julio 08, 2011

Luchas y obsolescencia

Antulio Sánchez (@tulios41)
Internet
tulios41@yahoo.com.mx
Milenio

En internet nada llegó para quedarse porque su consistencia es la de la perpetua renovación y sustitución de tecnologías: muy rápido todo se vuelve obsoleto o pierde su glamur. En los últimos 15 años la obsolescencia ha sido la constante en la red.

Hoy son parte del recuerdo el Altavista y Netscape, y actualmente caminan hacia eso pioneros como ICQ y las redes sociales como Second Life, o incluso la que un día fuera una de las más exitosas, MySpace, que de ser valorada en miles de millones de dólares apenas pudo ser rematada en 35 millones.

Los sitios tratan a toda costa de no ser arrollados por el olvido y la indiferencia vía innovaciones y tretas que plantean interrogantes. Un caso sobresaliente lo protagonizan las empresas Google y Facebook, enfrascadas en una polémica sobre la exportación de amigos de Facebook a Google+.

Ese debate lleva a preguntarse si el dueño de los contactos en tales redes sociales son los usuarios mismos o las empresas que confeccionaron tales redes sociales y/o tecnologías.

Mientras Google defiende que los usuarios son los propietarios de los contactos, Facebook dice, también con cierto grado de sensatez, que tampoco son los usuarios los únicos dueños de los contactos porque en realidad también son copropietarios de los mismos cada uno de los amigos que se tenga.

La disputa se remonta al año pasado cuando Google cambió los términos de servicio de su API (interfaz de programación) y se ha prolongado hasta el lanzamiento de la reciente extensión de Chrome, “Facebook Friend Exporter”, que “permite” importar los contactos de Facebook a Gmail y, posteriormente, pasarlos a Google+, pero que Facebook ha deshabilitado.

Más allá de lo que cada una refiera, lo cierto es que ambas empresas tienen intereses específicos: ninguna es neutral en sus alegatos. Aunque si bien es cierto que las dos dependen del tráfico y volumen de usuarios, y que en caso de que Google+ llegue a ser adoptado masivamente tiene una batería de servicios que alineados prácticamente le podrían dar el triunfo sobre Facebook.

Pero, más allá de los intereses que cada una defiende y representa, para los usuarios de los servicios que ambas ofrecen el problema está en que esas empresas son un torbellino que atropella cualquier decisión, por lo que éstos se ven arrollados por las determinaciones de las mismas y sin ser tomados en cuenta.

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