septiembre 30, 2011

Gracias, Alessio, por llamarnos idiotas

Fran Ruiz
fran@cronica.com.mx
La aldea global
La Crónica de Hoy

Somos unos idiotas. Se ríen en nuestra cara y no reaccionamos. El último en hacerlo ha sido Alessio Rastani, un don nadie que logró ser entrevistado esta semana por la BBC y que aprovechó sus 15 minutos de gloria (en realidad fueron sólo tres minutos) para mostrar la felicidad que siente por la crisis mundial.

Y es que Rastani cree que es feliz porque es un trader y los inversores de Bolsa como él (los especuladores, para entendernos) viven para ganar el dinero que otros apuestan en los mercados y que acabarán perdiendo, para suerte de los primeros.

“He soñando con que llegue esto desde hace tres años”, se atrevió a decir Rastani a la estupefacta presentadora de la BBC; y añadió, en nombre de todos sus colegas especuladores: “No nos importa realmente si se va a arreglar la economía, nuestro trabajo es hacer dinero”.

Este ejecutivo agresivo confesó, además, que tiene sueños húmedos, pero no son de lujuria, sino de avaricia pura. Lean, lean: “Confieso que cuando me voy a la cama, cada noche, sueño con que el mundo entre en otra recesión para poder hacerme rico”.

No le falta razón al joven cuando dice que la crisis crea nuevos ricos y recordó lo que pasó en la Gran Depresión de los 30, que hizo millonario, por ejemplo, a un tal Joseph Kennedy.

Para concluir su polémica entrevista, este “cachorro” de las finanzas aconseja a la opinión pública que pierda toda esperanza de que este caos global lo arreglen los políticos, “porque quien realmente gobierna el mundo es Goldman Sachs”; y mientras esto sea así, dijo, los especuladores ganarán más y más, ya que, como vaticinó, “la crisis seguirá en los próximos años y empujará a la ruina a millones de personas en todo el mundo o perderán sus puestos de trabajo”.

¿Cómo se han quedado? ¿Es para echarse a reír o a llorar? Sin duda, para llorar de rabia, no solo porque este “chachalaca de cuello blanco” haya querido burlarse del público, sino porque, sea un impostor o no, lo peor es que encima tiene razón.

Primero se ríe de nosotros y ahora tendremos que darle las gracias, porque, alguien tenía que decirle al emperador que va desnudo y que se tape. Alguien, aunque sea la antítesis de los jóvenes indignados que se han plantado frente a Wall Street, debía alertar al mundo de que el capitalismo actual —desde la salvaje desregulación del mercado financiero, que infló primero la burbuja puntocom en los 90 y luego la burbuja inmobiliaria en la primera década de este siglo— ha degenerado en un casino donde la banca siempre gana, y si no gana, la rescata el gobierno.

¿Quieren dos ejemplos de la corrupción financiera que nos está hundiendo? Ahí les va.

1) El banco de inversiones Goldman Sachs, “los amos del mundo”, según Rastani, después de contribuir con la peor crisis financiera mundial en 80 años, por su equivocada política de endeudarse con hipotecas subprime (o basura); y después de verse obligado a pedir 10 mil millones de dólares de rescate al gobierno de EU (pagado, obviamente, con el dinero del golpeado contribuyente), decidió a principios de años repartir entre sus diez altos directivos 111 millones de dólares en bonos.

Pero al director ejecutivo (o CEO, que queda más elegante) Lloyd Blankfein le supo a poco eso de ganar 24 millones de dólares sólo en bonos, así que, mientras EU trata a la desesperada de escapar de una segunda recesión, el jefe de Goldman Sachs anunció que se había triplicado su sueldo fijo, para ganar dos millones de dólares al mes.

2) Hace dos semanas, otro joven trader de la City londinense, Kweku Adoboli, hizo perder al banco suizo UBS unos 2,000 millones de dólares en operaciones de alto riesgo. Esta cantidad aproximadamente es la que las organizaciones humanitarias pide con urgencia a la comunidad internacional, para que no se mueran de hambre varios millones de personas en el Cuerno de África. Hasta donde me quedé, la ONU sigue sin lograr reunir de los países donantes una mínima parte de lo que se necesita.

Por cierto, inversores como Adoboli o Rastani son los que especulan desde hace meses con los precios de los alimentos básicos para enriquecerse. Porque no olvidemos que la causa principal de la hambruna que está matando a decenas de miles de somalíes no es la pertinaz sequía sino la subida imparable de los precios de los alimentos básicos que se negocian en la Bolsa de Chicago. No sé ustedes, pero para mí esto se llama “terrorismo financiero”.

En fin, estos es lo que se cuece en las altas finanzas y que todos de algún modo u otro sabíamos, pero nadie lo había dicho tan clarito como el trader Rastani a la BBC.

Claro que no necesitamos irnos tan lejos como para que nos sintamos como idiotas leyendo este tipo de noticias: ¿Cómo se quedaron cuando leyeron que Felipe Calderón es de los presidentes mejor pagados del mundo y los legisladores mexicanos los mejor pagados de América Latina? ¿Cómo se quedaron cuando leyeron sobre los privilegios de los que gozan los embajadores mexicanos…? Lo dicho: se ríen en nuestra cara y no reaccionamos.

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