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Códice
La Crónica de Hoy

Leonardo Valdés.— El consejero presidente del IFE no debería hablar en futuro, sino en presente. El crimen organizado no “podría” ser un factor en la elección del 2012, ya lo es ahora y su mano asesina se ha dejado sentir. El asesinato, todavía impune, del candidato del PRI al gobierno de Tamaulipas es ejemplo nítido de que la mafia puede decidir el nombre de la persona que asuma, o no, un cargo publico. Por desgracia, el clima de violencia que hoy nos afecta no tiende a disiparse, sino todo lo contrario, cada vez se hace más denso, pesado. De manera que es y será factor. No hay que aguardar dos años. El calendario electoral del año próximo, con comicios en plazas relevantes como Guerrero y el Estado de México, pueden ser objetivos del crimen organizado para hacerse sentir. La narco política es un enemigo colosal para la democracia. El flanco del financiamiento es tarea del IFE, la seguridad y sobrevivencia de los candidatos es responsabilidad del gobierno.
Daniel Karam.— ¿La corrupción en el IMSS es un hecho aislado o un método de trabajo? ¿Todas las licitaciones están amañadas, o sólo una? ¿El funcionario cesado salpicaba sus ganancias ilícitas entre otros directivos, o se las guardaba en su bolsillo? Si estamos ante un hecho aislado, que no tuvo el beneplácito de la dirección general, entonces Karam debe llevar la indagatoria hasta las últimas consecuencias. Sería por demás injusto que su gestión al frente del IMSS quedara manchada por el bochornoso caso que dio a conocer la televisión. Desde luego no se pueden adelantar conclusiones, pero el golpe a la imagen publica del instituto ya ni Dios lo quita. Los daños pueden reducirse siempre y cuando haya la voluntad de desenmarañar la red de corrupción y que los responsables sean separados de sus cargos y presentados ante un juez. No hay tiempo qué perder. Cada día que pase sin que el asunto se esclarezca será mas difícil la remontada. Daniel Karam pidió ayuda para salvar al instituto, hay que proporcionársela, pero primero que lo limpie, que lo deje rechinando de limpio antes de pedir dinero para el rescate.
Juan Molinar.— El lance electrónico del secretario de Comunicaciones en el caso de Mexicana de Aviación deja una lección: debería estar prohibido que los funcionarios públicos usen el Twitter. Que lo dejen para los locutores y las veinteañeras. Ni el presidente ni los secretarios de Estado pueden transmitir a la ciudadanía información no oficial, no pueden sumarse a los trascendidos, ni esparcir rumores. En rigor, ni siquiera sus opiniones son relevantes; lo que cuenta son las decisiones que toman y la manera en que las transmiten a la población. Lo demás son chismes.
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