diciembre 24, 2010

La fecha de la Navidad

Jesús Gómez Fregoso
Acentos
Milenio

Modernamente le damos mucha importancia a las fechas: mis alumnas recuerdan el día en que conocieron a su galán, el día que se les declaró, el día que les dio el anillo de compromiso y la fecha de la boda es importantísima. En el mundo antiguo no había preocupación por las fechas, y los primeros historiadores rara vez las registran: Herodoto lo más que llega a decir es: “En tiempos de Darío”, “después de Artajerjes”. La magistral obra Historia de la Guerra del Peloponeso de Tucídides nunca menciona el año en que comenzó “la mayor conmoción que haya afectado a los griegos y a casi toda la humanidad”. Lo más que precisa el ateniense en algunas partes será decir “al año siguiente”, “al comenzar el invierno”, o algo semejante. Los grades historiadores romanos como Tito Livio, Suetonio o Tácito solo dicen: “Siendo cónsules Fabio y Marcelo”, “a la muerte de Nerón”, o alguna otra referencia que nos deja en blanco y con la necesidad de acudir a otras fuentes para averiguar las fechas. No es de extrañar que la vida del personaje que divide la historia en dos: antes y después de Cristo no esté documentada en sus fechas. Comenzando por el 25 de diciembre que es totalmente arbitraria o convencional. Lo más probable es que la fecha del 25 de diciembre como la Navidad cristiana posee un origen pagano. El emperador Aurelio había establecido en Roma la fiesta del nacimiento “del Sol invicto”, coincidiendo con el solsticio de invierno que tiene lugar el 25 de diciembre. El culto al sol, relacionado con Mitra (divinidad asiria), se había desarrollado mucho en el Imperio, y el solsticio es el momento en que el sol baja más en el horizonte, permanece menos en el cielo, como si se fuese a morir, pero de nuevo renace. De ahí la “fiesta del Sol invicto” que los romanos solían acompañar con regalos. Los cristianos de Roma, para sacralizar esas fiestas las hicieron coincidir con el Nacimiento de Jesús. Hay pruebas documentales de que en el siglo IV ya se celebraba la liturgia de la Navidad en Roma el 25 de diciembre. A diferencia de la fiesta en las iglesias orientales, que continuaba celebrándose el 6 de enero, junto con la Epifanía.

Respecto al año en que nació Jesús no hay ningún documento histórico: las brevísimas alusiones a Jesús en las historias de Plinio y Tácito nada preciso nos aportan sobre fechas. Lucas nos dice: “y sucedió por aquellos días que salió un decreto del emperador Augusto mandando hacer un censo del mundo entero. Este fue el primer censo que se hizo, siendo Quirino gobernador de Siria. Todos iban a inscribirse, cada cual a su ciudad. También José, que era de estirpe y familia de David, subió desde la ciudad de Nazaret, en Galilea, a la ciudad de David que se llama Belén, en Judea, para inscribirse con su esposa María, que estaba encinta.” Del texto obtenemos tres datos: se trata de los tiempos de Herodes, lo cual significa que la fecha es anterior al año 750 de la fundación de Roma, que es cuando murió Herodes. El segundo dato es que se trata de los tiempos del emperador Augusto, quien ordenó censar algunas provincias del Imperio como Egipto, las Galias y Siria. Y más aún, Tácito nos hace suponer que hubo censos generales de todo el Imperio. El tercer dato es Quirino. Se trata de Publio Sulpicio Quirino, que desempeñó el cargo de Supremo legado imperial en la provincia de Siria a partir del año 6 después de Cristo. El censo de que habla Lucas, sin duda, fue hecho en una fecha anterior; pero bien pudiera ser también que Quirino lo presidiera, ya que la palabra que usa Lucas para designarlo no significa necesariamente “legado” sino un alto cargo en el gobierno de la provincia. Hay inscripciones que demuestran una primera estancia de Quirino en aquellas regiones, donde pudo organizar, aunque no como legado el censo a que se refiere Lucas.

Los estudios modernos como los de John P. Mayer (Un judío marginal, nueva visión del Jesús histórico, Navarra, 2004) nos dicen que Jesús nació no mucho antes de la muerte de Herodes el Grande, probablemente en el año 4 antes de Cristo porque sabemos que nuestro cálculo actual esta desfasado cuatro años.

diciembre 21, 2010

Terroristas y secuestradores protegidos

Pablo Hiriart (@phiriart)
phl@razon.com.mx
La Razón

A Diego Fernández de Cevallos lo secuestró un grupo armado, escisión del EPR, que opera desde hace varios años en la región del Bajío.

Hace tantos años secuestra y pone bombas en instalaciones de Pemex, que ya lo debieron haber capturado. Tienen más de una década en secuestros, extorsiones y en acciones de sabotaje, en la total impunidad y cobijados por la retórica paternalista de personajes del gobierno.

En el comunicado en que anuncian la liberación de Fernández de Cevallos dan a conocer la lista de sus enemigos, a los que obviamente intentarán secuestrar para hacer con ellos lo que hicieron con Diego y enturbiar aún más las revueltas aguas de la política nacional.

Sobre aviso no hay engaño. Ya anunciaron sus siguientes objetivos. Así es que si dentro de dos años vuelven a secuestrar, la responsabilidad será del actual gobierno federal por no haberlos detenido a tiempo.

La actual administración ya sabe quiénes son, dónde se mueven, cómo trabajan (si es que a eso se le puede llamar trabajo). Tiene la obligación de detenerlos antes de su próximo plagio o sabotaje.

Pero como en el gobierno hay quienes piensan que los miembros del EPR y sus escisiones son “luchadores sociales” y no terroristas, es posible que les perdonen este secuestro como les han perdonado otras actividades terroristas.

Cuando volaron una troncal de gas en Querétaro, hace poco más de dos años, y mil empresas pararon por falta de combustible, Gobernación defendió la oferta de una mesa de diálogo con esos grupos porque eran “idealistas”.

Eso no se llama idealismo, y el gobierno se engaña si persiste con esa postura de “cuatismo” y condescendencia hacia los grupos armados. Ninguna vocación social hay en esos grupos, que toman como ropaje para sus acciones terroristas el léxico de políticos irresponsables que diseminan el odio personalizado por todo el país.

Este grupo armado compró el discurso polarizador y maniqueo de López Obrador, y nos sale con frases que parecieran calcadas de los discursos del derrotado ex candidato presidencial. Los mismos odios, las mismas palabras, las mismas personas catalogadas como “enemigos del pueblo”.

Compraron el discurso polarizador de AMLO, de la misma manera en que Aburto tomó la palabrería reventadora del sub comandante Marcos.

Los secuestradores hablan de que recuperaron dinero mal habido que hizo Diego. ¿Qué les robó? ¿A quién le robó? Si esa fuera la motivación y en ella creyeran, que nos digan en qué comunidades van a repartir los recursos obtenidos con el secuestro.

Los van a usar para financiar más actividades terroristas y nuevos plagios. O para sostener la doble vida de sus dirigentes.

Y si a recuperar dinero mal habido están dedicados, a ver, secuestren al Chapo Guzmán si son valientes.

Aprendices de Robin Hood. Dobles cara. Valentones… porque el gobierno se los permite.

Diego liberado

Sergio Sarmiento
Jaque Mate
Reforma

"Vivir para adelante, sin miedos, sin cobardías, sin arrogancias, pero con definición y con valor".

Diego Fernández de Cevallos


Finalmente Diego Fernández de Cevallos está en libertad. El cautiverio, que empezó el 14 de mayo, duró más de siete meses. No se conocen los términos de su liberación. No se sabe si se pagó rescate por él o de cuánto fue éste. Sin embargo, los comunicados de un grupo que se ha presentado a sí mismo primero como los Misteriosos Desaparecedores y después como Red por la Transformación Global sugieren que el secuestro no fue producto de un simple acto criminal sino que tenía -al parecer de manera adicional al propósito pecuniario- un trasfondo político.

Diego siempre ha sido un ave de tempestades. Su carácter imperioso y su temple ante las amenazas o los dogmas de los políticamente correctos lo han llevado a ser querido y respetado por muchos, pero aborrecido por otros también. El prolongado secuestro del que fue objeto sirvió, de hecho, para avivar muchos de los cuestionamientos que se le han hecho.

El grupo que lo secuestró afirma en su último comunicado que "Diego parecía intocable hasta aquella noche en que su pasado oscuro lo alcanzó". Lo paradójico del caso es que si alguien había en este país eminente "tocable", si alguien podía ser objeto de un ataque en cualquier momento, era Diego. El panista, quien nunca hizo ningún esfuerzo por ocultar su riqueza personal, era quizá el único político importante que no usaba escoltas y que conducía su propio vehículo. Siempre confió en que la gente lo protegería en caso de un ataque. Cuando los secuestradores actuaron en su contra tuvieron que hacerlo en la protección de la noche y en un paraje solitario de su propio rancho. Hacerlo en un lugar público habría sido imposible porque la gente lo habría defendido. Más intocables parecen hasta este momento los secuestradores.

Ayer, cuando apareció públicamente, Diego conducía una vez más su propio automóvil. Pero esta vez -signo de las nuevas circunstancias que tendrá que vivir- lo seguían dos escoltas.

Muchos han sido los cuestionamientos que se han hecho a Diego con el paso de los años. Se le ha acusado virtualmente de todos los males que sufre el país. Muchas de estas acusaciones se repiten con enorme virulencia ahora en los comunicados que han emitido los secuestradores.

En un momento en que los mexicanos sufrimos las consecuencias de la prolongada falta de acuerdos entre la oposición y el gobierno, quizá sea importante recordar que en los años en que Diego fue el jefe de la oposición se lograron los mayores acuerdos políticos en la historia de nuestro país. Precisamente porque Diego estuvo dispuesto a negociar con el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, fue posible hacer las enmiendas de los artículos 27, 82 y 130 de la Constitución, la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte y las privatizaciones de varias empresas que en manos del gobierno obstaculizaban el progreso nacional. Nunca hubo tantas reformas estructurales en México como cuando Fernández de Cevallos fue cabeza de la oposición.

Razones para cuestionar a Diego quizá hay muchas, aunque menos de las que usualmente manifiestan sus enemigos. Para mí quizá la mayor es que continuó litigando cuando era senador, aunque la ley lo permitía entonces y ahora.

Lo importante en este momento, sin embargo, es festejar la liberación de un hombre secuestrado durante siete meses, un hombre que ha tenido un papel crucial en la democratización y en la liberalización de nuestro país.

LA EXPLOSIÓN

El propio director general de Pemex, Juan José Suárez Coppel, afirma que los peritajes no han permitido hasta ahora definir las causas de la explosión que el domingo 19 causó casi una treintena de muertos en San Martín Texmelucan, Puebla. Algunos indicios preliminares, sin embargo, apuntan a la ordeña de un oleoducto, una práctica que es peligrosa pero que también es un robo a los mexicanos.

Diego y la 'guerrilla patito'

Ricardo Alemán (@laotraopinion)
Excélsior

¿Hasta dónde están implicados sectores de la jerarquía católica..? Esa línea de investigación lleva a otra punta de la madeja.

