Juegos de Poder
Excélsior
Sería necesario saber si la libertad de expresión protege que un individuo grite la mentira de que hay “fuego” en un teatro abarrotado.

Este tema, me parece, hay que separarlo en dos partes. Una tiene que ver con los tuits que pueden generar terror entre la población. Aquí debemos apoyarnos en el famoso caso de Schenck vs. Estados Unidos que resolvió la Suprema Corte de aquella nación en 1919. El ilustre ministro Oliver Wendell Holmes Jr. se preguntó si la libertad de expresión protege el que un individuo grite la mentira de que hay “fuego” en un teatro abarrotado. Esta expresión no sólo es falsa sino peligrosa ya que puede causar pánico, lo cual a su vez puede generar muertos y heridos. De acuerdo con Holmes, este tipo de expresiones, que ponen en peligro claro e inminente a la sociedad, no deben ser protegidas por el derecho constitucional a la libertad de expresión.
¿Puede un tuit causar pánico que ponga en peligro claro e inminente a la sociedad? No lo creo porque todos los que usamos Twitter sabemos que está lleno de tuiteros que propagan todo tipo de basura, incluidas mentiras del tamaño del mundo. Si a mí me llega un tuit diciendo, por ejemplo, que afuera de la escuela de mis hijos hay una balacera, pues lo que hago es hablar directamente al colegio y/o checar los medios de comunicación serios para comprobar si la información es correcta. No salgo aterrado a hacer disparates que pongan en peligro mi vida o la de mi familia. Los tuiteros que le hacen caso a los miles de rumores que aparecen en Twitter son unos ingenuos. Afortunadamente son muy pocos. Por tanto, más que castigar a aquellos que propagan información falsa por las redes sociales, hay que confiar en la inteligencia de la gente para saber diferenciar entre una red social como Twitter, llena de chismes, y un medio de información serio y confiable.
El otro asunto es si debe castigarse a los que propagan información falsa que denigra la imagen de un individuo. De acuerdo a Reforma, el diputado Sánchez se enojó porque en un blog apareció una foto truqueada de él comiendo con Edgar Valdés Villarreal, alias La Barbie. El legislador aseguró que “se debe de regular esta parte de las redes sociales para defender la postura de aquellos que somos atacados en este sentido, porque te quedas vulnerable ante ciertos personajes que se les ocurre subir información sin sustento para desprestigiar la imagen de uno, no nada más de políticos, me refiero a los artistas, a mucha gente”. De ahí su idea de reformar el Código Penal “para que se tipifique un delito por ataques en internet”.
Se trata de una estupidez de alguien que no conoce cómo funciona el internet donde es prácticamente imposible encontrar a los que truquean fotos o difunden información falsa. Pero así son los políticos en México de todos los partidos. Si ya se atrevieron a censurar la radio y la televisión prohibiendo las campañas negativas, pues ahora creen que pueden hacer lo mismo con el internet, cuando lo único que tienen que hacer es desmentir las mentiras que se propagan de ellos en cualquier medio.
Y para muestra de cómo operan las redes sociales pues resulta que el exabrupto del diputado priista del Edomex, se convirtió en la “Ley Peña Nieto” sin que nadie le haya preguntado a éste su opinión. Quizá por eso Sánchez escribió ayer en Twitter: “No he presentado ni presentaré Iniciativa de Ley para regular el uso de Redes Sociales”. ¿Acaso se echó para atrás de lo que le había dicho a Reforma o miente el periódico? Valdría la pena que nos lo aclararan.
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