junio 06, 2010

¿Primavera rusa?

Jean Meyer
Profesor investigador del CIDE
jean.meyer@cide.edu
El Universal

El gobierno ruso, hace un mes, publicó documentos sobre la matanza de 22 mil oficiales polacos, élite de la nación, en Katyn, en 1940. Desde que el ejército alemán descubrió las fosas comunes, cuando invadió la URSS en 1941, hasta 1990, la versión oficial soviética fue que había sido un crimen nazi; incluso Stalin intentó el expediente al proceso de Nuremberg contra dirigentes nazis. Gorbachov fue el primero en aceptar el hecho y Boris Yeltsin entregó por primera vez copia de documentos a Lech Walesa. Durante años el presidente Putin no quiso tocar el tema y el año pasado, como primer ministro, fue bastante agresivo contra los polacos por el 60 aniversario del pacto germano-soviético que, en 1939, repartió Polonia entre Hitler y Stalin. En 2004, Putin decretó que los documentos sobre crímenes de Katyn y otros se clasificaban como “secretos”.

Trajo 2010 un cambio radical cuando el gobierno ruso decidió conmemorar oficialmente con su homólogo polaco la tragedia, en Katyn. Ensombrecida por el accidente aéreo que costó la vida al presidente polaco y a un centenar más, también polacos, la ceremonia ilustra la nueva voluntad rusa de enfrentar su pasado soviético. Tanto el presidente Dmitri Medvedev como su primer ministro han multiplicado los gestos de buena voluntad, el último siendo la publicación, por primera vez, de los documentos en la página del Archivo Estatal de Rusia (www.archives.ru; www.rusarchives.ru). El presidente ruso declaró poco después que la publicación de documentos continuará: “Es nuestro deber abrir el archivo de Katyn, existen materiales que todavía no se han entregado a nuestros amigos polacos”. Quiere “que todos vean lo que se hizo, quién tomó la decisión, quién dio orden de aniquilar a los oficiales polacos. Todo está escrito ahí”.

Esa novedad puede ser un buen augurio, puesto que va contra la tendencia a lo largo de los últimos diez años de rehabilitar a Stalin, tendencia ilustrada por el libro de texto oficial, encargado por Putin, y también por la cancelación en Rusia del libro del historiador Orlando Figes, Los que susurran, que recoge el testimonio conmovedor de los últimos sobrevivientes de la represión estalinista.

Otro agüero: en las elecciones locales de marzo de 2010, el partido de Putin, Rusia Unida, si bien venció, salió bastante debilitado por primera vez en los ocho parlamentos regionales. “No son resultados locales, sino una tendencia general, una señal que el cambio es posible”, afirmó la organización observadora Golos. Además el presidente Medvedev tomó en serio las numerosas quejas y denuncias de fraude a favor de Rusia Unida, al grado de regañar públicamente a las autoridades. Los analistas se preguntan si los resultados no son el resultado de la voluntad del presidente de realizar una “transición democrática” que empezaría por elecciones limpias. Esto nos lleva a dos preguntas, posiblemente ligadas entre sí. ¿Qué tan unido es el tandem Putin/Mevedev? Y ¿asistimos a un verdadero despertar de la sociedad civil en Rusia?

Putin no renunció a ser presidente en 2012, por tercera vez, al estilo Porfirio Díaz o Álvaro Obregón: “Nos turnamos la silla, compadre”; se le presta a Medvedev una voluntad modernizadora que pasa por la democratización y que ha manifestado, al menos en palabras, en su manifiesto “¡Rusia, adelante!”. Ha criticado el gobierno en sus discursos, sin enfrentarse nunca con Putin. La conmemoración de la matanza de Katyn, la afirmación de la culpabilidad de Stalin debieron de costarle a Putin, quien en 2007, siendo presidente, conminaba a los maestros a presentar a sus alumnos un retrato más positivo de Stalin, “arquitecto del glorioso pasado soviético”. Por eso me gustaría ver el acercamiento entre Moscú y Varsovia no sólo como gesto diplomático, sino como un acto de política interna.

