Jaque Mate
Reforma
"Los políticos son personas que, cuando ven luz al final del túnel, van y compran más túnel". John Quinton

Una de las decisiones más acertadas de López Obrador como jefe de Gobierno del Distrito Federal fue renovar el Centro Histórico y el Paseo de la Reforma de la ciudad. Cuando fue derrotado en su campaña presidencial de 2006, sin embargo, decidió tomar esa misma zona, quizá como venganza contra los ciudadanos que no lo eligieron.
Lo que demostró el tabasqueño, sin embargo, es que una toma del Paseo de la Reforma genera inevitablemente la atención de los medios. Por eso la nueva generación de políticos se ha estado peleando el uso de esta señorial avenida para propósitos políticos.
Después de Andrés Manuel vino Marcelo Ebrard, quien en un intento por señalar que el PRD no tenía por qué verse limitado al Zócalo como su territorio político y podía tomar el Ángel de la Independencia hasta entonces asociado con el PAN, se apropió de Reforma para su paseo ciclista de los domingos. Más tarde lo cerró durante varios días para una exhibición de autos de fórmula 1. Ya envalentonado, clausuró la avenida todas las noches durante un mes en diciembre de 2009 y enero de 2010, generando una cotidiana pesadilla de tránsito y promoviendo una enorme contaminación atmosférica; lo hizo para poner un árbol de Navidad que servía de promoción a una empresa privada, Pepsi-Cola. En los últimos meses ha eliminado un carril de circulación para colocar una ciclopista, que hasta ahora sólo es utilizada por él y su comitiva el primer lunes de cada mes.
El gobierno federal panista, que claramente no quería aceptar que Reforma se convirtiera en territorio perredista, ha contraatacado. Para los festejos del bicentenario cerró durante una semana completa la avenida.
Ahora le toca el turno a Bernardo de la Garza, el titular de la Confederación Nacional del Deporte, quien está cerrando el Paseo de la Reforma desde hoy hasta el lunes en la mañana para llevar a cabo un Festival Olímpico Bicentenario. Para ello está colocando en la avenida una piscina, una pista de carreras y otras instalaciones deportivas, las cuales tendrán que ser desmontadas unos días después. El presupuesto original de esta extravagancia era de 100 millones de pesos, aunque dice De la Garza que lo ha reducido a sólo 80 millones por patrocinios privados.
De la Garza fue precandidato a la Presidencia de la República en 2005 antes que el Partido Verde lo sacrificara para postular al priista Roberto Madrazo. El gobierno federal panista lo ha revivido políticamente y lo ha ungido como máximo dirigente del deporte nacional, una actividad en la que, como es costumbre en el gobierno del presidente Calderón, este político no tenía ningún conocimiento previo.
México tiene innumerables instalaciones permanentes en las que se pueden llevar a cabo encuentros deportivos. Pero el señor De la Garza, en lugar de utilizar los 80 millones para remozarlas y dejar algo que se pueda usar durante años, prefiere quemarse el dinero en un loco fin de semana. La razón es que necesita el Paseo de la Reforma para buscar los reflectores de los medios. Su interés es político. El deporte claramente no le interesa.
De la Garza no es el único político que busca expropiar espacios públicos para su beneficio. Andrés Manuel marcó el rumbo en el Paseo de la Reforma. Hoy todos quieren imitarlo.
POLÍTICAS SOCIALES
La campaña presidencial ya ha empezado. Marcelo Ebrard utilizó la conferencia anual de The Economist para cuestionar las políticas sociales del gobierno federal y presumir las suyas. No explicó, sin embargo, por qué, si Solidaridad/Progresa/Oportunidades es tan malo, ha sido copiado por tantos países del mundo, incluyendo al Brasil de Lula.
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