agosto 31, 2011

Steve Jobs: revolucionario de industrias

Julio Serrano
Apuntes Financieros
Milenio

Recuerde (si es que tiene la edad para hacerlo) cómo operaba la industria de la música hace apenas 10 años. Si nos gustaba una canción había que comprar un CD completo en la tienda de discos, y esto es si teníamos la suerte de que la tienda lo tuviera en existencia. Ahora compárela con la industria de la música de hoy. Aunque quedan vestigios del pasado, estamos hablando de un cambio radical. Si nos gusta una canción podemos “bajarla” desde la comodidad de la computadora de nuestra casa (o desde nuestro celular), con plena certeza de que la vamos a encontrar. No hay necesidad de comprar todo el disco si sólo queremos una canción.

¿A quién le debemos esta transformación? En gran medida a Steve Jobs, fundador y director general de Apple. Jobs fue quien introdujo el iPod y el iTunes en 2001, sembrando así las semillas de la revolución en la industria de la música. Hoy la empresa de música más importante no es ni Sony ni EMI ni Warner, sino Apple, una empresa de tecnología. En su camino a la dominancia musical, Apple se encargó de destrozar el modelo de negocio de las empresas disqueras tradicionales y al mismo tiempo vender 10 mil millones de canciones a través de iTunes.

A Jobs no le bastó con revolucionar la industria de la música, también se encargó de hacer lo propio con la del cine, la editorial y la de televisión. Utilizando una receta similar a la que usó para conquistar la industria de la música. Jobs ajustó la mira para ampliar su dominio mediante la creación de productos como el iPhone, el iPad y el App store. Empresas tradicionales en estas industrias, desde productores de cine como Paramount hasta editoriales como The New York Times y televisoras como CBS, están temblando ante la presencia de Apple.

Apple no siempre fue exitosa. De hecho, hace unos años estuvo a punto de quebrar. Pero bajo la capitanía de Jobs ha logrado colocarse entre las empresas más valiosas del mundo, por momentos ocupando el lugar de honor.

Son muchos las características de Jobs que explican su éxito: su disposición a tomar riesgos, su capacidad de ver las cosas de una manera diferente, su apertura a cuestionar la sabiduría convencional, su habilidad para recuperarse de los fracasos. No hay que olvidar que a Jobs lo corrieron de Apple, sólo para ser recontratado años más tarde. En sus propias palabras: “Ser despedido por Apple fue lo mejor que me pudo haber pasado”. (En ese periodo Jobs nada menos fundó Pixar, creadora de películas como Toy Story.)

La semana pasada Jobs renunció como director general de Apple por motivos de salud. No cabe duda que pasará a la historia como uno de los grandes innovadores de principios del siglo XXI. Industrias que fueron víctimas de su ingenio no lo extrañarán. Los consumidores sí.

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