septiembre 29, 2010

El Canal 11, ¿es todavía del Politécnico?

Octavio Paredes López*
La Crónica de Hoy

La historia registra que en 1958 el director general del Instituto Politécnico Nacional, ingeniero Alejo Peralta, tomó como propia la idea de la creación de un canal de televisión con propósitos principalmente educativos; él financió personalmente la adquisición de algunos de los primeros equipos y pidió la colaboración de profesores y estudiantes afines al tema, especialmente al joven ingeniero y posterior profesor del Instituto Tecnológico de Massachusetts, Manuel Cerrillo, quien era hijo de un ex director general del Instituto. El canal comenzó como un circuito interno para ofrecer clases en las antiguas instalaciones de la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica en el centro de la ciudad de México; las pruebas iniciales ocurrieron en agosto de ese año y se impartían en vivo y por las tardes, según la versión de uno de los fundadores. Sin embargo, fue hasta el 2 de marzo de 1959, a las 16:00 horas, cuando salió al aire el primer programa del ya denominado XEIPN Canal 11 de televisión. El distinguido maestro Vianney Vergara ofreció una clase de matemáticas y ésta fue la señal inaugural del naciente Canal 11; el maestro Vergara ha dejado testimonio de la agradable sorpresa que él recibió con tal invitación de la dirección general. El ingeniero Peralta designó al ingeniero politécnico José Ruiloba como gerente administrativo del Canal 11 y fue necesario instalar monitores en las diversas escuelas del IPN para que se captara la señal. Fueron innumerables los problemas iniciales; entre otros, el ingeniero Vergara tuvo que preparar cuadernillos para que los estudiantes pudieran seguir las clases y éstas se concentraron en la preparación de estudiantes.

Desde las etapas iniciales la programación del Canal del Poli (como se le designa usualmente) fue mayoritariamente propia y tenía el propósito de completar la enseñanza de los alumnos por medio de cursos, conferencias, documentales, enseñanza de idiomas y aspectos culturales; todo ello extensivo al público en general. En las primeras décadas, para captar la señal en el DF, era necesario adquirir una antena especial. Con la renuncia del ingeniero Peralta en 1959 llegó a la Dirección General el ilustre ingeniero Eugenio Méndez Docurro, hombre de amplia visión e impulsor de importantes organismos vinculados a la ciencia, tecnología e innovación como el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del IPN (creador indiscutible de este centro, aunque algunos parecen querer tergiversar la historia de esta hazaña), y primer director general del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología y de la Agencia Espacial Mexicana de esa época, entre otros. Desde la administración de Méndez se aceptó que la programación fuera principalmente de corte cultural. Es triste reconocer que a medida que la calidad de la transmisión y de los programas mejoraba, en esa medida sus directivos se desligaban del IPN (ya ninguno de ellos con sangre de la institución de los burros blancos, excepto solamente los técnicos) y fortalecían sus alianzas políticas con la Secretaría de Educación Pública.

En 1977 el secretario de la SEP empezó con el procedimiento, ahora usual, de designar desde esa instancia a los funcionarios del Canal 11; de hecho, ahora parece ser que lo hace el propio Presidente de la República como es el caso de Fernando Sariñana, que, se comenta, lo designó el presidente Calderón, con quien participó en la campaña de 2006.

El 29 de diciembre de 1981 se publicó en el Diario Oficial de la Federación la nueva Ley Orgánica del IPN. En el artículo 10 define la naturaleza jurídica del XEIPN Canal 11 como un órgano de apoyo dependiente de esta institución. El artículo 32 a la letra dice: “El director de la estación de televisión del Instituto Politécnico Nacional será designado por el secretario de Educación Pública a propuesta del director general del IPN, la función sustancial de dicho canal será la de difundir y defender la cultura nacional, la historia, la tradición, las costumbres, y nuestra idiosincrasia, respecto del extranjero”. Adicionalmente, en el Reglamento Interno del IPN se establece que el Canal 11 tiene el carácter de órgano de apoyo y participa de la personalidad jurídica y patrimonio propio del Instituto y tiene la función de la extensión y difusión de la educación y la cultura.

A partir de 1981 los programas educativos del Canal 11 cobran nuevo impulso y el periodo de 1986-90 fue particularmente rico en este terreno; y también aquí el divorcio casi total con el IPN fue evidente. Para esas fechas ya el propio director general del Poli difícilmente tenía acceso a los convenios que su “órgano de apoyo” establecía con otros organismos. En el lapso de 1991 al año 2000 el Canal 11 parecía que tocaba fondo en su alejamiento a todo lo que tuviera que ver con el IPN; algunos eventos vinieron a confirmar posteriormente lo erróneo de esta suposición.

