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La Crónica de Hoy

Si dividimos a los países, según sus resultados, en siete grupos (excelentes, muy buenos, buenos, regulares, malos, muy malos y pésimos), México queda dentro del grupo de los excelentes. Si además, con el fin de mejorar el análisis, dividimos a los países por deciles, México se ubica en el primero. ¿Qué quiere decir lo anterior? Que en materia de Producto Interno Bruto, es decir, de producción de bienes y servicios y generación de ingreso, la economía mexicana, si bien es cierto que todavía no se ubica en el top ten, sí se encuentra entre las mejores, dentro del top fifteen. Lo anterior quiere decir, dicho de la manera más sencilla posible, y echando mano de la analogía, que la mexicana es una economía grandota. La pregunta es si, además de grandota es también grande. No confundamos, como lo apunta Ricardo Medina, lo grandote con la grandeza.
Para responder la pregunta debemos pasar del Producto Interno Bruto al Producto Interno Bruto per cápita o, dicho con menos palabras, debemos ir del ingreso al ingreso por habitante. Si así lo hacemos el resultado es muy distinto, ya que, con un ingreso por habitante de 10,235 dólares anuales, en 2008 (lo mismo, todavía no tenemos los datos completos para 2009), México ocupó, entre 182 países el lugar 57, bajando del primer al cuarto decil, y pasando de grupo de los excelentes al de los buenos, teniendo como vecinos, en mejor posición, a Turquía, San Cristóbal y Nieve, y Venezuela y, en peor lugar, a Chile, Seychelles y Uruguay.
Ya se ve que una cosa es lo grandote (el Producto Interno Bruto) y otra la grandeza (el Producto Interno Bruto per cápita), y que lo que importa es la grandeza no lo grandote, tal y como lo muestra el Índice de Desarrollo Humano, elaborado y publicado por la ONU, en el cual México ocupa, entre 182 países, el lugar 53, lo cual se explica porque el desarrollo humano depende, no nada más del Producto Interno Bruto, sino del Producto Interno Bruto per cápita, es decir, no del tamaño del pastel, sino del tamaño del pedazo de pastel que le toca a cada uno, ¡algo muy distinto!
La mayoría de las veces, el desempeño de una economía se mide en términos del Producto Interno Bruto, lo cual, tal y como queda demostrado en los párrafos anteriores, no es del todo correcto, siendo lo correcto medirlo en términos del ingreso por habitante.