Si partimos de un análisis elemental de los comunicados de los “misteriosos desaparecedores” que secuestraron a Diego Fernández de Cevallos, podemos concluir que se trata de una “guerrilla patito”.

Es decir, que por ningún lado aparecen elementos sólidos y menos argumentos consistentes con una ideología o doctrina guerrillera, que permita entender que los “guerrilleros” recurren al secuestro como parte de una estrategia de lucha que busca reivindicar causas populares o que se convierte en instrumento táctico.

En cambio, los tres o cuatro comunicados —porque luego de la tercia de mensajes apareció un supuesto cuarto mensaje, contradictorio con los tres anteriores— son una buena colección de lugares comunes, odio social, rencor clasista, muy deficiente análisis de la realidad nacional y, sobre todo, una contundente muestra de la profunda confusión ideológica del grupo “guerrillero”. Se podría simplificar su mensaje en la lucha de buenos contra malos, pobres contra ricos, desamparados contra potentados.

Sin embargo, y al contrario de la confusión doctrinaria, está claro que los “misteriosos desaparecedores” —hasta en el mote carecen de imaginación— son un grupo de profesionales del secuestro. Más aún, según especialistas del secuestro político, resultan sorprendentes las coincidencias del rapto de Diego Fernández de Cevallos con otras privaciones ilegales de la libertad —de alto impacto— cometidas en años recientes.

Por eso, es posible suponer que “los misteriosos desaparecedores” son un grupo de ex guerrilleros que dejaron atrás la vena romántica y la reivindicación social —que ya no son más que una pantalla engañabobos—, para justificar la práctica vulgar del secuestro por dinero, que de tanto en tanto les deja a ese puñado de criminales carretadas para vivir por un tiempo del sueño guerrillero, si no es que igual que sus odiados ricos.

¿Cuántos secuestros han realizado en una década; cuánto dinero les ha reportado? ¿Y dónde están las células guerrilleras fundadas con ese dinero? El dinero serviría para formar y financiar cuadros. ¿Dónde están esos cuadros? Ni por sus acciones se les conoce.

Pero, además, llama la atención el tufo dizque antiderechista y anticlerical de los comunicados, lo que contradice una de las líneas de investigación de la red de complicidades en el secuestro de Fernández de Cevallos y de otros notables también raptados por ese grupo o por un desprendimiento del mismo. Sí, resulta que están bien identificados nexos de sectores católicos del centro del país con el grupo guerrillero. Más aún, la comunicación con las familias de secuestradores ha contado con “la bendición” católica.

¿Hasta dónde están implicados sectores de la jerarquía católica..? Esa línea de investigación lleva a otra punta de la madeja. Detrás del o los secuestros estarían patronos de causas sociales, presuntamente vinculados con apostolados en regiones de extrema miseria. El problema es que tampoco han aparecido los supuestos beneficiarios de esas causas nobles.

Por lo pronto, al momento mismo que se supo de la liberación del Jefe Diego se confirmó —y el presidente Calderón hizo la confirmación— que la autoridad federal nunca dejó de investigar lo que había detrás del secuestro de Fernández de Cevallos. En realidad, las instituciones federales se movieron en el más bajo perfil posible, para preservar la vida del secuestrado, pero nunca dejaron de estar cerca de la familia y detrás de los secuestradores.

Por eso, no debía sorprender a nadie que muy pronto se tengan noticias sobre los autores del plagio. Y es que el más interesado en que se haga justicia y se detenga a los captores de Fernández de Cevallos es el gobierno de Felipe Calderón. ¿Por qué? Porque a pocos agradó que la autoridad reculara, que no se informara y que, al final, se dejara la imagen de que se pactó con los criminales.

Más aún, en las redes sociales se generalizó el despropósito de que no hubo secuestro, sino una simulación para preparar a un candidato presidencial. Una locura que, si no es atajada, será pasto para los malquerientes de Diego y del gobierno de Calderón. Pero, además, si se llega a los secuestradores, entonces el alegato será por “los otros Diego”, porque el gobierno no hace todo por los secuestrados de a pie, por los que no tienen fama o poder. En todo caso, es obligación del gobierno actuar.

EN EL CAMINO.

El 14 de diciembre dijimos que Diego sería liberado y que pasaría la Navidad en su casa. Sería mezquino no felicitar a Diego.

Nuestra alegre expoliación de lo público

Román Revueltas Retes
revueltas@mac.com
Interludio
Milenio

El lucro tiene muy mala reputación en México a pesar de la naturaleza ventajista de tantos mexicanos. ¿Ventajista? Pues sí. Sacan provecho, por ejemplo, de un cargo oficial utilizándolo para cobrar cuotas ilegales a los ciudadanos que deben realizar un trámite. Esta práctica, bastante común, no es más que una muestra de la gran confusión entre lo público y lo privado. Resulta, al igual que tantas otras, del grave desconocimiento de ciertos valores, como el del bien común, que no han todavía alcanzado la categoría de preceptos imperativos en este país. Y así, una plaza de una ciudad se restaurara y embellece con los recursos de todos los contribuyentes pero deja de ser un patrimonio colectivo al ser ocupada por vendedores callejeros y convertirse en el botín particular de un grupo; una disposición legal se desfigura por completo cuando sirve para que los agentes de la autoridad extorsionen a las personas; la concesión de un servicio público pierde todo sentido si sus administradores lo manejan de manera abusiva y deshonesta; el paisaje —un bien que pareciera un tanto intangible pero que forma parte del universo de lo bello (en oposición al submundo de lo siniestro)—, ya no nos pertenece a partir del momento en que los especuladores inmobiliarios —o los invasores de tierras o los colocadores de anuncios “espectaculares”— deciden que ese tesoro común es un bien del que ellos pueden disponer a su antojo.

Curiosamente, no parece inquietarnos demasiado esta apropiación de lo público. Casi no la consideramos como un despojo abusivo sino como el ejercicio de un derecho natural que nos permite, además, expoliar el medio ambiente, destruir el mobiliario urbano o llenar el país entero de basura.

Al mismo tiempo, desconfiamos grandemente del lucro obtenido en las esferas privadas y rendimos a la riqueza un proverbial resentimiento. Somos, de tal manera, una sociedad escindida y contradictoria. Cuando aprendamos a valorar los bienes públicos tal vez nos reconciliaremos también con la idea de los provechos logrados por los individuos particulares.

diciembre 20, 2010

San Martín: otro infierno provocado por el crimen

Ricardo Alemán (@laotraopinion)
Excélsior

Hasta antes de la tragedia de la madrugada de ayer, en la Estación de Bombeo de Texmelucan se habían detectado más de 80 tomas clandestinas.

Todos los indicios apuntan a que la explosión en la periferia de San Martín Texmelucan se produjo a causa de la toma clandestina en un ducto de Petróleos Mexicanos. Es decir, que las mafias del crimen organizado que “ordeñan” combustible, son responsables del infierno de San Martín Texmelucan, que costó la vida a 27 personas, dejó 52 lesionados de gravedad e inservibles 83 viviendas.

Sin embargo, y a reserva de que científicos forenses determinen las causas de la explosión, lo cierto es que ninguna autoridad ha sido capaz de prevenir e impedir el creciente robo de combustible en todas las entidades del país por donde se localiza la red de ductos que transportan distintos combustibles para toda la nación.

Es decir, que si bien la dirección de Petróleos Mexicanos considera el robo de combustible como uno de los problemas de mayor gravedad y complejidad de la paraestatal, lo cierto es que ninguna autoridad ha sido capaz de desarrollar un protocolo efectivo para detener el delito, sancionar a los responsables y para impedir que —como en el caso de la tragedia de San Martín Texmelucan— se ponga en riesgo a los habitantes de las zonas aledañas a la “ordeña” de ductos.

El problema es tal que se tiene documentado que trabajadores de Pemex, en complicidad con bandas del crimen organizado, han desarrollado todo un operativo para saquear los distintos combustibles que se transportan a través de la red de ductos de Pemex de todo el país. Si no es suficiente, vale recordar que las investigaciones que han realizado Pemex y dependencias como la PGR, han documentado, probado y denunciado que refinerías instaladas en Estados Unidos adquieren de manera frecuente combustible robado a Pemex. ¿Y qué ha pasado? Nada.

Más aún, hasta antes de la tragedia de la madrugada de ayer, en la Estación de Bombeo de Texmelucan se habían detectado más de 80 tomas clandestinas en los meses recientes, luego que en 2008 se realizó una obra mayor de mantenimiento, precisamente por los daños provocados por la frecuente ordeña de ductos de Pemex en la zona donde se produjo la tragedia. En todo el país, sólo en 2010 se detectaron 550 tomas clandestinas de combustible. ¿Y qué pasó? Nada.

Es decir, que en el gobierno federal todos saben que en los años recientes se ha organizado toda una industria criminal en torno al robo de combustibles; todos saben que es un negocio que reporta a los criminales por lo menos diez mil millones de pesos anuales —desde 2005 a la fecha—, pero todos le dan la vuelta al problema. ¿Por qué? Porque nadie ha hecho nada para castigar a los responsables.

Hoy, robar una televisión en casa habitación es más grave que robar combustible a los ductos de Pemex. ¿Por qué? Porque en el Senado de la República duerme el sueño de los justos una iniciativa ya aprobada por la Cámara de Diputados, para tipificar como delito grave el robo de combustible de ductos de Pemex. ¿Por qué legisladores federales se niegan a tipificar ese delito como grave, para tratar de detener y acabar con esas mafias? Porque las mafias del robo de combustible tienen un poder infinito. Y, para no variar, la respuesta también la conocen todos.

Es decir, que en no pocos casos los presuntos implicados están en los gobiernos municipales y en los partidos políticos. Y es que la nueva expresión del crimen organizado —el robo de combustible— tampoco es posible sin la complicidad de autoridades municipales y estatales. Acaso por eso vecinos de la zona siniestrada en San Martín Texmelucan señalaron como presunto culpable del robo de combustible al alcalde de ese municipio, Noé Peñalosa.

En San Martín Texmelucan era un secreto a voces que las autoridades municipales conocían la ordeña de ductos, que nada hicieron para impedirlo y que —por si no fuera suficiente—, el alcalde prácticamente se escondió la mañana de la tragedia. Y es que no podía pasar por alto a los ojos de la autoridad municipal el tamaño de un robo como el registrado en la Estación de Bombeo de San Martín. ¿Por qué? Porque era toda una industria, que no era vista sólo por los que cerraron los ojos. Por lo pronto, parece que nadie aprende, sean gobiernos municipales, estatales y el federal. Y es que primero fue San Juan Ixhuatepec, luego el sector Reforma en Guadalajara. Y ahora San Martín Texmelucan. ¿Hasta cuándo?

EN EL CAMINO.

Pronto aparecerá todo lo que hay detrás del secuestro de Diego Fernández de Cevallos. Pero lo primero es lo primero, regresar a su casa.

