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Itinerario Político
El Universal

Salta el tema por el cinismo y “valemadrismo” con el que antes y después de la revelación de escuchas de Godoy con La Tuta reaccionaron legisladores, alcaldes, gobernadores y servidores públicos de todos los partidos y de todos los niveles —además de cierta prensa—, que a pesar de lo contundente de las evidencias parecen solapar al presunto criminal.
¿Por qué buena parte del PRD, sus presidenciables, AMLO y Marcelo; líderes parlamentarios, gobernadores y hasta su prensa salieron en defensa de Godoy antes de la difusión de las grabaciones y hoy siguen tan campantes? ¿A poco no sabían que Godoy está metido hasta el cuello? Está claro que todos lo sabían. Desde AMLO, pasando por Marcelo, Ortega, Zambrano, Acosta, Navarrete y Encinas, sin olvidar al gobernador Leonel Godoy. Y entonces, ¿qué pasó, por qué antes y hoy lo solapan?
La razón es política, y tiene dos peligrosas vertientes. La primera vinculada con la impunidad que le brindó a Godoy un sector del PAN y del gobierno federal azul, debido a la alianza del PAN y el PRD. Esa casi hermandad electoral contra el PRI hizo florecer la impunidad para el probado narcopolítico que es Godoy. Y la segunda razón, y que involucra a AMLO y a los radicales amarillos, es que sería más que un pecado; sería un verdadero sacrilegio que el gobierno espurio, ladrón, el que se robó la elección, pudiera comprobar que los buenos de la película, los demócratas, prohombres de la izquierda ejemplar y los que defienden al México bueno, son más que ratas, son narcotraficantes metidos a la política. Como Godoy.
Pero no es todo. ¿Por qué en la Cámara de Diputados se hicieron de la vista gorda diputados del PRI, gobernadores del PRI y la dirigencia nacional del PRI? Es elemental, porque no pocos de esos legisladores y gobernadores tricolores tienen cola que les pisen. Está claro, para todo el que quiera verlo, que Godoy llegó a San Lázaro en calidad de narcodiputado, gracias a una extensa y harto compleja red de narcopolítica.
Y en efecto, cuando protestó ante el pleno, en donde fue aplaudido y vitoreado, la narcopolítica se construyó un blindaje casi imbatible, el cual se rompió cuando aparecieron las grabaciones de Godoy y su tío, La Tuta. ¿Cuántos narcopolíticos más? Por lo pronto siguen matando alcaldes.
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