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El asalto a la razón
Milenio

Hizo bien, porque ser ya diputado federal no lo libra de la orden de aprehensión que hay en su contra y, en tal condición, era poco probable que quien debe detenerlo se expusiera al ridículo de dialogar con un “prófugo de la justicia”.
Quizá fue gracias a ese gesto de prudencia de Godoy que los diputados pudieron escuchar una explicación sobre el michoacanazo difícil de rebatir:
La PGR tiene la obligación de acatar al Poder Judicial, lo mismo en sus fallos contra los autos de formal prisión que las órdenes de captura y arraigo.
En el caso específico de Godoy, la Procuraduría no puede cometer el delito de desacato a la orden de un juez.
De hecho, ante el pastelazo en que se ha convertido el michoacanazo, a Chávez le convendría olvidarse de Godoy… si no fuera porque Chávez mismo se ganaría su propio pase a la cárcel.
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