiere. En México estamos acostumbrados a dilapidar el capital del gobierno en trabajadores innecesarios. Ésta es una de las razones de la falta de recursos y los malos servicios públicos que erosionan la legitimidad del gobierno.
Es duro para los ex trabajadores de LyFC no tener trabajo, sobre todo para quienes no han optado por la liquidación. Sin embargo, más duro ha sido para los 583 mil 999 que perdieron su trabajo en la crisis del 2009 o que lo harán mañana si sobran en su empresa. Ninguno ha sido ni será liquidado tan generosamente como los ex empleados de LyFC.
Ayer, el gobierno cubano anunció la eliminación de un millón de plazas de "trabajadores innecesarios" en el gobierno en los siguientes cinco años. Los va a reubicar. Es un número gigantesco para un país de 11 millones de habitantes. Están quebrados como país por no haber hecho nada antes.
Difícilmente en Cuba alguien optará por pedir a través de una huelga de hambre la nueva contratación de estos despedidos. El gobierno ha dicho que los moverán a donde sean más útiles. Es una economía planificada centralmente; esto se hace por decreto. Los pueden mandar al otro extremo de la isla de donde viven. En LyFC no se podía reubicar trabajadores al interior de la empresa, menos despedirlos. Por eso se terminó por liquidarla. Son libres de buscar otro empleo en donde quieran, pero difícilmente van a encontrar uno tan bien pagado y con las condiciones de LyFC. No pueden producir lo que costaban con lo que saben hacer. Por eso los teníamos que subsidiar.
La secretaria general del PRD, Hortensia Aragón, critica la insensibilidad del gobierno federal para atender la demanda de los huelguistas. Compara esta actitud con la del gobierno de Raúl Castro, quien liberará a 50 presos políticos para evitar la muerte de Guillermo Fariñas, quien estuvo en huelga de hambre por 135 días. La comparación es absurda. Las condiciones de vida de los disidentes son terribles. Peor aún en las cárceles donde los encierran por disentir. Los liberados fueron en su gran mayoría deportados a España teniendo que dejarlo todo. Quienes permanecieron en Cuba no tienen trabajo y viven casi en prisión domiciliaria. En Cuba la señora Aragón y cualquier crítico aun más tibio del gobierno de Castro estarían en la cárcel. Pero nadie se enteraría a través de los medios de comunicación. Lo que piden en Cuba con una huelga de hambre lo tenemos en México sin limitaciones. Lo que piden los ex trabajadores del SME con una huelga de hambre es que el resto de los mexicanos les demos trabajo aunque sean improductivos. No se resuelve su petición deportándolos a España o a donde deseen.
Espero que no mueran estos dos trabajadores y que Esparza se dé cuenta de que no negociar es matarlos. No hay vuelta atrás en la liquidación de la empresa. Espero que el gobierno federal busque llevarlos al hospital si pierden la conciencia y que nadie impida una eventual maniobra de rescate como ésta. Sin embargo, cuando se les compara con otros que han seguido largas huelgas de hambre sorprende la distancia entre sus razones y peticiones y las de nuestros huelguistas.
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