octubre 06, 2010

Cuates y cuotas

Sergio Aguayo Quezada (@sergioaguayo)
Reforma

Las promesas brotan pero lo más probable es que los partidos se repartirán los tres sitios de consejeros del Instituto Federal Electoral (IFE). Su incontenible adicción a las cuotas lesionará gravemente la legitimidad de la elección de 2012.

En el viejo régimen la política era jerárquica y predecible. Quienes participaban en ella sabían que el futuro no dependía de sus acciones; su destino estaba determinado por los cálculos y humores de quienes controlaban la pirámide en cuya cúspide estaba el Presidente. Los políticos usufructuaban y se beneficiaban con los cargos, pero cargaban con la fatalista convicción de que podían perder todo en cualquier momento. Repartían los beneficios entre sus familiares y cuates sabiendo que el suyo era un poder prestado.

Estas costumbres fueron borradas por el cuotismo. El poder político se ha impregnado de las reglas del capitalismo salvaje. El presente y el futuro dependen de cada quien y el resultado es la obsesiva persecución de una cuota de cargos, de chambas, de presupuestos. La cuota es el catecismo, es la bandera, es el norte que inspira y orienta en las batallas sin cuartel; cuando la cuota está en juego se hacen a un lado discursos y propuestas y se transforman en perros del mal. Es la diferencia entre el Tsuru y la Suburban.

La gran sacerdotisa de la cuota es, sin duda alguna, la maestra Elba Esther Gordillo. Pero no es la única. También están las televisoras y las grandes empresas y los cárteles y la mayor parte de los políticos. En las posiciones conquistadas ya no se pone a los cuates; se coloca a los "operadores" cuya misión es incrementar el caudal de cargos porque de ellos depende todo. El cuotismo es la etapa superior del cuatismo.

Por lo general la danza de la cuota es hecha en la penumbra. Este octubre será diferente: veremos en vivo cómo los partidos políticos representados en la Cámara de Diputados nombrarán a tres consejeros electorales del IFE. El 2 de octubre salió publicada en la prensa nacional una convocatoria envuelta en buenas intenciones. Nos prometen que las entrevistas a los aspirantes "se realizarán en sesiones públicas y serán transmitidas por el Canal del Congreso" y que con base en esas comparecencias, la Comisión de Gobernación elaborará la "lista de candidatos y candidatas que hayan reunido las mejores cualidades en términos de experiencia y formación electoral". Tranquiliza saber que dicha Comisión es presidida por Javier Corral, un panista con independencia de criterio que ha demostrado su disposición y su convicción a defender el proceso. Hará lo posible por lograr una selección pulcra.

¿Bastará? Me encantaría que así fuera pero hasta hoy los vientos colocan a estos cargos en la lógica del cuotismo. La Comisión de Gobernación turnará la lista a la Junta de Coordinación Política en donde los partidos "determinarán por el más amplio consenso posible y atendiendo las consideraciones y recomendaciones que establezca el Dictamen de la Comisión de Gobernación". Atender no es lo mismo que acatar.

En la Junta de Coordinación Política no habrá transparencia ni cámaras de televisión (el diputado Jaime Cárdenas propuso la apertura total, pero el pleno rechazó su moción). La Junta es presidida por Josefina Vázquez Mota y en ella participan, entre otros, Francisco Rojas Gutiérrez por el PRI y Alejandro Encinas Rodríguez por el PRD. Ellos saben lo que está en juego porque vivieron el 2003. Aquel año el PRI, el PAN y el Verde se vengaron de las multas impuestas por el IFE que encabezara José Woldenberg y los despidieron a todos; se repartieron los nombramientos y cuando llegó el 2006 tuvimos la elección más competida, lodosa y costosa de nuestra historia. El IFE fue un factor central.

En este momento el PRI y Enrique Peña Nieto sueñan, braman y se les ruedan las lágrimas cuando piensan en Los Pinos. Se ve casi imposible que renuncien a poner gente "suya" en el IFE. Es muy útil tener a un consejero que les pase información y obedezca la consigna. El PRI quiere a dos consejeros y el PAN se conforma con uno. El PRD se entretendrá denunciándolos e hilvanando otro bello collar de adjetivos.

¡Cuánta ceguera! Actuarán pensando en el corto plazo sin darse cuenta que, como dijera Leonardo Curzio en el programa Primer Plano del pasado lunes, esta elección es como una autopista de cuota: o pagas cuando entras o cuando sales. Se repartirán los cargos porque quienes pagamos somos nosotros. Eso sí, ellos nos obsequiarán con una cuota de bonitos discursos.

La miscelánea

El senador Graco Ramírez quiere ser gobernador de Morelos y va por los caminos del sur repartiendo sonrisas y promesas. Se hace el disimulado cuando vecinos de Jiutepec le piden que controle a su tribu. El presidente municipal de ese municipio gobernado por el PRD de Graco, Miguel Ángel Rabadán, se ha convertido en protector y promotor de "desarrolladores" que depredan el medio ambiente. ¿Las contradicciones le permitirán dormir bien al senador Graco? (I)

No hay comentarios.: