Nudo Gordiano
Excélsior
Un padre de familia, ex policía, además, harto y desesperado por la adicción de su hijo, optó por asesinarlo.

Ahora debemos esperar hasta el 21 de octubre, dicen por ahí. Cosa lúdica nada más, nadie espera en realidad una lluvia de meteoritos.
Lo que sí es evidente es que el mundo se nos ha envejecido tan pronto que ni lo hemos notado. Acontecimientos que van más allá de lo bizarro, de lo surreal.
Y es que para esto último, sólo Leonora y sus dragones, lagartos y alas abrazando sombras, escapando al viento.
Y nos enteramos de hechos que nos hacen preguntarnos qué carajo pasa en el mundo.
Un padre de familia en la delegación Gustavo A. Madero (ex policía, además), harto y desesperado por la adicción de su hijo, optó por asesinarlo.
Fue en defensa propia, era ya una rutina, el padre declaró, que su hijo lo amenazaba con una navaja para pedirle dinero y comprar droga.
Visto así, se piensa como un acto de desesperación tan grande que la conexión con el sentido común se pierde.
Así de desesperado se siente el mundo, donde unos cuantos segundos cambian el curso de todo…
De la desesperación nos vamos a otro síntoma de esta vejez del mundo.
Hace un par de días autoridades de la SSP, detuvieron in fraganti a un ex diputado del PRD.
Se llama Celestino Rivera Hernández, y este tipejo fue sorprendido en un hotel cuando abusaba sexualmente de un pequeño dedicado a limpiar parabrisas.
Ante el arresto, y porque su condición se lo permitió, quiso sobornar a los policías ofreciéndoles los cerca de 250 mil pesos en efectivo que traía consigo.
Por fortuna, no aceptaron. Así de enfermo se siente a ratos el mundo…
Y también hay absurdos.
En España, fue descubierta una banda que se dedicaba a prostituir mujeres nigerianas usando vudú como método de persuasión, aunque en caso de no resultar efectivo, entonces se iba a la vulgar amenaza del secuestro de sus familias, para obligarlas al trabajo sexual.
Y digo vulgar porque, por mucho, el vudú es una técnica muy original, pero también es profundamente absurda…
Pero ese no es el único asunto digno para lo insólito.
Nos enteramos que una de las empresas aseguradoras más importantes del mundo, festejó a sus empleados organizándoles una orgía.
Tal cual: se contrataron prostitutas para amenizar la fiesta y bajo un sistema de pulseras, los asistentes sabían a quién podían abordar, ya que el color de la pulsera les decía si las mujeres estaban “reservadas” para algún alto ejecutivo o se encontraban disponibles para cumplir cualquiera que fuera el deseo.
Entre lo ridículo y lo absurdo. Como una película de Kubrick, pero sin estética mágica, porque esa no puede verse en la realidad…
¿Alguna vez imaginamos ver al mundo así?
A ratos en agonía, a ratos tan vivo. Pero todos síntomas de un mundo que se nos envejece y se nos va de las manos.
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