Derogar la “toma de nota”

Luis González de Alba
La Calle
Milenio

Una intervención legalizada del gobierno en asuntos sindicales es la llamada “toma de nota”, equivalente al reconocimiento que se hace de un gobierno extranjero que envía sus embajadores. La maltrecha doctrina Estrada sostiene que México no reconoce gobiernos, sólo “toma nota” de sus cartas credenciales.

El trabajador está encadenado al sindicato, que dice defenderlo del patrón, por tres candados legales que fueron pensados para construir el Estado post-revolucionario y no para protección del cantado y alabado proletario, presente en los murales pero no en las decisiones de su propia organización: el primero es el ingreso exclusivo por el sindicato y el lanzamiento a la calle por la cláusula de exclusión; segundo, el descuento de la cuota sindical por la empresa contratante y su entrega a la dirección del sindicato; y tercero, la llamada “toma de nota” que es el reconocimiento, por el gobierno, de una dirigencia sindical.

Los tres candados fueron creación de tiempos en los que no se concebía la libertad sindical por la que en una misma empresa sus trabajadores pudieran organizarse bajo diversas reglas de diversos sindicatos. La teología revolucionaria decía que el partido en el poder era el pueblo mismo y que los trabajadores mostraban absoluta unanimidad hacia la fortaleza construida contra la maldad del patrón. Aún lo vemos en Cuba: ¿Para qué diversos diarios si tenemos Granma que dice la verdad certificada? ¿Cómo pueden aceptarse otros partidos políticos, si en el comunista está todo buen cubano? Crear otros es prueba de traición al pueblo.

Así fue como se ideó, para México, un sistema corporativo que exigía la unidad de todos en torno al gobierno revolucionario. La cláusula de exclusión, por la que la empresa se compromete a despedir al trabajador expulsado del sindicato, fue pensada para evitar la infiltración del organismo proletario por el enemigo de clase: descubierto por los ojos expertos de la dirección sindical no debía ser sólo expulsado del sindicato, porque eso sería aceptar la convivencia con no sindicalizados, sino echado del trabajo. Imaginar un trabador que rechazara esta defensa eran tan estrafalario como suponer que rechazaría asistencia médica gratuita. Y punto. Llegó el PAN al gobierno de la República y la cláusula de exclusión siguió allí como en sus mejores y cardenistas tiempos. Con seguridad Fox aún no sabe qué es eso. Nomás pregunten.

Luego estaba el asunto, nada menor, de los dineros: los trabajadores debían aportar cuotas para el sostenimiento de sus defensores profesionales, los que recibían licencia sindical para trabajar de tiempo completo en los altos asuntos de la unidad proletaria; pero ya sabemos que la carne es débil y el más firme de los trabajadores podía, en caso de urgencia solamente, retener el pago de su cuota si ese dinero lo consideraba necesario para otro asunto. Pero no podía haber otro asunto porque la dirección sindical cuidaba de que tuviera casa, medicinas y sustento. Así que para no permitir la distracción de cuotas en frivolidades, la empresa debía descontar de la nómina el porcentaje que la dirección sindical acordara.

Así, de paso, se impedía que el obrero destinara su cuota a otra organización que no podía ser sino el enemigo embozado.

Pero ya se sabe que el peligro acecha al trabajador ingenuo. Así que, en caso de que cayera en la trampa de formar otro sindicato, el gobierno daba el visto bueno al bueno, y eso se llama “toma de nota”. Como el registro de un partido en Gobernación (antes del IFE), de la toma de nota se deriva la entrega de cuotas al “anotado”, el derecho a poner candidatos a diputados y senadores así como, por supuesto, la vigilancia de la puerta de entrada a la empresa.

Todo este esperpento sovietizante ha sobrevivido en México a la caída del Muro de Berlín y de las “repúblicas populares”. Así es porque el PAN no tiene ya conducción ideológica. El PRD, al fin priista, conoce las ventajas de las franquicias que entregan clientes atados al gobierno. Esos lazos son corporativos y quedan en manos del gobierno en turno. Pero ni eso ha sabido hacer el PAN: el PRD, más hábil y conocedor del sistema, ha sabido atraer clientelas del PRI, como ambulantes, taxistas piratas y otras joyas del régimen corporativo. El PAN le dejó esas riendas al PRI sin darse cuenta siquiera.

Encinas y cía.

¿Y los secuaces de Godoy el Pequeño, tras de esconderlo en la propia Cámara de Diputados, quedarán impunes como nuestros millares de crímenes impunes?

Muerte en Palacio

Lydia Cacho (@lydiacachosi)
Plan B
El Universal

El jueves recibí un mensaje telefónico: “Es 16 de diciembre, asesinaron a Marisela Escobedo, ¿ahora qué hacemos, Lydia?”. El shock fue inmenso; conocí a Marisela, una mujer admirable, como lo son las madres y hermanas de las mujeres que a lo largo de más de una década han dedicado su vida a esclarecer los crímenes que les arrebataron un ser amado.

El día que su hija Rubí, de 16 años, apareció muerta, Marisela y su familia supieron que el asesino era su novio, Sergio Rafael Barraza Bocanegra. Él mismo admitió haberla matado “por celos”. Desde entonces, Marisela dedicó sus días y noches, como la mejor criminóloga (que no era), a obtener evidencia; como el mejor ministerio público (que no era), a conseguir testigos y corroborar hechos. Como una fuerza de la naturaleza ante cada falla del sistema judicial, Marisela y sus abogadas tocaron puertas que nunca se abrieron. Y así, con la puerta cerrada como un símbolo de lo que le sucede a la sociedad mexicana, a Marisela un asesino le pegó tres balazos frente al Palacio de Gobierno. Dos días después, mientras el gobernador Duarte daba discursos vacuos de indignación, delincuentes incendiaron el negocio del esposo de Marisela y secuestraron al cuñado.

¿Cómo se atreven a asesinar a una reconocida defensora frente al Palacio de Gobierno donde hay cámaras? ¿Quién se atreve, en un caso tan sonado, a ir a por el esposo? Se atreven delincuentes comunes que hace tiempo entendieron que la ineficacia del Estado está siempre a su favor. Se atreve un hombre que fue dejado en libertad y que había amenazado de muerte a la madre de Rubí. Se atreve ese que sabía que ni siquiera había orden de aprehensión en su contra. Se atreven los que intuían que el gobernador estaría distraído hablando, en lugar de proteger de inmediato a la familia de Marisela.

Tal vez la gran tragedia para este país es que una buena parte de la sociedad civil: activistas y defensoras de los derechos humanos, trabajan creyendo que ésta es una labor de colaboración con el Estado, que a pesar de las críticas hay una coincidencia en la meta: un país mejor. Pero en realidad las grandes coincidencias las tienen los delincuentes y el crimen organizado con el Estado mexicano. Ellos saben que mientras la sangre corre por las calles, los políticos, entretenidos en sus juegos de dimes y diretes, tras la puerta cerrada, enviarán condolencias mediáticas o por Twitter. Mientras que los delincuentes consideran una amenaza a las defensoras de derechos humanos, pero no al Estado.

Las madres y los padres van dejando la vida por ir tras la memoria de sus muertas, van siguiendo las huellas de violadores, asesinos, sicarios, narcotraficantes, tratantes o policías que, previendo su impunidad, se atreven a exterminar a sus novias, esposas, amigas, empleadas, esclavas o desconocidas. Y las matan porque quieren y porque pueden hacerlo. Porque, durante décadas, el gobierno de Chihuahua y sus procuradores ignoraron la creciente violencia, se coludieron con los victimarios, tiraron a locas a las madres que gritaban por la vida de sus hijas, descalificaron y cerraron la puerta en las narices a las activistas de derechos humanos que exigían que el Estado hiciera su trabajo, que creara las condiciones para abatir la pobreza, para promover la educación, para crear una ciudad segura.

Hace 15 años que viajo a Chihuahua; he documentado la ignominia de los malos y el poder de la sociedad civil, marché cruzando el puente y los parques al lado de mujeres valientes como Marisela. Aprendí a seguir creyendo a pesar de todo; descubrí de lo que es capaz una madre cuando su hija ha desaparecido, y aprendí que todas somos un poco madres de todas las niñas mexicanas. Nunca, en toda mi vida, he visto a una comunidad tan capaz de sobrevivir al dolor, tan unida a pesar de sus diferencias, tan fuerte para no darse por vencida, como Chihuahua y su Ciudad Juárez. En esa tierra he conocido a las mujeres más valientes, a los hombres más solidarios, poetas y académicos, periodistas y obreros. Secando las lágrimas con periódicos, con las manos unidas, nadie se dará por vencido en Chihuahua, eso quedó claro durante el sepelio de Marisela. Más allá de la indignación, de la ira, de la desesperación de este caso, la pregunta es: ¿cuándo los gobernantes de México tendrán la valentía y fortaleza de estas mujeres?

diciembre 19, 2010

El censor Chávez

Jorge Ramos Ávalos (@jorgeramosnews)
Reforma

No hay balance de poder en Venezuela. Los poderes Legislativo y Judicial dependen del Ejecutivo, al igual que el Ejército, el organismo electoral y la mayoría de los medios de comunicación

Primero lo obvio. Hugo Chávez no gobierna Venezuela como un demócrata. Segundo, Venezuela ya no es una democracia. Tercero, las libertades individuales, la libertad de prensa, la internet y los disidentes corren graves peligros en el país.

La actual Asamblea Nacional -dominada por seres políticamente invertebrados que no se atreven jamás a oponerse a una orden de Chávez- le otorgó al Presidente nuevos poderes para gobernar por decreto por 18 meses. La decisión tiene una sola explicación: Chávez quiere gobernar solo y saltarse las limitaciones que seguramente le pondrá la nueva Asamblea, que toma posesión el 5 de enero y donde habrá 65 legisladores de la oposición.

Un portavoz del Departamento de Estado dijo que "lo que (Chávez) está haciendo aquí es subvertir la voluntad del pueblo venezolano". La Comisión Interamericana de Derechos Humanos teme que esto afecte a oposi- tores políticos, me- dios de comunica- ción (como Globo- visión) y a grupos de derechos huma- nos. Tienen razón.

Es verdad que Chávez ha ganado varias elecciones utilizando, dicho sea de paso, todos los recursos del Es- tado para extraer votos. Pero aún concediendo que Chá- vez tiene un importante apoyo electoral dentro del país, ya es imposible calificar a Venezuela como una democracia.

No hay balance de poder en Venezuela. Los poderes Legislativo y Judicial dependen del Ejecutivo, al igual que el Ejército, el organismo electoral y la mayoría de los medios de comunicación. La nueva Constitución fue redactada por chavistas. Y el Presidente, desde luego, ya anunció sus planes para reelegirse en el 2012.

Hay muchas cosas en las que Venezuela podría parecerse a China: en su competitividad, en su comercio exterior y en su control sobre la criminalidad. Pero hay otras en las que el presidente Hugo Chávez haría bien en no parecerse, como la falta de libertades individuales, la censura a la prensa y la represión a los disidentes. Chávez, sin embargo, ha decidido copiar a China en esto último.

