julio 26, 2010

SME: liderazgo, botín y Cayetano

Carlos Marín
cmarin@milenio.com
El asalto a la razón
Milenio

Por lo que ya se vio, nunca fue la vida de los ayunantes el precio de la huelga de hambre que alentó la dirigencia de lo que queda del Sindicato Mexicano de Electricistas.

Ni siquiera los dos ex trabajadores que la mantuvieron durante casi tres meses estuvieron “a punto de morir”, como afirmaban sus médicos: el ingeniero Cayetano Cabrera optó por atenderse en una clínica privada sin que requiera ser internado y a Miguel Ángel Ibarra no le hallaron en el Centro Médico Siglo XXI del Seguro Social rastros del “preinfarto” ni de la “angina de pecho” que le inventaron, y permaneció encamado hasta ayer pero por su gusto, ya que se le diagnosticó únicamente “probable desnutrición calórico-proteica” y “deshidratación leve”. Los otros 11 que ayunaron durante algo más de un mes fueron dados de alta enseguida porque, al igual que el casi centenar de quienes los precedieron, ninguno presentó problemas derivados de la inanición y gozan de cabal salud.

Pero si el precio de la huelga de hambre no fue la vida de nadie, el reconocimiento legal de una dirigencia del SME representa (MILENIO de ayer) una fortuna colosal: tan sólo el patrimonio de los ex trabajadores en un par de bienes inmuebles vale más de mil 700 millones de pesos: el Deportivo Coapa (mil 200 millones de pesos) y el nuevo edificio de Insurgentes (como 500 millones).

El SME posee además el edificio de la calle de Antonio Caso (donde hay un mural de Siqueiros) y deportivos en Hidalgo y Morelos; una escuela técnica y una clínica, y locales en 11 subestaciones.

La directiva que reconozcan la Secretaría del Trabajo y la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje podrá acceder a unos cuatro millones de pesos semanales de cuotas que aportan los 22 mil jubilados que en su mayoría, por cierto, estuvieron contra la reelección de Martín Esparza el año pasado.

Todo eso, sin embargo, es una bicoca si se le compara con lo que hay en el Fondo de Reserva para Jubilaciones que establece la cláusula 64 del Contrato Colectivo de Trabajo (constituido en 1934): tan sólo en 2008, las aportaciones rebasaron los 140 millones de pesos, y entre enero y agosto de 2009 poco más de 101 (sin contar la aportación de la empresa): un cofre del tesoro atiborrado a lo largo de 76 años, y cuyo total supera el monto de las liquidaciones disponibles para los 44 mil ex trabajadores de la extinta Luz y Fuerza del Centro.

De pilón, la dirigencia que sea reconocida podrá disponer también del Fondo de Vivienda que se constituyó con 14.5 por ciento de los salarios de nómina de todos los miembros del sindicato, así como de las cuotas de jubilación. En 2008 se retuvieron por este concepto más de 359 millones de pesos, y entre enero y agosto de 2009 más de 277 millones.

¿Al alcance de quién pondrá el gobierno calderonista tamaño botín?

Frente a Martín Esparza y Alejandro Muñoz, cuya disputa por el liderazgo dividió al SME, hoy se yergue la figura de Cayetano Cabrera, quien lejos de pedir la toma de nota de nadie, ayunó en demanda de que tengan trabajo sus 44 mil ex compañeros.

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