junio 06, 2011

Creencias

Roberto Zamarripa
tolvanera06@yahoo.com.mx
Tolvanera
Reforma

Jorge Hank Rhon venía por la revancha. Lo que no había conseguido por la política lo iba labrando con el espectáculo. Invirtió lo suficiente para ascender un equipo de futbol a la Primera División profesional, con la anuencia de los directivos y las televisoras, y su esposa -recién recuperada de una grave enfermedad- había anunciado que mediante una fundación llevarían a Tijuana a la cantante colombiana Shakira, quien ofrecería un show próximamente en su Hipódromo Agua Caliente. Hank volvía a ser el mecenas que ya no llevaba espectáculos de terror a Tijuana sino diversión. Lavaba... imagen.

Regresaba por sus fueros. La detención del destacado priista Hank Rhon es un golpe político. Lo es, sin duda, por el momento en que se produce: en pleno proceso electoral del Estado de México y en la efervescencia de las precandidaturas a la Presidencia de la República y de la propia gubernatura de Baja California.

Sus aspiraciones para candidato a gobernador en el 2013 en Baja California crecían como la espuma, pero desde luego que su íntima relación con el grupo político que ha gobernado el Estado de México desde hace décadas y que impulsa a Enrique Peña para la candidatura a la Presidencia hace que el impacto sea más severo. Jorge Hank está enquistado en la maquinaria política y financiera del PRI mexiquense. Todavía no iba Eruviel a la peluquería cuando Jorge Hank ya era el hombre del negocio turbio e históricamente asociado con las facciones políticas de la entidad. Socio político de Enrique Peña, ambos intercambiaban agentes y funcionarios policiacos de Toluca a Tijuana, usándolos indistintamente como jefes de seguridad en los gobiernos de ambas entidades. Es el caso de Ernesto Santillana -ex procurador del DF-, quien fungiera al inicio de la alcaldía tijuanense de Hank como secretario de Seguridad Pública hasta que varios de sus agentes fueron descubiertos asociados a secuestros e incluso lavado de dinero -uno de los agentes mexiquenses de Santillana fue detenido con millones de dólares en la frontera estadounidense. Los agentes fueron regresados al Estado de México sin castigo alguno y su jefe Santillana fue reincorporado por Enrique Peña en un alto cargo de la Procuraduría mexiquense.

Algunos escoltas de Hank están registrados como policías del Estado de México con una extraña adscripción a Tijuana con el fin de que porten "legalmente" las armas de su arsenal. Y el apoyo político del PRI bajacaliforniano al PRI mexiquense es destacado (ver el portal eruvielbajacalifornia.com ).

Jorge Hank simboliza el PRI de antes y el PRI de ahora. Es el emblema de la corrupción y de la mezcla sin escrúpulos de los negocios con el poder público. Ha sido un coleccionista: de animales exóticos, de armas, de dinero, de enemigos, de venganzas, de sospechas. Más allá de las fanfarronerías de su estilo personal, sus bebidas exóticas que licuan víboras y pelos de avestruz con un gajo de impunidad, este millonario excéntrico llegó al poder municipal (2004-2007) para encarnar uno de los gobiernos con mayores tolerancias a las acciones criminales. Bajo su alcaldía creció el secuestro en Tijuana y se agudizó la violencia entre mafiosos.

Nadie tan visto, nadie tan obvio. ¿Por qué lo detienen ahora teniendo tantos sexenios de oportunidad?

Dice el comunicado de la PGR sobre la detención de Jorge Hank en su casa-búnker del Hipódromo de Agua Caliente que todo fue una casualidad: "Los hechos ocurrieron en atención a una denuncia ciudadana, la cual hacía referencia sobre la presencia de tres personas armadas a inmediaciones del hotel Palacio de dicha plaza, mismos que al ser aprehendidos por el personal militar señalaron que en un domicilio de la colonia Hipódromo ocultaban armamento".

El guión pareció dibujado por uno de los cables de WikiLeaks (revelados en México por el periódico La Jornada) titulado "Cómo los narcotraficantes evaden a las autoridades" donde el cónsul estadounidense en Tijuana, Ronald Kramer, revelaba el 8 de julio del 2009 la huída de un solicitante de visa descubierto por tener una orden de aprehensión en Estados Unidos. El sujeto huyó del consulado escoltado por policías para esconderse en el Hipódromo hankista.

"Policías preventivos intentaron una persecución desganada y después avisaron a los oficiales de seguridad del consulado que no podían entrar ahí", decía el cable mismo que sostenía que el Hipódromo hankista era inexpugnable. El cable diplomático concluía con la consideración: "Es muy extendida la creencia de que Hank fue un alcalde corrupto y que aún está involucrado con el narcotráfico".

Creencias. Hank es algo más que un coleccionista de armas. Si únicamente lo castigan por su arsenal se habrá consumado una venganza política. Un golpe electoral, un quinazo sin muertito. Ahora bien, si lo procesan además por otros delitos acumulados en su historial se estará combatiendo la impunidad. Basta abrir el expediente, las denuncias abiertas y los informes archivados. Dejar a un lado las creencias.

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