A pedido de China, el gobierno de Chávez se unió al boicot de la ceremonia de entrega del Nobel de la Paz en Oslo al disidente chino Liu Xiaobo. La silla de Xiaobo apareció vacía. Y ahora Chávez quiere copiar a China en su control sobre internet.

No entiendo por qué Chávez abrió su cuenta en Twitter (@chavezcandanga) y ahora está interesado en censurar su uso, al igual que el de Facebook y otras redes sociales. Quizás se asustó de la libertad, poder de convocatoria y críticas de los twiteros. Y ahora les quiere quitar la luz.

Imitando a China, las reformas a la Ley de Telecomunicaciones en Venezuela buscan censurar cualquier opinión contra el régimen chavista. La reforma a la ley propone que los medios de comunicación y proveedores de servicios de internet prohíban mensajes que "desconozcan a las autoridades... fomenten zozobra en la ciudadanía... e inciten o promuevan el odio". ¿Quién decide si alguien viola la ley? Chávez y sus censores.

¿Qué va a pasar si un twitero critica las ambiciones de Chávez de perpetuarse en el poder? Si un amigo le dice a otro por Facebook que Chávez es un dictador, ¿podría terminar preso? Si alguien critica a Chávez en un blog desde el exterior, ¿será interrogado, detenido o deportado al aterrizar en Caracas?

El texto del proyecto de ley de medios dice: "Los proveedores de ser- vicios de internet deberán establecer mecanismos que permitan restringir, sin dilaciones, la difusión de mensajes y acceso a portales". Traducción: si algo no le gusta a Chávez, se va a censurar. Al igual que en China, es posible que en Venezuela quieran establecer una central de comunicaciones con la capacidad de interceptar y bloquear cualquier información, ya sea por televisión, radio o internet, antes de que llegue a la gente.

Como a muchos aprendices de dictadores, a Chávez no le basta el tener control casi absoluto de lo que ocurre políticamente en Venezuela. Ahora tampoco le gusta que hablen mal de él. Desapareció cualquier vestigio de tolerancia democrática.

Chávez terminó por quitarse la máscara de demócrata con que se presentó a los votantes en 1998. Mintió y ganó. Y ahora ¿cómo bajarlo del poder? Sólo con votos, sólo por las buenas, no con un golpe de Estado. Eso no se vale. Pero el camino es cada vez más difícil. Se aprietan aún más las tuercas del sistema autoritario que regentea.

Con la nueva ley, Chávez no sólo gobernará por decreto sino que, en la práctica, se convertirá también en censor en jefe.

Revelan vínculo Chávez-Nueva Izquierda

Reforma

Advierten reportes diplomáticos de un activismo venezolano en México mediante apoyos médicos y de actividades universitarias

Ciudad de México (19 diciembre 2010).- El Gobierno de Hugo Chávez y sus representantes tuvieron contacto regular con Ruth Zavaleta y miembros de la fracción Nueva Izquierda del PRD, reveló un cable diplomático de EU filtrado por WikiLeaks.

El cable también indica que el Presidente venezolano contactó a otros políticos del Panal y del PT.

El documento hace un informe detallado sobre el activismo venezolano en México mediante apoyos médicos y a grupos universitarios como a los que pertenecía la mexicana Lucía Morett, testigo de un bombardeo de Colombia a un campamento de las FARC en Ecuador.

"Analistas del Cisen identificaron a 500 activistas bolivarianos-todos ciudadanos mexicanos- en el País, quienes están constantemente en contacto y están vinculados en movimientos sociales más grandes.

"Una fracción de la Continental Bolivariana opera en México y otros activistas pro-Chávez están ligados al Partido del Trabajo y a diferentes grupos que operan desde la UNAM. La mayoría de los simpatizantes con el régimen de Chávez provienen de la Facultad de Ciencia Política y Filosofía y Letras como Lucía Morett, quien sobrevivió a un bombardeo en contra de las FARC en Colombia", reveló el cable.

También el análisis informa que la Embajada de Venezuela en México financia a simpatizantes bolivarianos con gastos para vehículos y propaganda, y que el Cisen sospecha que realiza incluso el pago de viáticos de simpatizantes para viajar a congresos políticos de izquierda, como el evento al que acudió Morett previo a su asistencia al campamento de las FARC.

El despacho diplomático especifica que el Cisen realiza un búsqueda de otros vínculos de Venezuela y grupos radicales de México.

"El Cisen todavía busca descubrir vínculos concretos entre el Ejército Popular Revolucionario (EPR) y Venezuela, pero continúa investigando la afinidad ideológica entre ambos", menciona el reporte.

Por otra parte, se establece que los apoyos políticos de Chávez en México no son tan socorridos porque los partidos son cautelosos, luego de los efectos negativos que tuvo la simpatía del régimen de Venezuela con la campaña del candidato presidencial del PRD en 2006, Andrés Manuel López Obrador.

"Los analistas creen que la mayoría de los líderes políticos aprendieron del 2006 a no arriesgar sus candidaturas por aceptar el apoyo de Chávez, aunque sea de manera abierta o discreta", según diplomáticos de EU.

El cable fechado desde la Embajada de EU en México y con destino al Departamento de Estado, analiza la dinámica bilateral entre México y Venezuela desde el Gobierno de Vicente Fox.

En la revisión se destaca la ausencia del nombramiento de un Embajador venezolano, luego de que Roy Chaderton asumió funciones como representante venezolano ante la OEA, así como la privatización de Cemex en Venezuela.

La búsqueda de liderazgo en Centroamérica por parte de Venezuela y México también se reporta en el despacho diplomático, así como las quejas de un funcionario mexicano por la imposibilidad de competir en contra de los recursos que otorga Chávez en la región.

"Bosco Martin, el director de la Oficina del Plan Puebla Panamá de la SRE, se quejó de que México no puede competir con Venezuela en lo referente a la cantidad de dinero que se otorga a los países miembros de la Alianza Bolivariana de los Pueblos de Nuestra América", según el cable con referencia 08MEXICO3178.

La información filtrada por WikiLeaks revela que aunque se ha tratado de mejorar las relaciones entre México y Venezuela, éstas se ven afectadas por las diferencias ideológicas de Felipe Calderón y Hugo Chávez que causa que las relaciones sean menos que cálidas.

diciembre 18, 2010

De Moreira al Jefe Diego

Una condición para Humberto es que la dirigencia del PRI no podrá aspirar a ningún cargo de elección popular. Y ninguno quiere decir, ninguno.

Ricardo Alemán

El “Guadalupe-Reyes” arrancó a tambor batiente. Marcará el inicio de una nueva etapa del priismo nacional que pudiera significar su regreso al poder presidencial, al tiempo que anuncia la buena nueva de que todo está listo para que Diego Fernández de Cevallos pase las fiestas navideñas en su casa.

Y es que luego de la “posada” a la que convocó el pasado sábado el candidato presidencial del PRI, Enrique Peña Nieto, finalmente se resolvió que el presidente del PRI para los próximos cuatro años —por lo menos a julio de 2012—, se llama Humberto Moreira, quien pedirá licencia de su cargo como gobernador de Coahuila en las próximas horas, quien heredará el cargo a su hermano, y quien encabezará el éxodo de vuelta al PRI, del magisterio de la profesora Elba Esther Gordillo.

Todo está listo. ¿Pero alguien sabe por qué Moreira; por qué los candados que ayer acordó el Consejo Nacional del PRI; y por qué nadie le disputará la jefatura del partido tricolor?

¿Por qué Moreira, y por qué no, por ejemplo, Emilio Gamboa? La respuesta se localiza en la naturaleza de la disputa en 2011 y 2012. Es decir, el PRI deberá hacer frente a un bloque político electoral construido por la suma de los desesperados presidenciables de la derecha y la izquierda, lo que supone características de rudeza en el liderazgo. En pocas palabras, que el candidato presidencial del PRI requiere en la jefatura del partido, a una suerte de vocero capaz de fajarse en la arena mediática ante los embates de los azules y los amarillos? ¿Y quién mejor que Moreira, para esa encomienda?

La respuesta a la segunda interrogante se encuentra en el recelo que se tienen todos los priistas, por amigos, aliados o socios que sean. Resulta que según los estrategas del tricolor, el solo brinco de un gobierno estatal a la jefatura nacional del PRI le brinda al agraciado, por lo menos 15 puntos de popularidad e intención del voto. ¿Y qué creen? En efecto, que ni Peña ni Manlio Fabio y menos Beatriz Paredes, están dispuestos a que en sus narices se repita el efecto Madrazo. ¿Y qué es eso?

Elemental, que cuando Roberto Madrazo llegó al PRI, no sólo se apropió del partido, sino de la candidatura presidencial. Y los nuevos jefes del PRI, incluido el candidato presidencial, Peña Nieto, no quieren otro “Madrazo”. Por eso, una condición para Humberto Moreira es que la dirigencia del partido no podrá aspirar a ningún cargo de elección popular. Y ninguno quiere decir, ninguno.

¿Y por qué nadie le disputará a Humberto Moreira la presidencia del PRI, a pesar de que abundan los tiradores? Aquí la jugada parece no sólo de tres bandas, sino de fantasía. Todos saben que Humberto Moreira proviene del “establo político” de la profesora Gordillo. También todos saben que en el último quinquenio, el Partido Nueva Alianza y su lideresa, la profesora Gordillo, han sido factor y motor de triunfos, sean para el PRI o contra el PRI.

Pues bien, en el escenario de las elecciones de 2011, el verdadero jefe del PRI, Enrique Peña Nieto, hizo un acuerdo con la profesora Gordillo y con Manlio Fabio Beltrones, para garantizar dos triunfos electorales que son fundamentales para el PRI y para el aspirante presidencial. Se trata del Estado de México y el de Guerrero. La estrategia es que en esos dos casos, los grandes derrotados sean la izquierda y la derecha. ¿Y qué mejor que contar con la alianza de la profesora Gordillo, para garantizar esos triunfos?

Al final, el acuerdo fue el siguiente: le encomiendan la presidencia del PRI a uno de los alfiles de la profesora Gordillo, al profesor Humberto Moreira, a cambio de una alianza del magisterio con el PRI en Guerrero y en el Estado de México. ¿Y luego? Bueno, con el PRI en manos de la señora Gordillo, el 2012 podría significar un trabuco impensable e impasable para los opositores, a pesar de los sueños de Santiago Creel. Al tiempo.

EN EL CAMINO.

Y, en efecto, resulta que ahora sí —hace apenas unas horas— se pagó el rescate por Diego Fernández de Cevallos. Dicen los que saben que son muchas las posibilidades de que El Jefe Diego pase las fiestas navideñas en su casa. Claro, si no surgen imprevistos. Por cierto, el monto del rescate fue mucho menor de lo reclamado al inicio, y la confusión que hizo suponer a burócratas mediáticos que había sido liberado se debió a que los secuestradores alargaron la fecha de entrega del rescate. Y, por cierto, mucho tendrá que decir la jerarquía católica sobre ese secuestro. Ya hablaremos del tema.

diciembre 16, 2010

Ebrard y AMLO, dos tipos diferentes

Pablo Hiriart (@phiriart)
phl@razon.com.mx
La Razón

“¿Por qué no? Es una competencia pública”, respondió Marcelo Ebrard a la pregunta de si estaría dispuesto a un debate con López Obrador en el proceso de definición de la candidatura de la izquierda.

