noviembre 23, 2010

Mitología de Porfirio Díaz

José Antonio Crespo
cres5501@hotmail.com
Horizonte político
El Universal

Así como la historia oficial mitifica a los héroes, transformándolos de seres humanos (notables, sin duda) a semi-dioses impolutos y solemnes, también mitifica a los villanos, convirtiéndolos en semi-demonios perversos e irredimibles. Con gran claridad eso ha ocurrido con Porfirio Díaz. Se le acusa de dictador. Lo fue sin duda, aunque tuvo un importante antecesor; Benito Juárez, que también gobernó por encima de la Constitución (con la cual, como había dicho Ignacio Comonfort, difícilmente se podía gobernar). Díaz sólo completó la obra de Juárez. Juárez no fue Díaz porque la vida no le alcanzó. Unos años más, y es a él a quien le hubiera estallado la Revolución.

Pero aparte de eso, y de la condena que podemos hacer a la dictadura porfirista desde el liberalismo y la democracia, en cierto sentido Díaz no tenía muchas alternativas, si quería —como quiso— dar pasos hacia la modernización del país. ¿Por qué? Porque en las sociedades que tienen fuertes grupos tradicionalistas y conservadores, que se oponen a la modernización (en general) por afectar éstos sus intereses, aquellos usarán el poder del que disponen para detener o revertir todo esfuerzo modernizador. Históricamente, esos dos grupos han sido la nobleza terrateniente (u oligarquía terrateniente, decimos en América Latina) y las iglesias organizadas (la poderosísima Iglesia Católica, en el caso latinoamericano). Ante ello, si un gobierno desea iniciar la modernización social y económica, tendrá primero que despojar el poder a los sectores tradicionales, para evitar que den al traste con la política modernizadora. Eso implica que debe centralizar el poder, es decir, sacrificar cualquier esquema democrático (que supone un cierto grado de descentralización política). De lo contrario, los canales democráticos serán utilizados por los conservadores para impedir o revertir la modernización. Así fue como la primera reforma, la de Valentín Gómez Farías, en 1833, fue echada abajo por los conservadores.

Y las reformas de los 50 desataron una guerra civil. Ese fue el dilema de los liberales decimonónicos en América Latina; siendo partidarios de la democracia, la instauraban, al tiempo que emprendían reformas modernizadoras en el plano social y económico. Pero los conservadores utilizaban el poder que detentaban —y podían ejercer en un marco de descentralización política (incluido el federalismo, en el caso mexicano)— para frustrar una y otra vez tales proyectos. Había que centralizar el poder (relegando la democracia) para poner bases sólidas a la modernización. En el caso mexicano, quien inició ese proceso, aunque de manera limitada, fue Juárez; quien lo culminó fue Díaz. Don Porfirio sacrificó la democracia para iniciar la modernización social, económica, comercial, administrativa. Durante su mandato, el crecimiento industrial fue del 12 % anual en promedio. Ya quisiéramos la mitad en estos años.

En países donde esos grupos tradicionalistas no existían o no tenían suficiente fuerza, no fue estrictamente indispensable centralizar el poder para emprender con éxito la modernización social y económica. Inglaterra pudo hacer su revolución industrial sin una monarquía absoluta, pues los nobles ingleses no eran reacios a la modernización, dado el carácter de sus propias actividades (a diferencia de los nobles franceses o rusos, por ejemplo). Y el poder de la Iglesia había sido eliminado por Enrique VIII, quien se hizo jefe de la religión anglicana (aunque por razones personales que de estrategia modernizadora). EU fue otro caso más claro; no habiendo aristocracia terrateniente (la hubo regional, pero no afectó la industrialización del norte), se pudo mantener un esquema político altamente descentralizado, incluso con auténtico federalismo, sin obstruir el gran impulso modernizador económico y social. En América Latina, en contraste, sin algún periodo de centralismo político, era muy difícil, cuando no imposible, emprender con éxito la modernización social. Porfirio Díaz cumplió esa función en México. Su pecado fue no reconocer el momento en que había que aflojar las riendas. Y, por supuesto, no haber muerto antes de que le estallara la Revolución.

El abrazo

Federico Reyes Heroles
Reforma

Para HAC, con la vieja amistad.

