mayo 26, 2011

Benditos gorilas

Ricardo Alemán (@RicardoAlemanMx)
Excélsior

Grupos radicales de la llamada izquierda mexicana hoy hacen el papel que ayer realizaban los golpeadores de tiempos de la hegemonía del PRI.

Seguramente está feliz el candidato azul al gobierno mexiquense, Luis Felipe Bravo Mena, ya que gracias a los gorilas que lo han agredido en las últimas horas, no sólo detuvo su caída en las encuestas, sino que marca lo que puede ser una recuperación.

Bueno, al panista le resultó tan positiva la embestida de los gorilas universitarios y de los sindicalistas, que el equipo de campaña de Alejandro Encinas llamó a los grupos sociales de todo el Estado de México y del país, a detener las agresiones lanzadas contra Bravo Mena.

No vaya a ser que, en una de ésas, lo convierten en mártir y empiece una recuperación que podría poner en riesgo el segundo lugar alcanzado por Encinas.

Pero más allá del “daño colateral” positivo que parecen tener las agresiones lanzadas por gorilas universitarios y del extinto SME contra Bravo Mena, lo cierto es que asistimos a intolerables actos de violencia propios de una democracia bananera, en donde ninguna autoridad es capaz de sancionar a los responsables de actos de barbarie que lastiman a la niña democracia mexicana.

¿En qué clase de democracia vivimos, para que grupos de gorilas que se dicen universitarios —unos— e integrantes de un sindicato —los otros—, lancen agresiones impunes al candidato a un puesto de elección popular? ¿Qué clase de elecciones tenemos, en donde no se castiga a nadie por ese tipo de agresiones, y en donde los responsables quedan impunes? ¿Qué clase de árbitro electoral tenemos —que es de los más caros del mundo— que no tiene facultades siquiera para sancionar a quienes agreden, insultan, ofenden, golpean y escupen a un candidato a puesto de elección popular?

Lo cierto es que vemos que grupos radicales de la llamada izquierda mexicana —emparentados con AMLO y otras yerbas de ese jardín del edén—, hoy hacen el papel que ayer realizaban los golpeadores y gorilas de tiempos de la hegemonía del PRI, cuando los candidatos de la izquierda o la derecha de los años 60 y 70 iniciaron su participación en la política partidista y, sobre todo, en los procesos electorales.

En esas décadas, los gorilas del PRI impedían —igualito que hoy los gorilas de la dizque izquierda— que los candidatos del PAN, del PCM, del PSUM, del PMS y otras tendencias, realizaran campañas electorales en las calles y plazas públicas. Abucheaban a los candidatos, los golpeaban, cortaban la luz para los mítines, quitaban la propaganda, golpeaban a los activistas y, en el extremo, la policía llevaba a prisión a aquellos ilusos que se atrevían a volantear por un candidato opositor. Hoy, esas facciones de la dizque izquierda mexicana —que se amparan en la UNAM y en la mafia sindical del SME— se lanzan contra un candidato de la derecha, en una estrategia por demás idiota. ¿Por qué es una estrategia idiota?

Elemental, porque si lo que buscan es el desprestigio de Bravo Mena, si lo que pretenden es hacerle daño a su campaña; si lo que intentan es una venganza político-electoral, en realidad lo único que están consiguiendo es convertir a Bravo Mena en víctima de lo más reprobable de la llamada izquierda mexicana, lo que —por si hiciera falta—, desprestigia a Alejandro Encinas y a su mecenas, Andrés Manuel López Obrador. ¿O no es cierto que los grupos de la radical dizque izquierda universitaria —verdaderos fascistas de izquierda—, y los mafiosos del SME, son aliados de AMLO?

Pero resulta de párvulos y de elemental sentido común —lo que no se les da a los gorilas universitarios y menos a los del SME—, que al someter a una violencia sistemática a Bravo Mena, en realidad le están haciendo la campaña a un candidato destinado a no subir de 15% de las preferencias. En pocas palabras, lo convierten en víctima y elevan la popularidad del prototipo del político de la ultraderecha. Le hacen un favor invaluable a uno de los jefes nacionales de El Yunque. Y todo, claro, por el odio irracional.

Pero lo más grave es que estamos ante el ensayo general de la contienda presidencial de 2012. Y obliga la pregunta. ¿Quiénes harán el papel de gorilas en ese 2012; y a quién le harán la campaña? Benditos gorilas. Al tiempo.

EN EL CAMINO

Y ya en el tema, resultan de pana ajena las enfermizas muestras de odio, venganza y fobia expresadas contra el titular de Seguridad Pública, Genaro García Luna. Grotesco, digno de una democracia de picapiedra y bananera a la que pertenecen no pocos políticos mexicanos, el hecho de regatearle una condecoración internacional. Y sí, con esos bueyes nos tocó arar. ¿O no?

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