mayo 26, 2011

Izquierdas

Héctor Aguilar Camín
acamin@milenio.com
Día con día
Milenio

No podía faltar la izquierda mexicana celebrando el triunfo del PP en las elecciones españolas. Al fin ganó la verdadera derecha, dicen, sobre la derecha disfrazada de izquierda.

Las izquierdas de España reclaman también: en el pecado neoliberal Zapatero ha llevado la penitencia socialista. Le ha faltado imaginación para responder a la crisis con un genuino programa socialdemócrata.

Por eso lo han abandonado los que protestan en la calle y los votantes de izquierda. Los socialistas españoles perdieron dos de cada diez votantes, y casi toda la España municipal y autonómica. He aquí una derrota histórica, se dice, por falta de imaginación y congruencia socialistas.

Sin duda. Pero podría argumentarse también lo contrario, a saber: que el gobierno socialista perdió mucho tiempo huyendo de la crisis y luego poniendo mucho dinero en una política contracíclica, keynesiana, para tratar de conservar los derechos sociales de los españoles y darle la vuelta al desastre.

Al final, la profundidad de la crisis lo obligó al ajuste del que huía, con precios más caros.

No se han inventado todavía recetas para crisis fiscales que no sea apretarse el cinturón y pagar de más por lo que se gastó de más.

Se puede administrar el pago de mejor o peor manera y repartir mejor los daños entre pobres y ricos. Las izquierdas españolas reprochan a Zapatero haber hecho mal ambas cosas. Seguramente tienen razón.

Lo mejor hubiera sido salirle al paso rápido al pago de la deuda, pagar lo menos posible y que pagaran más los responsables y menos la gente.

El hecho duro subsiste: hay que pagar, no hay forma de salirse de las reglas de pago, no hay receta ni de izquierdas ni de derechas para escurrir el bulto.

El voto de las izquierdas contra el PSOE parece esbozar algo no deseado por esos votantes: un cambio de hegemonía electoral a favor del PP.

Hechas todas las cuentas, en las urnas y en las calles, puede decirse que el PP no ganó respecto de sí mismo. Su triunfo aplastante se debe a lo que perdieron por su propio voto las izquierdas.

Para el PSOE, recobrar los casi 10 puntos que ha perdido en esta elección podría ser cosa de una década. Lo celebrarán sin duda los izquierdistas mexicanos, contentos con las derechas sin disfraz en el poder, pero no sé si lo celebrarán mucho los votantes de izquierdas de allá.

Por lo menos, eso sí, estaremos claros: las políticas conservadoras de derecha que exige la crisis las tomará un gobierno de derechas, mientras las izquierdas se dedican a reprocharlo todo desde las filas innegociables de la oposición.

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