Aquí estamos, al final de la fiesta y con el ánimo quebrado. Una vez más se perdió una oportunidad histórica. Los festejos del Bicentenario quedarán marcados por su mediocridad. El lugar de honor lo ocupa la Presidencia de la República, sus indefiniciones, su falta de proyecto, sus acomodos de cuates por intrigas palaciegas que se plasmaron en el desfile de titulares. Hubo los que sabían qué hacer pero no los dejaron, Tovar y de Teresa a la cabeza, y los que nunca entenderemos por qué estuvieron allí, Bernardo de la Garza. Por si fuera poco se rumora que el expediente de los centavos podría oler mal. Ojalá sea falso.

Pero el ánimo también está quebrado por la pequeñez. Bien por lo de Bellas Artes (que en realidad era mantenimiento postergado); bien por lo de la exposición en Palacio Nacional, pero una exposición no hace nación. De cuetes y luces tuvimos más que suficientes y a qué costo. Pero ¿cuál es el legado que invita a un mejor futuro? Recorremos poblados alrededor de Izamal, en Yucatán. Muchos de los edificios municipales provienen del centenario en manos de Porfirio Díaz. Es 20 de noviembre y cientos de personas -señoras regordetas de shorts, hombres de guayabera y huaraches- observan atentos el desfile. Emoción popular no faltó. Los historiadores debaten sobre la pertinencia de los planteamientos emanados de la Revolución. ¿De cuál revolución, la de Madero, la de Carranza, la de Obregón, la de Zapata o Villa? Mientras los debates continúan, la Revolución, así con mayúscula, sigue en el corazón de muchos mexicanos. Los niños de Izamal desfilan, ellas con faldones tricolores con una enorme crinolina abajo. Ellos de pantalón azul y camisa blanca y una suerte de canana de cartón sobre el pecho. La reina en su carruaje lleva lentes.

La Revolución existe en un imaginario colectivo. Pero de nuevo, cuando los faldones y cananas pasen a mejor vida, qué les quedará a estos niños. No pudimos ni siquiera imaginar un programa con financiamiento estatal para hacerles llegar una de esas computadoras de menos de 100 dólares. Tampoco se pudo engarzar una estrategia para llevar internet inalámbrico a los principales municipios del país. Una nación es un abrazo permanente, algo que nos une. Sin computadoras, sin internet los estudiantes de Izamal, como los millones de varias entidades pobres del sur, están ya en una seria desventaja frente a los del DF o los de Monterrey o muchos del mundo. ¿Dónde quedó el espíritu justiciero de los revolucionarios? Además las diferencias aumentarán.

Es una cuestión de tamaños, qué pequeña se mostró la ambición del gobierno de Calderón. Ambición en el sentido histórico más entrañable que anda tras de políticos que piensen en grande. Centenario y bicentenario y no supieron qué hacer. Díaz comenzó 10 años antes, el mismo tiempo que el panismo lleva en el poder. Pero la comparación es injusta para Díaz, porque no se puede comparar al México del año 2010 con el de hace un siglo: alfabetismo, educación, salud pública, comunicaciones, integración geográfica, electrificación, esperanza de vida, presencia en el mundo, instituciones, no hay por dónde. Calderón y su equipo de pequeños estaban en una posición inimaginable para Díaz, pero no pudieron o quizá no quisieron. Esa explicación también sería posible.

El discurso panista desde el 2000 se centró en los horrores de un pasado que era todo oscuridad, corrupción y desvarío. La consigna prendió. Al priismo desgastado por el ejercicio del poder y por sus corruptelas le llegó la hora. La alternancia fue muy positiva para el país. Pero la gran mentira no toleraba la menor confrontación con la realidad, en tanto que ese régimen del pasado también tuvo muchas aportaciones centrales. Sin ellas es difícil, sino es que imposible, explicar lo que hoy somos. Allí es donde el panismo se indigestó. La historia nunca ha sido lo suyo, y el trabajo era delicado. El priismo se había apropiado de la "historia patria" sobre todo de figuras clave como Juárez, trago muy amargo para el panismo tradicional. Y qué decir de la Revolución, pues salvo Madero, al resto se les ve como a los tatarabuelos del priismo, Calles por ejemplo. Así que la duda quedará, no pudieron o no quisieron.

