julio 07, 2010

Se niveló el escenario de 2012

Carlos Marín
cmarin@milenio.com
El asalto a la razón
Milenio

Desde que se aliaron espurios y legítimos, en este espacio se planteó que al presidente Felipe Calderón le importaban más algunas gubernaturas en los estados que la gobernabilidad del país.

¿A qué acuerdos podía llegar con quienes hicieron posible que protestara el cargo si, a dos años y medio de concluir el sexenio, los “agraviaba”, permitiendo que su partido se ayuntara con quienes, desde julio de 2006, venían descalificándolo como “delincuente electoral”?

Con los resultados del domingo, sin embargo, no puede negarse que las oportunistas alianzas, si bien exhibieron la falta de escrúpulos de partidos tan antitéticos como el PAN y el PRD, resultaron muy exitosas y Calderón puede ahora negociar desde una posición de mayor fuerza con quienes pensaban que nada podría frenarlos en su carrera a Los Pinos.

Al no haber ya nadie que tenga en la bolsa la Presidencia (como parecía ser el caso de Enrique Peña Nieto), la guerra por la silla será más pareja. Y a muerte.

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