En Chihuahua, ante la misma pregunta, López Obrador esquivó la posibilidad. “La gente, el pueblo de México es quien decidirá en su momento”, contestó.

Es decir, una práctica tan natural y enriquecedora cuando dos políticos aspiran a ocupar el mismo puesto, es vista por López Obrador como un obstáculo.

Incluso, como una trampa: “los de la mafia del poder no me ven con buenos ojos, (pero) no lo van a decidir ellos, lo va a decidir el pueblo”, agregó.

Qué buenas ambas respuestas: los retrata a los dos.

Así es que en la izquierda hay dos precandidatos con perfil totalmente distinto. Ebrard quiere airear ideas, confrontarlas sin ruptura, y AMLO ve en la posibilidad de diálogo público una emboscada.

Cuando López Obrador dice que “la gente” va a decidir sobre quién debe ser el candidato presidencial, se refiere a su gente. A la que consulta en sus mítines.

Ebrard dijo en la entrevista de ayer en W Radio que él espera que se mantenga el acuerdo de los perredistas para elegir candidato presidencial por el método de la encuesta.

Se va a mantener el acuerdo, sin duda. El problema va estar en lo que cada uno de ellos entienda por una “encuesta”.

Ebrard, seguramente, entiende por encuesta a un ejercicio demoscópico con método científico para recoger lo que en un momento dado opina la población.

Lo que entiende López Obrador por encuesta es algo más peculiar. Es “lo que diga el pueblo”, a quien él consulta a mano alzada, o en sus ejercicios de reflexión.

¿Qué encuesta fue la que eligió a Yeidckol Polevnski como candidata “de la izquierda” en el Estado de México? Cuando se le preguntó a la senadora qué casas encuestadoras le dieron el primer lugar en las preferencias, dijo que no sabía.

Más desconcertada quedó cuando López Obrador dijo que en realidad Yeidckol había quedado segunda, pues el primer lugar era para Alejandro Encinas, pero Alejandro etcétera, etcétera.

Es lo que diga su dedito. Punto.

Y contra eso un político moderno, como Ebrard, no tiene defensa.

El Jefe de Gobierno capitalino es una opción real para la izquierda. Ha gobernado como hombre de izquierda. Sus principios los ha exhibido. Si nos gustan o no es asunto nuestro, de los votantes, pero hay claridad.

López Obrador, en cambio, es una opción autoritaria y personalísima. Lo demostró en la Jefatura de Gobierno y lo confirma a diario.

Lo va a confirmar, también, a la hora de la “encuesta”. Si los vientos no le son favorables para esa consulta a población abierta, va a reunir a los suyos en el Zócalo, les va a preguntar y va a agradecer lo que haya dicho “el pueblo”.

Migrantes y el miedo a no poder

Jorge G. Castañeda (@JorgeGCastaneda)
jorgegcastaneda@gmail.com
Reforma

Por razones que no termino de entender, el ex presidente Carlos Salinas decidió incluir en su último libro pasajes dedicados a quienes llama "intelectuales orgánicos" -de casualidad todos colaboradores de esta página- para criticar, denunciar o de plano denostar a sus personas, su obra y sus actos. Siendo uno de esos cuatro, he respondido detalladamente las acusaciones que me dirige tratando, espero que con éxito, de mostrar que, o bien no revisó cuidadosamente su texto, o actuó de mala fe, ya que abundan errores de hecho en sus decires. Sobre el más grave lo menciono de pasada: México nunca votó a favor de una resolución en el Consejo de Seguridad de la ONU que autorizara la invasión de Iraq por Estados Unidos e Inglaterra, ni en 2002 ni en 2003; nunca hubo tal resolución, porque Estados Unidos no tenía los votos necesarios para que fuera aprobada. La que sí se aprobó por unanimidad, incluyendo a Francia, China y Rusia, todos ellos con poder de veto, no sólo no permitía la invasión, sino que al contrario, obligaba a que Bush y Blair volvieran a la ONU para pedir permiso meses después. No se logró.

Pero hay un tema que me parece más extraño y de fondo. Me refiero a la cuestión migratoria. Salinas dice: "[Castañeda] fue incapaz de negociar avances sustantivos en el tema migratorio". Por un lado es cierto; por otro su afirmación es parcial y mañosa. Desde los primeros debates sobre el Tratado de Libre Comercio de América del Norte en 1990, varios mexicanos insistimos en que debía incluirse, a toda costa, la cuestión migratoria. Cuando no se hizo, seguimos luchando para que México planteara a Estados Unidos una agenda migratoria ambiciosa, que tomara en cuenta los intereses tanto de los mexicanos ya presentes y sin papeles, como de los que seguirían yéndose durante los siguientes dos o tres decenios. Y cuando tuve la oportunidad de llegar al gobierno con Vicente Fox, en el 2000, y traducir en políticas públicas estas tesis, lo primero que hice, efectivamente, fue planteárselo a Washington.

Donde Salinas tiene razón es que no pude alcanzar esta meta. Ni yo ni Fox ni Bush ni Calderón ni Obama ni Powell ni Kennedy ni McCain ni nadie hasta ahora. No ha sido posible lograr lo que parecía factible en los primeros meses del sexenio de Fox y del primer cuatrienio de Bush, a saber, un acuerdo migratorio, o lo que después se llamaría una Reforma Migratoria Integral, que incluyera la legalización de los mexicanos indocumentados en Estados Unidos, y el establecimiento de un programa de trabajadores temporales que legalizara los flujos futuros. No se ha podido porque es extraordinariamente difícil hacerlo. Tan difícil que cuando finalmente se sometió a votación la famosa enchilada completa en 2006, la iniciativa McCain-Kennedy fue derrotada; y cuando volvió a debatirse una versión diluida en 2007, volvió a ser rechazada a pesar de los esfuerzos de todo el espectro ideológico norteamericano, del gobierno de México, y de varios gobiernos centroamericanos y del Caribe. Hoy el presidente Obama, de algún modo, ha aceptado que tampoco va a poder antes de su posible y deseable reelección en el 2012.

Pero hay una diferencia fundamental entre Salinas y los demás, es decir, Fox, Calderón, Derbez, Espinosa y yo: nosotros sí tratamos y él no. Excluyó el tema migratorio del TLC, tanto para que no se incluyera el energético, como para no arriesgar su ratificación. Desperdició, quizás, la mejor oportunidad que México hubiera tenido en esta materia. Tampoco se lo propuso durante el año de su Presidencia posterior a la entrada en vigor del TLC, ni a lo largo de los 16 años subsiguientes, durante los cuales, como ex presidente de México, con prestigio y autoridad en Estados Unidos, ha dejado de lado ese tema en las múltiples conferencias y presentaciones que ha realizado. Yo prefiero haber tratado aunque no haya podido en estos casi 20 años de lucha; Salinas prefirió no tratar, para que no le dijeran que no pudo. Cada quien.

Ingenuidad de Marcelo, al creer en AMLO

Ricardo Alemán (@laotraopinion)
Excélsior

En una entrevista mañanera, Marcelo Ebrard debió explicar con detalles lo que ha sido su propuesta para la selección del candidato presidencial por la izquierda mexicana. A una pregunta aceptó que sí, en efecto, podría ser necesario un debate con su adversario natural, Andrés López Obrador, para que los potenciales electores perciban la diferencia entre dos proyectos políticos diametralmente opuestos.

Y tiene razón el jefe de Gobierno, ya que las formaciones, personalidades, objetivos y estilos de hacer política y gobernar de Marcelo y AMLO son —por decirlo suave— como el agua y el aceite. Y en efecto. ¿Cómo será posible para un elector de a pie, sin más información que la recibida de los medios de comunicación, pulsar una diferencia entre el agua y el aceite; es decir, entre AMLO y Marcelo?

El jefe de Gobierno capitalino dijo que luego de un debate, de confrontar las ideas y propuestas de gobierno entre AMLO y Marcelo, los potenciales electores de la izquierda tendrían elementos para entrar a un proceso de encuestas que permitiría determinar quién de los dos sería el mejor candidato presidencial por ese sector de la sociedad mexicana, en 2012. Parece y es un razonamiento impecable.

Como también es impecable el argumento de que, si la izquierda se fractura, o se parte, también se habrían partido todas sus posibilidades reales de triunfo en la contienda presidencial de 2012. Por eso, en entrevista en el informativo matutino de W Radio —conducido por Carlos Puig—, Ebrard insistió en que la divisa fundamental de la izquierda mexicana es la unidad. “Sin unidad no tenemos nada que hacer, y mejor nos vamos a nuestra casa”. Otra verdad de a kilo.

Y cuando le preguntaron a Marcelo si confiaba, si creía en la palabra de AMLO, dijo que hasta hoy —ayer miércoles—, López Obrador siempre había cumplido la palabra empeñada. Y el jefe de Gobierno del DF pudo haber dicho la verdad, que el tabasqueño siempre ha cumplido su palabra, pero lo que Marcelo no sabe, no quiere saber o no le importa saber, es que son muchos —y hasta se pueden contar por docenas— los políticos a los que ha traicionado AMLO.

Más aún, han sido víctimas de la traición de AMLO nada menos que Cuauhtémoc Cárdenas, Heberto Castillo y Rosario Robles; figuras emblemáticas en la fundación del PRD, y gracias a las cuales López llegó a los cargos que alcanzó. Sin su padre político —que fue Cárdenas—, Obrador no hubiera sido nada en el PRD. En las primeras semanas de 2001, en el Itinerario Político de entonces, pronosticamos que sólo era cuestión de tiempo para que AMLO cometiera “parricidio político” contra Cuauhtémoc Cárdenas. Entonces nos dijeron de todo. Pero hacia 2002 y en adelante, AMLO mató a su padre político y a sus mayores.

A Rosario Robles no sólo la lanzó a un lodazal de calumnias y difamaciones mediáticas, sino que la echó del partido en medio de un escándalo de corrupción; cuando la gestión de AMLO, de Leonel Cota y otras al frente del PRD mostraron gastos aún más escandalosos que los de Robles, quien por cierto le hizo la campaña a AMLO en el Distrito Federal en el año 2000. Es decir, sin Rosario Robles, AMLO no hubiese ganado la Jefatura de Gobierno del DF. ¿Y cómo le pagó? Con la expulsión del partido.

Pero más allá de la historia de traiciones de AMLO, lo cierto es que la propuesta que esbozó Marcelo Ebrard la mañana de ayer no es más que un puñado de buenas intenciones. ¿Por qué? Porque nadie sabe si AMLO aceptará esas propuestas. Y si las acepta, nadie sabe si las cumplirá. Y lo más seguro es que no las reconocerá, si no es él el ganador. Es decir, AMLO sólo acepta lo que le sirve, le hace ganar, le da beneficios. Nunca reconoce lo que hace ganar a otros.