Pero el ánimo está quebrado porque por fobias, por rencores, por obsesión azul, el resultado fue de una superficialidad e intrascendencia que merecen registro. Porque más allá de ideologías e interpretaciones históricas, pudo haber habido acciones concretas en desnutrición, en políticas de salud, en combate a la pobreza, en obra pública, en digitalización que, montadas en la emoción, dejaran huella. Imaginemos a los niños de Izamal con una computadora en su casa o conectándose a la red en alguna de sus bellísimas plazas. Imaginémoslos convertidos en profesionistas exitosos recordado el bicentenario, ese año me dieron mi primera computadora. Eso es un abrazo nacional que por miopía o mezquindad, o ambas, no nos dimos.

Cavazos, Anguiano, hermanos y narco

Jorge Fernández Menéndez (@jorgeimagen)
Razones
Excélsior

El ex gobernador se enfrentó en 2009 al PRI nacional, por su apoyo como candidato al actual mandatario.

El domingo, cerca de las diez de la mañana, el ex gobernador de Colima, Silverio Cavazos, estaba reunido en su casa con el actual secretario de Fomento Económico del estado, Rafael Gutiérrez Villalobos. Recibió una llamada y dijo que tenía que ver a unas personas. Cuando salió, dos lo esperaban: le dispararon en la cabeza y en el corazón. Los escoltas de Cavazos dispararon a los agresores, quienes dejaron abandonada la camioneta, con placas de Michoacán, que resultaron estar sobrepuestas. El vehículo tenía reporte de robo en Querétaro.

Cavazos había sido precandidato al gobierno del estado, pero había perdido la candidatura con Gustavo Vázquez Montes, que llegó a gobernador en unos comicios extraordinarios, luego de que fue anulada una primera elección por innumerables irregularidades detectadas por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Pero, poco después de asumir el gobierno Gustavo Vázquez Montes, el 24 de febrero de 2005, su avión, en un accidente que hasta ahora no ha tenido una explicación clara, cayó en la sierra michoacana y el mandatario falleció.

Hubo una tercera elección y Silverio Cavazos entonces sí alcanzó la gubernatura y lo hizo en un contexto donde se sucedieron las acusaciones sobre una profunda penetración del cártel de Sinaloa en el estado, al ir reemplazando progresivamente al de los Amezcua, apodados Los Reyes de las Anfetaminas y casi todos ellos ahora detenidos.

Un comunicado de la PGR del 9 de julio de 2003 informaba sobre la desintegración de un centro de distribución de droga en Tecomán, municipio donde nació Cavazos, así como de la captura de una red de distribuidores, entre ellos Guillermo Rafael Cavazos Ceballos, su hermano. Al año siguiente, otro hermano de Silverio también fue detenido en Tecomán. El 26 de agosto de 2004, Francisco, El Picholín, fue arrestado junto con otras 11 personas. Cavazos aceptó que fueron aprehendidos por consumir droga, pero negó que la vendieran.

En realidad, los dos estaban acusados de ser parte de una red de distribuidores de droga y por eso habían sido detenidos.

Además, a Cavazos Ceballos lo investigaba la PGR por enriquecimiento ilícito, derivado de una denuncia penal promovida por Mariano Trillo, dirigente estatal del PVEM, quien exigió investigar la riqueza del ex gobernador ante la sospecha de que podría estar vinculado a grupos "que están fuera de la ley". Además, el diputado federal del PAN Leoncio Morán Sánchez acusó al priista de adquirir múltiples bienes, entre ellos una casa con valor de diez millones de pesos.

Esas acusaciones se recrudecieron cuando, como gobernador, Cavazos se enfrentó en 2009 al PRI nacional porque apoyó como candidato al actual mandatario, Mario Anguiano. Fue una decisión muy controvertida. Había datos muy concretos en contra de Anguiano, ya que el entonces candidato y ahora gobernador también tiene dos familiares directos presos por participar en el narcotráfico.

Uno de ellos, su hermano Humberto, apodado La Rana, fue condenado en 2004 a diez años de prisión por vender metanfetaminas, y un primo, Rafael Anguiano Chávez, purga en Estados Unidos una pena de 27 años al ser considerado el jefe de la organización de Los Anguiano, en Los Ángeles, vinculada con los hermanos Amézcua, Los Reyes de las Metanfetaminas. Anguiano, como antes Cavazos, nunca tuvo el respaldo del PRI nacional y particularmente de Beatriz Paredes, cuyo candidato era Arnoldo Ochoa.

