octubre 08, 2010

Vargas Llosa (y la dictadura perfecta)

Yuriria Sierra (@YuririaSierra)
Nudo Gordiano
Excélsior

El sexto latinoamericano en recibir el Nobel de Literatura. El último en 20 años. La pluma de Mario Vargas Llosa, la misma que hizo nuestras las conversaciones en la Catedral, nos susurró la historia de la tía Julia y el escribidor, la que confesaba quieta y cínica las travesuras de la niña mala, la pluma viva que nos cantó la suerte cuando hablaba de un México poseído por el PRI, cuando calificaba esos años de gobierno como una dictadura perfecta: entre la pared de la costumbre y la espada de una renovación que era, en realidad, un disfraz que pretendía perpetuidad.

Sus declaraciones de 1990 en un encuentro de intelectuales que organizó la revista Vuelta, se referían a México así, como un país con dictadura perfecta, sin comunismo, sin un Fidel, porque nunca necesitó de un solo hombre ni de una ideología enemiga de la globalización. México y sus 70 años de PRI lo hicieron presa y luego objeto de una democracia que, en pleno siglo XXI, se tambalea entre el deseo del poder por el poder y una bandera que representa a un grupo, sólo a uno: "Tiene las características de la dictadura: la permanencia, no de un hombre, pero sí de un partido. Y de un partido que es inamovible (.) es una dictadura sui géneris, que muchos otros en América Latina han tratado de emular (.) Tan es dictadura la mexicana, que todas las dictaduras latinoamericanas desde que yo tengo uso de razón han tratado de crear algo equivalente al PRI".

Pluma inquieta, de la vida y sus novelas, de política y el mundo. Peruano agradecido con cada país que lo ha hecho huésped. Amigo de Octavio Paz, a quien le permitió la molestia por esas ideas suyas expresadas en aquel encuentro, pero con quien también se mantuvo en constante competencia. Paz, no le permitió esos juicios, lo escuchó por amistad, pero le hizo un addendum a sus comentarios porque su idea, la de Paz, otro (nuestro) premio Nobel, era muy distinta a la de él: ".lo de México no es dictadura, es un sistema hegemónico de dominación, donde no han existido dictaduras militares. Hemos padecido la dominación hegemónica de un partido. Esta es una distinción fundamental y esencial".

Pero defensor siempre de sus posturas, ¡faltaba más!, un par de años después escribió, para El País, de esa dictadura: "México es ahora el PRI, y lo que no es el PRI, incluidos sus más enérgicos críticos e impugnadores, también sirve, de una manera misteriosa, genial y horripilante, a perpetuar el control del PRI sobre la vida política y la sociedad mexicana. Durante mucho tiempo, el PRI fabricaba y subsidiaba a sus partidos de oposición, de manera que esos extraordinarios happenings de la vida del país -las elecciones- tuvieran cierto semblante democrático. Ahora ni siquiera necesita el esfuerzo de ese dispendio, pues, como Eva de una costilla de Adán, ha generado una excrecencia rival, el PRD, de Cuauhtémoc Cárdenas, partido que, con prodigiosa ceguera, ha hecho suyas todas las lacras y taras ideológicas -populismo, estatismo, socialismo, nacionalismo económico- de las que el camaleónico PRI necesitaba desprenderse a fin de mostrarse renovado -democrático, internacionalista, promercado y liberal- y permeable a los vientos que corren".

Hoy, Vargas Llosa ya es miembro del grupo de Gabriela Mistral, Miguel Ángel Asturias, Pablo Neruda, Gabriel García Márquez y Octavio Paz. Otras fuentes de inspiración para la búsqueda laberíntica de ideas vertidas en líneas, que también han recibido el Nobel. Y tenemos a un Vargas Llosa emocionado, conmovido y a quien esperamos pedirle un par de líneas, ahora que el PRI ya anda preparando su probable segundo periodo de. ojalá que ni dictadura ni perfecta.

Addendum: Ayer, una chica en Twitter, desesperada para que su madre recibiera atención médica en un hospital del IMSS en Hermosillo, hizo un llamado para que su exigencia se escuchara. Por fortuna, Daniel Karam, el director, le respondió y se aseguró de que la madre de Mafa J. Jones (@mafajones) recibiera la transfusión que esperaba. Un caso de miles, pero satisface saber lo que expresamos o pedimos sí hay quien que lo escuche. Y que las redes sociales puedan tener ese alcance...

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