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El asalto a la razón
Milenio

Claro, como toda regla, ésta de mi cuño tiene sus excepciones:
El 2 de febrero di a conocer aquí que un acusado de violación agravada y tentativa de violación purgaba una condena de 11 años y estaba por cumplir cuatro en la cárcel pero que, adultas ya, las dos agraviadas descubrieron al verdadero criminal, dieron parte, y el depredador Héctor Reynaldo Jiménez Santiago fue identificado plenamente, además, por otras ¡seis! víctimas.
Antonio Ortega Gallardo fue sentenciado sin pruebas periciales ni careos, y jueces y magistrados confirmaron su “responsabilidad”, porque la Procuraduría del DF rechazaba la rectificación de las equivocadas y arrepentidas acusadoras.
Las evidencias documentales del atropello se las envié al procurador Miguel Ángel Mancera (ajeno a la detención del inocente), quien hizo lo necesario para el desenlace feliz: el 9 de septiembre, el presidente Felipe Calderón firmó el justiciero decreto de indulto.
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