En el gobierno del presidente Fox llegó a la dirección del Canal el irapuatense Julio di Bella, con entrenamiento como técnico automotriz pero con cierta experiencia previa en Radio Televisión de Guanajuato. Di Bella procuró acercarse a las autoridades del IPN, y si bien la presencia de politécnicos y de las actividades del Poli en la pantalla de la televisora no fueron mayúsculas, sí se realizaron algunas acciones. Di Bella reconocía, por lo menos teóricamente, su pertenencia a los colores guinda y blanco, aunque en la práctica la presencia de programas originados en el Instituto no fue tan notable como debería corresponder a una televisora creada por la imaginación y la creatividad de los burros blancos, y también con recursos económicos y de otros tipos, limitados pero estratégicos, provenientes del Poli, institución que había ya sacrificado sus propios proyectos de televisión educativa en aras del apoyo a lo que se ha considerado, según su propia Ley Orgánica, su canal de televisión.

La designación de Sariñana a la dirección del Canal 11 representa en la práctica el inicio de lo que parece una disgregación final del carácter politécnico residual que pudiera todavía existir en la televisora. Se le cambió el nombre al Canal por el de Once TV México sin que mediara una consulta al Consejo General Consultivo del Instituto; además, el logo del IPN no aparece jamás y el nombre del Instituto en la pantalla tiene un tamaño que parece buscar su ilegibilidad. Y actualmente el único programa dirigido por más de tres décadas por un distinguido politécnico, y conocedor sin paralelo de los avatares del Canal, es el economista Julio Téllez, conductor del programa Toros y Toreros en donde también es una verdadera autoridad; es decir, hay politécnicos capaces para la comunicación.

La Gaceta Politécnica del 27 de julio pasado consigna la firma del convenio de colaboración entre el IPN, su Canal 11 y el Organismo Promotor de Medios Audiovisuales, descentralizado de la Secretaría de Gobernación (por cierto en el documento aparece el nombre original: XEIPN Canal 11 pero no en la pantalla de la televisora). Según se indica, se alcanzará en próximos meses 49% de la cobertura nacional, y se digitalizará su señal. A través de un procedimiento muy cuestionado en su legalidad, el Politécnico se compromete a entregar a OPMA su programación, y se asigna un presupuesto adicional de 466 millones de pesos que quizás lo usufructuará OPMA. Aunque una buena parte de la comunidad del Poli ha permanecido en el silencio, algunas de sus organizaciones y líderes académicos han expresado reclamos y preocupaciones por este posible desmembramiento y alejamiento de los fines para los que fue creada la televisora; asimismo, se tiene noticia que el grupo de ex-directores generales está preocupado por esta nueva situación. La misma Gaceta Politécnica consigna el discurso de Sariñana durante el evento previo; en ningún lugar aparece reconocimiento alguno, más bien se percibe un desdén implícito, al papel clave de los politécnicos para la creación y mantenimiento del primer canal de televisión en su género en Latinoamérica, género que parece desdibujarse bajo los intereses de los políticos en el poder.

Como se sabe, el IPN es un organismo desconcentrado de la SEP y el Canal 11 es una entidad descentralizada. Y el propio director general del Poli, actualmente la doctora Yoloxóchitl Bustamente, es designado sin consulta formal alguna por el Presidente de la República. Todo ello le genera una cierta dosis de debilidad a la actual funcionaria ante la SEP y ante el propio presidente Calderón, aunque podría apoyarse en su Consejo Consultivo y en las diversas instancias politécnicas para reorientar los acontecimientos; la propia eventual reelección de la directora depende de estas autoridades, si es que los panistas se mantienen en el gobierno federal. A pesar de que la doctora Bustamante haya declarado durante este evento que portamos orgullosamente en el pecho el escudo del IPN y en la espalda el del Canal 11, en cualquier caso, y aun si esto fuera así, no se puede ignorar que la presencia de politécnicos y de los logros del IPN no aparecen, quizás solamente en forma harto excepcional, en la pantalla de su Canal 11; es decir, un “órgano de apoyo” que no apoya.

* OPL recibió Medalla Lázaro Cárdenas-IPN en dos ocasiones; Investigador y fundador del Cinvestav-IPN, Irapuato; Miembro de la Junta de Gobierno, UNAM; y Miembro del CCC.

Cinvestav

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