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Cámara Húngara
Milenio

Pero bueno, la cosa es festejar en fechas cabalísticas y los años cero lo son. Por eso también se conmemora el centenario de la Revolución, aunque el triunfo de la misma (si es que alguna vez se produjo) podría colocarse en 1917, con la promulgación de la Constitución Política, o en 1929, con el establecimiento del Partido Nacional Revolucionario (lo cual nos daría un centenario de 93 o de 81 años).
Lo más grave, sin embargo, no es esta confusión de fechas, sino el hecho de que ya estamos en septiembre, 2010 casi se nos fue y se ha echado por la borda la oportunidad de aprovechar esta cosa del Bicentenario para hacer un verdadero examen de conciencia sobre lo que hemos sido como Nación, lo que hoy somos y hacia dónde vamos. En lugar de ceremonias como de escuelita primaria a fin de cursos, debió darse un análisis profundo de nuestra circunstancia como país y no necrofílicos desfiles de osamentas, aburridas mesas redondas televisivas que casi nadie ve, solemnes telenovelas con personajes acartonados y demás fuegos de artificio.
Pronto llegará 2011 y el Bicentenario quedará en el olvido. Algo que quizá sea lo ideal para nuestra actual clase política, tan poco dada al heroísmo.
En fin, esperemos a ver qué sorpresa (Alonso Lujambio dixit) nos tiene deparada la ceremonia del Grito del próximo miércoles.
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