¿Cree Marcelo, en serio, que AMLO va a aceptar que el jefe de Gobierno le pueda ganar la candidatura presidencial por la llamada izquierda? Marcelo puede ser todo lo ingenuo que quiera, pero lo cierto es que, hoy, AMLO hace todo por el triunfo de Enrique Peña Nieto en el Estado de México, y le pavimenta el camino para 2012. ¿Y eso cómo se llama? Aquí y en China se llama traición. Sí, AMLO no respeta más interés que su interés personalísimo. ¿Qué parte necesita que le expliquen a Marcelo, sobre la naturaleza traicionera de AMLO? Al tiempo.

EN EL CAMINO.

Pronto se toparán con la terca realidad los ingenuos que insisten en que Santiago Creel fue el ganador de la pelea por la presidencia del PAN. Y claro, si la realidad no es como la imaginan, peor para la realidad.

Entre el fuero y el amparo

Román Revueltas Retes
revueltas@mac.com
Interludio
Milenio

El “fuero” —es decir, ese descomunal privilegio jurídico del que gozan nuestros representantes populares, y los impopulares también— como que comienza a sacarme urticaria.

Digo, los ciudadanos de a pie, comunes mortales, vivimos en la más absoluta indefensión cuando tenemos la desgracia de afrontar los embates de la justicia: no hay figura más temible, creo yo, que la de un agente del Ministerio Público y, entre los espacios visitables del aparato del Estado, no hay tampoco lugar más piojoso y deprimente y lúgubre y sombrío y tétrico que la oficina donde despachan esos buitres. Imaginar, entonces, que el ejercicio de un cargo público te va a eximir de cualquier trámite judicial y de la menor “indagatoria” (el propio lenguaje es de echar a correr) aunque hayas perpetrado delitos bien delictuosos e infracciones de todos los órdenes (del orden común, para empezar, y otras mucho menos comunes aunque mucho más corrientes, vistos los tiempos que corren), es como tener asegurado un lugar a vida en un paraíso terrenal donde las transgresiones no merecen castigo alguno (estamos hablando, en realidad, de una aspiración universal que se frustra desde el momento mismo en que, de niño, tus padres comienzan a marcarte límites muy claros y, encima, te imponen obligaciones tan desagradables como ir a la escuela, lavarte los dientes, dar las gracias a los mayores, etcétera, y que es todavía mucho más difícil de consumar de adulto porque las reglas y las obligaciones —es decir, las responsabilidades— son mucho más agobiantes).

El tal “fuero”, en su momento, fue una medida para asegurar la independencia de los miembros del Poder Legislativo. Ya no. Hoy, es una garantía otorgada a los señores diputados, entre otros beneficiarios, para que nadie les importune si conducen a 200 kilómetros por hora y para que, si les viene en gana, puedan cometer trapacerías y marrullerías a discreción. Qué trabajoso, por cierto, fue quitarle su “fuero” a Godoy. Pero, no se preocupen por él: ahora lo protege un “amparo”.

diciembre 15, 2010

Todo queda, ¿en familia?

Raymundo Riva Palacio (@rivapa)
rrivapalacio@ejecentral.com.mx
Eje Central

Genaro Guízar, presidente municipal de Apatzingán, la tierra más caliente de México en la última semana, afirmó en una entrevista de radio que los narcobloqueos en su municipio la semana pasada —durante el operativo en el que murió Nazario Moreno, el jefe de La Familia Michoacana conocido como El Chayo—, no fueron narcobloqueos, sino ataques provocados por el gobierno federal. “Me extraña que eso suceda”, agregó sin explicar nada. “Eso no sucede aquí”.

Regreso al pasado: El 11 de julio de 2009 fue detenido Arnoldo Rueda, La Minsa, número tres en el liderazgo de La Familia Michoacana, cuyo arresto desató una serie de ataques a instalaciones de la Policía Federal en varios municipios, incluido Apatzingán, en el principio de horas muy difíciles para los federales.

Una unidad de agentes encubiertos de la Policía Federal que estaban buscando al número tres del cártel, Servando Gómez Martínez, La Tuta, fue descubierta por sicarios de La Familia Michoacana en Apatzingán. La Tuta ordenó que los ejecutaran y que lo grabaran. Un video que estuvo sólo siete minutos en YouTube, muestra completo el episodio, cuando están en el suelo golpeados y torturados, cuando a una agente la violan varios sicarios, y cuando aparecen ejecutados con el tiro de gracia.

Guízar, el alcalde que estuvo preso por el caso del llamado Michoacanazo, enfatizó en la entrevista este lunes. “Nosotros éramos pacíficos aquí. Nunca había pasado eso. No suceden tales cosas. (Apatzingán) no es una ciudad insegura”.

Regreso al pasado: El primero de julio de 2009, la Policía Federal presentó a Miguel Ortiz Miranda, apodado El Tyson, un capataz y entrenador de sicarios de La Familia Michoacana, cuyas primeras declaraciones ante la autoridad abrieron la puerta a la forma cómo se daban los cursos para los matones del cártel y hasta qué extremos llegaba la instrucción.

A Ortiz Miranda le encontraron una computadora portátil donde había el video de un joven acostado en el suelo boca abajo y encima de él otro joven con un machete, que se lo desliza por el cuello y lo empieza a cortar. Minutos después, con la presión, la cabeza empieza a desprenderse hasta que queda totalmente separada del cuerpo. El sicario la coloca en una hielera, lista para ser enviada a un adversario, con el propósito de provocar terror.

Guízar, el alcalde de Apatzingán en cuya región murió Nazario Moreno, organizó el domingo pasado una manifestación “por la paz” después de que la comunidad sufrió pánico y zozobra durante las 36 horas de operación contra del jefe de La Familia Michoacana. La manifestación se convirtió en una movilización de las bases sociales del cártel, que obligó a Guízar a deslindarse de ella. Pero el lunes, en la entrevista de radio, protestó contra lo mismo que reclamaba La Familia Michoacana: la presencia del Ejército y la Policía Federal en el estado.

Regreso al pasado: En febrero de 2008, una marcha en Morelia estaba tapizada de pancartas contra la Policía Federal y el Ejército, demandando que se fueran del estado. En la cabeza de la marcha iba Rafael Cedeño, El Cede, a quien Nazario Moreno había responsabilizado de los centros de readaptación en Michoacán —donde tejían su base social y reclutaban sicarios—, de la plaza de Lázaro Cárdenas, para el trasiego de cocaína a Estados Unidos y recepción de precursores de las metanfetaminas, y del control de los giros negros y la prostitución. Al momento de ser detenido el año pasado, El Cede portaba una credencial de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos.

La penetración sociopolítica de La Familia Michoacana estalló cuando hace casi año y medio se detuvo a una treintena de funcionarios estatales y alcaldes —incluido Guízar—, por presunta relación con el narcotráfico. La mayoría se encuentra libre por un amparo concedido por un juez local, pero el caso no está cerrado. Lo que sí está es contaminado por el traslape de la justicia con la política, y la confusión.

¿Quiénes son los buenos? ¿quiénes son los malos? Para Guízar, los malos son la Policía Federal y el Ejército. La violencia no la ocasionan los grupos delincuentes, afirmó. “Es la (Policía) Federal que viene”, agregó. Decenas de personas volvieron a las calles de Morelia exigiendo la salida de las fuerzas federales del estado y clamando que “Nazario vive en nuestros corazones”.

¿Quiénes son los buenos? ¿quiénes los malos? Hay muchos que critican a las fuerzas federales, por su estrategia, por sus abusos y sus excesos, pero tienen que ajustarse al dictado de la Ley. Los impuros, entre ellos, pagan con la cárcel. Pero los malos son los que no rinden cuentas, los que matan cuando se sienten vulnerables y se manejan bajo la ley de las armas. Los malos son los criminales, sin duda alguna, aunque a veces a muchos se les olvida.

Entregó a su hermano para no caer él

Carlos Loret de Mola (@CarlosLoret)
Historias de un reportero
El Universal

Desde hace cuando menos tres semanas, el gobernador de Michoacán, Leonel Godoy, al fin se dio cuenta de que su hermano no tenía salvamento. A partir entonces, se dedicó a operar ya no su permanencia sino su fuga de la Cámara de Diputados, de la vida partidista y de la escena nacional. En ello le iba a Godoy la propia supervivencia política: sacrificar al hermano para no caer él.

Primero, de cara a las elecciones locales para sucederlo, en noviembre de 2011, donde el PRD figura abatido en las encuestas bajo el PRI, con Fausto Vallejo Figueroa, y el PAN, con Luisa María Calderón, hermana del presidente Calderón... y tal vez algo más: está marcado por la sospecha que sobre el propio gobernador tendió la administración calderonista desde que inició el proceso judicial conocido como el Michoacanazo.

Ni siquiera para los perredistas el caso Godoy ha sido una sorpresa.

La relación de Los Chuchos con Los Pinos es más que espléndida desde el inicio del sexenio. Antes de que la Procuraduría General de la República lanzara este expediente contra funcionarios y alcaldes michoacanos, Los Chuchos fueron informados al más alto nivel político: les advirtieron que el círculo cercano al gobernador Leonel Godoy estaba muy involucrado con La Familia, particularmente su hermano Julio César. Según fuentes muy bien informadas, el propio Ortega alertó a Godoy, quien no habría hecho caso. Por eso estalló el escándalo y el PRD nacional ni las manos metió.

Cuando un año después el expediente del Michoacanazo comenzó a desmoronarse en el Poder Judicial que liberó a casi todos los acusados, la postura varió y se subió el PRD al discurso de la persecución política. Esto sucedió porque se sintió traicionado: su alianza electoral con el PAN había incluido una especie de tregua sobreentendida para no atacarse mutuamente. La tregua se había roto cuando la PGR, a pesar de su fracaso en tribunales, seguía atizando con la narcopolítica.

Ya después de que Alejandro Encinas, José Narro y Guadalupe Acosta se embarcaron escondiendo a Julio César Godoy para que pudiera rendir protesta como diputado, dentro de la dirigencia perredista y la bancada en la Cámara de Diputados siguieron las valoraciones. El cálculo interno era que se derrumbara el Michoacanazo completo y quedaran libres todos, los 39 acusados, incluido el hermano incómodo. Sin embargo, la incapacidad de Julio César para explicar la procedencia del dinero que se le había detectado en cuentas bancarias los obligó poco a poco a matizar su defensa. Arturo Zamora, priísta integrante de la Sección Instructora que evaluó la averiguación previa, reveló que no había fondo lícito visible en alrededor de 24 millones de pesos en sus cuentas.

Ya sin contar que los dirigentes del PRD tuvieron acceso privilegiado a las conversaciones telefónicas que, según los peritajes del expediente, mantuvo Godoy Toscano con Servando Gómez, La Tuta.