El diario Nezavissimaya Gazeta afirma que más de 30 millones de personas habrían salido a la calle a lo largo de 2009. Rusia tiene 140 millones de habitantes. En los primeros meses de 2010 la protesta ciudadana no ha disminuido y se siente, con o sin razón, estimulada por el presidente Medvedev; la gente parece no tener miedo cuando pide a gritos la renuncia de presidentes municipales, gobernadores, hasta de Putin. Manifiestan contra la corrupción, el autoritarismo, la policía, el costo de la vida, “por la defensa de los derechos constitucionales de los ciudadanos, contra el arbitrario del poder y para la organización de un referéndum”. El periodista concluye que no es aún perestroika, pero ya es glasnost. El cambio se nota en la televisión.

Contra el cash…

Enrique Aranda
De naturaleza política
Excélsior

Al margen de que, esta semana sí se emita el reglamento para regular la realización de operaciones con moneda extranjera —particularmente dólares en efectivo— a través de las 41 instituciones que integran el sistema bancario, lo que cada vez parece quedar más en claro es que la decisión del gobierno federal de abrir un frente económico-financiero en su declarada guerra contra el narcotráfico no se agota en esta medida… tan indispensable sí, como claramente insuficiente.

Y esto, en virtud de que si bien el referido ordenamiento—que en la etapa previa a su entrada en vigor revisan hoy tanto Hacienda, con el secretario Ernesto Cordero a la cabeza, como en la Comisión Nacional Bancaria y de Valores de Guillermo Babatz debe contribuir a controlar y dar seguimiento a flujos que fuentes estadunidenses diversas estiman en 29 mil millones de dólares anuales cash, y a nadie escapa que, en la actualidad, la presencia y actuación del crimen organizado va mucho más allá del trasiego y la venta de enervantes.

Por ello, entonces, es que la estrategia del gobierno federal, cuya elaboración e impulso fue encargada a Gobernación, habla no sólo de una medida en concreto sino, esencialmente, de un racimo de ellas que, como parte de un esfuerzo institucional, serio y de largo alcance, realmente incida en los multimillonarios ingresos que generan el narcotráfico y el narcomenudeo sino, también, actividades periféricas como pudieran ser la piratería y el contrabando o, por ejemplo, la adquisición y venta en efectivo de bienes inmuebles, joyas, obras de arte, etc.

El esfuerzo, a juzgar por lo que hasta ahora se conoce, avanza por la ruta marcada y, esto, no sólo por las medidas que se han decidido o implementado sino, también, por el valor que en su puesta a punto tiene haber conseguido que, bajo la batuta de la dependencia que aun encabeza Fernando Gómez Mont, se formen media docena más de secretarías e, igualmente, entidades del sector social y/o empresarial, la Coparmex de Gerardo Gutiérrez Candiani y el CCE de Mario Sánchez Ruiz entre otras.

Esta semana, pues, deberemos conocer el primer aporte del más reciente esfuerzo del gobierno, y de la sociedad, por incidir en el resultado de una guerra que hoy, luego de más de 23 mil muertos, muy pocos apuestan a que se vaya ganando…

Asteriscos

* De ser cierto aquello de que “el artista vive del aplauso…”, el candidato de Acción Nacional al gobierno de Zacatecas Cuauhtémoc Calderón debe estar más que satisfecho pues, si bien en el debate con el priista Miguel Alonso no le fue tan mal, lo cierto es que, en opinión de los suyos, “lo que más apreció fue el resultado del aplausómetro”… ¡porque validó sus largos estudios de actuación!

Veámonos aquí el lunes, con un asunto de Naturaleza Política.

'Pathos y Patas' por Paco Calderón

El 11/9 y abortos

Luis González de Alba
Se descubrió que...
Milenio

Datos de los 50 estados en EU, mostraron el número de abortos naturales ocurridos desde enero de 1996 a diciembre de 2002. Así se tuvo lo que se podría llamar un mes de septiembre normal. En septiembre de 2001, el número de fetos varones abortados se disparó significativamente respecto al resto de los años, descubrió un equipo de la Universidad de California en Irvine con Tim Bruckner al frente. ¿Qué ocurrió en ese mes? El 11/9: Los ataques terroristas contra Nueva York. La relación causa-efecto entre abortos en la costa del Pacífico, con predominancia de varones, y hechos en la del Atlántico norte, se veía en los números, pero no en causas de tipo médico.

