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Interludio
Milenio
Con perdón de los clubes de optimistas y otras cofradías del “pensamiento positivo”, ¿me permiten aportar una pequeña prueba de que este país se encuentra podrido hasta las narices? Pues, aquí va: en algún momento de la marcha ciudadana encabezada por Javier Sicilia se apareció —supongo que para que quedara debida y públicamente consignada su “adhesión”, su “solidaridad” con el “movimiento” y su “irrestricto apego a las causas populares”— el señor Martín Esparza. Ese personaje, que administraba a su antojo los fondos que los trabajadores debían apoquinar al SME y que, ahora que se le ha terminado el negocito, no ha encontrado mejor estrategia que enviar a su matones a que golpeen a los electricistas de la CFE, a que den palizas a periodistas, a que causen destrozos en las calles de la capital de México (rompen mobiliario urbano, queman coches de gente que no tiene nada que ver, etcétera), a que roben y a que cometan violentos actos de pillaje, ese personaje —repito— tuvo la obscena desfachatez de presentarse en una manifestación de ciudadanos que exigían paz y seguridad, justamente lo contrario de la barbarie que el tipo promueve. Y nadie dijo nada y nadie hizo nada (justamente, era una marcha pacífica). Pero, vaya desvergüenza, cuántos otros, como él, se han colgado ya las medallas del movimiento y se “unen” para, de paso, arremeter contra Felipe Calderón. ¡Qué rentable está resultando el asunto en la caja registradora de la política! Resulta, por ejemplo, que en el PT ya están igualmente “hasta la madre”. Mira tú.Circula también por todas partes una frase hecha: “Los 40 mil muertos de Calderón”. Y, eso sí, ni una palabra sobre los asesinos, nada sobre los canallas que secuestran a unos pobres emigrantes, les amputan una oreja o un dedo, les quitan lo poco que traen, extorsionan a su familia y luego los masacran salvajemente. No. El enemigo es Calderón. Así de confundidos estamos.
Pase usted, por favor, señor Esparza. Bienvenido…
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