Con estos elementos en la mano, los principales dirigentes del PRD se reunieron con el gobernador michoacano y concluyeron que defender al diputado hasta el punto de evitar su desafuero sólo traería un daño que podría ser irreparable tanto al partido como a la administración estatal. Y el gobernador decidió ceder a su hermano:

La decisión fue no impedir el desafuero, justificarlo en términos de permitir que enfrentara las acusaciones como cualquier ciudadano, pero tener cuidado de no pronunciarlo culpable. Y luego esconder al prófugo si hacía falta, protegerlo y enterrar el tema (¿cómo estarán las cosas que un grupo de diputados michoacanos pidió que se les permitiera abstenerse de votar por motivos de seguridad y se les concedió?).

El asunto está en realidad lejos de terminar.

SACIAMORBOS

Hay una grabación telefónica que se mantiene en secreto. Forma parte del expediente de los vínculos de La Familia Michoacana con autoridades políticas del estado. Electoralmente explosiva.

Mea culpa del PRD

Francisco Garfias (@panchogarfias)
www.elarsenal.net
Arsenal
Excélsior

La abrumadora votación a favor del desafuero de Julio César Godoy, registrada ayer en la Cámara de Diputados, dejó muy mal parado al PRD, partido que cobijó con una curul al cuestionado medio hermano del gobernador de Michoacán, acusado de vínculos con el cártel de La Familia, delitos contra la salud, pero también de lavado de dinero.

Ya al final de la sesión, el tablero electrónico quedaba como fiel reflejo de los elementos que encontró la famosa Sección Instructora, que revisó el caso, para recomendar al pleno, a través de un voluminoso dictamen, quitar al michoacano la inmunidad parlamentaria: 384 votos a favor, incluida una mayoría de perredistas, 22 abstenciones, y sólo dos en contra, uno de ellos Gerardo Fernández Noroña, y el otro, de Balfre Vargas Cortez, del PRD.

Alejandro Encinas fue el único orador a favor del dictamen. El hecho es significativo. El coordinador de los diputados del PRD ofreció refugio en sus oficinas de San Lázaro, durante 48 horas, a Julio César Godoy, cuando entró clandestinamente a la Cámara de Diputados, hace 83 días, para rendir protesta.

¿Qué lo hizo cambiar de postura? Alguna vez nos acercamos a preguntarle. “No conocía las grabaciones; sabía que existían, pero no su contenido”, aseguró Alejandro. Ayer subió a tribuna para redimir su error y pronunciarse a favor del desafuero. No lo hicieron los priistas, tampoco los panistas. Eso destacó su gesto.

Godoy quedó a merced de las autoridades competentes. Cuenta con un “amparo para efectos” que le otorgó el polémico juez Efraín Cáceres, su paisano. Según algunos expertos, otros opinan lo contrario, ese amparo impide su detención. En la PGR no tenían claro, a mitad de la tarde, si podían detenerlo o no. Lo pudimos constatar. Pero se reportaban listos para “ir por él”.

¿Lo tendrán ubicado?, es pregunta.

La sabiduría china nos dice que una imagen dice más que mil palabras. La que vimos ayer en la sede nacional de la CNOP fue elocuente. El beltronista Emilio Gamboa, perfilado hace meses para suceder a Beatriz Paredes, alzándole el brazo a Humberto Moreira, “candidato de unidad” a la presidencia del PRI.

El gobernador saliente de Coahuila llega al cargo por obra y gracia de Enrique Peña Nieto, indiscutible mandamás en el tricolor. El gobernador mexiquense lleva meses reuniéndose frecuentemente con Manlio Fabio Beltrones; y algo menos con la tlaxcalteca.

Los tres hablaron, propusieron y alcanzaron un acuerdo que hoy tiene al PRI cohesionado. Una ventaja frente a las sacudidas internas en el PAN y la amenaza de ruptura en el PRD.

Los ganones en estos acuerdos son el gobernador mexiquense y el senador sonorense. La presidenta tlaxcalteca quedó casi marginada, pero sabe que sin unidad no hay regreso a Los Pinos. Por eso decidió sumarse.

Gamboa pudo haber alzado la mano, grillado a Moreira, dividido al partido. No lo hizo porque está también convencido de que si los priistas llegan cohesionados a 2012 “no habrá nadie que nos gane”.

El coahuilense, no hay duda, va a incomodar a Felipe Calderón. No es amigo del presidente, como Beatriz. Tampoco le va a hacer concesiones al inquilino de Los Pinos. Su estilo es agresivo, respondón. Lo vimos con Vicente Fox cuando la tragedia de Pasta de Conchos.

Ya ayer nos hizo notar que el presidente Calderón está mal calificado y que no es Lula. “Si hace pendejadas, le vamos a responder igual y a ver de a cómo nos toca”, advirtió. Gamboa tampoco se anduvo por las ramas. “El Presidente tiene el aparato del Estado, pero nosotros también le sabemos a eso”, advirtió.

Moreira va a pedir licencia de su cargo a principios de enero o quizá en los últimos días de diciembre. En su lugar se quedará como interino Jorge Díaz López, secretario de Desarrollo Social de su gobierno. El profesor mata dos pájaros de un tiro: asume la presidencia del PRI y evita entregarle el gobierno a su hermano Rubén. Ambos encabezan un proyecto de dinastía hereditaria que ya ha fracasado en Tlaxcala y Nayarit.

El diputado del PRI Francisco Moreno sacó su estado de cuenta de American Express y mostró tres cobros, por más de 60 mil pesos cada uno, que pagó por hospedaje en Cancún, donde acudió como presidente de la Comisión Especial de Cambio Climático de la Cámara baja. Los tres pagos son por 16 días, y no por tres; y cubren a 16 personas de la Comisión que viajaron con él, aclaró.

“Eso de las siete cifras es una mamada”, aseguró el diputado morelense, en referencia al columnazo que le pegaron ayer miércoles, por la cuenta de viáticos que, debido a lo abultada, habría sido rechazadaza por Francisco Rojas, coordinador de la bancada del PRI en San Lázaro. “No es cierto, Rojas fue el primero que la avaló”, aseguró el morelense.

Secreto y utopía

Héctor Aguilar Camín
acamin@milenio.com
Día con día
Milenio

La utopía es una región potente de la imaginación humana, no cesa de inventar y proponer mundos a la vez deseables e imposibles.

La utopía que parece propagarse con toda la fuerza de los instrumentos de la modernidad en la aventura global de WikiLeaks es la de un mundo sin secretos. Mejor: la de un mundo transparente, gobernado sin secretos.

La aventura de WikiLeaks es un refinado asalto tecnológico sobre la fortaleza de los secretos de gobierno. Toca la zona más sensible no sólo del orden diplomático, sino de la vida política misma: la zona de la confidencialidad, si se quiere de la simulación, si se quiere de la mentira, en que descansa buena parte de la política práctica.

Quien diga que la política o la diplomacia son posibles sin secretos, mentiras ni simulaciones, es un ingenuo o un demagogo. Lo mismo quien diga que la transparencia total es posible en la vida pública, o, para el caso, en la privada. Partes esenciales de la vida pública y de la vida privada se sostienen en la discreción, el disimulo, el secreto y la mentira.

Nada puede pudrir tan fácilmente una negociación difícil como hacerla pública antes de tiempo. Nada puede envenenar tanto una relación privada como que las partes se digan sin cesar sus verdades.

Bien visto, la transparencia total no es un bien deseable ni en el mundo público ni en el privado. Cabría imaginar un mundo atroz en el que todo mundo dijera la verdad. Sería una verdadera antiutopía, pues la verdad es una señora con espada, y suele cortar de más.

En la vocación de transparencia de WikiLeaks hay el genuino impulso de control democrático del gobierno por los ciudadanos. Pero en su ethos de transparencia radical, hay un fondo intolerante y, como en toda utopía genuina, una ilusión inalcanzable, un desafío al corazón de la realidad, que no tiene corazón para las utopías: se dedica a triturarlas en su duro molino de verdades sin alma.

La bondad de la transparencia, como la del alcohol o el nacionalismo, es una cuestión de grados. Servida en dosis adecuadas es un ingrediente fundamental de la vida democrática, instrumento por excelencia de control de los gobernantes.

Servida en las dosis mundiales que nos ha hecho beber la última oleada de WikiLeaks, el licor en cuestión quizá rompe más de lo que arregla, acaso pone las bases no para una mayor transparencia futura, sino para una mayor opacidad.

Las utopías tienen ese don: a menudo consiguen lo contrario de lo que buscan. En todo caso, me pondré juarista: alcanzado cierto punto de transparencia deseable, entre los individuos como entre las naciones, el respeto al secreto ajeno es la paz.

'Puro caramelo' por Paco Calderón



diciembre 14, 2010

El daño es para México

Leo Zuckermann (@leozuckermann)
Juegos de Poder
Excélsior

Una cosa me queda clara: una niña de ocho años no sale a las calles a manifestarse espontáneamente por ningún motivo.

Veo la foto y no la acabo de creer. Una niña como de ocho años de edad, bien peinadita, marcha en una protesta por las calles de Apatzingán, Michoacán. Lleva una cartulina que dice “La Familia Michoacana somos más que un Estado”. Es parte de un contingente que expresa su apoyo al cártel de ese nombre y su líder, Nazario Moreno, quien cayó abatido por las fuerzas federales unos días antes.

¿Qué sabe esta niña del crimen organizado? ¿Quiénes son sus padres que la envían a la calle a portar esa cartulina? ¿Cómo se atreven? ¿Acaso son empleados de los delincuentes? ¿O les pagaron por salir a las calles a protestar?

Porque una cosa me queda claro: una niña de ocho años no sale a las calles a manifestarse espontáneamente por ningún motivo. Ni porque la regañaron ni porque sus padres se quedaron sin trabajo, mucho menos a favor de un grupo delincuencial.

De acuerdo a la prensa, fueron unas 500 las personas que marcharon en Apatzingán a favor del cartel michoacano. Aparte de la pancarta señalada, había otras que decían: “Viva La Familia Michoacana”, “Nazario vive en nuestros corazones”, “Fuera PFP y Marina. Malditos asesinos”, “Marina nos da pérdida de hijos inocentes” y “Señor Nazario, para los estudiantes sus ideales siguen vivos”. A todas luces, ridículo.

Lo peor es que esta marcha logra su propósito propagandístico: pintar a México como un país violento donde los cárteles tienen un amplio apoyo social. Ahí está la nota de Gustavo Ruiz de la agencia AP firmada en Morelia y titulada Mexicanos marchan en apoyo de narcotraficante. Informa el reportero:

“Una marcha por la paz en el occidente de México el domingo se convirtió en una muestra de apoyo a un narcotraficante muerto, en la que algunos manifestantes llevaban pancartas con elogios a El Más Loco. Cientos de personas salieron a protestar por las calles de Apatzingán, cuna de Nazario Moreno —líder del cártel de La Familia Michoacana y conocido por repartir ejemplares de la Biblia a los pobres—, donde el gobierno afirma que murió en un tiroteo el jueves con la policía federal […] Moreno, considerado el líder ideológico de La Familia, había establecido un código de conducta para sus miembros que les prohíbe el uso de las llamadas drogas duras o el traficarlas dentro del territorio mexicano. Un análisis de la agencia antinarcóticos estadunidense (DEA, por sus siglas en inglés) dice que La Familia reparte ejemplares de la Biblia y dinero entre los pobres, financia escuelas y paga el sueldo de funcionarios locales”.