El shock psicológico en una ciudad que vio caer derrumbadas sus dos rascacielos emblemáticos y la muerte de fetos varones en Alaska no parecía tener relación, pero allí estaba el pico de septiembre y el significativamente menor número de niños varones nacidos en diciembre de ese año, reportado por investigadores en el journal BMC Public Health. El equipo de California se dio a la tarea de explicar los datos. “La teoría del luto social sostiene que las sociedades pueden reaccionar de manera adversa ante hechos perturbadores en la nación, a pesar de que no exista conexión directa entre las personas involucradas en los hechos. Nuestras resultados parecen demostrar esto; los shocks del 11/9 pudieron haber amenazado las vidas de fetos varones a lo largo de los Estados Unidos”, dice Bruckner.

Con el National Vital Statistics System, el equipo de la UC compiló datos de abortos naturales en los siete años mencionados y encontró que el pico de septiembre de 2001 era estadísticamente significativo. “En muchas especies, los tiempos estresantes reportan una reducción de la tasa de nacimiento de machos. Se piensa que ocurre como reflejo de un mecanismo conservado por la selección natural para mejorar en general el éxito reproductivo de la madre”.

Dicho de otra forma: en tiempos difíciles es mejor parir hembras. Unos pocos machos harán la tarea con menor consumo de alimento porque un gallo es sustituible, una gallina no. Los humanos no respondemos con la razón a ese mecanismo, ni lo tenemos en la conciencia: es la respuesta de la naturaleza ante el estrés de las madres.

Contacto: Graeme Baldwin, graeme.baldwin@biomedcentral.com

La acción de la naturaleza por encima de la razón humana, la vimos en lo que se llamó en EU el “baby boom”: la avalancha de nacimientos al finalizar la matazón de la Segunda Guerra Mundial. A los baby boomers ninguna institución mundial nos planeó, nomás llegamos.

Sabemos que las enfermedades entre hombres y mujeres son diversas, y ahora científicos de la Power Programming Conference publican evidencia que demuestra cómo eso puede comenzar en el vientre materno.

El embarazo presenta demandas contradictorias a la fisiología de la madre. De una parte, producir una criatura fuerte y saludable, de la otra que no sea a expensas de la salud materna. Algunos de los genes que transmite al feto están encargados de protegerla contra excesivas demandas del propio feto. Pero ciertos genes, heredados del padre, muestran la dirección opuesta: obtener tantos recursos para el feto como sea posible. Se llaman, en inglés, “imprinted genes”, estampados, fijados, grabados. O “de impronta”, si tomamos el término de la conducta animal que se fija tempranamente, como los gansos que hacen “madre” lo primero que ven al salir del huevo.

Estos genes paternos son codiciosos, mientras los de la madre son conservadores, dice Miguel Constancia de la Universidad de Cambridge, Inglaterra. “Hemos encontrado evidencia de que juegan roles importantes en el control endocrino de la placenta” y así tienen notorios efectos en la entrega de nutrientes al feto. Esas variaciones pueden resultar en mayor susceptibilidad de diabetes 2 en la edad adulta.

Rachel Dakin, de la Universidad de Edimburgo, Escocia, muestra cómo la obesidad materna afecta de modo distinto a hembras y machos: las hembras elevan sus niveles de insulina, los machos no, y por lo mismo muestran alteraciones en la expresión de los genes importantes para el metabolismo de grasas y azúcares.

Claudine Junien, del Institut National de Recherche Agronomique, en Francia, dice con sensatez: “Un gen, una célula o hasta un sexo no piensa ni tiene diseño inteligente, sino que reacciona a diversos medios y situaciones de acuerdo a lo que su estructura le permite, y así empuja en una dirección o en otra (o en varias al mismo tiempo)”.

Ahora viene la parte en relación con el estrés: De forma sorpresiva, en condiciones estresantes, tales como una dieta baja en calorías o alta en grasa, o sobrepeso materno, las placentas de fetos macho o hembra no usan las mismas estrategias: usan diversos caminos y redes genéticas. Esto puede producir diferencias, dependientes del sexo, con efectos duraderos.