julio 27, 2010

Viva ayer

Marcelino Perelló
Matemático
bruixa@prodigy.net.mx
Excélsior

Nunca sabremos, ni usted ni yo, ciudadano de línea, si hubo hambre o no la hubo sobre la plancha del Zócalo. Ni si don Cayetano y don Miguel Ángel andaban mal.

Para usted ya es 27, pobre. Para mí todavía es 26. 26 de julio. Fiesta universal de los que la creemos y queremos universal. Aunque si le hemos de hacer caso al gran y añorado Carlos Puebla, siempre es 26. Discrepo, Carlangas. Si siempre es fiesta, nunca es fiesta. 26 de julio, en el calendario sólo hay uno en el año. Y en la crónica de la emancipación sólo hay uno en la historia. Llegará el día, hágame caso, en que no alcanzarán las fechas para esa onomástica.

El pasado fin de semana el SME dio por terminada su huelga de hambre. Ya sin el Mundial para hacerles compañía como que no tenía gracia. En todo caso, si la dieron por terminada quiere decir que en algún momento la dieron por iniciada. De eso no hay ninguna duda. Ora, que si la sostuvieron o no, eso ya queda al criterio y a la credulidad de cada quién.

El que sí lo creyó, parece ser, es Pancho Blake, nuestro flamante secretario de Gobernación, que tendrá mucho de Pancho, pero, aquí entre nos, poco de Blake.

Nunca sabremos, ni usted ni yo, ciudadano de línea, si hubo hambre o no la hubo sobre la plancha del Zócalo. Ni si don Cayetano y don Miguel Ángel andaban mal. Sí sabemos que al primero lo llevaron a un “hospital privado” de cuyo nombre no quisieron acordarse por aquello de no andar haciendo publicidad gratuita. No vaya a ser que las hordas de huelguistas de hambre se lancen como jaurías hambrientas —nunca mejor dicho— sobre el nosocomio en cuestión.

Don Miguel Ángel no tuvo esa suerte. Y lo llevaron a La Raza. Triste, pero no por ello menos alegórico, destino para un luchador social. Los demás huelguistas de hambre corrieron con suerte similar y el IMSS los soltó a las pocas horas sin que hubieran reportado “evidencia de pérdida de masa muscular” (sic).

Y es que eso de que los que no están acostumbrados a comer a sus horas hagan huelga de hambre, de plano, no tiene mérito. Así, qué chiste. Es como con los cubanos. El tal Guillermo Fariñas dizque se pasó como 100 días sin ingerir alimentos sólidos. Sus compatriotas llevan como 60 años. Y de esos 100, en la mitad estuvo “canalizado”, como dicen en La Raza. Y por ese canal pasaban congrí, yuca, lechón, moros y cristianos. Ya quiero ver a un Obelix en huelga de jabalíes. Así sí. La de un cubano o miembro del esmé no se homologa.

De todos modos Pancho Blake se fue con la finta. O no se fue, pero temió que la Opinión Pública, muy volátil y cándida ella, sí se fuera. Miserias de la libertad de prensa. Luego puede uno decir la neta. Pero a menudo se pierde entre la maleza de pendejadas y mentiras que también puede uno decir.

La demanda original de don Cayetano y sus camaradas era que, después de la extinción de LyFC, la CFE se instalara como “patrón substituto”. Es decir, aquí no ha pasado nada. Una simple sopa de letras. Y los trabajadores rejegos serían recontratados bajo nuevas siglas. Difícil expediente, vive dios. Pero ni tanto. Le dijeron al indomable Martín Esparza: “¿Si lo reconocemos a usted como secretario general legítimo, se olvida del resto?” Y don Martín cambió el “me quiebro pero no me doblo” por el “me doblo pero no me quiebro”. Y se dobló.

Una toma de nota en Gobernación, don Cayetano en el hospital privado, y a otra cosa.

En la Isla igual. Todo el mundo sabe que el caso Fariñas también es un timo. Partidarios y adversarios. Todo el mundo. Y todos callan, también hacen como si no supieran, pues saben de la Opinión Pública. Y saben que es una puta. Más vale pagar y darle por su lado. No vaya a armar un pancho. De nuevo, nunca mejor dicho.

Y en ese pancho juega, jugó, jugaría, un papel protagónico la deplorablemente célebre dizque organización Reporteros sin Fronteras. No tiene otro objetivo en el planeta —para eso fue creada— que denostar a Cuba. Califica la libertad de prensa en el mundo entero (quiénes serán ellos para andar dando calificaciones). De 168 países, Cuba es la 165. Pa’que no digan. México es 132. Eso ya calienta.

Pero la noble RSF deja de considerar que en Cuba no se ha asesinado a un periodista desde 1958. Es un secreto a voces que RSF está sostenida por el IRI, International Republican Institute y por el Center for a Free Cuba, ambos financiados a su vez por el Partido Republicano y los sectores más retrógrados de EU, que ya es decir.

Pero lo peor de todo, lo inconcebible, es que el fundador, y hasta hace menos de dos años, su presidente, Robert Ménard, declaró en 2007, a France Culture, la estación cultural en Francia, que a los sospechosos de terrorismo era preciso torturarlos de la manera más “eficaz”. Que había que asesinar y torturar frente a ellos a sus seres queridos y parientes más cercanos.

Ya sé que no me cree, dilecto lector. Sea usted mi detractor más exacerbado o mi admirador más ferviente, no me cree. ¿Quién me creería? No tengo más remedio que remitirlo a la página de Rue89, donde está la grabación y la transcripción de las palabras del señor Ménard. http://www.rue89.com/2007/08/26/quand-robert-menard-de-rsf-legitime-la-torture

Así son ciertos de los anticastristas, amigos del señor Fariñas. Si usted no sabe francés, dese por afortunado. No deberá confrontarse con eso.

Hoy es 27. Ayer 26.

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