Esto salió publicado ayer en el periódico de Miami, El Nuevo Herald, y en diversos diarios de todo el mundo que reproducen las notas de AP. Otro reporte en Los Angeles Times de Daniel Hernández afirma: “La protesta que se volvió narco-mitin en Apatzingán demuestra cuán profundamente ha penetrado el culto del tipo La Familia en la sociedad de Michoacán, estado natal del presidente Felipe Calderón”.

Si yo fuera extranjero y leyera estas notas pensaría que los mexicanos se están volviendo locos. ¿Niñas que apoyan a un grupo de criminales? ¿Penetración de un culto de narcos? ¡Por favor! Los reporteros extranjeros, al igual que los mexicanos, deberían investigar un poco más acerca de este “fenómeno”. Sobre las supuestas bases sociales de los narcotraficantes. ¿Quiénes son estas familias que protestan? ¿Qué interés tienen para defender a Nazario y sus secuaces? ¿Son acaso sus empleados o les pagaron por ir a la marcha? ¿Cómo es que se atreven a mandar a sus hijos por delante?

Mientras nos enteramos de la verdad, la imagen de México se deteriora. Resulta que no sólo somos un país violento sino que estamos al borde de un ataque de locura.

Es increíble el daño que puede hacerse a un país entero con un puñado de irresponsables, diez cartulinas, un plumón y una niña bien peinada.

diciembre 13, 2010

El mejor alcalde del mundo

Leonardo Curzio (@leonardocurzio)
Analista político
El Universal

La gran paradoja de la capital es que no tiene una política local densa y articulada. Tenemos, más bien, redes de intereses operando, y algunas acciones colectivas que esporádicamente saltan a la superficie, pero no tenemos nada parecido a un proyecto de ciudad. La Ciudad sobrevive y sobrelleva sus problemas cotidianos. Los capitalinos (dicen en provincia) somos tan arrogantes, que consideramos que la política nacional es nuestra política local y no es eso más que una ilusión. Desde los medios de la capital se habla de México y se enjuicia al gobierno federal, y la política local se mira por encima del hombro, a pesar de que —como apunta con agudeza Tony Judt— una infraestructura urbana puede marcar la diferencia. Una ciudad mal equipada empobrece a la sociedad en su conjunto, pero más a los más pobres. Las banquetas rotas, las escuelas destartaladas, un transporte público de mala calidad, la ausencia de parques y avenidas, amplían las diferencias de ingreso y condenan a los que menos tienen a tener una peor vida. Los obreros ingleses o italianos se suben a un autobús digno en el que conviven con el oficinista. Pueden caminar por calles hermosas y sentarse en un parque a disfrutar de un bien cuidado jardín o jugar frente a un monumento nacional. En nuestra ciudad, la infraestructura urbana degrada a los que menos tienen. Por eso me parece tan importante que rescatemos la dignidad de la política local.

Para muchos capitalinos que a diario se topan con obras mal planeadas y con un transporte público degradado y degradante, el anuncio de que Marcelo Ebrard es el mejor alcalde del mundo, se prestó a todo tipo de escarnios. Para todos los que se ven envueltos en un caos urbano casi cotidiano y tienen que escuchar que los asaltos en avenidas tan concurridas como Constituyentes siguen siendo el pan de cada día (a pesar de las cacareadas cámaras que vigilan la urbe), la proclama sonaba a pitorreo. Comentarios muy similares se escucharon con el pomposo apelativo de “Ciudad de Vanguardia” que el gobierno (poco modesto en aquello de florearse a sí mismo) dispuso como lema para recibir a los alcaldes de otras latitudes para discutir la gobernabilidad y el cambio climático. Tenía algo de esperpéntico que a unos metros de donde estaban proclamando las pasiones futuristas de la ciudad, las calles tuviesen zanjas enormes y ambulantes cercenaban el espacio público.

A pesar de esas burlas, un número importante de capitalinos sabe que en el nombramiento de mejor alcalde hay un punto de justicia y otro de conmiseración por parte de sus colegas. Justicia porque hay pocas ciudades en el mundo con un afán autodestructivo tan marcado como la nuestra, y conmiseración porque muy pocos alcaldes del mundo gobiernan con una infraestructura tan mediocre y con un aparato administrativo tan deprimente. Lo digo sin sorna: tiene algo de milagroso que esta ciudad funcione. La incivilidad de los conciudadanos es proverbial. Desde las clases altas hasta las populares, todas parecen encaminadas a destruir todo tipo de bienes públicos. Los adinerados se han obstinado en degradar sus tradicionales colonias al propiciar una feroz especulación. Las selectas avenidas de Palmas y Reforma ya son vías de paso para alimentar la voracidad de los especuladores del poniente de la ciudad. Polanco, están a punto de ahogarlo por la proliferación irracional de restaurantes y comercios. Los menos afortunados se obstinan también en convertir calles enteras en mercados y en merenderos inmundos e insalubres. No hay amor por la ciudad. Cada quien quiere defender su manzana (vean las reacciones de los notables que se quejan de la supervía) y todos se desentienden del resto. Las fachadas y colonias se degradan y los delegados tienen los parques y aceras en una situación inmunda. Esa es la ciudad que gobierna Ebrard, y no una ciudad con vecinos cooperativos y orgullosos de sus espacios públicos y dispuestos a tener una política local musculosa y racional.

Ebrard tiene, además, que gobernar con un partido que se ha formado por clientelas, y por eso, diputados y delegados no miran por el interés público, sino por el de sus huestes, que se dedican a sacar prebendas de la Ciudad y a extraer rentas a cambio de su apoyo electoral. No son rentas enormes como las que obtienen los especuladores y los beneficiarios de las obras públicas (grandes aliados de los gobiernos perredistas), pero su existencia impide el sano desarrollo de la urbe. Gobernar así es una hazaña. El espacio de la política local es tan digno como cualquier otro, y mucho cambiaría la vida del país si tuviésemos en la capital una vida política renovada.

De chismosos e hipócritas

Jesús Silva-Herzog Márquez (@jshm00)
Reforma

La incursión diplomática de Isaiah Berlin fue breve e intensa. Durante cinco años observó para el gobierno de Churchill el rumbo de la política norteamericana. Vivió en Washington y en Nueva York dedicado a enviar reportes semanales a la cancillería británica sobre el clima de la opinión, las señales del liderazgo de Roosevelt y los debates dentro del Congreso. El propio primer ministro leía con interés sus envíos. Admiraba su estilo y el colorido del paisaje que pintaba. Churchill esperaba con impaciencia la llegada puntual de cada reporte y quiso conocerlo pero lo confundió en una ocasión memorable con otro I. Berlin: Irving Berlin. Berlin disfrutó su aventura diplomática. Veía con gusto que su trabajo era apreciado en los niveles más altos de la política británica. El historiador de las ideas estaba convencido de que su talento para descifrar el código del poder no estaba en sus conocimientos históricos sino en su interés por la vida de los otros. Sabía bien que, por decisivas que fueran las instituciones, por pesadas que fueran las estructuras económicas, el rumbo de la política era trazado por hombres de carne y hueso, ideas y prejuicios. El empaque psicológico de los individuos, sus vínculos personales, sus doctrinas y sus terquedades son determinantes. En una carta a sus padres lo describe perfectamente: me va bien en este extraño mundo de la diplomacia porque he cultivado desde siempre el arte del chisme. Aquí puedo hacer, de mi afición, oficio.

Evoco esta anécdota porque se han tachado las filtraciones de WikiLeaks como puro chismerío. Las oficinas diplomáticas entregadas a la comidilla de los hombres y las mujeres del poder: las enfermeras voluptuosas de algún gobernante, las debilidades mentales o las obsesiones de otros. La crítica que se ha escuchado no se ha dirigido solamente a la difusión de estas comunicaciones, sino a la ocupación misma de los diplomáticos. ¿Es necesario sostener una representación diplomática para enterarse de las aficiones del señor Berlusconi? Los representantes del gobierno norteamericano convertidos en indiscretos reporteros del corazón, en psicólogos de diagnóstico apresurado, infidentes cronistas del pasillo y la taza del té. Todas estas descripciones tienden a enfatizar la indignidad, la superficialidad, la ligereza de la tarea. ¿Inmunidad diplomática a los profesionales del chisme? Por ello vale la distancia irónica de Berlin: la diplomacia, como la política misma cuelga mucho más de las pequeñas historias personales de lo que los pomposos teóricos o los pontificadores cívicos sugieren. Sí: la política se alimenta de chismes. De su calidad depende buena parte de nuestras decisiones.

Las agencias diplomáticas no solamente se han revelado chismosas sino hipócritas. De nuevo, el escándalo por el doblez de embajadores y demás enviados. Una cosa es lo que dicen frente al micrófono y las cámaras, otra muy distinta lo que escriben a sus gobiernos. En público se brinda por la ejemplar amistad entre los pueblos y se elogia la conducción patriótica del líder; en secreto se sospecha de la cordura del gobernante y se condena su régimen como una organización mafiosa. Desde luego, los fingimientos diplomáticos nos ofenden y nos indignan. Nuestra aversión a la hipocresía es saludable porque exigimos un mínimo de coherencia a los actores políticos. Valdría, sin embargo, detenernos a pensar los usos y los beneficios de la hipocresía. Sí: los beneficios de la hipocresía. ¿Buscamos realmente que nuestras relaciones internacionales sean evaluadas bajo el absolutismo de la sinceridad? ¿Queremos que nuestros representantes nos informen sin ambages lo que piensan de los políticos con los que dialogan? ¿Cuáles son los costos de la sinceridad absoluta? ¿Estamos dispuestos a pagarlos?

David Hume llegó a decir que la hipocresía era el traje que necesitábamos para caminar por el mundo; que nuestros deberes sociales la hacían, en realidad, obligatoria. No es que invitara a la fraternidad por la mentira, es que sabía que la autenticidad total haría imposible la convivencia. La filósofa Judith Shklar habló de la hipocresía como un vicio ordinario que palidece frente a la depravación de la crueldad. ¿Puede eliminarse la hipocresía de la superficie del planeta? ¿No nos prestan las máscaras algún servicio? Shklar reconocía que las democracias liberales viven inevitablemente en conflicto con ella: deben combatirla para no despeñarse en el cinismo, pero también deben reconocer con honestidad sus servicios. Sin cierta hipocresía no habría espacio para el acuerdo entre personas que piensan distinto y que, en lo personal, se aborrecen. Se necesita también cierta duplicidad para cuidar las cortesías indispensables en una democracia. Pregunta Shklar: si entre nosotros existen ciudadanos racistas, ¿qué preferimos: su sinceridad o su hipocresía? Yo no tengo duda. Creo que hay hipocresías benéficas y chismes útiles.