Atando Cabos
El Universal

De ahí que el 8 de agosto pasado, en Campeche, Humberto Moreira soltara: “A mí que no me salgan con que quieren la reforma laboral primero ni la de seguridad ni la política. Primero la reforma a la Ley General de Coordinación Fiscal… para arrebatarles un poquito de todo lo que se llevan del dinero de los campechanos”. Primera noticia de que esa era una condición para discutir lo demás. Seguramente alguien hizo cuentas en el PRI.
Pero la exigencia se revirtió. Y es que Moreira no es el más indicado para andar exigiendo recursos para los estados. Imaginando que esa petición tuviera alguna legitimidad, lo que es muy dudoso, él es el menos indicado para defenderla. Como ya se ha encargado el PAN de difundirlo, cuando Moreira fue electo gobernador Coahuila tenía una deuda de 323 millones de pesos y cuando se fue lo dejó con una deuda de 31 mil 934 millones. No sólo eso, existen denuncias de que para endeudarse su equipo de gobierno incluso falsificó dos decretos del Congreso en los que supuestamente los diputados aprobaban que se incurriera en más deuda cuando en realidad esos decretos correspondían a asuntos muy distintos. El lunes Moreira se quejaba: “Yo planteo problemas nacionales, y se avientan con temas personales”. ¿Qué esperaba? Si el PRI quiere dinero, Moreira es su talón de Aquiles. Y lo mismo puede ocurrir al PAN con Ernesto Cordero, porque, aun si tuvieran la razón, que el secretario de Hacienda sea al mismo tiempo el posible beneficiario de que no se les dé más dinero a los estados, debilita su posición.
A nosotros nos conviene enterarnos de cómo están las finanzas de todos, de su urgencia de dinero y empujar para que si se reparten algo a cambio se fortalezcan los mecanismos de control. Ya veremos.
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