A pesar de los golpes que ha recibido el narcotráfico en Manzanillo, sitio en el que las autoridades han interceptado grandes cargamentos de cocaína y seudoefedrina, y en Tecomán, donde se han encontrado varios laboratorios para la elaboración de drogas sintéticas, Colima se mantuvo en paz hasta fines de 2007. Pero, en esa fecha, el decomiso de un cargamento de más de 23 toneladas de cocaína pura, y antes la captura de Zhenli Ye Gon, desató una guerra. Y esa es una disputa que abarca, Jalisco, Nayarit y también Michoacán.

La pregunta es inevitable y la hemos planteado en muchas oportunidades en este espacio, incluso desde la designación de Mario Anguiano como candidato: ¿es legítimo que un goberador, en este caso dos: el que fue asesinado, Silverio Cavazos, y el actual, Mario Anguiano, pueden mantener esa altísima responsabilidad teniendo relaciones familiares tan cercanas con personajes ligados al narcotráfico? Es verdad que nadie puede ser responsable de lo que hacen sus familiares pero, en casos como éstos, ¿pueden esos funcionarios ser completamente ajenos a esa situación?, ¿no deben los partidos tomar distancia ante esos hechos? Nadie, en el mundo político, quiere asumir el costo de una respuesta.

El método AMLO, aviso a Ebrard

Joaquín López-Dóriga
lopezdoriga@milenio.com
En privado
Milenio

El reto es cómo sobrevivir a sus propios liderazgos. Florestán

Yo no sé si Marcelo Ebrard se siga creyendo que Andrés Manuel López Obrador va a dejarlo pasar como el candidato presidencial de la izquierda unida para 2012.

Pero si estaba en eso, más le vale que haya entendido el procedimiento de AMLO para elegir candidato al gobierno del Estado de México.

El domingo 14, en la plaza de Toluca, anunció:

Quiero manifestarles que para elegir al candidato o a la candidata al gobierno del Estado de México de nuestro movimiento, vamos a mandar a hacer una encuesta para saber quién de los que participan en nuestro movimiento está más aceptado, mejor posicionado y se va a dar a conocer el resultado y vamos a apoyar al que aparezca en primer lugar de esa encuesta. ¿Están de acuerdo en que así se proceda? —preguntó a lo que la plaza, a mano alzada, contestó que sí.

A las 72 horas, el miércoles por la noche, López Obrador ya tenía el resultado fast track de sus encuestas anunciadas apenas el domingo y a la ganadora. En sus oficinas de la Ciudad de México se anunció que con el visto bueno del movimiento, claro, del PT y Convergencia, la candidata era la senadora Yeidckol Polevnsky por estar adelante en las encuestas, que no mostró a nadie y al parecer sólo existen en su imaginación, como en la presidencial de 2006.

Yeidckol, pues, será su candidata otra vez como en 2004, y quien lo acompañe en su campaña presidencial por el Edomex a partir del 1 de enero, y no al revés, como dijo él.

AMLO ensayó así el método de su destape presidencial el año que viene, el que vaya arriba en sus encuestas, que no puede ser otro que él mismo, mientras Ebrard, optimista, dijo ayer, sigue creyéndose el cuento del método y el puntero.

A ver hasta cuándo.

Porque ya va tarde.

Retales

1. LOGÍSTICA. El jueves pasado, el obispo Onésimo Cepeda fue trasladado de emergencia al Hospital Ángeles de El Pedregal, en el Distrito Federal, con un infarto, se dijo. Allí le realizaron una angioplastia. Al día siguiente fue trasladado al Ángeles de Interlomas, en el Estado de México, para evitar la ejecución de una posible orden de aprehensión de la procuraduría capitalina en su contra. Por eso el refugio hospitalario en aquella extraterritorialidad. ¿Alguien creyó que era un tema terapéutico?;

2. DISCAPACITADOS. Así están los encargados del arreglo de Bellas Artes. Ignoraron a las personas con discapacidades y con 700 millones de pesos de presupuesto no construyeron una rampita de acceso al Palacio en silla de ruedas; y

3. MONEY. ¿De dónde sale el dinero para las campañas de los 5 precandidatos a presidir el PAN? ¿Quién revisa origen y cuentas? ¿Nava? ¿O es sin límite y en efectivo? Los jets privados, ¿quién los paga? Y si son prestados, ¿cómo se contabilizan? ¡Que rápido aprendieron!

Nos vemos mañana, pero en privado.